Cada 8 de septiembre, la Iglesia celebra con alegría la Natividad de la Virgen María, el día en que nació la Madre de Jesús.
Su nacimiento fue motivo de esperanza, porque con ella comenzaba a cumplirse el plan de Dios para la salvación del mundo. Hija de San Joaquín y Santa Ana, María fue elegida desde antes de nacer para ser la Madre del Salvador.
La liturgia nos recuerda que en la llegada de esta niña bendita, el cielo y la tierra se llenaron de gozo:
✨ Con María inicia el amanecer de la salvación.
✨ Su vida es pureza, humildad y fe perfecta.
✨ En su nacimiento resplandece la promesa de Cristo.
Por eso hoy damos gracias a Dios por el don de la Virgen, nuestra Madre y Reina.
🙏 Santa María, nacida sin mancha de pecado, ruega por nosotros.
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