miércoles, 2 de julio de 2025
Lectio Divina: 2 de julio de 2025
“Llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos”
1.- Introducción
Hoy, Señor, quiero comenzar mi oración dándote gracias por tu poder sobre los elementos de la naturaleza y, sobre todo, tu poder para liberar al hombre de todo lo que le oprime, le envilece, no le deja ser persona. Mucho te arriesgaste, Señor, al hacernos libres y qué caro has pagado el mal uso de nuestra libertad. La pagaste a precio de sangre. Si, a pesar de todo, nunca nos quitas la libertad, ¿no será por lo mucho que te agradan nuestras acciones, hechas con plena libertad y mucho amor? Ayúdame a obrar así.
2.- Lectura reposada del evangelio: Mateo 8, 28-34
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos. Vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: -¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo? Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo. Y le suplicaban los demonios: -Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos-. Él les dijo: Id. Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados. Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término.
3.- Qué dice el texto.
Meditación
En aquella época se creía que los espíritus malévolos manchaban, ensuciaban y contaminaban a las personas. Este endemoniado vivía junto a los sepulcros, es decir, en el reino de la muerte. Era como un ser muerto en vida y además contagiaba el mal a las personas y les privaba de libertad. Con este milagro, Jesús pretende devolver a las personas la dignidad perdida y devolverles el derecho a disfrutar de la vida. Hay que tener en cuenta el texto paralelo de Marcos 5, 1-20. Es mucho más largo y pintoresco y hay que considerar dos datos importantes:
- el endemoniado apareció “sentado, vestido y en su sano juicio” (v.15) Se habla explícitamente de la dignidad totalmente restaurada, aunque a los ricos (los porqueros) les importe poco esto y prefieran el negocio de los cerdos. El Papa Francisco ha hablado públicamente del sucio negocio de las drogas y de los fabricantes de armas que favorecen las guerras e incluso las provocan.
- El endemoniado aparece haciendo propaganda por el territorio extranjero de lo que Jesús había hecho con Él (v.20). Jesús es universal. Es de todos los pueblos. ¿Por qué Mateo ha resumido el evangelio de Marcos? Ha querido dar importancia a los protagonistas: el endemoniado y Jesús. El único capaz de liberarnos de todo mal es Jesús
Palabra del Papa
“Desencuentros familiares, desencuentros testimoniales, desencuentros en el anuncio de la Palabra, y del mensaje, desencuentros de guerras, desencuentros de familias, o sea el desencuentro, la división, es el arma que el demonio tiene. Y entre paréntesis les digo que el demonio existe. Por si alguno tiene dudas, ¿no? Existe y se las trae. Y el camino es el desencuentro que lleva a la pelea, la enemistad. Babel, ¿no? Así como la Iglesia es ese templo de piedras vivas, que edifica el Espíritu Santo, el demonio edifica ese otro templo de la soberbia, del orgullo, que desencuentra, porque cada cual no se entiende, porque habla cosas distintas, que es Babel, ¿no? De ahí que tenemos que trabajar por una cultura del encuentro. Una cultura que nos ayude a encontrarnos como familia, como movimiento, como Iglesia, como parroquia. Siempre buscar cómo encontrarse” (S.S. Francisco, al Movimiento de Schoenstatt, 24 de octubre de 2014).
4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio ya meditado. (Guardo silencio)
5.- Propósito. Acudir al Señor, sobre todo en la Eucaristía, y pedirle al Señor que me libere de mis ataduras internas.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Dios mío, porque Tú sólo quieres mi bien, el que yo sea libre, disfrute de mi libertad y pueda vivir en este mundo como hijo y no como esclavo. Dame fuerza para propagar esta verdad no tanto como una doctrina sino como fruto de una experiencia.
martes, 1 de julio de 2025
lunes, 30 de junio de 2025
Lectio Divina: 1 de julio de 2025
¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?
1.- Introducción.
Esta imagen tan sugestiva de una barca juguete de los vientos, con las olas encrespadas y el agua entrando por todas partes, mientras Jesús duerme plácidamente, me serena, me tranquiliza, me da confianza. Todas las tempestades del mundo ya no serán capaces de quitar la paz profunda que concita la presencia de Jesús, aunque aparentemente esté dormido. Señor, estando tú presente, haz que no tenga miedo a nada ni a nadie.
2.- Lectura reposada del Evangelio: Mateo 8,23-27
Después Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: «¡Sálvanos, Señor, ¡nos hundimos!». Él les respondió: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?».
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Para entender bien este texto hay que situarlo dentro del contexto anterior donde Jesús acaba de llamar a unos discípulos para que le sigan. Jesús les ha advertido de las dificultades que toda vocación entraña. Se trata de seguir a Jesús en pura fragilidad “El hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. (8,20). ¿Qué hacer cuando llega la prueba, cuando arrecia la tempestad, cuando parece que todo se hunde? Una salida es el miedo. Es lo que tienen los discípulos. Y este miedo frena y paraliza toda acción. ¿Dónde va Jesús con unos discípulos llenos de miedo? Ángela Merkel dijo: “el miedo nunca fue un buen asesor. Culturas que están marcadas por el miedo, no van a ganar el futuro”. Jesús nos dice cómo perder el miedo: En medio de la tormenta, “hay que embarcarse con Él”. Hay que fiarse plenamente de Jesús, a quien los vientos y el mar le obedecen. Esta barca frágil, juguete de las olas, es el mejor símbolo de la fragilidad humana que, ante un virus, o ante un fuego insistente, o ante unas guerras atroces como la de Ucrania, Israel, Palestina, Irán…la humanidad entera tiembla como las hojas de los árboles. ¡Qué lección de humildad! ¡Qué poca cosa somos! Menos mal que Dios no nos abandona y siempre nos echa una mano.
Palabra del Papa
“La situación que se da sobre el barco es el miedo. Cuando hay una gran agitación en el mar, el barco se cubría por las olas. ‘¡Sálvanos, Señor, que estamos perdidos!’, dicen. ¡El miedo! Incluso aquella es una tentación del diablo: tener miedo de avanzar en el camino del Señor. Hay una tentación que dice que es mejor quedarse aquí, donde estoy seguro. Pero esto es el Egipto de la esclavitud. Tengo miedo de seguir adelante, tengo miedo de ir hacia donde me llevará el Señor. El temor, sin embargo, no es un buen consejero. Jesús muchas veces, ha dicho: ¡No tengáis miedo! El miedo no nos ayuda. Cf Homilía de S.S. Francisco, 2 de julio de 2013, en Santa Marta).
4.- ¿Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado? (Guardo silencio)
5.- Propósito: Durante este día fijaré mi mirada en aquellas personas que sufren, que están en peligro, que tienen miedo. Y haré algún gesto de cercanía con alguna de ellas.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, al acabar hoy mi oración, caigo en la cuenta de la cantidad de hermanos y hermanas que están pasando miedo, que están en situaciones límite, sobre todo, en estos años de sequías, fuegos intensos y consecuencias de las guerras actuales. Tú no eres un “Dios-dormido” ya que confías en un Padre que no puede dormir mientras sus hijos están sufriendo. Todos navegamos con Cristo en el Mar de la Bondad de Dios nuestro Padre.
Nuevos nombramientos de Arciprestes y Vicearciprestes en la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño
Mons. Santos Montoya Torres, obispo de Calahorra y la Calzada-Logroño, ha ratificado los siguientes nombramientos:
- José Félix Saénz Olarte, Arcipreste del Arciprestazgo de Rioja Alta.
- Fernando Azofra Ibáñez, Vicearcipreste del Arciprestazgo de Rioja Alta
- Jesús Ignacio Merino Morga, Arcipreste del Arciprestazgo de Rioja Baja.
- Carlos Venancio Esteban Hernando, Vicearcipreste del Arciprestazgo de Rioja Baja.
- Víctor Manuel Jadraque Campo, Arcipreste del Arciprestazgo de Rioja Media
- Alfredo Álvarez Lacruz, Vicearcipreste del Arciprestazgo de Rioja Media.
- Francisco Javier Silanes Susaeta, Arcipreste del Arciprestazgo de Logroño.
- Miguel Ángel Martínez Díaz, Vicearcipreste del Arciprestazgo de Logroño.
Dado en Logroño a 24 de junio, solemnidad de San Juan Bautista.
+ Santos Montoya Torres
Lectio Divina: 30 de junio de 2025
Te seguiré dondequiera que vayas
1.- Oración introductoria.
Señor, quiero comenzar mi oración pidiéndote lo que te decía aquel escriba del evangelio: “Te seguiré dondequiera que vayas”. En realidad, aquel escriba no pudo hacerte una oración tan bella si antes Tú no lo hubieras seducido desde dentro. Sólo el enamorado es capaz de dejar todo por seguir a su enamorada. Sólo el enamorado es capaz de sacrificarse para demostrarle a su amor todo lo que le quiere. Haz que yo te siga, Señor, “con un corazón enamorado”.
2.- Lectura reposada del evangelio. Mateo 8, 18-22
Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla. Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Jesús le dijo: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».
3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión
Jesús nos ama con un corazón apasionado. Jesús nos ama con un corazón loco. Tan loco que ha entregado su vida por nosotros. El que quiera seguir a un enamorado, debe estar enamorado; el que quiera seguir a un loco de amor, debe estar dispuesto a enloquecer por ser fiel a ese amor. No hay nada que tanto haga sufrir a la persona amada que el no ser correspondida. No se puede seguir a Jesús dándole las migajas del corazón. Las exigencias de Jesús son consecuencias del amor que nos tiene. Nosotros tampoco podríamos ser felices dándole al Señor un corazón partido. La frase “deja a los muertos enterrar a los muertos” no hay que entenderla al pie de la letra porque a los muertos sólo los pueden enterrar los que están vivos. Sabemos que, en Israel, el enterrar a los muertos era “la cima de todas las buenas obras” (Martín Hengel). ¿Cómo entenderlo? El que sigue a Jesús entra en una corriente de alegría, de libertad, de paz, es decir, una corriente de vida. En cambio, el que no está con Jesús vive una vida anodina, triste, sin esperanza. Y a eso se le llama “muerte”. Son como cadáveres ambulantes. O, para tomar una imagen evangélica, son como “árboles que andan”. (Mc. 8,24). Ni siquiera sienten como los animales. Llevan una vida meramente vegetativa. Son vegetales. ¿Puede haber mayor desgracia?
Palabra del Papa
“Quien lee atentamente el texto descubre que las Bienaventuranzas son como una velada biografía interior de Jesús, como un retrato de su figura. Él, que no tiene donde reclinar la cabeza, es el auténtico pobre; El, que puede decir de sí mismo: Venid a mí, porque soy sencillo y humilde de corazón, es el realmente humilde; Él es verdaderamente puro de corazón y por eso contempla a Dios sin cesar. Es constructor de paz, es aquel que sufre por amor de Dios: en las Bienaventuranzas se manifiesta el misterio de Cristo mismo, y nos llaman a entrar en comunión con Él. Pero precisamente por su oculto carácter cristológico las Bienaventuranzas son señales que indican el camino también a la Iglesia, que debe reconocer en ellas su modelo; orientaciones para el seguimiento que afectan a cada fiel, si bien de modo diferente, según las diversas vocaciones”. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 36.
4.- Qué me dice hoy a mí este texto bíblico. (Silencio)
5.- Propósito. Hoy intentaré sintonizar con el amor que Jesús me tiene para intentar corresponder a su amor.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, Tú, mientras vivías en este mundo, no tenías donde reclinar tu cabeza. Tu cabeza divina no encontraba sitio donde poder descansar. Nada ni nadie en este mundo podía servir de almohada donde reposar una cabeza llena de tantos proyectos, tantas ideas geniales, tantos sueños. Pero sí encontrarse un lugar adecuado, aunque invisible, donde poder descansar a gusto: el corazón de Dios, tu Padre. En Él descansaste a la hora de tu muerte.
miércoles, 25 de junio de 2025
Santos Pedro y Pablo. 29 de junio de 2025
¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre?
INTRODUCCIÓN
Señor, en la fiesta de San Pedro me siento limitado como él; pecador como él; pero también muy querido de Ti como él. Haz que, como Pedro, yo también sepa superar mis pecados, mis deficiencias, mis negaciones, por la fuerza de mi sincero amor.
LECTURAS BÍBLICAS
1ª lectura: Hechos 12, 1-11; 2ª lectura: 2Tim. 4, 6-8.17-18.
EVANGELIO
Mateo 16, 13-19
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
MEDITACIÓN-REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy Jesús hace dos preguntas
1ª) a la gente. 2ª) a los discípulos.
Pregunta a la gente. Como dice el Papa Francisco, la pregunta a la gente es muy importante. A Jesús le interesa la opinión de la gente, los problemas y preocupaciones de la gente, lo que palpita en el corazón de los hombres y mujeres del mundo. Sin esta consulta a la gente la Iglesia difícilmente podrá dar una respuesta acertada, real y actual al mundo. Como nos aconseja el Concilio Vaticano II “hay que escrutar los signos de los tiempos» (G.S. 44). Y nos lo ha recordado constantemente el Papa Francisco en este año SINODAL.
Pregunta a nosotros. La segunda pregunta la plantea Jesús a los discípulos y contesta Pedro en nombre de todos. Aparentemente Pedro da una buena respuesta ya que es elogiado por el propio Jesús. Pero hay que seguir leyendo el evangelio y nos daremos cuenta de que esta respuesta es insuficiente ya que, cuando Jesús les dice que el Mesías debe padecer mucho y morir, San Pedro protesta enérgicamente: “De ninguna manera debe pasarte eso a ti”. Y Jesús le da una respuesta muy dura: “Apártate de aquí, Satanás”. Pedro se equivocó al pretender dar lecciones a Jesús marcándole el camino que debía seguir. El camino lo marco yo. Tú, ponte detrás de mí. En honor a Pedro, éste supo dar una buena respuesta cuando, después del anuncio de la Eucaristía, Jesús pregunta: ¿También vosotros queréis marchar? Y Pedro, en nombre de todos, contesta: ¿Maestro, ¿adónde iremos? Tú tienes palabras de vida eterna (Jn. 6,68). Una respuesta válida para todos los tiempos: Sin Cristo estamos perdidos, no sabe mos dónde ir. Sus palabras saben a vida eterna. Con Pedro, Cristo nos da también a nosotros las llaves para “abrir el libro de la vida” y descubrir el sentido de nuestra historia.
PREGUNTAS
1.- Las preguntas de Jesús nunca se hacen sobre cosas superficiales: el tiempo, dónde voy a pasar el fin de semana, o la matrícula del nuevo coche. Va siempre a la persona, a lo que más afecta a la persona. ¿Caigo en la cuenta de la cantidad de preguntas inútiles que hago a lo largo de la vida?
2.- ¿Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? A Jesús le interesa lo que Jesús supone en mi vida. No caben respuestas evasivas.
3.- Ante Jesús nadie pasaba indiferente. Levantaba preguntas en la gente. Mi vida de cristiano, ¿levanta preguntas en las personas que viven a mi lado?
EVANGELIO DEL DÍA 28 de junio de 2025
Inmaculado corazón de María
Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.
1.- Oración introductoria.
Señor, ayer celebramos tu fiesta, la fiesta del corazón, la fiesta del amor. Hoy, trasvasamos esa misma fiesta a tu madre. ¿No es el corazón de una madre el lugar de la mejor fiesta para cada hijo? Y el corazón de María fue en este mundo el lugar privilegiado para ti, Señor. Era la cuna donde Tú descansaste de niño. Allí aprendiste a escuchar el latido del corazón de una madre, de todas las madres y de toda la humanidad.
2.- Lectura reposada del Evangelio: Lucas 2, 41-51
María y José iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Él les dijo: Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.
3.- Qué dice el texto
Meditación-reflexión.
Quiero comenzar mi reflexión con estas palabras de María: Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Y me da devoción poner una admiración en estas palabras: ¡TU PADRE Y YO! Tu padre y yo siempre estamos juntos. Jamás discutimos y menos ahora. Tu padre y yo sólo vivimos para ti. Eres el centro de nuestra ocupación y preocupación. Por ti trabajamos de día y contigo soñamos de noche. Si tú te pierdes, nosotros desaparecemos. San José es el hombre sencillo, humilde, nunca aparece. Por eso María tiene interés en sacarlo a la escena, aunque sólo sea para nombrarlo, aunque sólo sea para decir que es un esposo maravilloso y un padre encantador ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi padre? Y nos dice el mismo texto: “Pero ellos no comprendieron”. Tampoco le pidieron ninguna explicación. “Aceptaron el misterio y cargaron con él”. Si hubieran intentado abrirlo, lo hubieran estropeado. El misterio es de Dios y sólo de Dios. El misterio es lo que rebasa al hombre, le trasciende, le supera, y, al mismo tiempo, le estremece y le fascina. Y es precisamente ese MISTERIO el que María conserva en su corazón. Es la riqueza suprema de un Dios Inmenso, Infinito, que el hombre apenas puede vislumbrar. Respecto al Evangelio, conviene unir dos frases: “Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos”. (Jn. 20,30) Y la del evangelio de hoy: “Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón”. Muchas palabras, muchos signos, mucha vida de Jesús no ha quedado consignada por escrito. Pero no hay que temer. Todo está conservado cuidadosamente en el corazón de la Virgen. María es el “quinto evangelio”, el más amplio, el más rico, el más gustado, el más experimentado. No dejemos nunca de ir a beber en la fuente de este quinto evangelio.
Palabra del Papa.
“Jesús permaneció en esa periferia durante treinta años. El evangelista Lucas resume este período así: Jesús “estaba sujeto a ellos [es decir a María y a José]”. Y uno podría decir: ‘Pero este Dios que viene a salvarnos, ¿perdió treinta años allí, en esa periferia de mala fama?’. ¡Perdió treinta años! Él quiso esto. El camino de Jesús estaba en esa familia. “Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres”. No se habla de milagros o curaciones, de predicaciones —no hizo nada de ello en ese período—, de multitudes que acudían a Él. En Nazaret todo parece suceder ‘normalmente’, según las costumbres de una piadosa y trabajadora familia israelita: se trabajaba, la mamá cocinaba, hacía todas las cosas de la casa, planchaba las camisas… todas las cosas de mamá. El papá, carpintero, trabajaba, enseñaba al hijo a trabajar. Treinta años. “¡Pero qué desperdicio, padre!”. Los caminos de Dios son misteriosos. Lo que allí era importante era la familia. Y eso no era un desperdicio. Eran grandes santos: María, la mujer más santa, inmaculada, y José, el hombre más justo… La familia”. (S.S. Francisco, Audiencia General del 17 de diciembre de 2014).
4.- ¿Qué me dice hoy a mí este evangelio ya comentado? (Silencio)
5.-Propósito
Cuando me encuentre triste, solo, sin ganas de leer el evangelio escrito, voy a ir al evangelio de María. Allí encontraré la respuesta concreta, medida y recortada hoy para mí.
6.- Dios me ha hablado a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Dios mío, por tu madre. Gracias porque nos la dejaste también a nosotros antes de morir. Es un bonito regalo. Tiene manos de madre, pies de madre, ojos de madre, pero ante todo, tiene CORAZON DE MADRE. Ella no es meta sino camino. Ella no quiere ser protagonista de nada. Su ilusión es siempre darnos a Jesús, el fruto bendito de su vientre. ¡Gracias, Señor!
EVANGELIO DEL DÍA 27 de junio de 2025
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
1.- Oración introductoria.
Señor, hoy es fiesta, una fiesta muy bonita: es la fiesta del corazón, es decir, la fiesta del amor. Y celebramos el amor desbordado de Dios a nosotros. No se trata de venerar “un músculo” de su cuerpo. Se trata de celebrar el significado profundo de este día. Dios es amor; Dios es corazón; Dios es misericordia; Dios es ternura. Con un Dios así, ¿quién va a estar triste? ¿Quién no va a estar contento?
2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 15, 3-7
En aquel tiempo Jesús dijo esta parábola a los escribas y fariseos. ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.» Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Esta parábola la dijo Jesús a los “escribas y fariseos”, es decir, aquellos que se escandalizaban de que Jesús hablara de un Dios tan cercano, tan entrañable, tan maravilloso. En Jesús no aparecen las palabras: ira, castigo, venganza, enemigos. Sí, en cambio, no cesa de hablar de un Dios que es ABBÄ-PAPÁ. Nadie se había atrevido a hablar de Dios de esa manera. Los fariseos, tildaban a Jesús de irreverente. Y todavía más. Les anuncia que ese Dios de quien ellos hablan, no está contento de cómo ellos hablan de Él. En cambio, está entusiasmado de lo bien que habla de Él ese tal Jesús. Precisamente esta parábola quiere resaltar “el gozo de Dios”, la felicidad que siente Dios cuando un pecador se arrepiente y vuelve a su casa. Ese hijo le da más alegría que los otros que nunca se han ido de casa. ¿Cómo puede ser esto? Y dirá San Agustín: “Dame un corazón que ame y entenderá lo que digo”. Dios es Padre y Madre. Y aquí, en este mundo, suceden estas cosas: Si unos padres tienen cinco hijos y les cae uno gravemente enfermo, ese hijo, si se pone bueno, les da más gozo que los otros que están sanos. Así es Dios.
Palabra del Papa
“Así pues: seguir a Jesús por el camino de la caridad, ir con Él a las periferias existenciales: «La caridad de Jesús es una urgencia», decía Pablo (cf. 2 Co 5, 14). Para el buen Pastor, lo que está lejos, periférico, lo que está perdido y despreciado es objeto de una atención mayor, y la Iglesia no puede sino hacer suya esta predilección y esta atención. En la Iglesia, son primeros los que tienen mayor necesidad, humana, espiritual, material, más necesidad” (Papa Francisco con pobres y presos, Cagliari, 22.9.13).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)
5.- Propósito:
Sabiendo lo que agrada a Dios, voy a convertirme del todo para darle esa satisfacción.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te agradezco esta fiesta tan bonita del corazón, esta fiesta del amor. Si el amor y la fiesta van siempre juntos, ¿Por qué no soy feliz? ¿No será que amo demasiado poco? ¿No será que mi corazón es tacaño, ruin, miserable? Dame, Señor, un corazón grande, capaz de amarte a Ti sobre todas las cosas y amar a mis hermanos como Tú quieres que los ame. Así mi corazón estará siempre en fiesta.
EVANGELIO DEL DÍA: 26 de junio de 2025
No todo el que me diga: «Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos”
Hoy la Palabra de Jesús en el evangelio es dura y exigente. Me dices Jesús que debo vivir en verdad y no aparentar lo que no soy. Tu palabra debe transformar mi vida. Si me limito a escucharla cada día, pero sigo igual, no avanzo, no cambio, no me transformo, no me parezco cada día un poco más a ti, estoy edificando mi vida sobre la arena movediza. En cualquier momento, todo puede terminar en una ruina total. Ayúdame, Señor, a edificar mi vida sobre la roca firme de las obras.
2.- Lectura reposada de la Palabra del Evangelio Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga: «Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?» Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; ¡apartaos de mí, agentes de iniquidad!» Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina. Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.
3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión
Nosotros, los que tomamos el evangelio cada día en nuestras manos, no podemos olvidar que la Palabra de Dios es “interpelación”. Es un desafío que nos invita a cambiar, a transformarnos, a ajustar nuestra vida al evangelio. Y nos preguntamos. ¿Por qué leyendo el Evangelio todos los días se nota tan poco en nuestras vidas? Seguimos teniendo los mismos defectos, las mismas limitaciones, las mismas rutinas. Y lo peor es que podemos seguir engañándonos a nosotros mismos y creer que ya somos buenos. Ya en el siglo IV San Juan Crisóstomo advertía a sus fieles:” ¿Acaso creéis que el fervor espiritual consiste simplemente en venir continuamente a la celebración de la Divina Liturgia? Eso no sirve para nada si no obtenemos algún fruto: si no sacamos ningún partido, es mejor que nos quedemos en casa”. El gran profeta Isaías arengaba al pueblo a pensar en la fe de sus antepasados: “Mirad la piedra de que fuisteis tallados, y el corte en la roca de donde fuisteis sacados. Mirad a Abrahán, su padre, y a Sara, que los dio a luz” (Is 51,1-2). En estos tiempos donde se debilita la fe, no está demás el pensar en la fe de nuestros padres. Como diría San Agustín, “la fe en Jesús la aprendimos en el pecho de nuestras madres”. Unas madres sencillas, trabajadoras, sacrificadas, que al mismo tiempo que nos enseñaban a hablar y a caminar, nos enseñaron también a rezar.
Palabra del Papa.
“Cristo nos pide permanecer en su amor. Hay dos criterios que ayudan a distinguir el verdadero amor del que no lo es. El primer criterio es éste: el amor está más en los hechos que en las palabras, no es un amor de telenovela, una fantasía, historia que nos hacen latir el corazón, pero nada más, está en los hechos concretos. Jesús avisaba a los suyos: «No los que dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que han hecho la voluntad de mi Padre, que cumplen mis mandamientos». El verdadero amor es concreto, está en las obras, es un amor constante. No es un sencillo entusiasmo. También, muchas veces es un amor doloroso: pensemos en el amor de Jesús llevando la cruz. Pero las obras de amor son las que Jesús nos enseña en el pasaje del capítulo 25 de san Mateo. Quien ama hace esto, el protocolo del juicio: Estaba hambriento y me han dado de comer, etc. Las bienaventuranzas, que son el programa pastoral de Jesús, son concretas. El segundo criterio del amor es que el amor se comunica, no permanece aislado. El amor da de sí mismo y recibe, se da esa comunicación que existe entre el Padre y el Hijo, una comunicación que la hace el Espíritu Santo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 7 de mayo de 2015, en Santa Marta).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto evangélico que acabo de meditar? (Silencio)
5.- Propósito: Pensaré que puedo arruinar mi vida si no pongo en práctica las enseñanzas de Jesús.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, hoy quiero agradecerte tu palabra exigente. Gracias por esta sacudida que he sentido en el alma. Yo también, como cristiano, puedo vivir del cuento, puedo poner el paraguas y constatar cómo la lluvia de tu Palabra resbala sobre mí. Yo te prometo cambiar, prometo hacer un propósito de llevar a la vida lo que oigo en el evangelio. Quiero asentar mi vida sobre la roca firme.
EVANGELIO DEL DÍA 25 de junio de 2025
Por sus frutos los reconoceréis.
1.- Introducción.
Señor, en este día vengo a pedirte que me concedas una vida auténtica, sin disfraces ni trastiendas. No quiero aparentar lo que no soy. Yo no puedo asentar mi vida sobre una gran mentira. No quiero vivir de apariencias. Quiero fundamentar mi vida en la verdad; por eso no quiero que mis obras desmientan mis palabras. Yo quiero que mis palabras, como te ocurría a Ti, sean una glosa de mi vida.
2.- Lectura reposada del evangelio Mateo 7, 15-20
«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Según este evangelio las personas pueden ser: personas-oveja y personas-lobo. Pero es importante que sepamos distinguirlos. ¿Cómo? Sólo por las obras. La persona-lobo, aunque se disfrace de oveja, es violenta, agresiva, crea conflictos, disensiones, divisiones, enfrentamientos. En cambio, la persona-oveja es tolerante, dulce, amable, comprensiva, servicial. La persona-lobo ahuyenta, separa, da miedo. La persona-oveja atrae, cautiva, siembra armonía, alegría y paz. Las personas-lobo, siembran el mundo de maldad, de destrucción y de muerte. Las personas-oveja, siembran el mundo de bien, de esperanza y de vida.
El evangelio de hoy nos llama a la autenticidad, a no vivir de fachada. Siempre debemos tener presentes las palabras del Señor a la Iglesia de Sardes: “Conozco tus obras: Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto”. Y siempre estamos muertos si no vivimos del amor.
Palabra del Papa
La verdadera caridad consiste en amar tanto a los amigos como a los enemigos, añade: «Si uno adolece de esta virtud, pierde todo bien que tiene, es privado del talento recibido y es arrojado fuera, a las tinieblas». ¡Queridos hermanos, acojamos la invitación a la vigilancia, a la que tantas veces nos llaman las Escrituras! Es la actitud de quien sabe que el Señor volverá y querrá ver en nosotros los frutos de su amor. La caridad es el bien fundamental que nadie puede dejar de hacer fructificar y sin el cual todo otro don es vano. Si Jesús nos ha amado hasta el punto de dar su vida por nosotros, ¿cómo podríamos no amar a Dios con todas nuestras fuerzas y amarnos de verdadero corazón los unos a los otros? Sólo practicando la caridad, también nosotros podremos participar en la alegría del Señor. Que la Virgen María sea nuestra maestra de laboriosa y alegre vigilancia en el camino hacia el encuentro con Dios. Benedicto XVI, 13 de noviembre de 2011.
4.- Qué me dice este texto evangélico ya meditado. (Guardo silencio)
5.-Propósito. No hacer nada en este día que no esté sugerido por el amor.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, no consientas nunca que yo viva mintiendo, aparentado aquello que no soy. Me preocupa que la gente me estime por lo que aparento; me valore por lo que no tengo; y me aprecie por lo que no soy. Quiero llevar una vida sencilla, servicial, auténtica, fiable. Quiero ser yo y no lo que parezco ser. Quiero madurar y realizarme como persona, pero para eso debo vivir de la verdad, la autenticidad, la transparencia. Quiero ser lo que soy a los ojos de Dios.
lunes, 23 de junio de 2025
Lectio Divina: 24 dde junio de 2025
“San Juan Bautista”
1.- Oración introductoria.
Señor, te confieso que me fascina la figura de Juan y te pido que sepa imitarle en su humildad: “es la voz de otro”. Está llamado a señalar a otro que viene detrás y es más que él. Haz que el importante de mi vida no sea yo, sino que seas Tú. Que yo sólo viva para anunciarte con mis palabras y, sobre todo, con el testimonio de mi vida.
2.- Lectura reposada del evangelio. Lc. 1,57-66,80
Se le cumplió a Isabel el tiempo y dio a luz un hijo. Sus vecinos y parientes oyeron que el Señor le había mostrado su gran misericordia y se alegraron con ella. Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían llamarlo Zacarías, como su padre. Pero su madre dijo: -No, se llamará Juan. Le dijeron: No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre. Se dirigieron entonces al padre y le preguntaron por señas cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Entonces, todos se llevaron una sorpresa. De pronto recuperó el habla y comenzó a bendecir a Dios. Todos sus vecinos se llenaron de temor, y en toda la montaña de Judea se comentaba lo sucedido. Cuantos lo oían pensaban en su interior: «¿Qué va a ser este niño?». Porque efectivamente el Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su interior. Y vivió en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.
3.- Qué dice la Palabra de Dios.
Meditación-reflexión.
1.- San Juan como hombre.
Normalmente, cuando nos preguntan como a Juan: Tú, ¿quién eres? enseguida enseñamos todos nuestros títulos… soy doctorado, licenciado, obispo, párroco, maestro, etc. En cambio, San Juan dice: Yo no soy… No soy el Mesías. No soy profeta… No soy… ¿Quién eres? Mi misión es ser referente a Otro. Dar paso al que viene detrás de mí y es más que yo. Nos cuesta dar paso a otro. Nos cuesta aceptar que no somos importantes, imprescindibles; que hay otro que viene detrás y hace las cosas como nosotros y mejor que nosotros. Nos cuesta decir como San Juan: “Conviene que Él crezca y que yo disminuya”. Pero ahí está precisamente la grandeza de este hombre.
2.- San Juan como profeta.
A veces entendemos mal eso de profeta. Decimos que es como un adivino que ve el futuro y nos habla de lo que va a pasar. Pero el profeta es el que anuncia y denuncia. Anuncia la Buena Nueva de Dios o de Jesucristo. Da buenas noticias sobre Dios y sobre Jesús. Y denuncia todo lo que está mal. Juan tuvo valentía para decirle a Herodes: “No te es lícito tener la mujer de tu hermano”.
3.- San Juan, el Santo.
De San Juan se dice que “nunca abaja el dedo”. No puede porque siempre debe apuntar a Jesucristo, a Dios. Dios es el Absoluto, el único necesario a quien debemos adorar. Hoy que tantos niegan a Dios o lo eliminan de sus vidas, hace falta cristianos con el dedo levantado, es decir, con su testimonio apuntando a Dios… gritando a Dios, diciendo que la vida sin Dios no tiene sentido, ni tiene salida. ¡O Dios o Nada!
Palabra del Papa.
¿Quién es Juan? Él mismo, dijo el Papa, explica: «Yo soy la voz, una voz en el desierto», pero «es una voz sin la Palabra, porque la Palabra no es él, es un Otro». He aquí el misterio de Juan: «Nunca se apodera de la Palabra». Juan «es aquel que indica, que señala». El «sentido de la vida de Juan – añadió – es señalar a otro». Y realmente Juan «era el hombre de la luz, llevó la luz, pero no era su propia luz, era una luz reflejada.» Juan es «como una luna», y cuando Jesús comenzó a predicar, la luz de Juan «comenzó a disminuir a bajar.» «Voz, no Palabra – dijo el Papa – luz, pero no propia»: «Juan parece ser nada” Esa es la vocación de Juan: desaparecer (24-06-2013).
4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Guardo silencio)
5.- Propósito: Hacer todo en este día pensando: lo hago por Otro. Él es el importante. Yo soy su voz, pero no su palabra.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te doy gracias por Juan Bautista, ese hombre tan grande por ser pequeño, por no querer ser protagonista de nada, por dar paso a otro, por no querer figurar. Su misión fue la de señalar con el dedo y decir: Ahí está el Cordero de Dios. Ése sí que es importante. Yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia. Gracias, Señor, por esta figura tan genial.
Lectio Divina: 23 de junio de 2025
“No juzguéis, para que no seáis juzgados”
1.- Introducción.
Señor, hoy te pido en este evangelio, que me ayudes a ser objetivo, a ver las cosas como son y no como a mí me parecen; a no valorar los comportamientos humanos a partir del afecto o desafecto que yo tengo con las personas a las que me atrevo a enjuiciar. Suele ocurrir que una misma acción es valorada de una manera distinta si se trata de una persona que me cae bien o me cae mal. Señor, dame un corazón sano, una mente limpia y una mirada de fe para emitir un juicio objetivo sobre mis hermanos.
2.- Lectura reposada del evangelio. Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: «Deja que te saque la brizna del ojo», teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
La mota y la viga. Al Señor le gusta exagerar los términos de comparación para que caigamos en la cuenta de nuestros errores y cambiemos. El no ver una mota no tiene demasiada importancia respecto a nuestra salud del ojo. Pero no ver una viga significa que tengo mis ojos muy estropeados, que me urge la visita al oculista, que estoy a punto de perder la vista. Pablo tenía sus ojos muy sucios cuando en cada cristiano veía a un enemigo. En realidad estaba ciego. Por eso tuvo que estrenar unos ojos nuevos, los ojos del amor. Y, con esta mirada del corazón, pudo ver a Jesús en cada uno de los cristianos a los que perseguía. Lamentablemente, a más de veinte siglos de distancia, seguimos estando ciegos, no vemos a Cristo en el rostro de nuestros hermanos. Qué bonitas las palabras del Papa Pablo VI a todos los cristianos al acabar el Concilio Vaticano II. “En el rostro de cada hombre, sobre todo si se ha hecho transparente a través de las lágrimas y el dolor, nosotros podemos y debemos reconocer el rostro de Cristo”. Antes de ver “motas” en el ojo de nuestros hermanos, quitemos las “vigas” que llevamos en los nuestros.
Palabra del Papa.
“No se puede corregir a una persona sin amor y sin caridad. No se puede hacer una intervención quirúrgica sin anestesia: no se puede, porque el enfermo morirá de dolor. Y la caridad es como una anestesia que ayuda a recibir la cura y aceptar la corrección. Apartarlo, con mansedumbre, con amor y hablarle. En segundo lugar es necesario no decir algo que no es verdad. Cuántas veces en nuestras comunidades se dicen cosas a una persona de la otra que no son verdaderas: son calumnias… La corrección fraterna es un acto para curar el cuerpo de la Iglesia. Hay un agujero, ahí, en el tejido de la Iglesia que es necesario coser de nuevo. Y como las madres y las abuelas, cuando cosen, lo hacen con mucha delicadeza, así se debe hacer la corrección fraterna. Si no eres capaz de hacerlo con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, se comete una ofensa, una destrucción del corazón de la persona. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 12 de septiembre de 2014, en Santa Marta).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio)
5.- Propósito: Evitar los prejuicios para mirar hoy a todas las personas con la mirada del corazón.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Dios mío, qué bella, qué fuerte, qué eficaz es tu Palabra. Yo, por mí mismo, nunca hubiera caído en la cuenta de la terrible enfermedad de mis ojos del alma. Hoy he visto lo hipócrita que soy. Qué duro, que inflexible, qué intransigente soy a la hora de hacer un juicio a los demás. Y, por otra parte, qué blando, qué condescendiente, qué comprensivo soy con mis errores y defectos. Sigo con la ley del embudo: lo ancho para mí y lo estrecho para los demás. Te prometo, Señor, que voy a cambiar.