sábado, 7 de abril de 2018

ME APUNTO A RELIGIÓN


Me apunto a religión
En esta ocasión la campaña se dirige por primera vez y principalmente a los adolescentes y jóvenes que ya no se inscriben a religión o que nunca se han apuntado a esta asignatura. La perspectiva utilizada en el vídeo de campaña y en internet y las redes sociales insiste en la libertad para elegir esta materia, con el claim “Si te lo cuestionas todo, cuestiónate por qué no ir a religión”.
La dirección de la campaña hacia el público adolescente se decide por el hecho de que se constata como, a partir de los 12-13 años, son los mismos alumnos los que toman la decisión sobre la inscripción en la clase de religión. Después son los padres los que, sobre esta decisión, realizan posteriormente la matrícula.
También parte de la campaña se dirige hacia los padres que toman esa decisión, vinculando el derecho que tienen para elegir el modelo de educación de sus hijos con la responsabilidad que ello implica. Por eso, desde la Comisión Episcopal de Enseñanza se invita a los padres a favorecer la educación religiosa de sus hijos, sin dejarse frenar por las dificultades que pueden encontrar a la hora de apuntarles a la asignatura de religión católica.
Situación de la enseñanza de religión
La clase de religión es hoy una demanda social y una necesidad social, que reclama más del 60% de la población escolar, en los distintos niveles de infantil, primaria y secundaria, y que escogen libremente 3,5 millones de alumnos. 30.000 profesores de religión realizan esta misión educativa encomendada por los padres con una capacitación profesional del mismo nivel que se exige al resto de sus compañeros, profesores en otras asignaturas. Del número de profesores de religión, el 35% realizan esta actividad en centros públicos y 65% en centros concertados.
La presencia de la Iglesia en el ámbito educativo se realiza a través de 2.600 centros educativos entre los que se cuentan casi 400 centros de educación especial que atienden a 12.000 alumnos con necesidades especiales. Otro dato que es importante es que en los centros católicos hay 71.000 alumnos de otros países, inmigrantes, a los que se educa para formar parte de esta sociedad en la que viven y a la que contribuirán con su trabajo.
Los alumnos que eligen la clase de religión optan por una asignatura bien preparada, con buen profesorado, útil para conocer la sociedad en la que viven, sus tradiciones y su cultura, y por encima de todo valiosa para desarrollarse como personas de manera integral.


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