En estos últimos momentos del año que hoy termina aquí, Señor, vengo a ti en silencio y en recogimiento,
Para decirte: GRACIAS.
Para solicitarte: AYUDA,
Para implorarte: PERDON.
¡GRACIAS!
Señor, por la paz, por la alegría, por la unión que los hombres mis hermanos, me han brindado; por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron, por esa mano oportuna que me levantó, por esos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón que, amistad, cariño y amor me dio.
GRACIAS, Señor, también por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron.
GRACIAS, Señor... me cuesta trabajo decirlo... por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto, por el engaño, por la injusticia, por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.
Tú, lo sabes, Señor, cuan difícil fue aceptarlo; quizá estuve a punto de la desesperación pero ahora me doy cuenta que todo esto me acercó más a Ti ¡Tú sabes lo que hiciste!
GRACIAS, Señor, sobre todo por la fe que me has dado en Ti y en los hombres.
Por esa fe que se tambaleó, pero que Tú nunca dejaste de fortalecer, cuantas veces encorvado bajo el peso del desánimo, me hizo caminar por el sendero de la verdad a pesar de la oscuridad.
AYUDA
Te he venido también a implorar para el año que está a punto de comenzar, 2017. Lo que el futuro me depara, lo desconozco, Señor. Vivir en la incertidumbre, en la duda, no me gusta, me molesta, me hace sufrir. Pero sé que Tú siempre me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás, eres fiel.
Yo sé que contaré con tu ayuda.
Tú sabes que no siempre cooperaré.
Yo sé que me tenderás la mano.
Tú sabes que no siempre la tomaré.
Por eso, hoy te pido que me ayudes a dejarme ayudar,
Que llenes mi vida de esperanza y generosidad.
No abandones la obra de tus manos, Señor...
PERDON
No podría retirarme sin pronunciar esa palabra que tantas veces te bebería haber dicho, pero que por mi negligencia y orgullo he callado.
PERDÓN, Señor, por mis negligencias, descuidos y olvidos, por mi orgullo, por mi vanidad, por mi necedad y capricho, por mi silencio y mi excesiva locuacidad.
PERDÓN, Señor, por prejuzgar a mis hermanos, por mi falta de alegría y entusiasmo, por mi falta de fe y confianza en Ti, por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.
PERDÓN, porque me han perdonado y no he sabido perdonar.
PERDÓN por mi hipocresía y doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido pero, que en el fondo no es más que engaño a mí mismo y los demás.
PERDÓN por esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé, por esa mano que no tendí, por esa mirada que desvié, por esos oídos que no presté, por esa verdad que omití, por ese corazón que no amó... Por ese YO que se prefirió. SEÑOR, no te he dicho todo.
Llena con tu amor mi silencio y mi gran cobardía.
GRACIAS por todos los que no te dan las gracias.
AYUDA a todos los que no imploran tu ayuda.
PERDON por todos los que no te piden perdón.
Me has escuchado... ahora, Señor, habla Tú, te escucho...
Un año termina Señor.
GRACIAS, Señor, por todo lo que en este año me diste.
GRACIAS por los días de sol y los nublados tristes.
GRACIAS por las noches tranquilas y por las inquietas horas obscuras.
GRACIAS por la salud y la enfermedad.
GRACIAS por las penas y las alegrías.
GRACIAS por todo lo que me prestaste y después me pediste.
GRACIAS, Señor, por la sonrisa amable y la mano amiga, por el amor y todo lo hermoso y dulce.
Por las flores y las estrellas y la existencia de los niños y de las almas buenas.
GRACIAS por la soledad, por el trabajo, por las dificultades, y las lágrimas, por todo lo que me acerco a ti más íntimamente.
GRACIAS por tu presencia en el sagrario y la gracia de los sacramentos.
Por haberme dejado vivir...
GRACIAS, SEÑOR.
Un año inicia.
Da vuelta otra hoja del libro de mi vida.
¿Qué traerá el año que empieza?
Lo que tú quieras Señor.
Pero te pido Fe para mirarte en todo.
Esperanza para no desfallecer.
Caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera.
Dame Paciencia y Humildad.
Dame Desprendimiento y un Olvido total de mí mismo.
Dame, Señor; lo que tú sabes me conviene y yo no sé pedir,
Que pueda yo amarte cada vez más, y hacerte amar de los que rodean.
Que sea yo grande en lo pequeño.
Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas, el pie dispuesto.
Derrama, Señor, tus gracias, sobre todos los que quiero.
Mi amor abarca el mundo y aunque yo soy muy pequeño, sé que todo lo colmas con tu bondad inmensa.
AMÉN
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