Este joven músico se llama Guillermo Esteban aunque en el mundo del rap se hace llamar Grilex. Es el segundo de cinco hermanos y ha visitado Mater Mundi TV por segunda vez con fuerzas renovadas y muchas ideas en la recámara que tiene para los próximos meses. Hoy, es una persona con las ideas muy claras, su forma de cantar y sus letras llegan a miles de jóvenes a través de sus conciertos de rap, un género que podría ser poco entendido en el mundo católico pero que el lo ha levantado con fuerza y poniendo letra a su propia vida.
Una vida que ya no resulta ser la misma que hace unos años cuando Grilex ni estaba cerca de la fe, ni pensaba que le hacía falta en su vida ni en su música. Eso le llevó a llevar una vida vacía en muchos aspectos y que también se veía reflejada en las letras de sus canciones. Ego, letras agresivas y la enfermedad de su hermano, fueron motivos más que suficientes para revelarse contra Dios. Cuando pensaba que no necesitaba de nada ni de nadie, su madre le invitó a que la acompañara a misa y con mucha reticencia fue y cuál fue su sorpresa que acabó yendo a unas cenas Alpha donde se tratan temas de fe en comunidad. "Lo que más me llamó la atención de esas cenas fue las personas que servían, porque estaban todo el rato con una sonrisa en la boca".
En esta etapa de la vida de Grilex comienza el camino de la reconversión. "Yo el rap que hacía era muy destructivo y de repente en unas convivencias que nos fuimos tuve la experiencia de encontrarme con el Señor, me regaló una sensación de paz, amor, que en ningún momento la había sentido por nadie ni por nada", explica Grilex.
Una vida que ya no resulta ser la misma que hace unos años cuando Grilex ni estaba cerca de la fe, ni pensaba que le hacía falta en su vida ni en su música. Eso le llevó a llevar una vida vacía en muchos aspectos y que también se veía reflejada en las letras de sus canciones. Ego, letras agresivas y la enfermedad de su hermano, fueron motivos más que suficientes para revelarse contra Dios. Cuando pensaba que no necesitaba de nada ni de nadie, su madre le invitó a que la acompañara a misa y con mucha reticencia fue y cuál fue su sorpresa que acabó yendo a unas cenas Alpha donde se tratan temas de fe en comunidad. "Lo que más me llamó la atención de esas cenas fue las personas que servían, porque estaban todo el rato con una sonrisa en la boca".
En esta etapa de la vida de Grilex comienza el camino de la reconversión. "Yo el rap que hacía era muy destructivo y de repente en unas convivencias que nos fuimos tuve la experiencia de encontrarme con el Señor, me regaló una sensación de paz, amor, que en ningún momento la había sentido por nadie ni por nada", explica Grilex.
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