Zacarías e Isabel, padres de San Juan Bautista, son dos figuras discretas pero inmensas dentro de la historia de la salvación. El Evangelio de San Lucas los describe como “justos ante Dios”, fieles a la Ley y llenos de esperanza, aun en medio de una profunda herida: no podían tener hijos, y la vejez ya había sellado esa imposibilidad.
Pero Dios no llega tarde. Cuando ya nada era humanamente posible, el ángel Gabriel se apareció a Zacarías en el templo y anunció lo impensado: Isabel concebiría un hijo llamado Juan, el precursor del Mesías. Su historia es un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: la fidelidad de Israel se encuentra con el amanecer del Evangelio.
Zacarías, sacerdote; Isabel, descendiente de Aarón; ambos símbolos de la espera que no se rinde, de la fe que no envejece, del corazón que sigue creyendo incluso cuando el silencio de Dios parece eterno.
📌 Fiesta litúrgica: 5 de noviembre
📌 Su hijo: San Juan Bautista, “la voz que clama en el desierto”
📌 Su mensaje: Dios cumple sus promesas cuando todo parece perdido
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