San Carlos Borromeo (1538-1584) fue uno de los grandes santos que Dios levantó para renovar la Iglesia en tiempos de oscuridad.
Cardenal a los 22 años, arzobispo de Milán, reformador decidido del clero y ejemplo de pastor que no abandonó a su pueblo incluso durante la peste.
Fue pieza clave en el Concilio de Trento, luchó contra la corrupción, impulsó la formación de sacerdotes y dio el ejemplo viviendo con austeridad, oración y caridad.
“Las almas se conquistan de rodillas” – San Carlos Borromeo
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