miércoles, 8 de octubre de 2025

VÍSPERAS Jueves 9 de Octubre de 2025

 

LAUDES Jueves 9 de Octubre de 2025

 

Lectio Divina: 9 de octubre de 2025

 

¡Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo!


1.- Oración introductoria.

Hoy, Señor, te pido más que nunca que me envíes tu Espíritu Santo. Sin Él yo no puedo rezar la oración del Padre Nuestro. Es verdad que en este día nos hablas de la necesidad que tenemos de rezar; pero déjame que te agradezca especialmente el detalle que has tenido de dejarnos esa maravillosa oración del Padre Nuestro. Es el compendio de la vida cristiana. Lo que caracteriza nuestra vida de cristianos es el sentirnos  amados, atraídos, abrazados, envueltos en la ternura de un Dios que es Amor. Gracias, Señor, por tu desmedida, por tu despilfarro.

2.- Lectura reposada del evangelio: Lucas 11, 5-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: «Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle», y aquél, desde dentro, le responde: «No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos», os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite. Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Es interesante conocer los tres verbos que usa Jesús para la oración. El que ora pide, busca y llama. En este pasaje no se dice qué es lo que se pide, qué es lo que se busca, por qué y dónde se llama. Lo importante es la actitud de pedir, de buscar, de llamar. El hombre recurre a Dios como un pobre, que necesita de la riqueza de Dios; como extraviado, que necesita volver al verdadero camino; como un descartado, sin techo y sin hogar, que necesita volver a la casa del Padre donde encuentra: comprensión, ternura, y lo que no podía imaginar: banquete, alegría, música, fiesta. Notemos la diferencia de este evangelio con relación a la versión de Mateo. Aquí se dice: “Cuanto más el Padre dará cosas buenas a los que se lo pidan” (Mt. 7,11). Lucas, ha cambiado el “cosas buenas” por el Espíritu Santo. La comunidad de Lucas ha descubierto que, entre las cosas buenas que el Padre nos puede dar, nada mejor que el Espíritu Santo. Hay una verdadera unión entre el Espíritu Santo y la auténtica oración. Nosotros no sabemos pedir. Es el Espíritu de Jesús, que habita dentro de nosotros, el que clama  desde nuestro interior y nos ayuda a decir ABBA-PAPA. (Ro. 8,15). Es el Espíritu Santo el que nos lleva a la auténtica y verdadera oración: la de sentir el gozo, el estremecimiento, de poder hablar con Dios como un niño pequeño con su papá. Sin la ayuda del Espíritu Santo, incluso la oración del Padre Nuestro se puede convertir en una oración más, sin profundizar en la novedad que le dio Jesús.

Palabra del Papa

“Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama, se le abrirá’. Pero se necesita, buscar y tocar a la puerta. Nosotros, ¿nos involucramos en la oración? ¿Sabemos tocar el corazón de Dios? En el evangelio Jesús dice: ‘Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!’ Esto es algo grande. Cuando oramos valientemente, el Señor nos da la gracia, e incluso se da a sí mismo en la gracia: el Espíritu Santo, es decir, ¡a sí mismo! Nunca el Señor da o envía una gracia por correo: ¡nunca! ¡La lleva Él mismo! ¡Él es la gracia! Lo que pedimos es un poco como el papel en que se envuelve la gracia. Pero la verdadera gracia es Él que viene a traérmela. Es Él. Nuestra oración, si es valiente, recibe lo que pedimos, pero también aquello que es lo más importante: al Señor”. (Cf. S.S. Francisco, 10 de octubre 2013, homilía en Santa Marta).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Silencio)

5.- Propósito: Hoy rezaré un Padre Nuestro, como si fuera la primera vez que lo hago. Y para ello, invocaré antes al Espíritu Santo.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Hoy, Señor, te quiero agradecer el haber entendido la necesidad que tengo del Espíritu Santo para rezar. Los judíos no se atrevían a rezar el Padre Nuestro. Esa familiaridad con Dios, era inaceptable para ellos. Fue necesaria  la fuerza del Espíritu Santo para poder hablar con Dios como un niño: con esa sencillez, con esa cercanía, con ese encanto. Nunca te daremos gracias suficientes por el inmenso regalo de habernos revelado el verdadero rostro de Dios.

Misa de hoy ⛪ Miércoles 8 Octubre de 2025

 

martes, 7 de octubre de 2025

VÍSPERAS Miércoles 8 de Octubre de 2025

 

LAUDES Miércoles 8 de Octubre de 2025

 

Lectio Divina: 8 de octubre de 2025

 

Cuando oréis, decid: Padre…

1.- Oración introductoria.

Señor, hoy me toca rezar con un tema precioso: el de la oración que Tú mismo nos dejaste: la oración del Padre Nuestro. Santa Teresa nos cuenta que se “atascaba” en la primera palabra y no podía seguir. Con sólo pronunciar el nombre de “PADRE” se le henchía el corazón de afectos, sentimientos, emociones, y no cesaba de darte gracias por habernos dejado esta oración tan preciosa. Que yo también, Señor, la disfrute hoy y la convierta en carne de mi carne y vida de mi vida.

2.- Lectura reposada del Evangelio según san Lucas 11, 1-4

Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión.

En los evangelios, los textos hay que enmarcarlos dentro de un contexto. En este caso, por el hecho de haber puesto San Lucas esta oración dentro del esquema del viaje de Galilea a Jerusalén, nos está diciendo que no se puede concebir una vida cristiana sin oración. Pero todavía quedan dos contextos inmediatos: 1) Los discípulos le piden a Jesús una oración que los distinga como cristianos; lo mismo que los discípulos de Juan tienen la suya.  Y Jesús les entrega el Padre Nuestro. Lo que distingue a un cristiano es ser hijo del Padre; sentir orgullo, emoción, gozo profundo al saber que Dios es nuestro Padre y nos ama con locura. 2) No olvidemos que los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar: “Cuando terminó de orar en cierto lugar”. ¿Qué ha pasado? Los discípulos, cuando Jesús desciende del monte, ven que su rostro está transfigurado, mucho más que el rostro de Moisés. El rostro de Jesús rezuma dulzura, bondad. Jesús siempre es amable, pero después de haber pasado una noche en oración su corazón se derrite de ternura. Es entonces cuando los discípulos le piden que les enseñe a orar. Es como decirle: Maestro, métenos también a nosotros en esa esfera de intimidad donde te metes Tú. Y Jesús les enseña el Padre Nuestro. Jesús más que palabras les entrega “la experiencia inefable” que ha tenido Él con su Padre en el silencio del monte.

Palabra del Papa

“Para rezar no hay necesidad de hacer ruido ni creer que es mejor derrochar muchas palabras. No podemos confiarnos al ruido, al alboroto de la mundanidad, que Jesús identifica con “tocar la tromba” o “hacerse ver el día de ayuno”. Para rezar no es necesario el ruido de la vanidad: Jesús dijo que esto es un comportamiento propio de los paganos. La oración no es algo mágico; no se hace magia con la oración; esto es pagano. Entonces, ¿cómo se debe orar? Jesús nos lo enseñó: Dice que el Padre que está en el Cielo “sabe lo que necesitáis, antes incluso de que se lo pidáis”. Por lo tanto, la primera palabra debe ser “Padre”. Esta es la clave de la oración. ¿Es un padre solamente mío? No, es el Padre nuestro, porque yo no soy hijo único. Ninguno de nosotros lo es. Y si no puedo ser hermano, difícilmente puedo llegar a ser hijo de este Padre, porque es un Padre, con certeza, mío, pero también de los demás, de mis hermanos”. (Cf. S.S. Francisco, de 2013, homilía en Santa Marta)

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio)

5.-Propósito: Hoy rezaré el Padre Nuestro como si fuera la primera vez que lo rezo. 

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Gracias, Señor, por el regalo que nos dejaste al entregarnos esta bonita oración del Padre Nuestro. Con la primera palabra quitas de nosotros todos miedos, toda tristeza, toda desconfianza. Y es como para morir de alegría y emoción al sentir tu cariño y ternura de Padre. Tú quieres ser amado por nosotros; no quieres ser temido.

Nacer de Nuevo: Una invitación al Sacramento de la Reconciliación

 

Rosario desde Lourdes - 07/10/2025

 

Misa de hoy ⛪ Martes 7 Octubre de 2025

 

🌹 Nuestra Señora del Rosario: la cadena que une al cielo

 


El 7 de octubre la Iglesia celebra a la Virgen del Rosario, título que recuerda el poder de esta oración sencilla y profunda. Fue instituida por el Papa San Pío V en el siglo XVI, tras la victoria de Lepanto, cuando toda la cristiandad rezó el Rosario pidiendo la protección de María. El Rosario no es solo repetir palabras, es recorrer con María los misterios de la vida de Jesús: su nacimiento, pasión y resurrección. La Virgen misma lo ha pedido en Fátima y en tantas apariciones: “Recen el Rosario todos los días”. Es el arma de los sencillos, la cadena que nos une al cielo, y el camino más seguro para llegar a Cristo. 📿 Bajo el manto de María del Rosario, siempre encontramos paz y victoria.

lunes, 6 de octubre de 2025

VÍSPERAS Martes 7 de Octubre de 2025

 

LAUDES Martes 7 de Octubre de 2025

 

Lectio Divina: 7 de octubre de 2025

 

“María, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra”

1.-Óración introductoria.

Señor, esta escena de Marta y María me parece encantadora. Simbolizan dos actitudes esenciales en la vida cristiana: la de hacer, trabajar, servir a los demás y la de escuchar a Dios y a los hermanos. Hoy día tenemos muchos ancianos en las residencias donde no les falta nada material, pero se mueren de soledad porque no hay nadie que quiera escucharles. Escuchar a Dios y a los hermanos es una faceta esencial en nuestra vida. Dame, Señor esa gracia.

2.- Lectura reposada del evangelio Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

En Teresa de Jesús Marta y María siempre van juntas. Y ella personalmente encarna estas dos actitudes de ambas hermanas: Teresa la activa, la andariega, la fundadora de sus “palomarcicos”, y Teresa la contemplativa, la mística, la que hace de la oración “un encuentro de amistad estando mucho rato a solas con quien sabemos que nos ama”.  Este trozo de evangelio, siguiendo el esquema del evangelista Lucas en la sección del camino significa la necesidad de la Palabra de Dios en la vida del cristiano. Por eso aparece Jesús como Maestro “enseñando”. Lo novedoso es que Jesús no ejerciera ese oficio de Maestro con un varón, Lázaro, como era costumbre entre los judíos, y lo hiciera con una mujer: María. Sabemos que las mujeres, en tiempo de Jesús, tenían prohibido el acceso a la enseñanza de la Biblia. Esta actitud de Jesús extraña a Marta que, en vez de ayudarle su hermana en la cocina, esté ocupando el puesto del hombre. Está claro que Jesús quiere romper con esa costumbre y así eleva a la “mujer” al rango que le corresponde como persona: abierta a la palabra Dios y al mundo del espíritu. El reproche cariñoso a Marta no es porque le prepare la comida, sino porque quiere abrirle nuevos horizontes. Jesús es un auténtico feminista y no está de acuerdo en reducir la vida de la mujer a “estar en la cocina y criar hijos”. Jesús está poniendo las bases de “una igualdad de género”.

Palabra del Papa

“¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es esa cosa sola que necesitamos? Ante todo es importante comprender que no se trata de la contraposición entre dos actitudes: la escucha de la Palabra del Señor, la contemplación, y el servicio concreto al prójimo. No son dos actitudes contrapuestas, sino, al contrario, son dos aspectos, ambos esenciales para nuestra vida cristiana; aspectos que nunca se han de separar, sino vivir en profunda unidad y armonía. Pero entonces, ¿por qué Marta recibe la reprensión, si bien hecha con dulzura? Porque consideró esencial sólo lo que estaba haciendo, es decir, estaba demasiado absorbida y preocupada por las cosas que había que “hacer”. En un cristiano, las obras de servicio y de caridad nunca están separadas de la fuente principal de cada acción nuestra: es decir, la escucha de la Palabra del Señor, el estar —como María— a los pies de Jesús, con la actitud del discípulo. Y por esto es que se reprende a Marta. (S.S. Francisco, 21 de julio 2013)

4.- Qué me dice a mí hoy este texto ya meditado. (Silencio)

5.-Propósito. Que sea la Palabra de Dios el alimento espiritual de cada día.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor Dios mío, al acabar esta oración, me siento más atraído por la persona de Jesús. ¡Qué divino y qué humano! Es hijo de su tiempo, de su época, pero no se resigna a seguir haciendo lo que siempre se ha hecho, cuando hay algo que se ha hecho mal. Y en el mismo pueblo de Dios se ha marginado a la mujer. Jesús la eleva a categoría de ser inteligente, libre y capaz de tener los mismos derechos que el varón. Gracias, Señor, por ser tan humano, tan comprensivo, tan justo.

Lectio Divina: 6 de octubre de 2025

 

“Pedid y se os dará”


1.- Oración introductoria

Señor, como hicieron tus discípulos, yo también hoy te pido con sencillez y humildad: Enséñame a orar. No necesito la enseñanza de los sabios ni de los entendidos de este mundo. Tampoco necesito lecciones de oración de otras religiones. Ni siquiera de la religión judía. Quiero que me enseñes Tú y sólo Tú. Quiero que me transmitas tus sentimientos, tus emociones, tu latido interior, cuando orabas al Padre en la soledad y silencio de una noche en Galilea o en JerusalénQuiero orar como orabas Tú.

2.- Lectura reposada del Evangelio: Mateo 7, 7-11

En aquel tiempo dijo Jesús: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.

3.- Qué dice la Palabra de Dios.

Meditación-reflexión

El Señor nos propone tres cosas: Pedid, buscad, llamad. PEDID ¿Qué debemos pedir? Por supuesto, las peticiones del Padre Nuestro. Pero hay una especial y que aparece la primera: PADRE. Ante todo, y sobre todo pedimos a Dios que sea siempre nuestro Padre. No olvidemos que esta oración la entregó Jesús a sus discípulos después de estar una noche orando al Padre (Lc. 11,1). Jesús no nos entrega una palabra sino una “experiencia inefable y maravillosa con el Padre”. Un Padre del que me puedo fiar porque sólo puede querer lo mejor para sus hijos. BUSCAD. ¿Cómo debemos buscar? “Como busca la cierva corrientes de agua” (Sal. 42,1). Se trata de una cierva, con sus crías, atormentada por la sed, para la que “beber es vivir” y “dejar de beber es morir”. Sed ardiente, quemante, existencial.  LLAMAD. ¿En qué puerta debo llamar? Hay muchas puertas, pero sólo una nos interesa. “Yo soy la puerta” (Juan 10,7). La única puerta es Jesús. Una puerta que nos abre para poder asomarnos a dos misterios: el misterio de Dios y el misterio del hombre.  Sólo Jesús nos puede revelar quien es Dios (Juan 1, 18) y sólo Jesús nos revela el misterio del hombre. “Jesús revela el hombre al hombre”.  Así lo expresa el Concilio Vaticano II (G.S 22). El que quiera saber qué es ser hombre debe acudir a Jesús, el modelo y arquetipo del hombre en plenitud.

Palabra del Papa

“Esta oración recoge y expresa también las necesidades humanas materiales y espirituales: Danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados» (Lc 11, 3-4). Y precisamente a causa de las necesidades y de las dificultades de cada día, Jesús exhorta con fuerza: Yo os digo: pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Lc 11, 9-10). Lo experimentaron los antiguos «padres del desierto» y los contemplativos de todos los tiempos, que llegaron a ser, por razón de la oración, amigos de Dios, como Abraham, que imploró al Señor librar a los pocos justos del exterminio de la ciudad de Sodoma (cf. Gen 18, 23-32”). (Benedicto XVI, Ángelus, 25 de julio de 2010).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Guardo silencio). 

5.-Propósito. No pediré a Dios nada después de saber que Él es mi Padre.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Hoy, Señor, te doy gracias porque me has enseñado a pedir, a llamar y a buscar. Pedir empaparme de la ternura del Padre. Llamar en la única puerta que me lleva a la vida, la puerta de Jesús. Y buscar a Dios no de una manera fría, aséptica, sino vitalista, con todo el corazón y toda el alma. Dios no es una idea, ni menos una palabra. Dios es LA VIDA.

Evangelio del lunes 6 de octubre de 2025

 

Misa de hoy ⛪ Lunes 6 Octubre de 2025,

 

domingo, 5 de octubre de 2025

VÍSPERAS Lunes 6 de Septiembre de 2025

 

LAUDES Lunes 6 de Septiembre de 2025

 

EL PROCESO MULTIDIMENSIONAL DE LA ELABORACIÓN DEL DUELO

 


El impacto del sufrimiento de fuerte intensidad, “ipso facto”, nos debe hacer entrar en un trabajo de duelo. Sufrimiento es lo que la herida hace con el doliente. Abordaje de Duelo es lo que el doliente hace con la herida.

El tratamiento de duelo es difícil para el doliente, porque aparece como paradójico, antitético a la tendencia espontánea a retener la cosa, bien o persona amada, para no “perderla”; implica afrontar las tres dimensiones básicas de la vida: el amor, el sufrimiento y la muerte; introducirse en el misterio de la persona y de la muerte, en el misterio del difunto y en el misterio de Dios; ponerse en movimiento para asumir, afrontar y elaborar el sufrimiento, desde un proyecto esperanzador. Ya los clásicos manifestaban que para consolar en un duelo hay varias actuaciones: 1) olvidar, por tanto, una tarea de la memoria; 2) restituir lo perdido, adquiriendo otro bien; 3) ir a la raíz del sufrimiento y del sufriente mismo, profundizando en la cosmovisión del sentido de la vida y de la muerte; combatiendo la pena de raíz; es decir, ir a la esencia de lo que realmente ocasiona el sufrimiento, no sólo al mero alivio de un consuelo emocional.

El duelo, que es un proceso para sanar, sanear y salvar a la persona en sufrimiento por pérdidas o muerte, es un fenómeno altamente transversal a nivel de cada persona, pues repercute en todas y cada una de sus dimensiones (corporal, emocional, mental, social, valórica y espiritual-religiosa), metiendo el dedo en la llaga de las zonas más oscuras de la existencia humana; a nivel de todas las personas, pues afecta a todos sin excepción; en todas las edades de la vida; a nivel familiar y social; a nivel del misterio del sufrimiento humano y del mismo misterio cristiano incardinado en la pasión, muerte, duelo y resurrección de Jesús; a nivel de relación fe-sufrimiento, suscitando las cuestiones más lacerantes a la fe; en fin, a nivel de los tiempos vitales: antes de la muerte, en la muerte y después de la muerte.

 “Sufrimiento” es la reacción natural que se produce en el interior del doliente ante una causa, tanto externa como interna, que lo haya provocado. Mientras que “duelo” es el trabajo que debe hacer el doliente sobre sí mismo para sanar su sufrimiento.

En el mundo físico humano, la reacción corporal ante, por ejemplo, un traumatismo, es el dolor; y la sanación de ese dolor viene de la mano de un tratamiento. Pues bien, sufrimiento (mundo interior) equivale a dolor (mundo físico), al igual que duelo (mundo interior) equivale a tratamiento (mundo físico). En los dos ámbitos, lo que se busca es la sanación del doliente.

También conviene diferenciar entre “estar en duelo” y “hacer el duelo”.

“Estar en duelo” es propiamente un estado vivencial natural, sufriente o no, pero también puede significar el estado pasivo e incluso de victimismo ante el sufrimiento. En cambio, “hacer el duelo” es la actitud y aptitud de afrontamiento. En el proceso activo y asumido del duelo la persona “se trabaja” en todas sus dimensiones, en una sana elaboración del sufrimiento, poniendo mucha voluntad, con opciones y acciones positivas. Por ello, tal vez, podríamos hablar de “doliente” (el que sufre en un duelo pasivo) y “dueliente” (el que activamente asume el proceso del duelo).

El tratamiento de duelo es, ante todo, personal, íntimo, idiosincrásico, propio del doliente, pero con aspectos sociales-comunitarios relevantes. «El duelo es la expresión social de la inadaptación del hombre a la muerte, pero al mismo tiempo es también el proceso social de adaptación tendente a restañar la herida de los individuos supervivientes». De hecho, es bueno recordar que no se puede vivir sin sufrir, no se puede (no se debe) sufrir sin esperanza y no llega la esperanza si no hay apertura al futuro, a los otros, a Dios.

II VÍSPERAS Domingo 5 de Octubre de 2025

 

Laudes Domingo XXVII. Harpa Dei Liturgia

 

Misa de hoy ⛪ Domingo 5 Octubre de 2025

 

sábado, 4 de octubre de 2025

PASTORAL DEL DUELO. LOS SÍNTOMAS DEL SUFRIMIENTO

 


El sufrimiento (y, por tanto, su abordaje, el duelo) afecta a la biología de la persona (corporeidad), a la biografía (proyectos, concepción de la vida, estilos de vida y valores, mundo emocional y mental, vida social, vida espiritual-religiosa, consideración del factor temporal...) y a la biofilia (autoestima, razón vital, gusto por la vida, sentido existencial y trascendental.)

El fenómeno del sufrimiento es una experiencia global. Está presente a lo largo de toda la vida. Afecta a la persona en todas y en cada una de sus dimensiones:

- Corporal

- Emocional

- Mental

- Social

- Valórica

- Espiritual-religiosa

Cuando muere un ser querido, tomamos conciencia de la realidad de ser también nosotros mismos mortales, que hemos de morir. Si es muy querido el difunto, decimos morir nosotros mismos un poco. En esa persona muerta se resquebraja una prolongación de nuestro yo, porque ella sentía con nosotros y nosotros sentíamos con ella o para ella:

«El duelo (la pena) no es un desorden de conducta aun cuando produzca alteraciones en la conducta; tampoco es un conflicto intra psíquico, aunque genere sufrimiento intra psíquico. Es la pérdida de la relación, la pérdida del contacto con el otro, que rompe el contacto con uno mismo. Es una experiencia de fragmentación de la identidad, producida por un vínculo afectivo: una vivencia multidimensional que afecta no sólo a nuestro cuerpo físico y a nuestras emociones, sino también a nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos, a nuestras cogniciones, ciencias y presuposiciones y a nuestro mundo interno existencial o espiritual».

He aquí las principales reacciones que pueden darse, con mayor o menor intensidad:

1. En la dimensión corporal:

- Debilidad muscular. Temblores. Falta de energía.

- Llanto fácil, sollozo, lamento, suspiros. El llanto es una reacción universal en el duelo.

- Dolor de cabeza. Dolores agudos en el cuerpo6. Calambres.

- Sequedad de boca. Sensación de estómago vacío.

- Hiperventilación, dificultades respiratorias.

- Fatiga continua.

- Opresión en el pecho y nudo en la garganta.

- Taquicardias. Hipertensión.

- Trastornos alimenticios: anorexia y pérdida de peso (o lo contrario, por la ansiedad).

- Alteración en el sueño.

- Hipersensibilidad al ruido.

- Estados de confusión. Distracciones.

- Dificultad en la memoria.

- Enfermedades neoplásicas por inmunodeficiencia provocada por estados depresivos.

- Aumento de la morbimortalidad (en especial, en personas muy ancianas).

2. En la dimensión emocional:

- Pérdida de la alegría anterior8. Tristeza honda. Síntomas afines a la depresión. Depresión misma.

- Ansiedad, angustia, agitación.

- Culpa y autorreproche.

- Desgarro y vacío interiores.

- Profunda soledad. Sentimiento de abandono.

- Irritabilidad y mal humor, bronca.

- Resentimiento contra alguna persona, grupos y todo el mundo.

- Ambivalencia emocional con el difunto.

- Añoranza. Deseo de presencia del fallecido, incluso en el sueño.

- Obsesión por recuperar la pérdida.

- Necesidad de hablar de/con el muerto.

- Deseo de unirse al muerto. Reunificación mágica.

- Sensación de perder una parte del propio cuerpo.

- Sentimiento de impotencia, inutilidad.

- Malestar general en ciertas fechas y fiestas

- Reproche por no haberlo/a disfrutado más.

- Aprensión de que suceda algo malo, miedos.

- Apegarse a seres queridos, ante posibles muertes.

- Síndrome de “duelo ambivalente”: mezcla de sensación de alivio con culpa.

- Extrañeza ante el mundo habitual. Insensibilidad y desinterés.

- Pérdida de autoestima: no considerarse destinatario del propio y ajeno amor.

- Falta de deseo sexual.

3.  En la dimensión mental:

- Incredulidad de la situación. No aceptación de la realidad.

- Desorientación de la propia identidad.

- Confusión y aturdimiento mental.

- Sentirse víctima.

- Dificultad de atención, concentración y coordinación mental.

- Obsesión por encontrar respuestas.

- Alucinaciones visuales, auditivas...

- Deseos de soñar con el difunto.

- Buscar y llamar en voz alta al ser querido.

- Guardar objetos y recuerdos del difunto.

- Acatar mensajes negativos del sufrimiento: “Nunca más…”

- Centrar la mente y la conversación en el fallecido.

- Golpe al narcisismo del yo.

- Sensación de orfandad: “padres huérfanos”.

- Vivir en la ambivalencia emocional respecto al muerto.

- Cisma en el “tiempo vital”: un antes y un después.

- Evitar espacios que recuerden momentos dolorosos.

- Visitar lugares que recuerden al fallecido.

- Evitar ver fotos o videos donde el ser querido “está en movimiento”.

- Uso de mecanismos de defensa: negación, represión, enmascaramiento, desviación, evitación, fijación, racionalización, regresión, aislamiento, somatización, identificación, hiperactivismo, idealización.

- Constatación de las propias limitaciones y que no todo está bajo control.

- Planteamiento del destino del fallecido y de los vivos.

4.  En la dimensión social:

- Autoaislamiento social.

- Hiperactividad.

- Hipersensibilidad a ruidos, risas, temas superficiales...

- Deseos de super protección.

- Creencia de no poder pedir ayuda ni recibirla.

- Deseos de ser compadecido.

- Considerar que “todos” se fijan de rabillo en el doliente.

- Conductas distraídas.

- Desconcentración en el trabajo.

- Despreocupación por lo cotidiano y por los cercanos.

- Ausencia de proyectos comunitarios.

- Pérdida del sentido de autoridad.

- Desinterés por los acontecimientos exteriores.

- En las conversaciones, permanente autorreferencia al propio sufrimiento.

- Desconcierto de ver cómo los demás siguen viviendo y son felices.

- En esta dimensión hay que incluir todo lo normal y “anómalo” referente al luto.

5.  En la dimensión valórica:

- Baja autoestima y “des-valorización” personal.

- Descuido de la propia persona, comenzando por la dimensión corporal.

- No considerarse dignos de ser felices.

- No merecer vivir situaciones alegres placenteras.

- “Des-valorización” de las cosas y tareas cotidianas.

- Decaimiento de las responsabilidades propias.

- Por la saturación del propio sufrimiento, insensibilidad por la aflicción ajena.

- Tendencia a disminuir la afectividad con los demás, incluso con los más allegados.

- Introducir el miedo en el cuerpo y perder “valor” ante la vida.

- Pérdida de valor moral por anteriores actuaciones indebidas.

- Pérdida interior de valores que habían sido asumidos.

- Decaimiento en las virtudes.

- Desorientación axiológica.

- Pérdida de control de los propios límites.

- Asumir estilos insanos de vida.

- Tendencia a adicciones.

- Caída en “nuevas dependencias.

- Conductas alienantes.

6.  En la dimensión espiritual-religiosa:

- Conciencia de la finitud humana: somos mortales.

- Crisis del sentido vital y de los estilos de existencia.

- Examen profundo de la propia vida.

- Replanteos radicales de la propia existencia.

- Búsqueda de una nueva identidad.

- Posible ambivalencia en la vida religiosa: aferramiento/distanciamiento.

- Incapacidad para orar.

- Crisis de fe. Descreimiento.

- Dudas del amor y bondad de Dios.

- Sentirse abandonado por Dios.

- Desconcierto por el silencio de Dios.

- Resentimiento contra Dios.

- Alejamiento eclesial-comunitario.

Como puede observarse, algunos de estos síntomas, que son propios del cuadro depresivo, de los estados de angustia o ansiedad, del distrés postraumático o de otras patologías, son componentes normales en los duelos por la muerte de seres queridos, sin que por ello se asocien a dichas clasificaciones.

Por otro lado, es frecuente observar que el doliente por un tiempo prolongado (unos dos años) puede adquirir un estado de ánimo con síntomas parecidos a los distímicos, sin que por ello se trate de la propia y vera distimia.


MISA CON NIÑOS. 5 de octubre del 2025

                                   


1. ACOGIDA

- Hola, buenos días a todos. La casa del Señor, con sus puertas abiertas, un domingo más nos ha recibido para alimentarnos con la presencia de Jesús, su Palabra y para comulgar la Eucaristía.

Cuando salimos de casa nos preocupamos por el tiempo: ¿qué temperatura hará en el monte, en la playa, en la calle, en casa o en la iglesia?

Pero, ¿nos preocupamos por la temperatura de nuestra fe? Hoy, en esta celebración, tendríamos que pensar que todos llevamos un termómetro dentro de nuestro corazón. Un termómetro que mide nuestra confianza, nuestro amor y nuestro seguimiento a Jesús. Vamos, un termómetro que nos dice cómo está nuestra fe.

Pidámosle al Señor que “suba la temperatura de nuestra fe”. A veces estamos demasiado fríos.

2. PERDÓN

Pedimos perdón por nuestras infidelidades a Dios.

-Tú que en nuestro bautismo nos has regalado el tesoro de la fe. Señor, ten piedad.

-Tú que esperas de nosotros una respuesta de adhesión a tu persona y a tu evangelio. Cristo,  ten piedad.

­-Tú que perdonas nuestras infidelidades, nuestra falta de confianza y nuestra mediocridad en la vivencia de la  fe. Señor, ten piedad.


 3. MONICIÓN A LAS LECTURAS

La fe nos anima y nos pone en marcha. Las tres lecturas que vamos a escuchar son precisamente un  canto a la confianza en Dios. Sólo con la fuerza del Señor, podemos afrontar muchos momentos que nos parecen imposibles de solucionar en el día a día. Escuchemos atentamente.



HABACUC 1, 2-3; 2, 2-4: El justo por su fe vivirá.


SALMO 94: R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».


II TIMOTEO 1, 6-8. 13-14: No te avergüences del testimonio de nuestro Señor.

LUCAS 17, 5-10: ¡Si tuvierais fe...!

4. PETICIONES

Hoy nuestra petición se une a aquella que expresaron los apóstoles y repetimos: R.- Señor, danos más fe.


1. - Señor, aumenta la fe de los obispos, sacerdotes y catequistas, para que nos animen a seguirte. Oremos.


2. - Señor, aumenta la fe de los que no creen en tí y ábreles la mente y el corazón. Oremos.


3. - Señor, aumenta la fe de los que dudan o viven atormentados por los problemas de la vida. Oremos.


4. - Señor, aumenta la fe de los padres para que transmitan este tesoro a sus hijos y danos a todos una fe más fuerte, más madura y más valiente. Oremos.


5.- Señor, aumenta la fe de los niños y jóvenes que están iniciando el curso catequético para que les sirva para abrir su vida a Jesús y quererle cada día más. Oremos.


7.- Comienza el mes de octubre dedicado al rezo del Santo Rosario. Señor, que aprendamos a rezarlo. Y que veamos en la repetición de las “ave marías” un decir “te quiero” a la Virgen María. Oremos.


8. - Señor, aumenta la fe de todos nosotros para que al inicio de este mes misionero aceptemos la misión que Jesús nos ha dado de ser auténticos bautizados y enviados a llevar la buena noticia de Jesús a todos. Oremos.

Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


5. OFRENDAS  (elegir)

TERMÓMETRO (Se puede confeccionar un termómetro en corcho. En la parte superior ha de poner “fe”. En la inferior “frío”.)Con este termómetro queremos simbolizar nuestro deseo de mantener en temperatura nuestra fe y nuestra confianza en Dios.

GRANOS DE MOSTAZA (si no los hay se pueden sustituir por trigo, arroz….): Con estos granos de mostaza  queremos simbolizar nuestro deseo de crecer en la fe alimentados por la Eucaristía, la oración y la Palabra de Dios.

CINCO BALONES: En este mes de la Virgen del Rosario, queremos ofrecer al Señor estos cinco balones. Queremos simbolizar con ellos los Misterios de Gloria de este domingo: la Resurrección del Señor; su Ascensión; la Venida del Espíritu Santo; la Asunción de la Virgen y su Coronación. Que no olvidemos de rezar, en este mes, cada familia, a la noche y juntos, el Ave María a la Virgen.

PAN Y DEL VINO: La Eucaristía, cuando se vive, es pan que Dios envía para que nuestra vida cristiana no se debilite y nuestra fe aumente.

HUELLAS DE NIÑOS PIES QUE colocamos en el panel o delante del altar: “Ofrecemos estas huellas para expresar que queremos seguir a Jesús, porque creemos en él, porque nos fiamos de él, porque tenemos fe en él”.

 HOMILÍA

Y al acabar el día...

"todo POR ti, todo PARA ti".

 

1.  VER: Comenzamos un nuevo curso.

 

-Ya estamos en plena actividad en los coles y empezamos también la actividad catequética para conocer a Jesús, compartir nuestra fe en grupo, aprender a orar y celebrar y ejercitar las actitudes del evangelio para construir un mundo de hermanos. La misa del domingo es el complemento perfecto a la catequesis.

¿Cómo te sientes en catequesis?

¿A qué te ayuda? ¿Qué te gustaría hacer?

 

2.  JUZGAR: La fe da color a nuestra vida.

 

-En el evangelio de este domingo, Jesús nos dice: -“si tuvierais fe” (aunque fuera pequeñita  como un granito de mostaza), haríais grandes cosas. También nos recuerda que la labor del que sirve en una casa es servir y hacerlo todo lo mejor posible.

 

¿QUÉ NOS QUIERE DECIR?

-A lo largo del día hacemos muchas cosas, tratemos de hacerlas bien, con amor, como un servicio a los demás… Si lo hacemos así haremos felices a los demás, le evitaremos trabajos añadidos y seremos más felices. Por qué no proponernos mejorar el esfuerzo en clase, en el estudio, ayudar a los compañeros sin discriminar a nadie, colaborar en casa, empezar con más ilusión… ¡Hacer las cosas bien!

-Pero hoy en el evangelio Jesús nos da una lección: llenar de colorido a nuestra vida con el color de la fe. A veces nuestra vida tiene dificultades, se viste de tonos oscuros… Pintemos nuestra vida de color, démosle el brillo de la fe.

 -La fe es un plus en la vida que nos enseña a ver la vida con una mirada nueva, con los ojos de Jesús, que son ojos de esperanza, de amor, de compasión… La fe es confiar, dejar los miedos, fiarse de él. Por eso dice: Si tuvierais fe como un granito de mostaza” todo cambiaría pues con la fuerza de Jesús todo es posible. Y los apóstoles le piden: “Auméntanos la fe”. La fe es hoy un bien escaso, un tesoro escondido. Vale la pena descubrirlo.

           ¿Qué es la fe? ¿Para qué sirve?

 ¿Conoces a personas con fe?

 

 

3.  ACTUAR: Todo por ti y para ti.

 

-Pide cada día a Jesús el regalo de la fe: “¡Auméntanos la fe”. ¡Ay si tuvierais fe!

-Al terminar el día piensa cómo lo has vivido, pídele perdón por los fallos y ofréceselo a Jesús: "todo POR ti, todo PARA ti". Todo lo hice por ti, y todo es para tu alabanza, para ti.

-Aprended en youtube la canción “Si tuvieras fe como un granito de mostaza”.

-Informaos sobre qué es el “Octubre misionero” y acciones a realizar.

¿En qué podrías mejorar?

¿Qué vamos a hacer?