domingo, 10 de septiembre de 2017

XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO / A


 
Jesús nos corrige con amor
Jesús nos enseña que el amor y la delicadeza pueden ayudar a corregir al que yerra. Además, el Señor implica a toda la comunidad en el auxilio de quien se equivoca. Y con ello nos muestra que nuestra fe no es de individualidades, de solitarios. La nuestra es una religión de hermanos, de auténticos hermanos. Jesús, además nos, una promesa impresionante: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Hemos de meditar profundamente en ello. Nos ayudará a vivir mucho mejor.
 
 
EVANGELIO
 
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18, 15-20
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
 
Palabra del Señor.

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