viernes, 13 de octubre de 2017

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario/A

Resultado de imagen de MATEO 22, 1-14
 
El evangelio de san Mateo nos dice: "los reclutados en los cruces de los caminos". No podemos dudar que no se excluye a nadie en la invitación, lo que pasa es que a veces no nos queremos dar por enterados, o bien la rechazamos, o bien cambiamos los "vinos de solera y los "manjares suculentos" por lágrimas de sabor amargo. La primera lectura y el evangelio tienen hoy una gran similitud. "El Dios del gran Banquete es el Dios de todos". Y esa cercanía es la permanente y sabia coordinación de mensajes que nos dan siempre los textos litúrgicos.
 
EVANGELIO 
 
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 22, 1-14
 
En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
"Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda".
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
"La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda".
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
"Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?".
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:
"Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".
Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».
 
Palabra del Señor.
 
 
SI ME INVITAS, YO QUIERO IR… SEÑOR
Haz que, mis palabras, suenen a fiesta de fe
Haz que, mis pasos, no se alejen de tus caminos
Haz que, mi semblante, sea agradecido por la fiesta convocada
 
SI ME INVITAS YO QUIERO IR… SEÑOR
Contigo, aquí en la tierra, y un día… ojala en el cielo
Contigo, aquí en el dolor, y un día…en el gozo eterno
Contigo, aquí en las dudas, y un día… en la gran verdad que me espera
Contigo, aquí en las sombras, y un día… ante el rostro del Padre.
Amén.

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