1.- Oración introductoria.
Señor, al escuchar hoy tu evangelio, caigo en la cuenta de lo estrechos y miopes que son los pensamientos de los hombres comparados con los tuyos. A ti no te importa saber quién es esa persona que hace el bien, sino saber que el bien se hace. A los hombres les interesa mucho el protagonismo tanto a nivel personal como de grupo. A ti, Señor, te interesan “las personas”. Que éstas no sufran, que sean libres, que sean felices. El bien siempre hay que hacerlo sin mirar a quien.
2.- Lectura reposada del evangelio: Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: “Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos”. Pero Jesús le respondió: “No se lo prohíban, porque no. hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor”.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
En estos últimos tiempos se habla mucho de ecumenismo, de tender puentes, de abrir puertas, pero sólo se habla y poco se practica. Todo grupo tiende a “encerrarse”, también los grupos religiosos. En tiempo de Jesús, hasta los mismos discípulos:” Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y se lo hemos impedido porque no es de los nuestros”. “Echaba demonios” ¿Habrá algo más bonito que echar demonios? Es liberar a la gente de algún mal, no dejar que la gente sufra, hacerle la vida más agradable. Y dan una razón muy poderosa: “No es de los nuestros”. Con el evangelio en la mano, ¿se puede decir de alguien que no es de los nuestros? Jesús aparece como el verdadero “dialogante”. Como el mejor “ecumenista de todos los tiempos”. ¡No se lo impidáis! Jesús está en un diálogo constante con Dios, su Padre y conoce muy bien sus intenciones. Quiere ser Padre de todos y sueña con hacer de la humanidad, una gran familia. Al Dios revelado por Jesús, no le estorba nadie. Genial la respuesta de Jesús: “El que no está contra vosotros está a vuestro favor”. Hay mucha gente buena que no son católicos ni cristianos, pero trabajan por la paz, por la justicia, por construir un mundo mejor que el que tenemos. Todo el que trabaja por hacer el bien, por evitar el mal, ése “es de los nuestros”.
Palabra del Papa.
“Uno de los títulos del Obispo de Roma es «Pontífice», es decir, el que construye puentes, con Dios y entre los hombres. Quisiera precisamente que el diálogo entre nosotros ayude a construir puentes entre todos los hombres, de modo que cada uno pueda encontrar en el otro no un enemigo, no un contendiente, sino un hermano para acogerlo y abrazarlo. Además, mis propios orígenes me impulsan a trabajar para construir puentes. En efecto, como sabéis, mi familia es de origen italiano; y por eso está siempre vivo en mí este diálogo entre lugares y culturas distantes entre sí, entre un extremo del mundo y el otro, hoy cada vez más cercanos, interdependientes, necesitados de encontrarse y de crear ámbitos reales de auténtica fraternidad. (Encuentro con los Embajadores. 22-03-13).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Silencio)
5.- Propósito. Intentaré dialogar con alguien que no es de mi grupo, ni de mis ideas, y descubriré lo bueno y positivo que hay en él.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora y le respondo con mi oración.
Señor Jesús, te mire por donde te mire, siempre me sorprendes, siempre me ensanchas el corazón. Te agradezco esa amplitud de miras, ese buscar siempre lo bueno, lo positivo que hay en el corazón de cada uno, ese ir siempre por delante poniendo la semilla del bien. Es verdad que en el mundo no todo es trigo limpio, hay también cizaña. Pero cuando quiere crecer la cizaña, el campo está sembrado de trigo. Y tú esperas que el trigo se apodere de la cizaña y que el bien se imponga sobre el mal. En este mundo nunca es tiempo de arrancar; siempre es tiempo de sembrar.
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