sábado, 30 de noviembre de 2019

EL MANANTIAL DE LA VIDA. DOMINGO I, ADVIENTO.CICLO A. "VIVIR DE CARA AL ENCUENTRO"





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Iniciamos este tiempo de alegría y de esperanza como es el ADVIENTO.
Viene el Señor. Lo hará de una forma silenciosa. Con un objetivo: hacernos felices, descubrirnos el amor de Dios. ¿Estaremos atentos a su llegada?

Queridos amigos: que nadie nos distraiga. Nuestro corazón, nuestra vida, más que cosas…necesita algo mejor: ¡A JESUS! Iniciamos este tiempo que nos llevará a la Navidad.
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Oración preparatoria 
Gracias, Señor, porque de nuevo puedo estar a solas contigo en oración. Gracias por todos los beneficios que me has concedido. Quiero estar junto a Ti. Te necesito y sin Ti nada en mi vida tiene sentido. Por ello acudo para suplicarte tu compañía permanente a mi lado. Aumenta mi fe, mi confianza y mi amor. Enciende en mí un celo cada vez más ardiente por la salvación de las almas y una pasión irresistible por Ti y por tu Reino.

EVANGELIO


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
El mundo de hoy me invita siempre a vivir anclado en el presente sin mirar mucho hacia el futuro. Me presenta sólo la moda de hoy, la última canción o película, la nueva versión de celular o la aplicación más avanzada hasta el momento. Pero mañana ya todo cambió. Y así pasa la vida sin pensar en el futuro.
Sin embargo Tú hoy me das un consejo para sí vivir el presente, pero siempre de cara a un futuro. «Vendrá el Hijo del Hombre». Puede ser que como cristiano moderno esto de tu regreso glorioso a este mundo me suene a fábula o superstición, invención del medioevo o algo lejano y ajeno a mi vida. Pero Tú has prometido volver y sé que siempre eres fiel a tus promesas. Así que es verdad.
Generalmente cuando un ser querido me deja por un tiempo, lo más normal es echarle de menos. Así también debería ser contigo. ¡Cuánta alegría debe suscitar en mí el poderte ver tal cual eres! Y no sólo verte sino tocarte, abrazarte y decirte: «Señor no sabes cuánta falta me hiciste. Te extrañé mucho.» Pero es obvio que esto sólo se hace con alguien que se conoce y se ama.
Tal vez es la invitación que se esconde en este Evangelio. Una invitación a crecer en el conocimiento y amor a Ti. Puede ser, Señor, que no me creo bien esto de tu regreso porque no te conozco tanto y te amo todavía al estado mínimo. Dame la gracia de conocerte y amarte un poco más para así poder vivir mi vida preparado para tu regreso.
Si vivo mi vida buscando conocerte y amarte entonces no me sucederá como aquellos que narras en el Evangelio, que comían y bebían y no pensaban en el futuro. Vivían esclavos del presente sin mirar más allá de los actos concretos que realizaban. Ayúdame, Señor, a vivir mi vida de cara a tu venida, de cara al encuentro que tendré contigo, mi Dios y mi Señor.
«Jesús nos recuerda hoy que la espera de la beatitud eterna no nos dispensa del compromiso de hacer más justo y más habitable el mundo. Es más, justamente nuestra esperanza de poseer el Reino en la eternidad nos impulsa a trabajar para mejorar las condiciones de la vida terrena, especialmente de los hermanos más débiles.
Que la Virgen María nos ayude a no ser personas y comunidades resignadas con el presente, o peor aún, nostálgicas del pasado, sino orientadas hacia el futuro de Dios, hacia el encuentro con Él, nuestra vida y nuestra esperanza.»
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de agosto de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy procuraré rezar en familia una sencilla oración de acción de gracias por los dones recibidos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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