SAN LUCAS 7, 36-8, 3
El Domingo del Amor y del Perdón
Simón el fariseo no fue capaz de apreciar el gesto de aquella mujer llena de amor por Jesús y de arrepentimiento Y Jesús ante el enorme fervor de la mujer perdonó sus pecados. Simón perdió la oportunidad de hacer suya una enseñanza de enorme calado. Su dureza de corazón le impidió ver la misericordia del Señor. Y eso es muy bello reconocerlo en este Año de la Misericordia. El amor –que es la substancia de Dios—nos mueve a construir lo mejor de nuestras vidas. La misericordia divina se abre para iniciar una nueva vida. Tampoco Simón alcanzó a verlo.
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