El mes de junio está tradicionalmente dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, máxima expresión humana del amor. La piedad popular valoriza mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios.
En los Evangelios encontramos diversas referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo en el pasaje en que dice: <<Venid a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontraréis vuestro alivio>> (Mt 11, 28-29).
Uno de los rasgos que más caracteriza la vida de Jesucristo es la cercanía y la ternura que mostraba con la gente y especialmente con pobres y afligidos. Jesús tocaba, acariciaba y sanaba a todos. Estos son los verbos que más expresan esa cercanía con los demás. Por eso, la misericordia de Jesús no es sólo sentimiento, es una fuerza que da vida, ¡que resucita al hombre!
La verdadera devoción al Corazón de Jesús se tiene que manifestar en confiar en su misericordia y aprender de él a ser misericordiosos.
Podemos recordar estas palabras del papa Francisco:
" El señor nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. ¡No tengamos miedo de acercarnos a Él! ¡Tiene un corazón misericortdiosos1 Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, él nos perdona siempre. ¡Es pura misericordia! No olvidemos esto. es pura misericordia. ¡Vayamos a Jesús! (Ángelus, 9 de junio de 2013)
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