SANTA TERESA DE CALCUTA
<<Por nacimiento soy
albanesa; por ciudadanía, una india; por mi fe, soy una monja católica. Por lo
que respecta a mi vocación, pertenezco al mundo. Por lo que se refiere a mi
corazón, pertenezco completamente al Corazón de Jesús>>.
Pequeña de estatura, pero con una
fe sólida como una roca, a la Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión
de proclamar, especialmente a los más pobres de entre los pobres. Fue un alma
llena de luz de Cristo, encendida con su amor hacia él y con el deseo ardiente
de <<saciar su sed de amor por las almas>>.
Entorno familiar
“Ve, sé mi luz” fue la invitación
que oyó de Jesús, mensajera del amor de Dios, nació el 26 de agosto de 1910 en
Skopje, ciudad que se encuentra en la encrucijada de los Balcanes. Era la más
pequeña de los hijos de NiKola y Drane Bojaxhiu; bautizada con el nombre de
Gonxha Agnes, recibió la primera comunión a los cinco años y medio, y fue
confirmada en noviembre de 1916.
Su padre falleció de repente,
cuando Gonxha tenía tan solo ocho años, dejando a la familia en una situación
económica bastante precaria. Drane había educado a sus hijos con firmeza y con
mucho amor, por lo que fue una buena influencia para el carácter y la vocación
de su hija. La formación religiosa de Gonxha se desarrolló ulteriormente y la
llevó a involucrarse de una manera cada vez más vibrante en la parroquia del
Sagrado Corazón.
Llamada a la consagración religiosa
A la edad de dieciocho años,
movida por el deseo de ser misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de
1928, para unirse al instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como
las Hermanas de Loreto (Irlandesas), en Irlanda. Allí recibió el nombre de
Hermana María Teresa, por Santa Teresa de Lisieux. En diciembre, partió para la
India, llegó a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de realizar la profesión
de sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue enviada a la
Comunidad de las Hermanas de Loreto en Calcuta y se dedicó a la enseñanza de
las niñas de St. Mary´s School. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa
realizó la profesión última de sus votos convirtiéndose así, en <<esposa
de Jesús>>, como solía decir ella, << para toda la
eternidad>>. Desde aquel momento se la llamó Madre Teresa.
Continuó enseñando en el St.
Mary´s School,, y en 1944 fue nombrada directora del centro. Era una persona de
intensa oración con un profundo amor por sus hermanas y por sus alumnas. La
Madre Teresa estuvo verdaderamente feliz durante los veinte años que pasó en
Loreto. Destacó siempre por su caridad, desprendimiento y valentía, su
capacidad para realizar su trabajo duro y con un talento natural para la
organización. Vivió su consagración a Jesús en medio de sus compañeras con
fidelidad y alegría.
La llamada dentro de la llamada
El 10 de septiembre de 1946,
durante su viaje en tren de Calcuta a Darjeeling para su retiro anual, la Madre
Teresa recibió su <<inspiración>>, su <<llamada dentro de la
llamada>>. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de Jesús por
el amor y por las almas penetraría en su corazón de tal manera que el deseo de
saciar esta sed, se convertiría en su deseo más ferviente y en la auténtica
fuerza impulsora del resto de su vida. En el curso de los meses siguientes, a
través de locuciones interiores y de visiones, Jesús le reveló el deseo de su
corazón de <<víctimas de amor>> que <<irradiaran su amor en
las almas>>.<<Ven y sé mi luz>>, le suplicó a ella.
<<Yo no puedo ir solo>> le reveló su dolor por los pobres
desatendidos, su pena al saber de su ignorancia sobre él y su gran deseo por
saberse amado por ellos. Le pidió a la Madre Teresa que creara una comunidad,
las Hermana Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres
de entre los pobres.
Casi dos años más tarde, pasado
un amplio periodo de prueba y discernimiento, la Madre Teresa recibió el
permiso para comenzar la nueva comunidad. El 17 de agosto de 1948, vistió por
primera vez su sari blanco con rayas azules y se fue, dejando tras de sí la
verja del convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
Después de realizar un breve
curso con las Hermanas de la Misión Médica, en Patna, la Madre Teresa regresó a
Calcuta y se alojó, de manera temporal, con las Hermanas de los Pobres. El 21
de diciembre fue por primera vez a los suburbios. Empezó a visitar familias, a
lavar las heridas de los niños, a cuidar a los hombres ancianos y enfermos que
vivían en las calles, y a atender a una mujer moribunda, tuberculosa y
hambrienta. Empezaba cada día en comunión con Jesús gracias a la Eucaristía y
salía, con el rosario en la mano, a buscar y a servir a Jesús en <<los no
queridos, en los no amados, en los desatendidos>> En pocos meses, se
uniría a ella un pequeño grupo de antiguas alumnas.
Fecundidad de una llamada: las Misioneras de la Caridad y otras
fundaciones.
El 7 de octubre de 1950, en la
Archidiócesis de Calcuta, fue promulgada como tal la nueva congregación de las
Misioneras de la Caridad. Al comienzo de la década de los 60, la Madre Teresa
comenzó a enviar a sus hermanas a otros lugares de la India. Después de un
Decreto que el Papa Pablo VI otorgó a la Congregación en febrero de 1965, abrió
una casa en Venezuela. Pronto le siguieron otras casas en Roma y en Tanzania, y
poco a poco en todos los continentes. Empezando en 1980 y continuando en 1990,
la Madre Teresa abrió casa en la mayoría de los países comunistas, incluyendo
la Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para poder responder mejor a las
necesidades, tanto físicas como espirituales de los pobres, la Madre Teresa
fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad, en 1963, la rama contemplativa de
hermanas, en 1976, Los Hermanos contemplativos, en 1979, y los Padres
Misioneros de la Caridad, en 1984. Sin embargo, su inspiración no estaba
exclusivamente limitada a las vocaciones religiosas. Por ello fundó los
Colaboradores de la Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes:
gente de diversas creencias y nacionalidades con quienes compartiría su espíritu
de oración, simplicidad y sacrificio y su apostolado con trabajos humildes de
amor. Este espíritu es el que inspira más tarde a los Misioneros Laicos de la
Caridad. La Madre fundó también en 1981 el Movimiento Corpus Christi para
sacerdotes diocesanos, como un <<pequeño camino de santidad>> para
aquellos sacerdotes deseosos de compartir su carisma y espiritualidad.
Recibió numerosos premios, el
Premio Novel de la Paz en 1979. Recibió tantos premios como reconocimientos
<<por la gloria de Dios y en nombre de los pobres>>
Los rasgos de una vocación
Toda Vida de la Madre Teresa y su
labor dan testimonio de la alegría de amar, la grandeza y la dignidad de todo
ser humano. Valoraba mucho las pequeñas cosas hechas con fe y con mucho amor, y
el incomparable valor de la amistad con Dios. Pero hay otro ámbito heroico de
esta gran mujer que nos fue revelado después de su fallecimiento. Oculta a
todas las miradas, oculta incluso a las personas más cercanas a ella, fue su
vida interior, marcada por una profunda, dolorosa y permanente experiencia, por
la que se sentía alejada de dios, incluso rechazada por él, a la vez que
aumentaba su creciente amor por él.
Ella bautizó esta experiencia interior
como <<la oscuridad>>. La <<noche oscura<>> de su
alma, que comenzó casi al mismo tiempo que comenzara su labor con los pobres y
continuaría durante el resto de su vida, llevó a la Madre Teresa a una unión
más profunda con Dios. A través de esta oscuridad, ella participó místicamente
de la Sed de Jesús –su dolor y ardiente deseo de amor- y compartió también la
desolación de los pobres.
Sus últimos años
Durante los últimos años de su
vida, a pesar de crecientes y graves problemas de salud, la Madre Teresa siguió
dirigiendo su Congregación y respondiendo a las necesidades de los pobres y de
la Iglesia. En 1997 las Hermanas de la Madre Teresa eran casi 4.000 y estaban
distribuidas en 610 casas, en 123 países de todo el mundo.
En marzo de 1997, dio su
bendición a su sucesora electa como Superiora general de las Misioneras de la
Cridad y después de ello, llevo todavía a cabo un viaje más.
Después de encontrarse por última
vez con el Papa San Juan Pablo ii, volvió a Calcuta y ocupó sus últimos días en
recibir a la gente y en instruir a sus Hermana.
El 5 de septiembre, la vida
terrena de la Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de la India la honró
despidiéndola con un funeral de Estado, y su cuerpo fue enterrado en la Casa
Madre de las Misioneras de la Caridad. En poco tiempo, su tumba comenzaría a
ser un lugar de peregrinaciones y oración para gente de todas las creencias,
tanto ricos como pobres.
La Madre Teresa dejó un
testamento de inamovible fe, esperanza indestructible y extraordinaria caridad.
Su respuesta a la petición de
Jesús: <<Ven y sé mi luz>>, hizo de ella una Misionera de la
Caridad, una <<madre de los pobres>>, un símbolo de compasión por
el mundo y un testigo viviente del sediento amor de Dios.
En poco menos de dos años después
de su fallecimiento, en vista de la fama de santidad ampliamente extendida de
la Madre Teresa y de los favores concedidos por su intercesión y de los que se
empezaron a informar, el Papa Juan Pablo II permitió que se abriera la Causa de
canonización. El 20 de diciembre de 2002, aprobó el decreto confirmando sus
virtudes heroicas y un milagro atribuido a su intercesión. El 19 de octubre de
2003, el Santo Padre beatificó a la Madre Teresa ante una alegre y orante
multitud de, al menos, 300.000 personas, reunidas en la Plaza de San Pedro en
un espíritu de acción de gracias a dios por el regalo de su vida y su santidad.
El Papa Francisco canonizó a la
Madre Teresa el 4 de septiembre de 2016, Año de la Misericordia.
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