Vivir el Año de la Oración en preparación al Jubileo 2025
INTRODUCCIÓN Al acercarnos en nuestro caminar hacia el Jubileo 2025, el Papa Francisco ha querido que este año 2024 esté dedicado a la oración, invitando a toda la Iglesia a un tiempo de gran dedicación, en preparación a la Apertura de la Puerta Santa.
La celebración de un Año Santo, que encuentra su origen más remoto en la tradición hebraica del jubileo (yobel) como tiempo de perdón y reconciliación, representa, a partir del año 1300, una ocasión especial para meditar sobre el gran don de la misericordia divina que siempre nos espera y sobre la importancia de la conversión interior, necesarios para poder vivir los dones espirituales otorgados a los peregrinos durante el Año Santo, renovando la relación que une a los bautizados, como hermanos y hermanas en Cristo, y con toda la humanidad en cuanto amada por Dios.
El Jubileo involucrará no solo a la ciudad de Roma, sino que se extenderá como un anuncio de la misericordia de Dios al mundo entero, convirtiéndose, de este modo, en una gran ocasión de evangelización. Como cristianos, estamos invitados a dar testimonio de auténticos “Peregrinos de esperanza” que caminan hacia el Señor, que abre los brazos de su perdón, brazos de misericordia extendidos también hacia los hermanos, que aún esperan que les sea llevado el anuncio del Evangelio.
Este subsidio, inspirado en el Magisterio del Papa Francisco, quiere ser un instrumento para acompañar a los fieles en este tiempo en vista de la apertura de la Puerta Santa: la invitación es a intensificar la oración como diálogo personal con Dios, una invitación que debe conducirnos a reflexionar sobre nuestra fe, sobre nuestro compromiso en el mundo de hoy, en los diversos ámbitos donde estamos llamados a vivir, de modo que pueda ser alimentada una renovada pasión por la Evangelización del hombre moderno. El Papa Francisco, anunciando en el Ángelus el Año de la Oración que precede al Jubileo 2025 ha exhortado así a los fieles: «Os pido intensificar la oración para prepararnos a vivir bien este acontecimiento de gracia y experimentar la fuerza de la esperanza de Dios. […] Un año dedicado a redescubrir el grande valor y la absoluta necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia y del mundo» (Ángelus, 21 de enero de 2024).
En sus catequesis, el Papa ha indicado en varias ocasiones cómo la oración es el camino para entrar en contacto con la verdad más profunda de nosotros mismos, donde está presente la luz misma de Dios, como enseñaba san Agustín. El Papa Francisco motiva a orar con perseverancia, subrayando cómo la oración constante transforma no solo a la persona, sino también la comunidad que lo rodea, también allí donde el mal parece haber tomado la delantera.
Que la oración sea, por lo tanto, la brújula que orienta, la luz que ilumina el camino y la fuerza que sostiene en la peregrinación que conducirá a cruzar la Puerta Santa. A través de la oración, podremos llegar con un corazón preparado para acoger los dones de gracia y de perdón que el Jubileo nos ofrecerá, en cuanto expresión viva de nuestra relación con Dios. Sumerjámonos, pues, con la oración, en un diálogo continuo con el Creador, descubriendo la alegría del silencio, la paz del abandono y la fuerza de la intercesión en la comunión de los santos.
Este subsidio tiene la única intención de ayudar a renovar el espíritu de oración en todos aquellos contextos que estamos llamados a vivir cotidianamente. Cada parte – desde el significado de la oración en la dimensión personal hasta su práctica en la vida comunitaria – se propone ofrecer reflexiones, indicaciones y consejos para vivir más plenamente el diálogo con el Señor presente, en la relación con los demás y en cada momento de nuestra jornada, con secciones dedicadas a la oración en la comunidad parroquial y en la familia, así como otras dedicadas a los jóvenes, a las comunidades de claustro, a la catequesis y a los retiros espirituales
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