"TENGO SED"
(VENERACIÓN DE LA RELIQUIA DE PRIMER GRADO DE MADRE TERESA EN LA PARROQUIA SAN PÍO X)
Dios habla en el silencio
Antes de comenzar, busca un lugar sin ruido que te ayude a rezar, preferentemente en una iglesia o capilla frente al Santísimo Sacramento. Crea el silencio en tu interior porque Dios es amigo del silencio. Él está siempre esperándonos en el silencio – para hablarnos y para escucharnos: “En el silencio de nuestros corazones, Dios habla de Su amor; con nuestro silencio, permitimos que Jesús nos ame” (Madre teresa)
DÍA CUARTO
“¡Cuánto necesitamos que María nos enseñe lo que significa saciar el Amor Sediento de Dios por nosotros que Jesús vino a revelarnos! Ella lo hizo de un modo muy hermoso. Sí, María permitió a Dios que tomara posesión de su vida por su pureza, su humildad y su amor fiel… Busquemos crecer, bajo la guía de nuestra Madre Celestial, en estas tres importantes actitudes interiores del alma que complacen al Corazón de Dios y le permiten unirse a nosotros, en Jesús y a través de Él, en el poder del Espíritu Santo. Al así hacerlo, como María nuestra Madre, permitiremos que Dios tome posesión completa de todo nuestro ser- y a través de nosotros Dios podrá extender su amor sediento a todos aquellos con quienes entramos en contacto, especialmente los pobres”. “Si nosotros permanecemos junto a Nuestra Señora, ella nos dará su espíritu de amorosa confianza, entrega total y alegría”
Pensamiento del día:
“Qué cerca nos tenemos que mantener de Nuestra Señora, quien entendió la profundidad del amor divino que estaba siendo revelado mientras permanecía al pie de la cruz y oyó a Jesús exclamando: “Tengo sed”.
Pide la gracia de aprender de Nuestra Señora a saciar la sed de Jesús como ella lo hizo.
ORACIÓN A SANTA TERESA DE CALCUTA
Santa Teresa de Calcuta, tú dabas gran valor a la dignidad de cada persona como hijo de Dios "creado para grandes cosas: para amar y ser amado". Inspirados por tu ejemplo y ayudados por tu intercesión, haz que podamos respetar y cuidar el don de la vida desde su concepción hasta su fin natural. Que, reconociendo a cada persona como "mi hermano y mi hermana", podamos amarnos unos a otros con el tierno amor de Dios. Amén.
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