sábado, 28 de septiembre de 2024

Nacho Peré. Ordenación de diácono

 

Nacho Peré: “La ordenación me configura con Cristo Servidor que es a quien me consagro”

El domingo 29 de septiembre, Carlos Ignacio Peré recibirá el diaconado en la capilla del Seminario Diocesano de Logroño.

1. ¿Cómo estás viviendo estos momentos previos a la ordenación?
Con muchas ansias, pero no ansioso como cuando ya se huele el chuletón que nos vamos a comer. Me siento como quien va a llegar al final de etapa en el Camino. Sé que me queda por aprender.
2. ¿Qué supone entrar en este tiempo de diaconado?
Yo lo veo como un desposorio, que lo es. Aunque prefiero no compararlo con el matrimonio, porque es distinto. Sí que veo que voy a tener una nueva familia, que se une a la que ya tengo.
Pero a esta familia serviré desde un puesto especial, y no me jacto porque lo he recibido. Lo agradezco al Origen de todos los dones. Mi lugar es el de un servicio especial para el que me consagro. La ordenación me configura con Cristo Servidor que es a Quien me consagro.
Es, además, porque mi vocación es al sacerdocio, una etapa previa a ello. En esto se distingue del diaconado permanente. En mi caso, seré diácono transitoriamente.
3. ¿Cuáles son las tareas de las que podrás encargarte ahora?
Bendecir, leer el Evangelio, servir a los sacerdotes en el Altar. Y una que se suele olvidar es la de rezar por el Pueblo de Dios. Sí, todos rezamos por todos, eso es la comunión de los santos. La novedad es que, cuando se reciben las Sagradas Órdenes, se adquiere la obligación de rezar la Liturgia de las Horas. En el Seminario ya lo hacemos, pero tendré esta obligación como los esposos tienen que amarse y cuidarse.
4. Imagino que habrás tenido tus dudas ante este nuevo paso
Siempre voy a dudar de mí mismo porque lo que se necesita es imposible para cualquiera. Pero para Dios, nada es imposible. De Él no dudo, de mí siempre dudaré.
Hay muchos ejemplos. Te cito tres bíblicos y te relato uno histórico. Los tres bíblicos, Moisés, Jeremías y san Pedro. Ellos no creían en sus fuerzas, pero el Señor en pocas palabras les dijo: “Tú déjame hacer contigo”. El histórico es la anécdota de san Juan XXIII. Dicen que, estando preocupado por lo mal que iban las cosas, no podía dormir y se preguntó: “Juanito, ¿quién dirige la Iglesia tú o el Espíritu Santo?” A lo que respondió: “El Espíritu Santo” Y en el pensamiento se replicó: “Pues tú a dormir”.
Por eso, al Señor le pido docilidad, y que, si no soy dócil, al menos que no me dé un tortazo. Y a todos les pido que recen por mí para que sea dócil… y que los tortazos por no serlo me sean leves… ¡ah! Y que me enseñen a ser dócil. Tropezaré mil veces, pero todo está en las mejores Manos, que es lo importante.
5.Vas llegando a tu meta, el sacerdocio, ¿Cómo lo vives?
Ya lo dije, con ansias. Aunque, en la misma línea que la primera pregunta, no es mi meta. Es un hito, un gran hito, pero no es el final del Camino. Y, ahora que lo pienso, no he llegado yo… si te contara… aquí me trajo Dios… y allá, si quiere, me llevará Él también. Y luego, donde a Él le dé la gana. Yo sé que, aunque me queje, seré feliz donde Él me lleve. La meta es el Cielo, creo que decía Carlo Acutis.


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