"TENGO SED"
(VENERACIÓN DE LA RELIQUIA DE PRIMER GRADO DE MADRE TERESA EN LA PARROQUIA SAN PÍO X)
Dios habla en el silencio
Antes de comenzar, busca un lugar sin ruido que te ayude a rezar, preferentemente en una iglesia o capilla frente al Santísimo Sacramento. Crea el silencio en tu interior porque Dios es amigo del silencio. Él está siempre esperándonos en el silencio – para hablarnos y para escucharnos: “En el silencio de nuestros corazones, Dios habla de Su amor; con nuestro silencio, permitimos que Jesús nos ame” (Madre teresa)
DÍA SÉPTIMO
“Para traer alegría a nuestra propia alma, el buen Dios se ha entregado él mismo a nosotros… La alegría no es simplemente cuestión de temperamento. En el servicio a Dios y a las almas, es siempre difícil –con mayor razón debemos tratar de adquirirla y de hacerla crecer en nuestros corazones. La alegría es oración. La alegría es fuerza. La alegría es amor. La alegría es una red de amor con la cual puedes atrapar muchas almas. Dios ama a quien da con alegría. Da más quien da con alegría, con una gran sonrisa, en esto, como en cualquier otra cosa, los demás verán tus buenas obras y glorificarán al Padre. El mejor modo de mostrar tu agradecimiento a Dios y a la gente es aceptar todo con alegría. Un corazón alegre es el resultado normal de un corazón que arde de amor”. “Sin alegría no hay amor, y el amor sin alegría no es verdadero amor. Por eso, necesitamos traer ese amor y esa alegría al mundo de hoy”. “La alegría era también la fuerza de Nuestra Señora. Nuestra Señora fue la primera Misionera de la Caridad. Ella fue la primera en recibir físicamente a Jesús y en llevarle a los demás; y ella de prisa. Sólo la alegría podía darle esa fuerza y esa rapidez para ir a hacer el trabajo de una sierva”.
Pensamiento del día:
“La alegría es la señal de la unión con Dios, de la presencia de Dios. La alegría es amor, el resultado normal de un corazón que arde de amor”.
Pide la gracia de encontrar la alegría de amar y de compartir esa alegría con todos los que encuentres.
ORACIÓN A SANTA TERESA DE CALCUTA
Santa Teresa de Calcuta, tú dabas gran valor a la dignidad de cada persona como hijo de Dios "creado para grandes cosas: para amar y ser amado". Inspirados por tu ejemplo y ayudados por tu intercesión, haz que podamos respetar y cuidar el don de la vida desde su concepción hasta su fin natural. Que, reconociendo a cada persona como "mi hermano y mi hermana", podamos amarnos unos a otros con el tierno amor de Dios. Amén.
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