domingo, 12 de noviembre de 2017

XXXII Domingo del Tiempo Ordinario


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A la espera del Señor
 
La parábola de las doncellas sensatas y necias nos abre a la espera del Señor. Su llegada está cerca y nosotros hemos de estar vigilantes. Nos situamos a, prácticamente, un par de domingos del inicio del Adviento. Y ya se sabe que el Adviento tiempo de espera y de esperanza. Esperamos la llegada del Señor Jesús y colmamos nuestra esperanza porque sabemos que con Él se abrirá un tiempo nuevo. Pero, además, todo queda claro. No oculta Jesús de Nazaret en la parábola las consecuencias de no ser diligentes, de no estar preparados. Ello nos puede acarrear quedarnos fuera para siempre.
 
El Día de la Iglesia diocesana
 

 
“Somos una gran familia CONTIGO” es el lema del Día la Iglesia Diocesana en España que se celebra este domingo, día 12 de noviembre. El secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia nos invita a colaborar con nuestra parroquia aportando lo que tenemos: cualidades, tiempo o dinero. Somos la familia de los hijos de Dios y como familia todos somos corresponsables de su labor y de su sostenimiento, según expresa la Conferencia Episcopal Españolo (CEE).

 
 
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 1-13
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
"¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!"
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes:
"Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.”
Pero las prudentes contestaron:
"Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis".
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
"Señor, señor, ábrenos."
Pero él respondió:
"En verdad os digo que no os conozco."
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora»
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Palabra del Señor.
 
 
 
 
 
 



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