“Preparémonos para recibir al Reino de los Cielos”.
Invocación al Espíritu Santo: Espíritu Santo, Dios de las virtudes; conviérteme. Espíritu Santo, Fuente de luces celestes; disipa mi ignorancia.
Espíritu Santo, Dios de infinita pureza; santifica mi alma. Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda tuya. Espíritu Santo, Amor sustancial del padre y del Hijo, permanece siempre en mi corazón.
Espíritu Santo, Dios de infinita pureza; santifica mi alma. Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda tuya. Espíritu Santo, Amor sustancial del padre y del Hijo, permanece siempre en mi corazón.
Lectura. Lucas capítulo 21, versículos 29 al 33:
29Les propuso también este ejemplo: Fíjense en la higuera y los demás árboles. Cuando echen brotes , al verlos, saben que se acerca el verano.Pues lo mismo ustedes, cuando vean que sucedan estas cosas,sepan que el reino de Dios está cerca.Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Indicaciones para la lectura: Lucas introduce cambios importantes en este texto respecto a los textos paralelos de Marcos y Mateo. Lo que en ellos era el anuncio del fin del mundo, en Lucas se refiere a la proximidad del reino de los cielos y se relaciona con la predicación de Jesús. Eso no impide que Jesús exhorte a los cristianos a que estén atentos y tengan una actitud de servidor que espera a cualquier hora el regreso del patrón.
Meditación:
Les propuso también este ejemplo: Fíjense en la higuera y los demás árboles. Cuando echan brotes, al verlos, saben que se acerca el verano. Pues lo mismo ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán:
A Lucas lo que le interesa es subrayar la permanencia del mensaje de Jesús antes, durante y después de los signos que anuncian el fin, es por ello que pone esta parábola de la higuera para un mayor entendimiento y reflexión personal.
La parábola de la higuera se refiere en general a la proximidad del reinado de Dios. Lucas afirma que el reino de Dios está cerca, refiriéndose probablemente a la predicación cristiana donde él ve la manifestación del reino. El creyente tiene que vivir como el servidor que espera la vuelta de su Señor. Los cristianos no deben sucumbir a las atracciones de este mundo que nos puedan apartar del camino evangélico; para ello es necesario, la oración vigilante y la firmeza
de la fe en la palabra del Señor, palabra que nos da vida y fortaleza, palabra que alimenta nuestro ser, palabra que nos muestra su amor y nos enseña a amarlo.
La parábola de la higuera se refiere en general a la proximidad del reinado de Dios. Lucas afirma que el reino de Dios está cerca, refiriéndose probablemente a la predicación cristiana donde él ve la manifestación del reino. El creyente tiene que vivir como el servidor que espera la vuelta de su Señor. Los cristianos no deben sucumbir a las atracciones de este mundo que nos puedan apartar del camino evangélico; para ello es necesario, la oración vigilante y la firmeza
de la fe en la palabra del Señor, palabra que nos da vida y fortaleza, palabra que alimenta nuestro ser, palabra que nos muestra su amor y nos enseña a amarlo.
Oración:
¡Oh Dios eterno, creo en ti espero en ti! Te amo sobre todas las cosas con toda mi alma, con todo mi corazón, con todas mis fuerzas; te amo porque eres infinitamente bueno y porque eres digno de ser amado; ten misericordia de mí,que soy pecador. Amén.
Contemplación:
“Después que Juan fue preso, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva”. “Cristo, por tanto, para hacer la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el Reino de los cielos”. Pues bien, la voluntad del Padre es “elevar a los hombres a la participación de la vida divina”. Lo hace reuniendo a los hombres en torno a su Hijo, Jesucristo. Esta reunión es la Iglesia, que es sobre la tierra “el germen y el comienzo de este Reino”.
En Jesús “el Reino de Dios está próximo”, llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a aquél que “es y que viene”, en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria. En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación.
El Reino de Dios está ante nosotros. Se aproxima en el Verbo encarnado, se anuncia a través de todo el Evangelio, llega en la muerte y la Resurrección de Cristo. El Reino de Dios adviene en la Ultima Cena y por la Eucaristía está entre nosotros. El Reino de Dios llegará en la gloria cuando Jesucristo lo devuelva a su Padre: Incluso puede ser que el Reino de Dios signifique Cristo en persona, al cual llamamos con nuestras voces todos los días y de quien queremos apresurar su advenimiento por nuestra espera. Como es nuestra Resurrección porque resucitamos en él, puede ser también el Reino de Dios porque en él reinaremos.
Compromiso:
Intensificaré mi oración en esta semana, de manera especial al levantarme y antes de dormirme.
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Intensificaré mi oración en esta semana, de manera especial al levantarme y antes de dormirme.
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