LA PARROQUIA,
COMUNIDAD CRISTIANA
Aunque la parroquia sea la comunidad en la que todo cristiano
está integrado, sin embargo, sigue siendo una realidad desconocida.
1.1.LA PARROQUIA, CÉLULA DE
LA IGLESIA PARTICULAR
1.1.1
¿QUÉ ES LA PARROQUIA?
Son muchos, los siglos de existencia de la parroquia pero,
quizás por ello, ha sufrido últimamente una verdadera crisis de identidad.
Podemos decir que la crisis de la parroquia es doble. Una gira entorno a su
identidad y naturaleza; otra en torno al sentido de pertenencia a la misma.
a) Crisis de identidad
Hace años se plantearon las siguientes cuestiones: ¿tiene que
existir la parroquia? ¿No existen otros ámbitos más significativos y más
importantes para que los cristianos reciban, vivan y celebren la fe? ¿No ha
llegado el momento de buscar dormas nuevas de comunidad cristiana?
Hay que tener en cuenta que una de las características de la
sociedad en que vivimos es la movilidad. Los grupos humanos nacen y se
construyen en razón del lugar geográfico, como pudiera suceder en el ámbito
rural, sino por otras muchas razones. Por el trabajo, afición, amistad,
relaciones de parentesco…
Lógicamente, desde el punto de vista eclesial, aparecen
muchos grupos cristianos que sienten necesidad de vivir y celebrar la fe en el
círculo del grupo humano en que viven. No era de extrañar, pues, que se plantearan tales cuestiones poniendo en
crisis la identidad y hasta la existencia de la parroquia.
Esta crisis de identidad-como toda crisis que se afronta de
modo correcto- ha llevado a clarificar la naturaleza de la parroquia, a la vez
que ha quedado más clara y nítida la relación de la parroquia con otros
ámbitos, también necesarios, de vida cristiana.
Una de las expresiones más claras de la solución de la crisis
se encuentra en las siguientes palabras de San Juan Pablo II:
“Ciertamente, en muchos
países, la parroquia ha sido sacudida por el fenómeno de la urbanización.
Algunos quizás han aceptado demasiado fácilmente que la parroquia sea
considerada sobrepasada, si no destinada a la desaparición, en beneficio de
pequeñas comunidades más adaptadas y más eficaces. Quiérase o no, la parroquia
sigue siendo una referencia importante para el pueblo cristiano, incluso para
los no practicantes. El realismo y la cordura piden, pues, continuar dando a la
parroquia, si es necesario, estructuras más adecuadas y sobre todo un nuevo
impulso gracias a la integración creciente de miembros cualificados,
responsables y generosos” (CT 67)
La parroquia ha sido el cauce ordinario de relación de los
cristianos a la Iglesia. Hasta hace muy poco se identificaba como cristiano en
razón de pertenencia a un determinado grupo eclesial, sino en razón de la
parroquia.
Sin embargo, la parroquia sigue siendo una realidad muy
desconocida. Los más concienciados con ella, por su nivel de práctica religiosa
y hasta por su incorporación a la misma como colaboradores, no han descubierto
toda la riqueza de hacer presente a la Iglesia de hoy.
En los pueblos la parroquia ha quedado, para muchos,
convertida en una realidad histórica. A los vecinos les sirve como punto de
referencia para situarse geográficamente en el pueblo. En la ciudad, sobre todo
en las barriadas modernas, la parroquia ha perdido hasta esa condición
simbólica, bien porque la ciudad crece en verticalidad por encima de los
templo, bien porque estos son construidos en bajos comerciales.
Sea lo que sea, la mayoría de los bautizados no han
descubierto ni la necesidad ni la importancia de la parroquia en sus vidas. Si
antes la crisis de identidad quedaba formulada en la parroquia: ¿Tiene que
existir la parroquia? Ahora la crisis de relación se formula de esta otra
forma: ¿Tiene importancia para mÍ la parroquia? ¡Significa algo en mi vida’ ¿Me
aporta algo? Lo triste de la crisis es que muchos bautizados no sólo no se
formulan tales preguntas, sino que pasan de toda relación con la parroquia.
Uno de los fines que pretende la pastoral misionera es
descubrir la relación cristiano-comunidad parroquia.
REFLEXIÓN Y DIÁLOGO
¿Estás de acuerdo con
la descripción que se hace de la crisis de identidad y de la crisis de
relación?
¿Se da alguna de ellas en tu parroquia?
Explícalo
EN ORACIÓN
“HOY QUEREMOS ESCUCHAR
TU VOZ”
Señor, hoy queremos escuchar tu voz, pero falta silencio en
nuestro alrededor.
Enséñanos a estar callados y escuchar atentos tu voz.
Que tu palabra ilumine nuestra vida.
Que tu palabra nos comprometa y nos haga vivir en tu
presencia.
Que ella sea fuerza para amar a los demás y, así, llevarles
la esperanza de un mundo mejor.
Que tu palabra haga de nosotros “personas nuevas”.
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