5 de mayo
"MARÍA, ASUNTA AL CIELO"
Si María no estuvo dañada por el pecado, su muerte entonces no fue una ruptura; su cuerpo y su alma, la totalidad de su ser, se convirtió inmediatamente en un cuerpo glorioso, María pasó a gozar plenamente de la resurrección, de la gloria de Dios. Su muerte, por tanto, no fue muerte como la entendemos nosotros, un dolor, un daño, un aguijón, un salto vertiginoso, sino una dormición, un paso, una asunción por parte de Dios de todo su ser.
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