“He venido a dar cumplimiento”
1.-Oración introductoria.
Señor, tu enseñanza en este evangelio, lejos de abrumarme por el cumplimiento exhaustivo de las leyes, me relaja al condensar todas las leyes en la ley suprema del amor. Las cosas hechas sin amor, esclavizan, pero todo lo que hacemos desde el amor nos libera. Por eso hoy, al iniciar mi oración, te pido que me deje guiar siempre por esa ley que Tú mismo has dejado impresa en mi corazón.
2.- Lectura reposada del Evangelio. Mateo 5, 17-19
«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.
Meditación-reflexión
Jesús ha venido a dar cumplimiento a todo lo establecido por la ley y los profetas. Dar cumplimiento es “llevar a plenitud” una cosa. En concreto, llevar a plenitud las leyes y normas del A.T. Significa orientarlas al núcleo fundamental del mensaje de Jesús: Dios es Amor. Dios es Padre que ama apasionadamente a sus hijos y éstos al sentirse inundados de este amor se sienten obligados a crear comunidades vivas de amor. Las leyes que son vehículo o manifestación del amor, están bien situadas en la Iglesia y. tratándose del amor, todo es importante: “hasta la más pequeña letra o coma de la ley”. Por eso decía San Francisco de Sales: “No son nuestras acciones como el oro que, el que más vale es el que más pesa, sino como la llama que la más limpia y pura es la que más dista de la materia”. Las acciones liberadas del amor posesivo, del amor egoísta, del amor calculado, son las que más agradan a Dios. Por eso no se trata de hacer muchas cosas para agradar a Dios sino de ofrecerle las obras que han llegado a “cumplimiento”, que han llegado a la perfección, que son expresión del amor.
Palabra del Papa.
“Integración: Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios. Él, sin embargo, no deroga la Ley de Moisés, sino que la lleva a plenitud, declarando, por ejemplo, la ineficacia contraproducente de la ley del talión. Jesús declara que Dios no se complace en la observancia del sábado que desprecia al hombre y lo condena. Jesús, ante la mujer pecadora, no la condena, sino que la salva de la intransigencia de aquellos que estaban ya preparados para lapidarla sin piedad, pretendiendo aplicar la Ley de Moisés. Jesús revoluciona también las conciencias en el Discurso de la montaña abriendo nuevos horizontes para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo y en el deseo salvífico de Dios, Nuestro Salvador, “que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. “Misericordia quiero y no sacrificio”» (Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015).
5.- Propósito. Me comprometo a examinar esta noche las acciones del día. Y comprobaré mis motivaciones internas: si he obrado por rutina, por interés personal o por amor.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, al terminar hoy mi oración, te doy gracias porque he caído en la cuenta de la cantidad de obras que hago a lo largo del día sin preocuparme para nada de mis motivaciones. Las hago por hacer. Incluso las hago por puro egoísmo, por el beneficio que me pueden reportar. Tengo mucho que aprender de lo que significa el obrar por amor, el obrar sin pasar factura, el obrar a cambio de nada, en la más absoluta gratuidad. Gracias, Señor, por esta bella enseñanza.
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