jueves, 27 de junio de 2019

El Manantial de la Vida. Viernes 28 de Junio: Sagrado Corazón de Jesús

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1.- Oración introductoria.
Señor, hoy es fiesta, una fiesta muy bonita: es la fiesta del corazón, es decir, la fiesta del amor. Y celebramos el amor desbordado de Dios a nosotros. No se trata de venerar “un músculo” de su cuerpo. Se trata de celebrar el significado profundo de este día. Dios es amor; Dios es corazón; Dios es misericordia; Dios es ternura. Con un Dios así, ¿quién va a estar triste? ¿Quién no va a estar contento?
2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 15, 3-7
En aquel tiempo Jesús dijo esta parábola a los escribas y fariseos. ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.» Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.
3.- Qué dice el texto. 
Meditación-reflexión
Esta parábola la dijo Jesús a los “escribas y fariseos”, es decir, aquellos que se escandalizaban de que Jesús hablara de un Dios tan cercano, tan entrañable, tan maravilloso. En Jesús no aparecen las palabras: ira, castigo, venganza, enemigos. Sí, en cambio, no cesa de hablar de un Dios que es ABBÄ-PAPÁ. Nadie se había atrevido a hablar de Dios de esa manera. Los fariseos, tildaban a Jesús de irreverente. Y todavía más. Les anuncia que ese Dios de quien ellos hablan, no está contento de cómo ellos hablan de Él. En cambio está entusiasmado de lo bien que habla de Él ese tal Jesús. Precisamente esta parábola quiere resaltar “el gozo de Dios”, la felicidad que siente Dios cuando un pecador se arrepiente y vuelve a su casa. Ese hijo le da más alegría que los otros que nunca se han ido de casa. ¿Cómo puede ser esto? Y dirá San Agustín: “Dame un corazón que ame y entenderá lo que digo”. Dios es Padre y Madre. Y aquí, en este mundo, suceden estas cosas: Si unos padres tienen cinco hijos y les cae uno gravemente enfermo, ese hijo, si se pone bueno, les da más gozo que los otros que están sanos. Así es Dios.
Palabra del Papa
“Así pues: seguir a Jesús por el camino de la caridad, ir con Él a las periferias existenciales: «La caridad de Jesús es una urgencia», decía Pablo (cf. 2 Co 5, 14). Para el buen Pastor, lo que está lejos, peri­férico, lo que está perdido y despreciado es objeto de una atención mayor, y la Iglesia no puede sino hacer suya esta predilección y esta atención. En la Iglesia, son primeros los que tienen mayor necesi­dad, humana, espiritual, material, más necesidad” (Con pobres y presos, Cagliari, 22.9.13).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)
5.- Propósito: Sabiendo lo que agrada a Dios, voy a convertirme del todo para darle esa satisfacción.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te agradezco esta fiesta tan bonita del corazón, esta fiesta del amor. Si el amor y la fiesta van siempre juntos, ¿Por qué no soy feliz? ¿No será que amo demasiado poco? ¿No será que mi corazón es tacaño, ruin, miserable? Dame, Señor, un corazón grande, capaz de amarte a Ti sobre todas las cosas y amar a mis hermanos como Tú quieres que los ame. Así mi corazón estará siempre en fiesta.


 

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