Quiero pedirles que dirijan su mirada a los sacerdotes que trabajan en nuestras comunidades.
No todos son perfectos, pero muchos se la juegan hasta el final ofreciéndose con humildad y alegría.
Son sacerdotes cercanos, dispuestos a trabajar duro por todos.
Demos gracias por su ejemplo y su testimonio.
Recemos por los sacerdotes para que, con la sobriedad y la humildad de sus vidas, se comprometan en una solidaridad activa, sobre todo, hacia los más pobres.
No todos son perfectos, pero muchos se la juegan hasta el final ofreciéndose con humildad y alegría.
Son sacerdotes cercanos, dispuestos a trabajar duro por todos.
Demos gracias por su ejemplo y su testimonio.
Recemos por los sacerdotes para que, con la sobriedad y la humildad de sus vidas, se comprometan en una solidaridad activa, sobre todo, hacia los más pobres.
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