Presentación
El tema elegido para la XXX Jornada Mundial del Enfermo es: “sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6, 36). Acompañar a quienes sufren como consecuencia de la enfermedad es una obra de misericordia y una finalidad fundamental en la Pastoral de la Salud.
En su Mensaje para esta trigésima Jornada, el Papa Francisco nos recuerda “cómo no recordar, a este respecto, a los numerosos enfermos que, durante este tiempo de pandemia, han vivido en la soledad de una unidad de cuidados intensivos la última etapa de su existencia atendidos, sin lugar a dudas, por agentes sanitarios generosos, pero lejos de sus seres queridos y de las personas más importantes de su vida terrenal”. El sufrimiento de nuestros hermanos se convierte en una urgente llamada a ser “testigos de la caridad de Dios que derramen sobre las heridas de los enfermos el aceite de la consolación y el vino de la esperanza, siguiendo el ejemplo de Jesús, misericordia del Padre” y así acompañarlos en su sufrimiento.
“A lo largo de estos treinta años el servicio indispensable que realiza la pastoral de la salud se ha reconocido cada vez más. Si la peor discriminación que padecen los pobres —y los enfermos son pobres en salud— es la falta de atención espiritual, no podemos dejar de ofrecerles la cercanía de Dios, su bendición, su Palabra, la celebración de los sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y maduración en la fe”.
Agradezco sinceramente a D. Luis Sánchez por la preparación de este material que nos ayudará a descubrir nuevos modos de hacernos prójimos, con una renovada ternura y misericordia.
José Luis Méndez Jiménez
Director del Departamento de Pastoral de la Salud de la CEE
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