¡Alabado sea Jesucristo!
Lo mejor que pueden decir de
nosotros los cristianos es que nos queremos y nos ayudamos. Si consiguiéramos
esto, estaríamos seguros de que amamos a Dios y que Dios permanece en nosotros.
Cada domingo nos reunimos para
celebrar la eucaristía. En ella aprendemos a amar a Dios y a amarnos unos a
otros, como nos manda Jesús.
El hombre se hace imagen de Dios
cuando ama y se compadece de los que son también imágenes de Dios, ungidos del
Señor (1 Samuel 26,2.7-.9.12.13)
Bendigamos al Señor, démosle
gracias, invoquemos su nombre. Su amor no tiene fin.
Desde pequeños hay en nosotros
una lucha entre el hombre terreno, que se busca a sí mismo por encima de todo y
se rebela contra Dios, como Adán, y el hombre celestial, que ama a Dios y a los
demás (1Corintios 15, 45-49)
El cristiano ama con un amor
universal, sin fronteras ni preferencias de personas. Es como el de Jesús, un
amor que no espera recompensas (Lucas 6,27-38).
Si yo os lanzara una pregunta
sobre <<¿Qué es lo que más deseáis en la vida?>>, estoy seguro de
la respuesta.
Lo que más deseáis es que os
quieran. En el corazón sentimos desde pequeños necesidad de que nos quieran,
que nos acojan, que nos tomen en cuenta.
1. 1. Dios es
amor
La definición que san Juan hace
de Dios es: Dios es amor. El todo lo hace por amor. La misma creación del mundo
y del hombre es fruto del amor.
Y ha hecho al hombre a su imagen
y semejanza. Por eso el hombre necesita que le amen y amar también. El que no
sea capaz de amar y de recibir amor no es un ser humano.
El hombre rompe algunas veces la
imagen de Dios en él y odia y aborrece a los otros hombres. Y se busca sólo a
sí mismo en un egoísmo enfermizo.
2. 2. Dios
nos ha amado en su Hijo
Jesús, Hijo encarnado de Dios, es
la imagen perfecta del Padre, y por eso ama como el Padre. Él nos ha hecho hijos
adoptivos de Dios, y nos ha enseñado a amar como ama él. Viene a decirnos: el
hombre se hace imagen de Dios e hijo de Dios cuando ama, es misericordioso y
perdona.
En el Antiguo Testamento, David
muestra su amor y su compasión hasta Saúl. Fue capaz de amarlo, a pesar de que
era su enemigo.
3. 3. Amad
a todos
En el evangelio, Jesús nos dice
cómo hemos de mar. Y nos da la regla de oro de la conducta: Hacer o no hacer a
los demás lo que a mí me gustaría que me hicieran o no me hicieran.
Jesús es nuestro modelo en el
camino del amor. Ser cristianos es amar como él, ayudar como él, perdonar como
él, olvidar como él. El amor no tiene medida. Jesús decía a Pedro: hay que
perdonar siempre.
En la Eucaristía, Jesús nos da su
cuerpo y su sangre para alimentarnos y hacernos fuertes en el amor.
Ahora nos toca ir por el mundo
amando a todos, sin fronteras y sin excepciones. A todo el que nos necesita,
ayudémosle. A todo el que nos pide, démosle. A todo el que está enfermo, visitémosle.
A todo el que está solo, acompañémosle.
Como dice San Juan: No amemos de
boca y con palabras, sino con obras y de verdad.
El Señor nos bendiga,
nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén
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