Nuestro querido Papa Francisco, q.e.p.d., convocó el Año Jubilar en el que nos encontramos con la certeza de que la esperanza no defrauda (Spes non confundit, Rom 5,5) expresión de fe del apóstol S. Pablo, que daba el título a la bula pontificia con la que comenzaba el Jubileo.
Retomando una tradición que arranca en el Antiguo Testamento se ha querido en este año 2025 volver a tomar conciencia de cómo estamos viviendo la relación con Dios, el trato con el prójimo, con nosotros mismos, con lo que se posee y con el resto de la creación, lo que contri buye, si la relación es auténtica, a que el ser humano pueda crecer integralmente en su paso por este mundo. Así lo anunciaba el libro del Levítico: declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia (Lev 25,10). Son evocadoras estas palabras, que hablan de la posibilidad de volver a empezar (SNC 10), a restituir lo que el tiempo y las decisiones, muchas veces equivocadas, han provocado en los vínculos que nos construyen, como hemos señalado antes, nuestro trato con Dios, con los demás, con uno mismo y con lo que se encuentra a nuestro alrededor. Un tiempo de gracia que anima a todos a acordarse de los que sufren de cualquier manera, de los necesitados, de los cautivos de tantas situaciones, de los que no conocen o ya no reconocen la buena noticia (cf. Is 61 1-2).
Esta hermosa tradición de la Iglesia desde hace siglos de pararse a contemplar lo que va provocando el paso del tiempo y a actuar en consecuencia para no dejarse llevar por inercias inadecuadas, tiene a la misericordia como hilo conductor de sus acciones. Así lo han anunciado los distintos jubileos que se han proclamado en la Historia, en diferentes lugares, y desde hace tiempo, cada 25 años en la Iglesia universal, resal tando que el amor de Dios hace nuevas todas las cosas.
El próximo mes de diciembre, Dm., al igual que en toda la Iglesia, nuestra Diócesis cerrará este Jubileo con las celebraciones previstas en las tres sedes catedralicias, Calahorra, Santo Domingo de la Calzada y Logroño, los días 27 y 28. Será un buen momento para hacer balance de todo lo vivido.
(Entrega 2)
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