“Los Magos consiguieron superar aquel momento crítico de oscuridad en el palacio de Herodes, porque creyeron en las Escrituras, en la palabra de los profetas que señalaba Belén como el lugar donde había de nacer el Mesías. Así escaparon al letargo de la noche del mundo, reemprendieron su camino y de pronto vieron nuevamente la estrella, y el Evangelio dice que se llenaron de “inmensa alegría”. Esa estrella que no se veía en la oscuridad de la mundanidad de aquel palacio”. (Papa Francisco)
LECTURAS
Is. 60,1-6; Ef.3,2-6; Mt.2,1-12
El camino de los reyes a Belén es el camino de la fe. ¿qué se da en este camino?
COMENTARIO-REFLEXIÓN
1.– UNA LUZ QUE VIENE DE LO ALTO. No es que sea necesario ver estrellas o ángeles que vienen del cielo. Es suficiente una luz interior que te mueve a ponerte en marcha., sin forzar tu voluntad. De hecho, todos vieron la estrella y pocos la siguieron. Esta estrella “aparece y desaparece”. En este camino de la fe, como en los cuadros artísticos, es muy importante el juego del “claro-oscuro”. Nuestro Dios es bi-polar. Es claridad y oscuridad; es presencia y es ausencia; es finito e infinito; no cabe en los cielos y aparece en las chozas de la tierra. Dios quiere que tengamos momentos de luz, para iluminar los días oscuros; momentos de presencia, para llenar los días de ausencia; momentos de rozar el Infinito, para superar nuestra finitud.
2.– UN ENCUENTRO PERSONAL CON JESÚS. La fe es un encuentro con Dios, al vivo. Pero ¿dónde encontrarse con Él? Los reyes fueron a encontrarlo en un Palacio. !Y se equivocaron! Y nos seguimos equivocando si lo seguimos buscando entre los ricos y poderosos de este mundo. Los pastores, la gente humilde y sencilla nos dicen dónde encontraron a Jesús: “Encontraron a María, a José- y al Niño recostado en un pesebre”. Entre los descartados, los que no tienen casa, los inmigrantes, ahí es donde podemos encontrar a Jesús hoy. Allí lo reconocieron los Magos, y ahí le adoraron. Qué bonitas palabras las del papa San Pablo VI al acabar el Concilio Vaticano II: ”En el rostro de cada hombre, sobre todo si se ha hecho transparente por las lágrimas y el dolor, nosotros podemos y debemos reconocer el rostro de Cristo”.
3.– UNA OFRENDA EXISTENCIAL. El oro, el incienso y la mirra son regalos “simbólicos”. El oro representa el corazón, el amor. El incienso el alma, la parte espiritual de la persona. La mirra es una especie de resina aromática, de sabor muy amargo. Puede significar el cuerpo en cuanto limitado y susceptible de sufrimiento. Los Magos no sólo ofrecían lo que “tenían” sino lo que “eran”, es decir, sus personas con su corazón, su alma y su cuerpo. Todo un símbolo de lo que Jesús venía a ofrecer al Padre: ”un sacrificio existencial”. “Holocaustos y sacrificios no te agradaron. Entonces dije: Aquí estoy para hacer tu voluntad” (Heb. 10,5).
4.-UN CAMBIO DE RUTA. “Regresaron a su país por otro camino. Uno que se ha encontrado con Jesús, ya no regresa a casa por el mismo camino…Si he venido por el camino de la violencia, al ver la tranquilidad de Belén me voy por el camino de la paz. Si he venido por el camino de la soberbia…al ver a Dios en un Niño, me voy por el camino de la humildad…Si soy un egoísta que sólo pienso en el dinero y en atesorar…al ver la pobreza de Belén, me voy por el camino del compartir… Si he venido por el camino de la tristeza… al ver el gozo de Belén, me vuelvo por el camino de la alegría…
PREGUNTAS.
1.- ¿Considero la fe como un bonito obsequio que Dios me ha hecho?. ¿Cómo la agradezco?
2.- ¿Sé hacer de mi vida un regalo para los demás? Y esto ¿en qué se nota?
3.- Si realmente hoy me he encontrado con Dios, ¿por qué camino tengo que volver?
ORACIÓN
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