1.- Oración introductoria.
Hoy, Señor, quiero agarrarme fuertemente a tu Cruz y descubrir el infinito amor que nos tienes. Nos has amado más que a ti ya que has dado tu vida por nosotros. Es ahí en la Cruz donde has colocado el amor en la cima más alta. Es en la Cruz donde nos seduces y nos atraes. “Cuando sea elevado en alto atraeré a todos hacia mí”. (Juan 12,32). Señor, atráeme hacia ti por la fuerza de tu amor.
2.- Palabra reposada del Evangelio. Juan 18, 1-19, 42 (Pasión según San Juan)
3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión
1.- La pasión de Jesús según San Juan vista con ojos de resucitado.
“Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan”. Con esta sencilla introducción, el lector comienza el evangelio del viernes santo (Jn 18,1-19,42). Parece que en la Iglesia romana se ha seguido siempre la tradición de leer la pasión según san Juan en este día. San Juan, el teólogo y místico, ve la pasión con mayor profundidad que los otros evangelistas, a la luz de la resurrección. Su fe pascual transfigura cada detalle y cada episodio de esta última fase de la vida terrena del Salvador.
2.- El trono de la Cruz.
Fijémonos, por ejemplo, en el tratamiento que da san Juan a la cruz. En sí misma es un sacrificio cruel y bárbaro; pero, desde que Cristo redimió a los hombres en el leño de la cruz, ésta es objeto de veneración. Es más que eso. Para san Juan, la cruz es una especie de trono. La cruz es descrita como una “exaltación”, término que instantáneamente comunica la idea de ser elevado y glorificado.
3.- La Cruz revelación suprema del amor de Dios.
Sin quitar importancia a los sufrimientos del Señor, toda la narración está impregnada de una atmósfera de paz y serenidad. Cristo, y no sus enemigos, es quien domina la situación. No hay coacción: él libremente se encamina hacia su ejecución; con perfecta libertad y completo conocimiento del significado de lo que acontece, sale al encuentro de su destino. El motivo, la ulterior razón, es el amor. La cruz es la revelación suprema del amor de Dios.
4.- Jesús en la Cruz es Rey, Juez y Salvador.
En el cuadro que san Juan nos ofrece, Jesús aparece con una triple función: como rey, como juez y como salvador. Las burlas de los soldados y la coronación de espinas sirven para poner de manifiesto su realeza. En el acto mismo de su condena, es Jesús, no Pilato, quien aparece como juez; ante sus palabras y ante su cruz nos encontramos condenados o justificados. Finalmente, como salvador, Jesús reúne a su pueblo en unidad alrededor de su cruz. La Iglesia, representada en la túnica sin costura, queda formada. A María, su madre, le confiere una maternidad espiritual; queda constituida madre de todos los vivientes. Jesús desde la cruz entrega su espíritu, inaugurando así el período final de la salvación. De su costado brota sangre y agua, símbolos de salvación y del Espíritu que da vida. Cristo se muestra como el verdadero cordero pascual cuya sangre ya había salvado a los israelitas. Volverse a él con fe es salvarse. (DABAR).
Palabra del Papa.
Jesús crucificado, refuerza en nosotros la fe, que no caiga frente a la tentación. Reviva en nosotros la esperanza, que no se desvanezca siguiendo las seducciones del mundo. Cuida en nosotros la caridad, que no se deje engañar por la corrupción y la mundanidad. Enséñanos que la cruz es vía a la Resurrección. Enséñanos que el Viernes Santo es camino hacia la Pascua de la luz. Enséñanos que Dios no olvida nunca a ninguno de sus hijos, y no se cansa nunca de perdonarnos y abrazarnos con su infinita misericordia. Pero enséñanos también a no cansarnos nunca de pedir perdón y creer en la misericordia sin límites del Padre. (Homilía de S.S. Francisco, 3 de abril de 2015).
4.- Qué me dice este texto hoy a mí. (Guardo silencio)
5.- Propósito. En este día buscaré un lugar apartado para quedarme impresionado por el amor de Cristo que ha muerto por mí.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
”Gracias, Señor, por tu palabra, especialmente por el evangelio de Juan. Él, con una mirada mística llena de ternura, ha visto en la Cruz la suprema expresión del amor. Quiero quedarme en este día con la frase que Juan quiere cerrar su evangelio: “Mirarán al que atravesaron”. Así extasiado, quiero pasar este día del Viernes Santo contemplando tu amor.
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