Fueron hermanos y soldados de la legión VII Gémina.
Nacieron en Calahorra a finales del siglo II. Fueron juzgados por ser cristianos y ellos se mantuvieron firmes y fervorosos en su fe.
Se les encerró primero en la cárcel ciega de Calahorra, convertida posteriormente en “Casa Santa”, en la actual calle de San Antón. Sacados de la cárcel, fueron ejecutados a comienzos del siglo III, junto al torrente Arenal, en las orillas del río Cidacos, donde se levantó y se levanta la actual catedral, en el lugar exacto que ocupa el baptisterio. A falta de actas, se conservan dos composiciones poéticas preciosas, escritas en el siglo IV por el también calagurritano Aurelio Prudencio.
Son el himno I y el VIII de su inmortal obra “Peristefanon o Corona de los mártires”. Aquí se dice que en su época (finales del siglo IV) Calahorra se había convertido en centro de peregrinación buscando la protección de sus santos, “pues la fama pregonera ha recorrido ya todas las tierras diciendo que aquí están los protectores del mundo” (versos 10 y 13 del himno I).
San Emeterio y San Celedonio son los patronos no sólo de la ciudad de Calahorra, sino de todo su antiquísimo y dilatado obispado, así como de la ciudad y diócesis de Santander,
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