«¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho?
1.- Ambientación.
Hoy, señor, vengo a pedirte que no sea ruin ni mezquino con los dones que Tú me has dado; que, si he tenido la suerte de creer, no me guarde esta fe en el corazón encerrándola con llave. Que yo no me conforme con la luz que entra por la ventana de mi casa, sino que salga fuera, la comparta con los que viven en la calle y en la plaza, y la disfrute con todos en el corazón de la vida.
2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 4, 21-25
Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga». Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará».
Meditación-reflexión
Jesús quiere que vivamos la fe con tal limpieza y transparencia; que nunca tengamos nada que ocultar. Lo que más convencía al pueblo que seguía a Jesús era la coherencia. Entre lo que predicaba y lo que vivía nunca había ningún desajuste. Eso le diferenciaba de los fariseos hipócritas que compaginaban perfectamente la doble vida.
Lo que daría credibilidad a nuestra predicación sería el intento de vivir aquello que predicamos. También decía Jesús: Al que tenga se le dará. Jesús remite a la sabiduría popular “el rico se hace cada vez más rico” “dinero llama dinero” “al rico todos le llevan regalos”.
En este caso, no se trata sólo de aumento cuantitativo sino aumento de la capacidad del individuo. ¿Qué se le dará? Una capacidad mayor para recibir la vida como un regalo de Dios. ¿Qué se le dará? Un oído más fino para escuchar a los hermanos que sufren. ¿Qué se les dará? Una mirada más penetrante para ver lo positivo que hay en cada una de las personas. Y, sobre todo, se le dará un espacio interior más dilatado para descubrir a un Dios cada vez más grande, más genial, más maravilloso. No te canses de escuchar: “Ensancha el espacio de tu tienda” (Is. 54,2).
Palabra del Papa
“Se podrá ser un buen hombre o una buena mujer, pero si no sabe perdonar no es cristiano y si uno no perdona no puede recibir la paz del Señor. En el Padre Nuestro rezamos perdónanos como nosotros perdonamos…Hay otra palabra clave en el evangelio: misericordia. El Señor, el Padre es misericordioso, y siempre nos perdona, siempre quiere hacer la paz con nosotros. Y si uno no es misericordioso corre el riesgo que el Señor no sea misericordioso con uno, porque seremos juzgados con la misma medida con la que juzgamos a los demás”. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de septiembre de 2015, en Santa Marta).
4.- Qué me dice a mí hoy este texto que acabo de meditar. (Silencio)
5.- Propósito: Hacer todo movido por el amor a Dios, con pureza de intención, confiando que con Él todo es posible.
Gracias, Señor, por esta meditación que me ha recordado que debo ser luz para los demás y que eso sólo lo voy a lograr si abro de par en par las ventanas de mi alma y dejo que tu luz entre a raudales dentro de mí. Yo no quiero alumbrar con esa lamparita pequeña que brilla en la noche; quiero alumbrar con ese sol radiante que eres Tú y llenas el día de belleza y esplendor.
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