Hoy, la Iglesia celebra el Domingo de la Palabra de Dios, cuando escuchamos en el evangelio
la narración del comienzo del ministerio público de Jesús.
Según el papa Francisco, «la Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la eucaristía, alimenta y refuerza interiormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténtico testimonio evangélico en la vida cotidiana» (EG, n. 174).
El papa afirma: «Toda la evangelización está fundada sobre [la Palabra de Dios], escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada. Las Sagradas Escrituras son fuente de la
evangelización. Por lo tanto, hace falta formarse continuamente en la escucha de la Palabra» (ibíd.).
El Domingo de la Palabra de Dios nos recuerda que esta Palabra ha de ser cada vez más el
corazón de la vida y de la misión de la Iglesia
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