martes, 1 de marzo de 2022

El evangelio de hoy Martes 1 de Marzo de 2022

 “Nosotros lo hemos dejado todo”

1.- Introducción.

Señor, hoy en este evangelio, nos hablas de recompensas generosas: hasta del ciento por uno. Pero yo sólo quiero una recompensa de Ti: que Tú seas mi recompensa. Todo lo que me puedas dar sin Ti es para mí una nadería. Contigo lo tengo todo. No necesito más. Dios Padre, al darnos a ti, contigo nos ha entregado ya todo. ¿Qué más puedo pedir?

2.- Lectura reposada del texto bíblico. Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo Pedro se puso a decirle a Jesús: Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» Jesús dijo: Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.

3.- Qué dice el texto.

         Meditación-reflexión.

Siempre hay que mantener que el seguimiento a Jesús debe ser radical, sin evadir las persecuciones, es decir, la Cruz. Y aquel que de verdad sigue a Jesús, sólo debe seguirle a Él como Absoluto de la vida. Debe evitar todo apego terreno a las cosas, incluso a las personas que te  esclavizan. . El acceso a Jesús sólo se puede mantener “desde un corazón libre”.  Y a Jesús hay que seguirlo  sin segundas intenciones.  Las cosas y las personas nos pueden esclavizar hasta el punto de crear interferencias entre Jesús y nosotros. Pero puede ocurrir que ya en este mundo podamos recibir el ciento por uno. Es una experiencia de la naciente comunidad. Ha dejado una familia y se ha encontrado con otra nueva maravillosa.  Esta realidad es consecuencia de nuestra entrega a Jesús que no se deja ganar en generosidad. Por otra parte, el que usa de las cosas y no se deja esclavizar por ellas, las disfruta a tope.  El que es esclavo de las cosas, no puede estar alegre (joven rico). Y el que ama a su familia o a sus amigos con el amor de Jesús, pierde el afán de posesión de las personas, se realiza humanamente y goza de ese amor gratuito y, al mismo tiempo, gratificante.

“Si te has hecho discípulo del evangelio y ciudadano del reino de Dios, todo lo habrás dejado por él y mucho más habrás recibido con él; a todo habrás renunciado por él, y mucho más habrás encontrado en él; todo habrás dado a los pobres para seguirlo a él, y mucho más, aquí y ahora, te promete el que por ti se hizo pobre para enriquecerte”. (Fr. Agrelo).

Palabra del Papa.

Para una sociedad rica, un nuevo obstáculo para un encuentro con el Dios vivo está en la sutil influencia del materialismo, que por desgracia puede centrar muy fácilmente la atención sobre el «cien veces más» prometido por Dios en esta vida, a cambio de la vida eterna que promete para el futuro. Las personas necesitan hoy ser llamadas de nuevo al objetivo último de su existencia. Necesitan reconocer que en su interior hay una profunda sed de Dios. Necesitan tener la oportunidad de enriquecerse del pozo de su amor infinito. Es fácil ser atraídas por las posibilidades casi ilimitadas que la ciencia y la técnica nos ofrecen; es fácil cometer el error de creer que se puede conseguir con nuestros propios esfuerzos saciar las necesidades más profundas. Ésta es una ilusión. Sin Dios, el cual nos da lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar, nuestras vidas están realmente vacías. Las personas necesitan ser llamadas continuamente a cultivar una relación con Cristo, que ha venido para que tuviéramos la vida en abundancia. Benedicto XVI, 16 de abril de 2008.

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito: Me examino sobre la libertad en el amor. El amor a la personas, ¿Me libera o me esclaviza?

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración

Señor auméntame la fe, auméntame mi amor a Ti, porque cuando hay fe sincera y amor verdadero, nada será más importante en mi vida que el cumplir tu voluntad. Permite que sea tu discípulo y misionero para hacer partícipes a los demás de tu amor, de esa felicidad que sólo Tú puedes dar.

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