¡ALABADO SEA JESUCRISTO!
El quinto y último domingo de cuaresma es la recta final del camino que nos lleva a la pascua de Jesús. Ese camino andando día a día ha ido haciendo brecha en nosotros: hemos cambiado por dentro, se ha renovado nuestro corazón, se ha transformado nuestra vida .
Pascua ha de hacer de nosotros hombres nuevos. Y para ser nuevos hemos de <<volver a nacer>> continuamente con la gracia del Espíritu Santo y nuestro esfuerzo.
Dios nos dice hoy en la primera lectura: No os desaniméis por el pasado. Lanzad la mirada hacia adelante. Dios está haciendo en vosotros algo nuevo. (Isaías 43,16-21)
San Pablo, buen atleta de Cristo, nos invita a lanzarnos hacia adelante y correr hacia la meta. Nuestra victoria es Jesucristo.
A todo aquel que se acerca a Jesús en busca del perdón, el Señor le dice: No te desanimes. Olvida el pasado. Camina hacia adelante. Porque caminando se llega a la meta(Juan 8,1-11),así el perdón a la mujer adúltera.
1. El proyecto de Dios
Como un gran arquitecto. Dios tiene su proyecto sobre el mundo. La maqueta de Dios es una maqueta hermosa donde los hombres sean felices, se lleven como hermanos y vivan en armonía y en paz.
Pero el proyecto de Dios necesita personas que lo lleven adelante.
Pero cosas del proyecto de Dios se han realizado mal.
Así ha ocurrido entre los hombres. los planes de Dios los han desviado, y han hecho las cosas al revés. guerras en vez de paz, odio en ves de amor, hambre en vez de abundancia, terrorismo en vez de concordia, etc.
2. Jesucristo, constructor del proyecto de Dios.
Su vida fue una vida de amor a todos, sin discriminaciones, sin fronteras. Su tiempo fue para ayudar a los que necesitaban. él era amigo de los niños, de los jóvenes, de los ancianos. Estaba con los pecadores y con los que eran buenos.
Su predicación consistía en presentar el reino de Dios como un proyecto realizar y luego invitaba a todos los que quisieran a realizar el reino. Las bienaventuranzas eran el programar a seguir.
3. Imitadores de Jesús.
Los crsitainos somos los colaboradores de Jesús en la obra de Dios. Jesús nos indica el camino que hemos de recorrer. Nos da los mandamientos que hemos de cumplir. Nos enseña a rezar para tener fuerzas.
Cada vez que nos reunimos para celebrar la eucaristía, Jesús nos habla para enseñarnos a actuar. Y nos alimenta con su cuerpo y su sangre para proseguir sin desanimarnos ni cansarnos. Como a la mujer pecadora nos dice. Animo, adelante. Hay que llegar a la meta. La Victoria será para los que se esfuerza.
QUE EL SEÑOR NOS BENDIGA, NOS GUARDE DE TODO MAL Y NOS LLEVE A LA VIDA ETERA.
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