ORACIONES INICIALES PARA TODOS LOS DIAS
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo!Dios y Hombre verdadero,Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,y porque os amo sobre todas las cosas,me pesa de todo corazón de haberos ofendido;también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.Ayudado de vuestra divina graciapropongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.Amén.ORACION DEL TERCER DIA
Nuestra Señora deLourdes, esperanza y consolación de los pelegrinos, ruega por nosotros. Virgen de Lourdes, al término de este triduo, quiero agradecerte por todas las gracias que has volcado sobre mí y mis hermanos.
Te que llevaste a Santa bernardita a la Santidad, dóname el entusismo cristiano para que en mi vida lleve la paz y el amor a todas las personas que me rodean.
Amén
Propósito: Visitar a un enfermo o a una persona que se encuentre sola
ORACION DEL TERCER DIA
Nuestra Señora deLourdes, esperanza y consolación de los pelegrinos, ruega por nosotros. Virgen de Lourdes, al término de este triduo, quiero agradecerte por todas las gracias que has volcado sobre mí y mis hermanos.
Te que llevaste a Santa bernardita a la Santidad, dóname el entusismo cristiano para que en mi vida lleve la paz y el amor a todas las personas que me rodean.
Amén
Propósito: Visitar a un enfermo o a una persona que se encuentre sola
Padre Nuestro, Ave María y Gloria
ORACION FINAL
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
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