jueves, 23 de enero de 2025

Lectio Divina: 24 de enero de 2025

 

Elección de los apóstoles.

“Instituyó Doce, para que estuvieran con Él”

1.-Introducción.

Hoy te pido, Señor, en este rato de oración, que me hagas ver la grandeza de la elección. Me has elegido porque me amabas. Y me has elegido para que enseñe a amar a los demás. Me has elegido para crear entre los hombres y mujeres de este mundo una familia, la familia de los hijos de Dios. Bonita tarea. Preciosa misión.

2.- Lectura reposada del Evangelio. Marcos 3, 13-19

Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

3.- Qué dice el texto del evangelio.

Meditación-Reflexión

Antes de llamar a sus discípulos Jesús subió al monte. ¿Qué hacía Jesús en el monte? ¿Respirar aire puro? ¿Mirar la belleza de los campos en primavera? Todo eso es posible, pero la clave nos la da  el evangelista Lucas cuando nos dice que el monte era el lugar privilegiado de Jesús para orar. Jesús se pasó la noche orando. La elección de los apóstoles era un asunto muy importante y Jesús se pasa la noche dialogando con el Padre, barajando los nombres que iba a elegir al día siguiente. Esto que Jesús hizo con los primeros apóstoles lo hace Jesús siempre con aquellos que va a elegir. Y nos debe dar devoción el pensar que, antes de elegirme a mí, Jesús ha orado por mí al Padre.

“Los llamó para que estuvieran con Él”. Antes de enviarlos a predicar deben prepararse. ¿Dónde? ¿En las escuelas de Jerusalén? No. En la escuela de Jesús. Lo que han aprendido estando con Él, escuchando sus palabras, imitando su estilo de vida, eso va a ser el objeto de su predicación. Les llamó para que le siguieran. El seguimiento de Jesús forma parte esencial de su llamada.

Palabra del Papa

“Jesús está en medio de la gente, la acoge, le habla, la cura, le muestra la misericordia de Dios; en medio de ella elige a los Doce Apóstoles para estar con Él y sumirse como Él en las situaciones concretas del mundo. Y la gente le sigue, le escucha, porque Jesús habla y actúa de modo nuevo, con la autoridad de quien es auténtico y coherente, de quien habla y actúa con verdad, de quien da la esperanza que viene de Dios, de quien es revelación del Rostro de un Dios que es amor. Y la gente, con alegría, alaba a Dios.

Esta tarde nosotros debemos preguntarnos: ¿cómo sigo a Jesús? Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirlo quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don de Él y a los otros” (Homilía de S.S. Francisco, 30 de mayo de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Momentos de silencio)

5.- Propósito. Dar gracias a Dios por haberme llamado.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi oración

Señor, quiero darte gracias por haberme llamado, por haberme tenido presente en ese diálogo que has mantenido con Dios, tu Padre. Realmente yo he sido una persona muy importante para ti. Y quiero que me perdones mi falta de entrega y entusiasmo en esta hermosa tarea que me has encomendado. Lamento el no haber estado a la altura de mi vocación. Siento mucho el haberte defraudado. Ayúdame a compensar, desde ahora, el tiempo perdido. Quiero responder con una entrega generosa a tanta delicadeza, tanto afán, tanto cariño y tanto mimo.

Lectio Divina: 23 de enero de 2025

Una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él”.

1.- Oración introductoria.

Señor, dame la gracia de seguirte con el entusiasmo y fervor de aquellas multitudes que tan cerca querían estar de ti, que prácticamente “te estrujaban”. Haz que te siga de cerca, pero no por curiosidad, no por interés, sino por necesidad. Tengo necesidad de ti. Sin Ti me siento solo y perdido, sin norte, sin horizonte, sin perspectiva, sin esperanza. Señor, si Tú me dejas, ¿adónde iré?

2.- Lectura sosegada del evangelio. Marcos 3, 7-12

Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-Reflexión.

En este sumario de Marcos llama la atención cómo la fama de Jesús desborda Galilea, incluso el mismo territorio de Palestina. Le llegan personas de Tiro y de Sidón. No cabe duda de que Jesús fascinaba a la gente. Jesús interesaba. Interesaban sus palabras, llenas de bondad y de esperanza; interesaban sus gestos, llenos de cercanía y de ternura; interesaban sus “silencios” llenos de misterio.  Se ha hablado mucho del llamado “secreto mesiánico” en este evangelista. Hace cosas portentosas, como la vuelta a la vida de una joven que acaba de morir y dice que guarden silencio. Eso no se puede ocultar. Pero Jesús no quiere que se queden en el milagro, aunque sea portentoso. El gran milagro lo guarda para el final, después de su muerte. Es en la Resurrección donde se revelará del todo, se manifestará como Hijo de Dios, y nos llevará a todos a la vida auténtica y definitiva. El que se embarca con Jesús, sabe que Jesús lo lleva a la “otra orilla”. Por eso, mientras estamos en este mundo, Jesús nos sorprende, pero la sorpresa última, la definitiva, nos la reserva para la otra vida.

Palabra del Papa

La multitud que acude a Jesús desde cualquier región, encuentra en el Señor una esperanza, porque su forma de actuar, de enseñar, toca su corazón, llega al corazón, porque tiene la fuerza de la Palabra de Dios… ¡Jesús salva! Estas sanaciones, estas palabras que llegan al corazón son el signo y el inicio de una salvación. El recorrido de la salvación de muchos que comienzan a ir a escuchar a Jesús o a pedir una sanación y después vuelven a Él y sienten la salvación. ¿Pero lo más importante de Jesús es que sane? No, no es lo más importante. ¿Qué nos enseña? No es lo más importante. ¡Que salva! Él es el Salvador y nosotros somos salvados por Él. Y esto es más importante. Y ésta es la fuerza de nuestra fe. (Papa Francisco, homilía en Santa Marta)

4.- Qué me dice ahora a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito.  Hoy voy a ahondar en el misterio de la persona de Jesús. . Es mucho más lo que esconde que lo que manifiesta.

6.- Hoy Dios me ha hablado a través de su Palabra, Ahora yo le respondo con mi oración

Cristo, Tú has sido, eres y serás siempre la respuesta definitiva a los más profundos anhelos y aspiraciones que llevo dentro. Haz que yo conozca el misterio de mi persona para poder valorar a los demás. Haz que viva una vida de profundidad; que no me sacie con cualquier cosa, que sea un eterno inconformista, es decir, que no ajuste mi vida a los valores de este mundo.

miércoles, 22 de enero de 2025

Lectio Divina: 22 de enero de 2025

<

«Levántate ahí en medio»

1.- Oración introductoria.

Señor, te pido que me llenes de tu Santo Espíritu, abierto y generoso, para liberarme de un espíritu ruin y cicatero; un espíritu que pone el cumplimiento de la ley por encima de la persona. Dame el Espíritu de Pentecostés, abierto a todos los pueblos y culturas. Que todos hablemos el mismo lenguaje que entiende todo el mundo: el lenguaje del amor.

2.- Lectura reposada del evangelio: Marcos 3, 1-6

En aquel tiempo, entró Jesús en una sinagoga y había un hombre que tenía la mano paralizada. Los fariseos estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio». Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.

3.- Lo que dice el texto.

Meditación-Reflexión.

Dos preguntas bien distintas: Una la de los fariseos: ¿Se puede curar en sábado? A los fariseos sólo les interesa el sábado, el cumplimiento de la ley, la observancia.  El hombre, la persona humana, no les interesa. La otra pregunta es la de Jesús: ¿Se puede hacer el bien y salvar una vida en sábado? A Jesús le interesa la persona que sufre, la persona que no puede vivir la vida en plenitud. Es como si dijera: las cosas no son buenas por estar mandadas ni malas por estar prohibidas; al contrario, están mandadas porque son buenas y están prohibidas porque son malas. Por eso dice al hombre de la mano seca: “Extiende tu mano”. No andes con la mano encogida, paralizada. Estás reduciendo tus posibilidades. Recobra la libertad de tu mano. A Jesús la postura de los fariseos le produce tristeza porque recortan la vida, no dejan que la gente sea libre, no les dejan gozar de la libertad que Dios les ha concedido.

Palabra del Papa.

“En este paso del evangelio encontramos también otro pecado, cuando vemos que Jesús es criticado porque realizó una curación siendo día sábado. Es el pecado del formalismo. Cristianos que no dejan lugar a la gracia de Dios. Y a la vida cristiana, la vida de esta gente, es tener todos los documentos en regla, todos los certificados. Los cristianos hipócritas, como éstos, solo se interesan por las formalidades. ¿Era sábado? Entonces no se pueden hacer milagros, la gracia de Dios no puede operar el sábado. Entonces le cierran la puerta a la gracia de Dios. Para ellos cuentan solamente las formalidades. No se puede, es la palabra que tienen más a mano. A gente así la encontramos también nosotros. Tantas veces tuvimos apatía o fuimos hipócritas como los fariseos. Son tentaciones que vienen y que debemos conocerlas para defendernos”. (Cf. S.S. Francisco, 1 de abril de 2014, homilía en Santa Marta).

4.- Qué me dice a mí este texto una vez que lo he meditado. (Guardo silencio)

5.-Propósito: En este día voy a fijarme en las personas con las que me voy a encontrar. Son lo más importante para mí.  Son hijos e hijas de Dios.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Padre mío, ¡que nunca me canse de hacer el bien! No he venido a este mundo para cumplir normas ni preceptos que vayan en detrimento de las personas. Dame la gracia de amarlas. Que llegue a esta conclusión: Hacer daño a las personas es la mejor manera de saber que estaba equivocado.

lunes, 20 de enero de 2025

 

“El Hijo del hombre es Señor del sábado”

1.- Oración introductoria.

Señor, en este día te pido que me hagas comprensivo con los errores y defectos de los demás. Para eso sólo debo hacer una cosa: mirarme a mí mismo. No necesito buscar escándalos fuera. El escándalo lo llevo en mi propio corazón: no soy coherente, soy duro con los demás, soy demasiado condescendiente conmigo mismo. Hazme bueno para crear bondad a mi alrededor.

2.- Lectura sosegada del evangelio. Marcos 2, 23-28

Caminando Él a través de las mieses en día de sábado, sus discípulos, mientras iban, comenzaron a arrancar espigas. Los fariseos le dijeron: Mira, ¿cómo hacen en sábado lo que no está permitido? Y les dijo: ¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los suyos? ¿Cómo entró en la casa de Dios, bajo el pontificado de Abiatar, y comió de los panes de la proposición, que no es lícito comer sino a los sacerdotes, y los dio asimismo y a los suyos? Y añadió: El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Y dueño del sábado es el Hijo del hombre.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Las tres grandes instituciones de los judíos eran el Templo, como consagración del espacio para Dios; el sábado, como consagración del tiempo; y la Ley, como expresión de la voluntad de Dios. Pero las tres instituciones han sido deformadas por el hombre.  El sábado dejó de ser día de descanso para estar con Él       y servir a los hombres. El Templo se convirtió en “lugar seguro” para cometer impunemente todo tipo de injusticias; y la Ley, instrumento de libertad y de vida, se convirtió en carga pesada y fuente de esclavitud. Jesús no podía estar de acuerdo con esa manera de entender la religión. Y dijo la frase más escandalosa para los fariseos de todos los tiempos, pero la más bella para toda la humanidad. “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”. Las leyes son para servir al hombre y no para esclavizarlo. Sólo con el cumplimiento de esta ley desaparecería todo fanatismo, toda intransigencia, todo fundamentalismo. El hombre dejaría de ser “lobo para el hombre” y se convertiría en hermano.

Meditación del Papa Francisco

“Y la Iglesia está llamada a vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que –fiel a su naturaleza como madre – se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser «hospital de campo”, con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; aún más, de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de salvación.

Recuerdo a san Juan Pablo II cuando decía: «El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado […] Nosotros debemos amar nuestro tiempo y ayudar al hombre de nuestro tiempo». Y la Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera: «El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos» (Homilía de S.S. Francisco, 4 de octubre de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Silencio)

5.- Propósito: No juzgar ni condenar a nadie en este día. Rezar por todos.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, me admira el respeto que tienes a toda persona humana, sea de la nación que sea. Desde el momento que Tú te has hecho hombre, nada humano te es ajeno. Haz que yo sepa mirar a los demás con esa mirada limpia con que nos miras Tú. Hazme comprender que el verdadero camino para ir a ti es a través del ser humano.

Evangelio del lunes 20 de enero de 2025

 


¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?

1.-Oracion introductoria.

Ven, Espíritu Santo y dame tu luz para que yo pueda orar con una absoluta confianza en Jesús que viene a salvar, a liberar, a quitar cargas y pesos de las personas y a dar anchura de miras, anchura de horizontes, de modo que el encuentro con Dios no se realice con tristeza sino con alegría desbordante.

2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 2, 18-22

En una ocasión, en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar. Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día. Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor. Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos; de otro modo, el vino reventaría los odres y se echaría a perder tanto el vino como los odres: sino que el vino nuevo, en odres nuevos.

3.- Lo que dice el texto.

Meditación-Reflexión.

En tiempo de Jesús, los fariseos ayunaban, pero lo hacían con tristeza y para aparentar que eran santos. Jesús no habla de ayunos sino de fiesta; no habla de entierros sino de bodas. Y da la razón: ¿Acaso pueden ayunar los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? El novio es Jesús y donde está Jesús está la alegría y la fiesta. Jesús ama mucho a su primo Juan Bautista, se ha admirado de su humildad y  se ha conmovido ante su muerte. Pero no ha seguido su camino de austeridad en el desierto. “Vino Juan que ni comía ni bebía; pero el Hijo del hombre come y bebe”. (Mt.11, 18-19). Si Juan es un asceta, Jesús es un místico. En su día incluso aceptará la muerte en Cruz, pero por amor. El seguimiento de Jesús sólo se puede entender en clave de “enamoramiento”. En un momento de la vida una persona es capaz de dejar lo más íntimo: sus padres, sus familiares, sus amigos, incluso su País por estar con una persona que hace poco era una desconocida. La razón de todo es bien sencilla: “me enamoré”. Uno comienza a conocer el cristianismo cuando comienza a enamorarse de la persona de Jesús. Sin un amor apasionado por Jesús, el cristianismo no deja de ser un peso, una carga.  La cruz de la vida se hace pesada e insoportable sin amor. Con amor se hace ligera. “Hace tal obra el amor, después que le conocí, que si hay bien o mal en mí todo lo hace de un sabor” (San Juan de la Cruz).

Palabra del Papa.        

“Esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros; nace del saber que, con él, nunca esta­mos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos! Y en este momento viene el enemigo, viene el diablo, tantas veces disfrazado de ángel, e, insidiosamente, nos dice su palabra. No lo escuchéis. Sigamos a Jesús. Nosotros acompañamos, seguimos a Jesús, pero, sobre todo, sabemos que él nos acompaña y nos carga sobre sus hombros: “en esto reside nuestra alegría”, la esperanza que hemos de llevar a este mundo nuestro. Y, por favor, no os dejéis robar la espe­ranza, no dejéis robar la esperanza. Esa que nos da Jesús” (Papa Francisco, Domingo de Ramos, 24-3-13).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya comentada. (Silencio)

5.- Propósito: Cambiar el agua en vinoCambiar la rutina de cada día, en vino nuevo de amor.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, hoy me invitas a dejar lo viejo, lo desgastado, lo rutinario.  Me propones desprenderme del espíritu deteriorado y débil con el que a veces vivo mi fe. Me llamas a sumar y no restar. Me llamas a ser feliz y no a “ir tirando”. Me llamas a crecer como persona y nunca a despersonalizarme. Para que mi amor sea nuevo cada día, debe alimentarse de tu palabra cada día; debo escuchar lo que esta palabra tuya me sugiere y debo acogerla con gozo dentro de mi corazón.

sábado, 18 de enero de 2025

Domingo 2º, tiempo ordinario: 19 de enero de 2025

 

«Haced lo que él os diga»

INTRODUCCIÓN

“Contemplamos a María, su sensibilidad para descubrir lo que necesitan los otros y su libertad de corazón para proponer y esperar. Ella nos hace caer en la cuenta de las posibilidades de nuestras tinajas y de lo que Alguien quiere ir transformando en ellas si le dejamos actuar…Caná es para nosotros el lugar donde aprendemos de María. Ella nos enseña una mirada transformadora sobre el potencial que esconde cada persona y nos invita a hacer lo que Jesús nos dice; pues sabe por experiencia que Dios da en abundancia, que Jesús da siempre más. Tenemos tendencia a idealizar el pasado, pero el evangelio nos muestra que lo mejor está aún por acontecer” (Mariola López Villanueva)

TEXTOS DE LA MISA

1ª Lectura: Is. 62, 1-5.                          2ª lectura: 1Cor. 12, 4-11 

EVANGELIO

Jn. 2, 1-11

A los tres días había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». 4Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. 

1.- EL PRIMER SIGNO DE JESÚS: LA CELEBRACIÓN DE UNAS BODAS. Sabemos que San Juan, a los milagros de Jesús, les llama “signos”. Son señales que nos  apuntan hacia  un mundo invisible pero maravilloso de Dios.  Para San Juan, más importante que el milagro de la conversión del agua en vino, es su profundo significado. En todas las culturas, la boda es una manifestación de gozo. El que el primer signo de Jesús sea una boda significa el gozo y la alegría de Dios al poder hacernos felices. Jesús es la alegría de la vida. Es imposible estar con Jesús y no estar en fiesta. Lo decía Él mismo en su evangelio: ¿Pueden acaso estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? (Mt. 9,15). Lo más opuesto a un cristiano es un cristiano triste. Y esto precisamente es el evangelio: La experiencia gozosa que tuvieron aquellos primeros discípulos que se encontraron con Jesús, y más intensa todavía después de Pascua. Y, esto que les había sucedido a ellos ya no fueron capaces de encerrarlo bajo llave en su corazón. Sintieron la necesidad de comunicarlo.

2.– SEIS TINAJAS DE AGUA CONVERTIDAS EN VINO EXCELENTE Y SUPERABUNDANTE.   Las seis tinajas de agua eran para “las purificaciones de los judíos”.  En ellas cabían 600 litros de agua. ¡Demasiada agua! Para el evangelista significa la cantidad de ritos, normas, leyes, tradiciones judías. Una religión ya vieja y separada de la vida. En el contexto de boda, significaba que el matrimonio quedaba atado y bien atado. Pero ¿atado a qué? ¿A ritos y ceremonias? Por ese camino no se va a ninguna parte. De hecho, en tiempos de Jesús, el divorcio estaba a la orden del día, pero sólo lo podían solicitar los hombres y nunca las mujeres. ¿Qué hace Jesús?  Cambiar el agua en vino. Cambiar las normas por amor. Notemos que en esa boda estaba invitada la Virgen. Y cae en la cuenta de que “se está acabando el vino”.  Eso no sólo era algo bochornoso para los esposos, sino que significaba la caída de la fiesta. Por eso le dice a Jesús: “No tienen vino”.   Palabra de mujer. Sólo una mujer cae en la cuenta de los detalles. Y la petición es de una gran elegancia. No pide nada. Una persona que ama mucho no necesita pedir nada a la persona que ama. Le basta con exponer, con presentar la petición. Él sabrá lo que tiene que hacer. Jesús le dice que “todavía no ha llegado mi hora”.  Ella no presta demasiada atención a esas palabras y les dice a los sirvientes: Haced lo que Él os diga. María se fía plenamente de su Hijo. Si no ha llegado la hora, que la adelante. Pero, con esas palabras, nos va a decir en qué va a consistir la verdadera devoción mariana de todos los tiempos: llevarnos al evangelio donde se encuentran las palabras de Jesús. El milagro no se hizo esperar. Y Jesús regaló a aquellos esposos 600 litros de un vino excelente.  Nadie piensa que aquel vino era para beberlo en esa ocasión. Está hablando de un vino excelente y superabundante. Se trata de manifestar el amor derrochador de Dios.  La fiesta del amor tiene que continuar a través de los tiempos. Ya Isaías nos había hablado de un amor loco de Dios. Nos había hablado de un amor nupcial: “La alegría que tiene el esposo con su esposa la tendrá tu Dios contigo” (1ª lectura).  Eso que en el A.T había sido una promesa, ahora se cumple con Jesús.

3.– LA SEPTIMA TINAJA. Sabemos que el evangelio de Juan es simbólico. Las tinajas eran seis, número imperfecto. Y le va bien para hablar de la imperfección de la ley y de la religión judía. Pero el número que indica perfección es el siete. Por eso, de tantos milagros que ponen los evangelios sinópticos, Juan sólo elige siete. ¿Dónde está la séptima tinaja? La séptima tinaja es Jesús. De esta séptima tinaja se llenarán las otras seis. Él nos asegura un nuevo vino que no faltará nunca. “Yo estaré todos los días con vosotros hasta el fin del mundo”.  ¿Para qué esta presencia de Jesús hasta el fin del mundo? Para llenar de vino nuestras tinajas de agua. Para recordarnos que Dios es amor y que viviendo en este amor, podemos vivir siempre en fiesta.

PREGUNTAS

1.- ¿Estoy convencido de que Dios me ha creado para ser plenamente feliz?  ¿Por qué no lo soy?

2.- ¿Estoy persuadido de que sólo el amor derrochador de Jesús me puede hacer feliz?  ¿Por qué no lo intento?

3.– Jesús ha venido a traernos la fiesta y la alegría de vivir.  ¿Crees que los cristianos estamos más alegres que los demás?  ¿Ponemos la esencia del evangelio en ser felices y hacer felices a otros?                   

Evangelio del sábado 18 de enero de 2025

 

«Sígueme». Él se levantó y le siguió


1.-Introducción.

Señor, tu llamada, ese hecho tan sencillo e inmenso de que te hayas fijado en mí y me hayas elegido, ha sido lo más bonito que ha ocurrido en mi vida. Hoy necesito encontrarme contigo para darte gracias. No sólo acepto tu llamada, la agradezco y la celebro cada día. Y con el salmista, te digo: “Me ha tocado un lote hermoso. Me encanta tu heredad”. (Salmo 16) En este nuevo año no sólo quiero escuchar tu Palabra sino hacerla vida en mí.  Para eso necesito tu gracia.

2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 2, 13-17

Salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?» Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

3.- Qué dice el texto.

Meditación-Reflexión.

El caso de Mateo es especial. Él era un pecador, un  hombre de negocios y de “negocios sucios”. Se dedicaba al cobro de los impuestos que Roma les imponía a los judíos y sabemos que los encargados, cobraban al pueblo más de lo que Roma les exigía. A éstos se les denominaba “publicanos” es decir, “pecadores públicos”. Pero, a Jesús no le importa nunca el pasado de las personas sino el futuro. No le interesa lo que uno ha sido, sino lo que puede ser. “Vio a Levi” Los demás veían al pecador, al ladrón, al corrupto. Pero Jesús miró al hombre, a la persona. Y lo miró con amor. Desde ese momento todo ya es posible. Hasta es posible convertir a un “corrupto” en  “apóstol”. Mateo, agradecido, quiere celebrar este acontecimiento y le invita a comer en su casa. La vocación no sólo se acepta sino que se agradece y se celebra. Los de mirada corta, aquellos que creen que son más importantes las leyes que el amor, se escandalizan. A Jesús le importan poco los escándalos de los fariseos. A Jesús le interesa recalcar que, cuando se obra con amor, se cumplen todas las leyes y, sin amor, no se puede cumplir ninguna ley cristiana.,

Palabra del Papa.

Después de mirarlo con misericordia, el Señor le dijo a Mateo: «Sígueme». Y Mateo se levantó y lo siguió. Después de la mirada, la palabra. Tras el amor, la misión. Mateo ya no es el mismo; interiormente ha cambiado. El encuentro con Jesús, con su amor misericordioso, lo transformó. Y allá atrás quedó el banco de los impuestos, el dinero, su exclusión. Antes él esperaba sentado para recaudar, para sacarle a los otros, ahora con Jesús tiene que levantarse para dar, para entregar, para entregarse a los demás. Jesús lo miró y Mateo encontró la alegría en el servicio. Para Mateo, y para todo el que sintió la mirada de Jesús, sus conciudadanos no son aquellos a los que «se vive», se usa, se abusa. La mirada de Jesús genera una actividad misionera, de servicio, de entrega. Sus conciudadanos son aquellos a quien Él sirve. Su amor cura nuestras miopías y nos estimula a mirar más allá, a no quedarnos en las apariencias o en lo políticamente correcto. Jesús va delante, nos precede, abre el camino y nos invita a seguirlo. Nos invita a ir lentamente superando nuestros preconceptos, nuestras resistencias al cambio de los demás e incluso de nosotros mismos. Nos desafía día a día con una pregunta: ¿Crees? ¿Crees que es posible que un recaudador se transforme en servidor? ¿Crees que es posible que un traidor se vuelva un amigo? ¿Crees que es posible que el hijo de un carpintero sea el Hijo de Dios? Su mirada transforma nuestras miradas, su corazón transforma nuestro corazón. Dios es Padre que busca la salvación de todos sus hijos. Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión, en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que se sienten dejados, más solos. Y aprendamos a mirar como Él nos mira.» (Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya comentada. (Silencio)

5.-Propósito: Todo lo que haga en este día lo haré por amor.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, Mateo al  ser llamado por ti, no tenía en su haber más que una vida rota y pecadora. Tú no sólo te limitaste a cambiar su vida para que fuera un  buen cristiano, sino que lo elegiste para ser tu apóstol. Gracias, Señor, porque no tienes prejuicios, gracias porque no haces caso de las habladurías de la gente, gracias porque a todos ofreces oportunidades. Gracias por ser como eres.