jueves, 30 de enero de 2020

EL MANANTIAL DE LA VIDA. "EL GRANO BROTA Y CRECE SIN QUE ÉL SEPA CÓMO" (31 de Enero)


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1.- Ambientación.
         Señor, dame la gracia de la humildad. Soy muy poca cosa. Algo así como una pequeña semilla. No quiero presumir ni de un gran árbol, ni de un pequeño arbusto. Soy una semilla pequeña, insignificante, pero con un gran poder interno que no es mío, sino que Tú mismo me lo has dado. Dame hoy la gracia de aceptarme como soy: pequeño como una semilla. Pero con muchas posibilidades si te dejo a ti ser lo que eres y yo ocupo el lugar que te corresponde.
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2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 4, 26-34 
También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega». Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado. 
LECTIO DIVINA DE HOY
3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión.
El reino de Dios irrumpe. Nos trasciende y nos desborda. Esa trascendencia creadora y buena de Dios es primordial para entender el evangelio. Ciertamente la semilla necesita buena tierra, pero hay alguien invisible que la cuida. “El grano brota y crece sin que él sepa cómo”. Ciertamente hay algo misterioso y que únicamente podremos descubrir con una mirada “contemplativa.”
Decía Jesús: “Mirad cómo crecen los lirios en la primavera! No crecen porque esté ahí el agricultor “tirando de ellos”. Crecen con toda su belleza con la caricia del aire, con la caricia del sol, con la caricia del agua, con la caricia de Dios. Hay que dejarse hacer. El agricultor, después de haber hecho lo que debía, deja hacer (a Dios). Y cuando Dios mete sus manos divinas y amorosas, aunque sea en la tierra y el barro, sabe hacer cosas primorosas.
“Sin saber cómo”. Es la mejor explicación a tantos misterios de la vida. Lo decía muy bien la madre de los zebedeos: “Hijos míos, no sé cómo aparecisteis en mi seno”. Es lo que puede experimentar una mujer que sin saber nada de biología, en nueve meses y sin dejar su trabajo, realiza las más grandes maravillas: la maravilla del ojo, del oído, del corazón, del cerebro… “Sin saber cómo”. Todos sabemos que nos han pasado cosas que no hemos podido explicar. Tal vez hemos luchado por liberarnos de ataduras internas que nos molestaban y no nos dejaban ser felices. De repente, un día nos sentimos libres. Nos hemos visto envueltos en dificultades grandes que nosotros no podíamos superar. Y “sin saber cómo” las hemos resuelto. De lo que cada uno de nosotros ha vivido en el interior del corazón, sólo Dios y nosotros lo sabemos.
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Palabra del Papa
El evangelio de hoy está formado por dos parábolas muy breves: la de la semilla que germina y crece por sí, y la del grano de mostaza…Podemos tener confianza, porque la palabra de Dios es palabra creadora, destinada a volverse ‘el grano lleno en la espiga’. Esta parábola si es acogida, trae seguramente sus frutos, porque Dios mismo la hace germinar y madurar a través de caminos que no siempre podemos verificar y de una manera que no conocemos. Y de una manera que no sabemos.
Todo esto nos hace entender que es siempre Dios quien hace crecer su Reino. Por esto rezamos tanto, ‘Qué venga tu Reino’. Es él quien lo hace crecer, el hombre es su humilde colaborador, que contempla y se alegra de la acción creadora divina y espera con paciencia los frutos. La palabra de Dios hace crecer, da vida. Y aquí quiero recordarles la importancia de tener el Evangelio, la Biblia al alcance de mano. El Evangelio pequeño en la cartera, en el bolsillo, de nutrirnos cada día con esta palabra viva de Dios. Leer cada día un párrafo del Evangelio o un párrafo de la Biblia. Por favor no se olviden nunca de esto, porque esta es la fuerza que hace germinar en nosotros la vida del Reino de Dios. (Homilía de S.S. Francisco, 14 de junio de 2015).
4.- Qué me dice esta palabra hoy a mi (Guardo silencio)
5.- Propósito. Saldré hoy al campo y miraré la Naturaleza con mirada contemplativa.
6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, hoy quiero agradecerte tu presencia oculta y escondida, pero eficaz y misteriosa en la Naturaleza. Que sepa también descubrirte vivo y presente en mi corazón. Que mi oído interno sepa escuchar el latido de tu corazón cerca del mío. Y que, con la voz del salmista, te diga: “Te doy gracias, Señor, de todo corazón”  

miércoles, 29 de enero de 2020

EL MANANTIAL DE LA VIDA. " QUIEN TENGA OIDOS PARA OIR, QUE OIGA" (30 de Enero)


1.- Ambientación.
Hoy, señor, vengo a pedirte que no sea ruin ni mezquino con los dones que Tú me has dado; que si he tenido la suerte de creer, no me guarde esta fe en el corazón encerrándola con llave. Que yo no me conforme con la luz que entra por la ventana de mi casa, sino que salga fuera, la comparta con los que viven en la calle y en la plaza, y la disfrute con todos en el corazón de la vida.
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2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 4, 21-25
Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga». Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará».
LECTIO DIVINA DE HOY


3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión
Jesús quiere que vivamos la fe con tal limpieza y transparencia; que nunca tengamos nada que ocultar. Lo que más convencía al pueblo que seguía a Jesús era la coherencia. Entre lo que predicaba y lo que vivía nunca había ningún desajuste.  Eso le diferenciaba de los fariseos hipócritas que compaginaban perfectamente la doble vida.
Lo que daría credibilidad a nuestra predicación sería el intento de vivir aquello que predicamos. También decía Jesús: Al que tenga se le dará. Jesús remite a la sabiduría popular “el rico se hace cada vez más rico” “dinero llama dinero” “al rico todos le llevan regalos”.
En este caso, no se trata sólo de aumento cuantitativo sino aumento de la capacidad del individuo.  ¿Qué se le dará? Una capacidad mayor para recibir la vida como un regalo de Dios. ¿Qué se le dará? Un oído más fino para escuchar a los hermanos que sufren. ¿Qué se les dará? Una vista más penetrante para ver lo positivo que hay en cada una de las personas. Y, sobre todo, se le dará un espacio interior más dilatado para descubrir a un Dios cada vez más grande, más genial, más maravilloso. No te canses de escuchar: “Ensancha el espacio de tu tienda” (Is. 54,2).
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Palabra del Papa
Se podrá ser un buen hombre o una buena mujer, pero si no sabe perdonar no es cristiano y si uno no perdona no puede recibir la paz del Señor. En el Padre Nuestro rezamos perdónanos como nosotros perdonamos…Hay otra palabra clave en el evangelio: misericordia. El Señor, el Padre es misericordioso, y siempre nos perdona, siempre quiere hacer la paz con nosotros. Y si uno no es misericordioso corre el riesgo que el Señor no sea misericordioso con uno, porque seremos juzgados con la misma medida con la que juzgamos a los demás. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de septiembre de 2015, en Santa Marta).
4.- Qué me dice a mí hoy este texto que acabo de meditar. (Silencio) 
5.- Propósito: Hacer todo movido por el amor a Dios, con pureza de intención, confiando que con Él todo es posible.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Señor, por esta meditación que me ha recordado que debo ser luz para los demás y que eso sólo lo voy a lograr si abro de par en par las ventanas de mi alma y dejo que tu luz entre a raudales dentro de mí. Yo no quiero alumbrar con esa lamparita pequeña que brilla en la noche; quiero alumbrar con ese sol radiante que eres Tú y llenas el día de belleza y esplendor.

X SEMANA DE CINE ESPIRITUAL: 3-7 DE FEBRERO




MARTES 4 A LAS 20:00H: FORTUNA
JUEVES 6 A LAS 20:00H. DIOS MÍO, ¿PERO QUÉ TE HEMOS HECHO...AHORA? 

PUNTOS DE VENTA: SAN PABLO, LA REDONDA, VALVANERA Y EN LOS CINES MODERNO. 


martes, 28 de enero de 2020

EL MANANTIAL DE LA VIDA. "SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR"


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1.- Oración introductoria.
Hoy, Señor, vengo a la oración con un deseo: el deseo de que Tú, deposites en mi corazón la semilla de la fe, la semilla de la alegría, la semilla del amor. Y, una vez que hayas  depositado la semilla, necesito que te quedes ahí dando energía para que esa semilla crezca y se convierta en una espiga doblada por el peso de los granos. Y todavía necesito que me ayudes a repartir esa buena semilla en otras personas. Si la semilla se queda en el granero no puede dar fruto.
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2.- Lectura reposada de la palabra del Señor. Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo Jesús se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. decía: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.
LECTIO DIVINA DE HOY
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
La semilla es la palabra de Dios. Si es semilla, por su propia naturaleza, está llamada a crecer, a multiplicarse, a llegar a plenitud. “Salió el sembrador a sembrar”. El sembrador tiene que salir, no puede quedarse en casa. La semilla que no se siembra no puede producir fruto. Y lo propio del cristiano es “salir”. Iglesia en salida no es un invento del Papa Francisco. Iglesia en salida es la Iglesia pensada y querida por Jesús. “Id y haced discípulos a los habitantes de todas las naciones”. (Mt. 28, 19). Salió, el sembrador, pero ¿cómo salió?  Con su juventud, su ilusión, su canción por el monte y ¡su semilla! El que siembra debe sembrar con alegría, con ilusión, con la esperanza de que esa semilla dará su fruto. Y lo sembró todo.  Sembró la buena tierra y la mala. Sembró los caminos y los cardizales. Por parte del sembrador, que no quede. Lo importante es no cansarse nunca de sembrar. Los padres que no se cansen de sembrar en los hijos, aunque éstos sean unos frescos y descarados. Los maestros que no se cansen de sembrar, aunque los alumnos sean unos díscolos. Y los sacerdotes, que no se cansen de sembrar, aunque en sus iglesias sólo vean ya personas mayores. Un cristiano nunca debe cansarse de sembrar el bien. “Lo nuestro no es cosechar éxitos, conquistar la calle, dominar la sociedad, llenar las Iglesias, imponer nuestra fe religiosa. Lo que nos hace falta son sembradores de esperanza. Jesús nos dejó la parábola del sembrador, no la del cosechador”. (J.A.Pagola). Al final habrá un cosechón. Sabemos que en tiempo de Jesús, una cosecha se consideraba buena cuando daba el siete por uno. Y Jesús habla de sesenta y hasta de 100. Eso nunca se había dado en la tierra de ISRAEL. Pero aquí Jesús está hablando de la cosecha del cielo, de la que Dios dará a los que en esta tierra nunca se cansaron de sembrar.
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Palabra del Papa.
Un sembrador salió a sembrar; sin embargo, no toda la semilla que esparció dio fruto… Como Jesús mismo explica a sus discípulos, este sembrador representa al Padre, que esparce abundantemente la semilla de su Palabra. La semilla, sin embargo, se encuentra a menudo con la aridez de nuestro corazón, e incluso cuando es acogida corre el riesgo de permanecer estéril. Con el don de fortaleza, en cambio, el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa. Es una gran ayuda este don de fortaleza, nos da fuerza y nos libera también de muchos impedimentos. (Homilía de S.S. Francisco, 14 de mayo de 2014).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Silencio)
5.-Propósito. Sembraré este día de bondad, desde el amanecer hasta el ocaso.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te quiero agradecer que me hayas llamado a sembrar. Sembrar este mundo de verdad, de cariño, de cercanía, de ilusión y, sobre todo,  de esperanza. Uno está muerto cuando ya no espera nada de la vida. Y uno también puede matar a otro cuando le dice: “Yo no espero nada de ti”. Haz que yo sea una pequeña semilla dispuesta siempre a crecer, a no detenerme,  a soñar con llegar a plenitud.

EL MANANTIAL DE LA VIDA. ¿QUIÉN ES MI MADRE Y MIS HERMANOS? (28 de Enero)



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1.-Oración introductoria.
Señor hoy vengo a estar contigo para agradecerte. Hoy quiero darte gracias por mi familia, por mis padres, que me dieron la mejor herencia que me podían regalar: la fe. A través de esta fe me has introducido en esa gran familia que es la Iglesia. En ella quiero vivir contento y feliz, como el pez en el agua.

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2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo llegaron la madre de Jesús y sus hermanos, y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada a su alrededor le dijo: ¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan. Él les responde: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
LECTIO DIVINA DE HOY
3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión
A primera vista, este texto nos resulta un tanto extraño, aparece Jesús un poco displicente con su Madre. Al oir las palabras: “ahí está tu madre” lo normal es dejar el discurso y llegar hasta su madre para darle un abrazo. Y, sin embargo, las palabras de Jesús fueron desconcertantes: ¿quién es mi madre? No olvidemos que el camino de María es un camino de fe. Su prima Isabel le ha elogiado diciendo, “Dichosa tú, ¡La creyente! Más que la maternidad meramente biológica de su madre, a Jesús  le interesa la maternidad espiritual. “Nadie ha cumplido como ella la voluntad de Dios”. Nadie ha estado tan abierta a Dios, nadie como Ella se ha fiado plenamente de Dios. Ella no ha querido vivir nada para ella misma. Es importante lo que dice el evangelio: “Mirando Jesús en torno a los que estaban sentados en corro”.  Los que estaban sentados formaban el pueblo, el pueblo de Dios. Y Jesús nunca quiere separar a su Madre del pueblo fiel que sigue a Jesús. Ella acompañó a la Iglesia naciente. Ella estaba presente en la venida del Espíritu Santo. No estaba para dirigir nada sino para contagiar su vivencia interior. Pensemos en aquella frase de Santo Tomás de Aquino: “La santidad no consiste en saber mucho, meditar mucho y pensar mucho. El gran misterio de la santidad es amar mucho”.
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Palabra del Papa.
Nuestra mayor alegría es ser pastores, y nada más que pastores, con un corazón indiviso y una entrega personal irreversible… La esencia de nuestra identidad se ha de buscar en la oración asidua, en la predicación y el apacentar.
No una oración cualquiera, sino la unión familiar con Cristo, donde poder encontrar cotidianamente su mirada y escuchar la pregunta que nos dirige a todos: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Y poderle responder serenamente: “Señor, aquí está tu madre, aquí están tus hermanos. Te los encomiendo, son aquellos que tú me has confiado”. La vida del pastor se alimenta de esa intimidad con Cristo.  (Homilía de S.S. Francisco, 23 de septiembre de 2015).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Guardo silencio)
5.-Propósito. Hoy voy a pasar el día  sintiendo que María camina conmigo como una presencia invisible “estimulante y gratificante”.
6.-Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Señor, porque me has dado a tu madre por madre mía. Yo sé que con ella nunca me voy a sentir solo. Yo sé que con ella me va a ser mucho más fácil el camino de la fe. Parece que siempre me está diciendo: Haz la voluntad del Señor. Fíate plenamente de Dios. Es lo que yo he hecho siempre ¡y me ha ido muy bien!