jueves, 30 de noviembre de 2023

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO - 5 DE DICIEMBRE

PARROQUIA SAN PÍO X

 19:00 h.


Saludo y oración


V/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

R/. Amén

V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu

Oración

Dios Padre nuestro, lleno de ternura y misericordia, que por Jesucristo tu Hijo, ordenaste a los apóstoles predicar el Evangelio a toda criatura, concede a quienes nos preparamos para el nacimiento de tu Hijo en la próxima Navidad un deseo ardiente de escuchar tu Palabra y de obedecerla. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.

R/. Amén.
Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y en cada uno de nuestros corazones. Preparémonos para recibir a nuestro Salvador.Que por el espíritu de oración, penitencia y sacrificio, la caridad en nuestra vida nos prepare para recibirte y anuncie a los que nos rodean tu presencia entre nosotros. Por Jesucristo Nuestro Señor.

R/. Amén.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (Lc 21. 25-36).

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad animo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación. Les añadió una parábola: «Mirad la higuera ytodos los árboles, al verlos sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje; por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan la faz de la tierra. Estad en vela, pues orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pié delante del Hijo del hombre.

Lector: Palabra del Señor.

R/. Gloría a Ti, Señor Jesús.


Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a tí. Ayúdanos a vivir intensamente este Adviento y a prepararnos para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.

R/. Amén.


Señor, que por medio de tu Palabra hecha carne nos dejaste el Testamento de tu amor, escucha las súplicas que ahora te dirigimos:

Que tu Palabra, Señor, renueve nuestro amor hacia Ti.

  1. Pidamos por la Iglesia, encargada de anunciar la Palabra de Dios, para que con la ayuda del Espíritu Santo enseñe y difunda las maravillas de tu amor. Roguemos al Señor.

  2. Por el Papa Francisco, para que su misión evangelizadora llegue a todos nosotros y la acojamos con obediencia y fidelidad. Roguemos al Señor.

  3. Por nuestro Obispo Santos, pastor de la Iglesia local, para que el Señor le brinde fuerzas y sabiduría para difundir la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.

  4. Para que cada padre y cada madre de familia sea testimonio vivo para sus hijos en la lectura y en la práctica de la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.

  5. Por todos los aquí presentes para que por medio de la escucha de la Palabra y la participación en los Sacramentos, podamos dar abundantes frutos de fraternidad, alegría y solidaridad. Roguemos al Señor.
  6. Con la misma alegría de sentirnos hermanos, constructores de una comunidad cristiana llamada a crecer y a dar frutos abundantes, nos dirigimos a nuestro Padre Dios diciendo:

    Padre Nuestro…


Escucha, Padre celestial, las oraciones de tu Iglesia, da tu fuerza a cuantos predican el Evangelio en el mundo, llénalos de tu amor para que siembren tu Palabra en la alegría y todos los pueblos lleguen al conocimiento de tu verdad. Por Jesucristo nuestro Señor.

R./ Amén.

2. Despedida y compromiso

V/. Demos gracias a Dios por esta celebración 

R/. Demos gracias a Dios.






ESPÍRITU SANTO

 

 ESPÍRITU SANTO


427. ESPÍRITU SANTO, VEN Y LLENAME SEÑOR

ADORACIÓN

 


 414. VEN, ES HORA DE ADORARLE

ALEGRÍA


20. Yo soy testigo

ALABANZA

 


ALABANZA

 232. MI FUERZA Y MI PODER ES EL SEÑOR


TE ALABARÉ MI BUEN JESÚS

Y ALABÁNDOTE

ABRE MIS OJOS

CUAN GRANDE ES DIOS

Evangelio del jueves 30 de noviembre de 2023

 San Andrés.

Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.

1.-Oración introductoria.      

Señor, quiero introducirme hoy en la oración con las mismas palabras del evangelio:“paseando Jesús por la ribera del lago, vio a dos hermanos”. Señor, me encanta ese paseo tuyo  por el lago, contemplando las maravillas de la naturaleza: respirando el perfume de las flores, contemplando la belleza de los lirios en primavera, escuchando el canto de los pajarillos. Sólo desde esa sintonía con la naturaleza, puedes mirar con cariño a las personas a las que vas a llamar. Ellas son la cumbre y cima de toda la creación. Señor, llámame hoy también a mí.

2.- Lectura reposada del evangelio: Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres. Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.

3.- Qué dice el texto

Meditación-reflexión.

En este relato de vocación nos debemos fijar en cuatro verbos: VER, LLAMAR, SEGUIR, ENVIAR. Comenzamos por el ver.

“Jesús vio a dos hermanos” (v.18). Según San Juan de la Cruz, el “mirar de Dios es amar”. Jesús, antes de llamar, ha mirado a las personas, es decir, las ha amado.

“Los llamó” (v.21).  La llamada es precedida por la mirada. La llamada es un regalo de su amor. Toda vocación es un don que hay que aceptar de buena gana y hay que celebrarlo durante toda la vida.  “Me ha tocado un lote hermoso y me encanta mi heredad” (Salmo 16).

“Y ellos, dejando la barca y a su padre, le siguieron” (v.22). El seguimiento de Jesús lleva consigo unas exigencias: hay que dejarlo todo. Como dos jóvenes que se enamoran ven lo más normal dejar a sus padres  por vivir juntos una nueva vida. Lo que motiva el abandono de personas y cosas es la alegría de haber encontrado la persona que me puede hacer feliz. Aquí la persona con la que uno se encuentra es Jesucristo, el Hijo de Dios.  

“Os haré pescadores de hombres”. Toda vocación es para cumplir una misión. Y la misión es hermosa: pescar personas. Ir a la búsqueda de hombres y mujeres que se realicen plenamente. Hombres y mujeres que encuentren el verdadero sentido de sus vidas, que no queden con una vida a medias.

Palabra del Papa

“Recordemos cuando Andrés y Juan encontraron al Señor, y después hablaron con Él aquella tarde y aquella noche. Estaban entusiasmados. Lo primero que hicieron Andrés y Juan fue ser misioneros. Fueron a ver a hermanos y amigos: “¡Hemos encontrado al Señor, hemos encontrado al Mesías!”. Esto sucede inmediatamente, después del encuentro con el Señor: esto viene enseguida. En la exhortación apostólica Evangelii  gaudium  hablé de “Iglesia en salida”. Una Iglesia misionera no puede dejar de “salir”, no tiene miedo de encontrar, de descubrir las novedades, de hablar de la alegría del Evangelio. A todos, sin distinción. No para ganar prosélitos, sino para decir lo que tenemos y queremos compartir con todos, sin forzar, sin distinción. Las diversas realidades que representan a la Iglesia italiana indican que el espíritu de la missio ad gentes debe llegar a ser el espíritu de la misión de la Iglesia en el mundo: salir, escuchar el clamor de los pobres y de los lejanos, encontrarse con todos y anunciar la alegría del Evangelio (Discurso de S.S. Francisco, 27 de noviembre de 2014).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Silencio)

5.- Propósito: Dedicar un tiempo de este día a dar gracias a Dios por la vocación a la que Dios me ha llamado.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, en el día de San Andrés, quiero escuchar el canto de acción de gracias de tantas personas consagradas que han sabido decir Sí a tu llamada y están contentas con su vocación. Ellas, libremente, han renunciado a formar un hogar porque hay miles y miles de hogares que les necesitan. No han renunciado al amor humano sino que lo han desviado hacia tantos hermanos pobres y abandonados que no son amados por nadie.   

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Evangelio del miércoles 29 de noviembre de 2023

 

No perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.

1.-Oración introductoria.

Señor, hoy me acerco con cierto miedo a leer tu evangelio. Nos habla de cárceles, de odios, de muertes. Pero hay una palabra tuya que me da mucha paz. “No perecerá ni un cabello de vuestra cabeza”. Detrás de todos males, de todos los atropellos, de toda muerte, hay un Dios Padre que cuida con amor no sólo de sus criaturas sino de lo más pequeño de ellas: sus cabellos. Me emociona un Dios tan grande, creador de todas las galaxias, cuidando un cabello de mi cabeza. Señor, que siempre confíe en Ti.

2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Las palabras de este evangelio nos asustan a los cristianos:“seréis odiados por causa de mi nombre”. No somos odiados por el hecho de ser hombres, sino por el hecho de ser cristianos. Nos preguntamos:   ¿Qué hace mal un cristiano para ser odiado? El cristiano es un seguidor de Jesús que “pasó por la vida haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo” (Hech. 10,38). Un  cristiano es una persona que se levanta por la mañana con este programa: hacer todo el  bien que pueda a la gente. Levantaré al que está caído;  alegraré la vida del que está triste; acompañaré al que se siente solo; incentivaré al que está a punto de perder la esperanza. Y todo esto que yo lo he recibido gratis de mi Señor Jesucristo, lo daré también gratis. Si el cristiano hace todo esto, ¿por qué es perseguido? Porque, lamentablemente, también hay personas que, haciendo mal uso de su libertad,  obran lo contrario: se levantan pensando a quién  pueden hacer el mayor daño posible; a quién  pueden destrozar la vida; a quién  pueden dar mayor sufrimiento…Y esto sin importarles nada si ese mal se lo hacen a mayores o a niños; a jóvenes o ancianos. Todo ese inmenso mal que se produce en el mundo cada día, ¿Quién lo puede salvar? ¿Quién lo puede redimir?  ¿Quién lo puede reciclar? ¡Sólo el amor! En la Cruz, Jesús aparece como una inmensa hoguera que arde en llamaradas de amor. Bella y hermosa la tarea de los cristianos, seguidores de Jesús: “Vencer el mal a fuerza de bien” (Ro. 12,21).

Palabra del Papa

“El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia: Jesús preanuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán padecer, por su causa. Sin embargo asegura: “Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza”. ¡Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios! Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia. En este momento pienso y pensamos todos, hagámoslo juntos, pensemos en tantos hermanos cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe. ¡Hay tantos! Quizá más que en los primeros siglos. Jesús está con ellos. También nosotros estamos unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto. También sentimos admiración por su coraje y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas que en tantas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo”. Los saludamos de corazón y con afecto (S.S. Francisco,  Ángelus del 17 de noviembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito. Todo lo que ocurra en este día, aunque me haga sufrir, lo venceré con amor.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, yo no me puedo conformar con ser uno más, uno del montón, uno que gasta su vida sin hacer nada de provecho para los demás. Tal vez así, sin  complicarme la vida, podría vivir sin ser perseguido; pero yo quiero vivir como cristiano, No quiero limitarme a no hacer el mal, quiero implicarme en hacer el bien. Así tendré ocasión de dar  testimonio de Ti ante el mundo. Y, sobre todo, quiero vivir cobijado bajo la bondad de un Dios que está tan pendiente de mí que es capaz de contar hasta el último de mis cabellos. ¡Gracias, Dios mío!

martes, 28 de noviembre de 2023

Evangelio del martes 28 de noviembre de 2023

 

Es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.

1.- Oración introductoria.

Con el evangelista Juan quiero hacer una distinción entre “este mundo y “el mundo éste”. Este mundo que nos has regalado es maravilloso y quiero disfrutarlo y agradecerlo. Pero hay otro mundo “el mundo éste” que ha rechazado a Jesús, que se ha encerrado en sí mismo, que sólo busca las cosas superfluas y materiales, que olvida a los demás… Ese mundo quiero que desaparezca cuanto antes. Que se establezca el Reino de Dios que es libertad, amor, esperanza, y deseos inmensos de fraternidad.

2.- Lectura reposada del evangelio: Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo algunos ponderaban la belleza del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas. Jesús les dijo: Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida. Le preguntaron: Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir? Él dijo: Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy» y «el tiempo está cerca». No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Algo debe ser destruidoEn la Iglesia soñada por Jesús siempre debe existir un “fin del mundo éste”. Esa Iglesia de grandeza, de poder, de grandes joyas, de riqueza acumulada y no compartida, debe desaparecer. De esa Iglesia no debe quedar piedra sobre piedra. Esa Iglesia de miedos y amenazas, de “profetas de calamidades”, “de fundamentalismos apocalípticos” que ven ruina y devastación en todo lo que no cuadra con su miope y personal visión de las cosas, debe desaparecer; no debe quedar piedra sobre piedra. Eso no es evangelio, eso es fanatismo intolerante. También deben desaparecer los que pronostican ya el fin de este mundo. Según nos dice el propio evangelio “el fin del mundo no es inmediato”. Que el fin del mundo ya estaba cerca, es lo que creía la primitiva Iglesia. Y fue precisamente el evangelista Lucas el que abre un nuevo horizonte al escribir una obra en dos partes: evangelio y hechos de los apóstoles. Ha terminado la etapa de Jesús en la tierra, pero ahora comienza una nueva etapa: la etapa de la Iglesia que, por la acción del Espíritu Santo, está llamada a reproducir y llevar adelante la obra de Jesús. Los cristianos de todos los tiempos no podemos perder el tiempo preguntando: ¿Cuándo va a suceder esto? Es tanta y tan bonita la tarea que debemos hacer que no nos es permitido, como a la esposa de Lot mirar atrás, si no nos queremos convertir en estatuas de sal, es decir, en personas estáticas que frenan el curso de la historia. Lo nuestro es mirar adelante y entusiasmarnos con la bella tarea de construir un “nuevo mundo” una nueva Iglesia en la que Jesús sea el único fundamento.

Palabra del Papa

Jesús dijo: “Esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida”. Naturalmente le preguntan: ¿cuándo sucederá esto?, ¿cuáles serán los signos? Pero Jesús dirige la atención de estos aspectos secundarios – ¿cuándo será?, ¿cómo será? – la dirige a las verdaderas cuestiones. Y son dos: Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor. Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: “Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre”. Es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: “¡No los sigan!”. “¡No los sigan!” (S.S. Francisco, Ángelus del 17 de noviembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito. Amar apasionadamente este tiempo que nos toca vivir porque no tenemos otro. Y Dios ama y quiere salvar a esta generación

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, quiero ser una persona de mi tiempo y no quiero, de ninguna manera, hablar mal de esta época que nos toca vivir. Como el Evangelista Lucas, quiero mirar adelante, abrir un horizonte de esperanza, dar ilusión a gente que va de vuelta de todo, y decir que, para los cristianos, “cualquier tiempo pasado fue peor”. Es mucho mejor lo que nos queda que lo que ya hemos vivido. De Dios nos queda casi todo por descubrir. Él siempre nos sorprende. ¡Gracias, Señor!

lunes, 27 de noviembre de 2023

Evangelio del lunes 27 de noviembre de 2023

 De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos

1.- Oración introductoria.

Hoy, Señor, quiero darte gracias por tu mirada. No es como la nuestra que se va detrás de lo  grande, lo fastuoso, lo que deslumbra. Nos fijamos en los buenos artistas, famosos futbolistas, gente que sale mucho en Televisión. Nuestros ojos están enfermos, son turbios, miopes. La mirada de Jesús es limpia, profunda, dulce, transformadora. Jesús no  ve a aquellos que echan limosnas para engrandecerse, para que la gente se fije en ellos. Jesús ve, observa, mira y admira a esa viejecita que dando dos moneditas ha dado todo lo que tenía.

2.- Escucha atenta del evangelio. Lucas 21, 1-4

En aquel tiempo, alzando Jesús la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

En el evangelio de Lucas este relato viene a continuación de una controversia de Jesús con los maestros de Israel que buscaban los primeros puestos y devoraban la hacienda de las viudas. Jesús observa cómo los ricos echan dinero en el arca del templo. Cuanto más sonaban las monedas más fuertes eran los aplausos de la gente. Pero la mirada de Jesús se detiene en una pobre viuda que, llevando dos monedas, echa las dos y se queda sin nada. Podría haberse quedado una y tener asegurado el pan del día siguiente. Pero la viuda se queda sin nada: sin el sustento de hoy y sin el pan del mañana. Al vaciarse de todo lo que tiene, pone el presente y el futuro en las manos de Dios.   No da de lo que le sobra sino de lo que necesita para vivir. Ha depositado sus monedas en el cepillo de las ofrendas para el sacrificio de “holocausto”. Y en esta clase de sacrificios, como indica la palabra, se quemaba todo. Ella es de Dios y le entrega a Dios todo lo que tiene y todo lo que es. Sólo Dios puede crear, es decir, sacar algo de la nada. Y, en el orden espiritual, lo mismo. Dios llena al que está vacío, enriquece al que es pobre, y con nuestra nada, sabe trabajar muy bien y hacer cosas maravillosas. Como sucedió con su madre que hizo con ella cosas admirables porque se fijó en su pequeñez.

Palabra del Papa

“Pero los pobres –y este es el tercer punto– no sólo son personas a las que les podemos dar algo. También ellos tienen algo que ofrecernos, que enseñarnos… En cierto sentido, los pobres son para nosotros como maestros. Nos enseñan que una persona no es valiosa por lo que posee, por lo que tiene en su cuenta en el banco. Un pobre, una persona que no tiene bienes materiales, mantiene siempre su dignidad. Los pobres pueden enseñarnos mucho, también sobre la humildad y la confianza en Dios. En la parábola del fariseo y el publicano, Jesús presenta a este último como modelo porque es humilde y se considera pecador. También la viuda que echa dos pequeñas monedas en el tesoro del templo es un ejemplo de la generosidad de quien, aun teniendo poco o nada, da todo» (S.S. Francisco, Mensaje para la XXIX Jornada mundial de la juventud, enero 2014).

4.- Qué me dice hoy a mi esta palabra ya reflexionada. (Silencio)

5.-Propósito: Hoy daré algo a las personas que me necesitan: algo de mi tiempo, algo de mi afecto.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, estoy impresionado con la postura de esta pobre viuda que da todo lo que tiene para el Señor. En el evangelio de Lucas, tan amigo de los pobres, esta mujer será ejemplo y modelo de seguimiento fiel al Señor. Ella es feliz, no por ser pobre, sino por tener a Dios como suprema riqueza de su vida. Señor, ¡qué lejos estoy de vivir esta actitud de la viejecita”.  Dame un corazón grande y generoso, vacío de todo para poder llenarlo de Ti.

sábado, 25 de noviembre de 2023

Cristo, Rey del Universo: 26 de noviembre de 2023

 Venid vosotros, benditos de mi Padre…


INTRODUCCION

No es tan sencillo de separar a las cabras de las ovejas; ya que en las cabras siempre hay algo de “oveja”, algo bueno. Y en las ovejas siempre hay algo de “cabrito” algo malo. Por eso toda la vida debemos estar convirtiéndonos de cabras en ovejas: amando al que nos cae mal; sirviendo a la cara dura; acogiendo al de carácter insoportable…No es posible de la noche a la mañana, pero poco a poco sí es posible, ya que el propio Jesucristo nos acompaña y nos ayuda en esa conversión. Y llegará un momento en que lo haremos sin enterarnos, porque actuará en nosotros la “gracia” del Señor.

TEXTOS BÍBLICOS

1ª lectura: Ez. 34, 11-12.15-17.                 2ª lectura: 1Cor. 15, 220-26.28

EVANGELIO

San Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: «Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.» Entonces los justos le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.» Y entonces dirá a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también éstos contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?» Y él replicará: «Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.» Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

REFLEXIÓN

1.– En el Juicio final, lo van a pasar mal los “MIOPES”. Los miopes son todos los que pasan por la vida sin ver a las personas que sufren, que pasan hambre, que están desnudos, que son emigrantes, que están enfermos o en la cárcel.  Todos éstos, tenían tanto trabajo, tantas ocupaciones, tantos negocios personales… que ni se dieron cuenta que existían otras personas en el mundo.  Y es que el mundo era “su mundo”.  Y si no vieron a estas personas, mucho menos al Señor que estaba dentro de ellas. Por eso, cuando el Señor les echa en cara que no le vieron, ellos, sorprendidos, le dirán: Señor, ¿Cuándo dejamos de verte? Y el Señor les responderá:   Precisamente ahí está vuestro pecado: que no me visteis.  Siempre que pasasteis de largo delante de esas personas, dejasteis de verme a mí porque ellos eran mi casa, mi hogar donde yo moraba, y vosotros creíais que mi casa estaba sólo en el Templo.

2.– En el Juicio final habrá sustos.  Sustos los tendrán todos aquellos que habían acumulado muchos méritos:   Nunca habían faltado a una Misa; ni habían dejado de cumplir todos los ayunos y abstinencias en Cuaresma; ni habían dejado de encender un buen cirio a la Virgen siempre que acudían a algún Santuario mariano. Incluso habían acudido a las peregrinaciones que se organizaban con motivo de los Jubileos.  El problema estuvo en que todas esas asignaturas que se habían estudiado, no entraban en el examen final.  El Maestro principal lo había reducido todo a la asignatura más esencial: La asignatura del amor concreto al hermano. “En la tarde de la vida se os examinará sobre el amor”. (San Juan de la Cruz).  Por eso quedaron descolocados.

3.– Pero, sobre todo, en el juicio final, habrá sorpresas. No olvidemos que, en este Juicio final, se reunirán todas las naciones. Habrá cristianos, pero la mayoría no lo serán. Y habrá de otras religiones, y otras gentes que no han tenido oportunidad de conocer a Jesucristo. Pero el que va a juzgar a todos es el Padre de todos, ese Padre bueno que “hace salir el sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos y pecadores” (Mt. 5,45).  Los apóstoles, preocupados por el más allá, le preguntan a Jesús: ¿Cuándo sucederá eso? Y Jesús responde: “Es algo que se ha reservado el Padre” (Mt.24,36). En esta vida un padre que ha tenido a un hijo muchos años lejos de casa, cuando llega ese hijo, no cede su puesto ni permite que le quiten la delantera.  El primer abrazo no se lo quita nadie.  Todos somos hijos de un Padre maravilloso y quiere sorprendernos a todos con un derroche de cariño. Pensad en el hijo pródigo.  “Lo ve de lejos y corre a abrazarlo, le pone ropa nueva, y lo empuja a la fiesta” (Lc. 15,24).  A nosotros no nos van a juzgar los hombres. ¡Menos mal!  Nos juzgará nuestro Padre Dios ¡Qué alivio!

PREGUNTAS

1.- ¿Yo también padezco enfermedad de miopía y no veo a mis hermanos que sufren? ¿Cuándo pienso curarme?

2.– ¿Me estoy preparando para el examen final?  ¿Cómo llevo la asignatura más importante?

3.- ¿Me fío plenamente de mi Padre Dios? ¿Le dejo que me sorprenda?