miércoles, 31 de marzo de 2021

Moniciones Jueves Santo Misa de la Cena del Señor

 


Monición de entrada

El Jueves Santo sintetiza la fe de la comunidad cristiana. Es día de intimidad, de oración, de compromiso fraterno, de alianza, de amor. Tenemos motivo para la alegría: vamos a hacer memoria de lo que hizo Jesús en la Última Cena, "la noche en que iba a ser entregado". Una tarde (noche) maravillosa llena de amor que anticipa el "amor hasta el fin" que celebramos en este Triduo Pascual de su Muerte y Resurrección.

Nos ponemos de pie para comenzar la celebración cantando...

ALREDEDOR DE TU MESA

SEÑOR, TEN PIEDAD

GLORIA A DIOS  EN EL CIELO

Moniciones para cada lectura

Primera lectura (Éxodo 12, 1-8. 11-14)

Por medio de la celebración de la Cena Pascual, el pueblo de Israel conmemoraba el acontecimiento fundante de su identidad como pueblo: la liberación de la esclavitud en Egipto, signo del amor de predilección de Dios. Jesucristo también celebraba la Pascua y dará a esta fiesta un nuevo significado. Escuchemos el relato pascual del libro del Éxodo.

Salmo responsorial (Salmo 115)

 Con el salmo 115 damos gracias a Dios por los beneficios que recibimos de su generosidad. Respondamos: 

EL CALIZ QUE BENDECIMOS

Segunda lectura (Corintios 11, 23-26)

 De acuerdo con la tradición que Pablo recibió, Jesucristo, durante su Última Cena, realizó el máximo acto de amor por la humanidad, al instituir la Eucaristía. Esto nos ayuda a comprender lo sagrado de nuestra Eucaristía. Escuchemos a continuación el más antiguo de los relatos  eucarísticos del Nuevo Testamento.

Evangelio (Juan 13, 1-15)

También Jesús celebró, como los otros judíos, la comida del cordero en la noche de Pascua. Pero él le dio un nuevo sentido a aquella celebración. Quiso dar a sus discípulos una muestra del amor inmenso que les tenía y de servicio, al lavarles los pies. Abramos el corazón al mensaje del Evangelio  de San Juan: amar hasta el extremo.

Homilia


Oración de los fieles

A cada petición diremos: Señor ten Piedad.

  1. Por la Iglesia, cuerpo de Cristo; para que guarde la unidad en la caridad, que quiso para ella Jesucristo, y así el mundo crea. Oremos. 
  2. Por el papa, los obispos, los presbíteros y todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia; para que su vida sea siempre, a imagen de Cristo, servicio y entrega a sus hermanos. Oremos.
  3. Por los sacerdotes de nuestra diócesis, para que en este día especial para ellos reciban de Cristo la fuerza necesaria para ejercer devotamente su ministerio. Oremos.
  4. Por nuestros gobernantes, para que aprendan de Cristo a servir con amor y entrega a sus pueblos. Oremos.
  5. Para que aprendamos a servirnos unos a otros con amor fraterno, especialmente con aquellos más necesitados de nuestra sociedad. Oremos.
  6. Por nosotros, para que encontremos en el servicio a los hermanos el sentido del amor y la felicidad en esta vida. Oremos.
ESTE PAN Y VINO SEÑOR

Presentación de las ofrendas

Hoy llevamos al altar de una manera muy especial las ofrendas de Pan y Vino, que fueron consagrados por Cristo en la última cena y convertidos en su cuerpo y su sangre. Hoy viviremos nuevamente ese hermoso gesto de amor suyo para cada uno de nosotros

SANTO ES EL SEÑOR

DONDE HAY CARIDAD Y AMOR

Comunión

Cristo nos amó hasta el extremo y por eso quiso también quedarse bajo las especies de Pan y Vino para que podamos alimentarnos de su Cuerpo y su Sangre. Acerquémonos solemnemente a participar de este gran banquete Eucarístico.

Final

Ahora nos corresponde a nosotros ir al mundo y vivir con nuestro prójimo el mandamiento del amor que hoy nos ha dejado el Señor, convirtiéndonos en servidores de los demás.

 CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES


MEDITACIÓN/ADORACIÓN

EL MANANTIAL DE LA VIDA. EVANGELIO LECTURAS JUEVES SANTO ABRIL 1 DE 2021 CELEBRACIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR


 
INICIO DEL TRIDUO PASCUAL Primera Lectura : Del libro del Éxodo 12.1-8.11-14 Salmo : 115 R/. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo Segunda Lectura: De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26 Evangelio según SAN JUAN 13,1-15

martes, 30 de marzo de 2021

EL MANANTIAL DE LA VIDA. EVANGELIO LECTURAS EUCARISTÍA MIÉRCOLES SANTO MARZO 31 DE 2021 MATEO 26,14-25

 

Del libro de profeta Isaías 50,4-9ª Salmo 68,8-10. 21-22. 31 y 33-34 R/. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor Evangelio: Mateo 26 14-25

CELEBRACIÓN PENITENCIAL

BARRO EN MANOS DEL ALFARERO

1. CANTO : TÚ MI ALFARERO


2. SALUDO DEL SACERDOTE En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Que el amor de Dios Padre, la luz de Jesucristo, y el calor del Espíritu Santo Creador, esté con todos vosotros.

3. MONICIÓN DE ACOGIDA  Buenas tardes, hermanos, y bienvenidos a esta celebración donde vamos a recibir el perdón de Dios. Hemos venido ante ti Señor con humildad y sintiéndonos pobres y pequeños. Venimos incluso con vergüenza por lo feo de nuestro pecado, como estas vasijas que aunque bonitas por fuera, muchas están llenas de grietas y no pueden contener la gracia de tu misericordia. Queremos que en esta celebración repares nuestras grietas, rehagas la obra hermosa que somos y que sacaste de tus manos, y por una de esas grietas que nos deterioran te cueles de lleno hasta lo más hondo de nuestro ser. Cúbrenos Señor con tu paz, tu perdón y tu misericordia.

4. OREMOS. Padre bueno, que has creado al ser humano a tu imagen y semejanza, y lo has creado por amor y para el amor: abre nuestros ojos para que descubramos el mal que hemos cometido; mueve nuestro corazón para que con sinceridad volvamos a ti; que tu amor reúna a tus hijos dispersos por el pecado; que tu misericordia sane y robustezca a quienes debilitó su fragilidad; para que restaurados por tu amor, resplandezca en nosotros la imagen de tu Hijo, Jesucristo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

5. LITURGIA DE LA PALABRA 
 «Como el barro en manos del alfareros, estáis vosotros en mis manos»
 Lectura del libro de Jeremías (18,1-6): Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré mi palabra.» Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le parecía al alfarero. Entonces me vino la palabra del Señor: «¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este alfarero? –oráculo del Señor–. Mirad: como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel.» PALABRA DE DIOS.

Salmo responsorial: Salmo 146 R. Señor confiamos en tu misericordia R/ Si se canta: “La misericordia del Señor, cada día cantaré”

EVANGELIO - 
«El que esté sin pecado, tire la primera piedra» 
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 1-11 En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?" Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que no tiene pecado, que le tire la primera piedra." E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la-mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?" Ella contestó: "Ninguno, Señor." Jesús dijo: "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más." PALABRA DEL SEÑOR.

6. HOMILÍA: Dios se cuela por cualquier grieta 1. CREADOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA (GN 2, 4-25) 
Tomamos en nuestras manos una vasija y tratamos de reconstruir la historia de la misma como si fuese uno de nosotros. Nuestra propia historia comienza en la creación “Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo” (Gn 2, 7). 
El hombre y la mujer ha sido creado “ser vivo”, llenos del aliento de su Espíritu. Pero en muchas ocasiones nos hemos ido llenando de tantas otras cosas: egoísmos, individualismos, falta de escucha, odio, violencias, dinero y posesiones, poder, envidias… todo aquellos que nos separa de Dios, de los hermanos, de nosotros mismos que hemos sido creados para la vida. 
Pero también se nos olvida que hemos sido creados de arcilla del suelo, de barro, del polvo que la ceniza del pasado Miércoles de Ceniza nos recordaba nuestra pobreza y debilidad “eres polvo y en polvo te convertirás”.
Fruto de esta fragilidad surgen en nosotros grietas, signo de nuestro pecado que nos debilita y nos hace no ser capaces de retener esa gracia total del Señor

2. ¿QUÉ GRIETAS SE PRODUCEN EN NOSOTROS? 

3. ROTOS, PERO NECESITADOS DE MISERICORDIA 
Puede que el pecado nos haga sentir que estamos rotos como esta vasija pero no por ello estamos perdidos, aún hay esperanza. Como nos recuerda el Papa Francisco en “el nombre de Dios es Misericordia”, puede que la humanidad esté herida y arrastre heridas profundas, no sabe curarlas o cree que no es posible curarlas. Son enfermedades sociales (pobreza, exclusión social, esclavitudes de este tiempo) pero también el relativismo hiere mucho. Estamos necesitados de misericordia. Es un drama la pérdida del sentido y conciencia del pecado, pero más dramático es creer que no existe posibilidad alguna de rescate, de una mano que te levanta, un abrazo que te salva, que te perdona, te inunda de un maorí infinito, paciente, indulgente, que te vuelve a poner en camino. 

4. BAJAR AL TALLER DEL ALFARERO Si te reconoces frágil, débil o roto, has de volver al taller del alfarero, y allí escuchar su Palabra, esa palabra por la que todo cuanto existe fue creado, “hágase”. Esa palabra creadora que por medio del “hágase” de María se hizo carne, acampó entre nosotros e hizo nuevas todas las cosas.
En el taller del alfarero vuelves a ser barro en sus manos, vuelves a ser creado, recreado en el torno de la misericordia que hace nuevas todas las cosas.

5. LA VERGÜENZA DEL PECADO
Si una vasija le salía mal, la rompía y hacía otra nueva. El alfarero aprovecha las imperfecciones, las grietas para colarse en tu barro. No coge otro barro, sino que con el mismo lo rehace, haciendo nuevamente de ti una obra hermosa, perfecta, capaz de contener en sí el perdón, el amor y la misericordia.
 En el pasaje de la mujer pecadora del evangelio, Jesús levanta del suelo, del fango a la mujer. Su gesto en medio de los que le condenaban, la vergüenza que le están haciendo pasar, ya le basta a Jesús para ver en ella el arrepentimiento. Ella no se defiende de la acusación, su vergüenza ya habla por ella. Jesús cubre la vergüenza del pecado en aquel que se arrepiente con el manto de la misericordia. La misericordia de Dios se abre paso por la grieta de la debilidad y fragilidad de la mujer, por la vergüenza que está pasando. También la misericordia se abre paso en la fragilidad de los que querían condenar a la mujer, que al reconocerse pecadores ante la provocación de Jesús, “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”, se retiran para que el amor y el perdón no tenga obstáculo y la mujer, cual nueva vasija, pueda llenarse de dicho amor, misericordia y perdón.

6. ARREPENTIMIENTO, LA GRIETA PARA DIOS 
Dios actua para adentrarse en el corazón del hombre, para encontrar esa grieta que permite la acción de su gracia. Él no quiere que nadie se pierda. Su misericordia es infinitamente más grande que nuestro pecado, su medicina es infinitamente más poderosa que la enfermedad que deber curar en nosotros. Dios nos aguarda, espera que le concedamos tan sólo esa mínima grieta para poder actuar en nosotros, con su perdón, con su gracia. Sólo quien ha sido tocado, acariciado por la ternura de la misericordia, conoce realmente al Señor. 

7. EXAMEN DE CONCIENCIA COMUNITARIO
SACERDOTE: Ayudados por el silencio, escuchemos algunas consideraciones que nos pueden ayudar a hacer nuestro examen de conciencia.

1. La Misericordia empieza en el vientre materno, decimos que nace desde las entrañas. Es un amor entrañable, afectivo. Como hijos de Dios nacidos de su ser nos preguntamos:
 ¿Me comporto como hijo de Dios?
 ¿Cómo cuido mi relación con Él? 
 ¿Amo al Señor sobre todas las cosas?
2. La Misericordia es bondad y ternura, y se vive en comunidad, en la Iglesia como Madre que es:
 ¿Cómo es mi relación con la Iglesia? 
 ¿La quiero y respeto como Madre? 
 ¿Vivo en ella la ternura y posibilito que otros se sientan acogidos en ella? 
 ¿Pongo al servicio de la comunidad mis dones y talentos?
3. La Misericordia es fidelidad deliberadamente asumida, es compromiso:
 ¿Soy responsable en los compromisos que asumo? 
 ¿Cuido mis amistades, relaciones vecinales y a mi familia? 
 ¿Me comporto como lo que soy, como cristiano, tanto en mi vida personal, como con los demás?
4. La Misericordia es compasión y piedad, es dejarse tocar en el corazón por el sufrimiento del mundo y de los hermanos: 
 ¿Soy capaz de cargar sobre mis hombres el sufrimiento de los demás como hizo el buen samaritano? 
 ¿Veo y socorro a Cristo en los pobres, en los que sufren y los solos? 
  ¿Practico la Misericordia? 
 ¿Visto, alojo, doy de comer y de beber, visito al enfermo o al preso, acompaño en la hora de la muerte? ¿Qué uso hago de los bienes materiales como el vestido, la comida, el agua, la vivienda, los medicamentos? 
 ¿Aconsejo, enseño, oriento, corrijo, o rezo por los demás? ¿Cómo lo hago, con superioridad, como si llevase la razón o con humildad y fraternidad
5. Por último, la Misericordia es perdón y reconciliación.
 ¿Soy capaz de pedir perdón de todo corazón? 
 ¿Acepto con alegría el perdón que los demás me ofrecen? 
 ¿Me cuesta reconocerme pecador? 
 ¿Me cuesta aceptar el perdón de Dios, y por tanto perdonarme a mí mismo? 
 ¿Puedo hacer algo para posibilitar la reconciliación a mi alrededor?
8. ACTO PENITENCIAL COMUNITARIO (renuncias bautismales) 
SACERDOTE: Hermanos, confesemos ahora unidos nuestros pecados y oremos los unos por los otros, para que la misericordia de Dios nos transforme en lo que el Señor desea de cada uno de nosotros y de toda su Iglesia. 
Yo confieso… 
SACERDOTE: Como hicieron nuestros padres y padrinos el día de nuestro bautismo, ahora renunciamos al mal: 1. ¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios? R/. Sí, renuncio. 2. ¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que no domine en vosotros la violencia, la soberbia, la mentira y la codicia? R/. Sí, renuncio. 3. ¿Renunciáis a cualquier forma de egoísmo e insolidaridad que destruye el amor? R/. Sí, renuncio

9. CONFESIÓN INDIVIDUAL
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
10. ACCIÓN DE GRACIAS Y BENDICIÓN
Que el perdón que hemos recibido sea para nosotros el signo de tu gracia y bendición. Así, confortados por tu misericordia, te rendimos gracias por todo don de la tierra y del cielo, con que tu Espíritu satisfaga nuestra sed. Por Jesucristo, Tu Hijo, que nos ha revelado tu amor, Fuente de Agua Viva que brota hasta la vida eterna. Amén. 

lunes, 29 de marzo de 2021

EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN." ¡DEJAOS RECONCILIAR CON DIOS!

 

Resuenan las palabras de San Pablo: “¡Dejaos reconciliar con Dios!” (2 Cor 5, 20). La reconciliación es un don de Dios. Para comprenderlo es necesario admitir la realidad del mal moral y del pecado en nosotros y en nuestro mundo; y es preciso dejar que el Espíritu Santo suscite en nosotros el deseo de conversión de corazón a Dios y al hermano.

No se puede negar que existe el mal moral en nosotros y entre nosotros; valga con citar la codicia y la corrupción, la envidia y la mentida, el odio y el rencor, las relaciones rotas por la traición, el uso y abuso de las personas para satisfacción y provecho propio, la explotación de personas, la indiferencia  ante el necesitado o el descarte de muchos. Existe la división en nuestro corazón, entre los hombres y los grupos humanos, entre el hombre y la naturaleza, y entre el ser humano y su Creador. Se pueden aducir causas de tipo social o estructural, pero la raíz se halla en lo más íntimo del ser humano, en la herida del pecado original. Sin embargo ha disminuido el reconocimiento de la pecaminosidad individual  y de la responsabilidad personal, el sentido de culpa y el sentido mismo de pecado. Parece como si ya no hubiera pecado; a lo sumo, errores. Se ha debilitado también la relación con Dios, que disminuye la necesidad de dejarse reconciliar por Dios. Se relativiza el valor absoluto de las normas morales y las categorías de bien o mal. Poco a poco se va perdiendo el sentido de Dios y del pecado como ofensa contra Dios, que es el verdadero sentido del pecado.

Porque el pecado es el amor replegado sobre sí mismo, que niega a Dios y rechaza su amor, el amor al hermano y el amor a la creación. El rechazo del amor de Dios lleva al rechazo entre los hombres. Basta mirar la escena de violencias, guerras, injusticias, abusos, egoísmos, celos y venganzas. El pecado es una gran tragedia y la pérdida del sentido de pecado endurece el corazón ante el espectáculo del mal. Pero, si no hemos perdido el sentido del bien y del mal y de nuestra responsabilidad personal, reconoceremos que en nuestra vida existe el mal y el pecado y que tenemos necesidad de reconciliación, de recomponer las fracturas y de cicatrizar las heridas.

Sólo la conversión a Dios ante el pecado es capaz de obrar una reconciliación profunda y duradera, donde quiera que haya penetrado el pecado y la división. El apóstol Pablo lo experimentó en su propia carne: precisamente él, el perseguidor de los cristianos, se encontró en su camino de Damasco con el amor gratuito de Dios en su Hijo Jesús, quien luego lo envió como embajador de reconciliación en su nombre. Así se convirtió en testigo apasionado del misterio de Jesús muerto y resucitado, que ha reconciliado al mundo consigo para que todos puedan conocer y experimentar la vida de comunión con Dios, con los hermanos y con la creación entera (cf. Ef 2, 13ss.).

A través de Pablo, el mensaje evangélico nos llega a todos: ¡Dejaos reconciliar con Dios! Pablo nos anuncia la reconciliación que Dios nos ofrece en su Hijo Jesucristo, muerto y resucitado; sus palabras nos invitan a fijar nuestra mirada en el Padre de la misericordia, cuyas entrañas se conmueven cuando cualquiera de sus hijos, alejado por el pecado, retorna a Él y confiesa su culpa. El abrazo del Padre a quien, arrepentido, va a su encuentro, es su respuesta a quien reconoce con humildad sus faltas de amor. Pedir con arrepentimiento el perdón, acogerlo con gratitud y darlo con generosidad, es fuente de una paz que no se puede pagar. Por ello es hermoso confesarse personalmente.

Que sea necesario hacerlo ante un sacerdote nos lo muestra Dios mismo. Al enviar a su Hijo en nuestra carne, demuestra que quiere encontrarse con nosotros mediante los signos de nuestra condición humana. Dios salió de sí mismo por nuestro amor y vino a ‘tocarnos’ con su carne en su Hijo, que perdonó los pecados y encargó a los Apóstoles que lo hicieran en su nombre. Nosotros estamos a invitados a acudir con humildad a quien nos puede perdonar en su nombre, a quien el Señor ha elegido y enviado como ministros del perdón y la reconciliación. La confesión es el encuentro con el perdón divino, que nos ofrece Jesús por el ministerio de la Iglesia.

Experimentemos en la confesión sacramental la misericordia de Dios que perdona nuestros pecados y nos reconcilia consigo y los demás, y nos hace libres para compartir este tesoro con los demás.


EL MANANTIAL DE LA VIDA. EVANGELIO LECTURAS EUCARISTÍA MARTES SANTO MARZO 30 DE 2021 JUAN 13, 21-33.36-38

 

Primera Lectura: Del libro del profeta Isaías 49, 1-6 Salmo 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17 R/. Mi boca contará tu salvación, Señor Del Santo Evangelio según san Juan 13, 21-33.36-38

EL MANANTIAL DE LA VIDA.EVANGELIO LECTURAS EUCARISTÍA LUNES MARZO 29 DE 2021 LUNES SANTO JUAN 12,1-11

 



Primera Lectura: Del libro del profeta Isaías 42,1-7 Salmo : 26, 1.2.3.13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación Del santo Evangelio según San Juan 12, 1-11

domingo, 28 de marzo de 2021

EL MANANTIAL DE LA VIDA.EVANGELIO DE LA PROCESIÓN DEL DOMINGO DE RAMOS MARZO 28 DE 2021 MARCOS 11,1-10

 

PROCESIÓN DE PALMAS INICIO SEMANA SANTA 2021 EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 11, 1-10 Cuando Jesús y los suyos iban de camino a Jerusalén, al llegar a Betfagé y Betania, cerca del monte de los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos: “Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán amarrado un burro que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo. Si alguien les pregunta por qué lo hacen, contéstenle: ‘El Señor lo necesita y lo devolverá pronto’”. Fueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta, y lo desamarraron. Algunos de los que allí estaban les preguntaron: “¿Por qué sueltan al burro?” Ellos les contestaron lo que había dicho Jesús y ya nadie los molestó. Llevaron el burro, le echaron encima los mantos y Jesús montó en él. Muchos extendían su manto en el camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante de Jesús y los que lo seguían, iban gritando vivas: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en el cielo!”


Primera Lectura: Del Libro del Profeta Isaías 50,4-7 Salmo 21 R/. Dios mío Dios mío porque me has abandonado Segunda Lectura: De la carta del apóstol San Pablo a los Filpenses 2,6-11 PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS CAPÍTULOS 14,1-15,47

sábado, 27 de marzo de 2021

SEMANA SANTA 2021 / PARROQUIA SAN PÍO X


                     



 Domingo de Ramos – 28 de Marzo
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12:00: Eucaristía


Martes Santo - 30 de Marzo
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19:00: Celebración penitencial - Confesiones


                           Jueves Santo - 1 de Abril    
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18:00: Eucaristía de la Cena del Señor
                                  Hora Santa (personalmente)

 
Viernes Santo-  2 de Abril

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 12:00: Vía Crucis
                                  18:00 Liturgia de la Pasión del Señor
                               

Sábado Santo - 3 de Abril
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 20:00: Vigilia Pascual


Domingo de Resurrección - 4 de Abril
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12:00 Eucaristía dominical

viernes, 26 de marzo de 2021

Día 39 | Amén | Peregrinos en la Fe | Magdala

 


EL MANNTIAL DE LA VIDA. Evangelio de hoy Sábado 27 de Marzo de 2021

 «Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos»

Texto del Evangelio (Jn 11,45-56): En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación». Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación». Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación —y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos—. Desde este día, decidieron darle muerte.


Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraim, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?». Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.

Celebraciones presididas por el Papa Francisco en la Semana Santa

 

28 DE MARZO
10:30 

1 DE ABRIL
 18:00

2 DE ABRIL
18:00

2 DE ABRIL
21:00 

3 DE ABRIL
19:30

4 DE ABRIL
10:00

Día 38 | Creo en la vida eterna | Peregrinos en la Fe | Magdala

 


jueves, 25 de marzo de 2021

EL MANANTIAL DE LA VIDA. Evangelio para Hoy Viernes 26 de Marzo de 2021

 «¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»

Texto del Evangelio (Jn 10,31-42): En aquel tiempo, los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios». Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: ‘Yo he dicho: dioses sois’? Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios —y no puede fallar la Escritura— a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: ‘Yo soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre». Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí. Muchos fueron donde Él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad». Y muchos allí creyeron en Él.

JUEVES EUCARÍSTICO y SACERDOTAL

 

Aquí tienes al Señor expuesto las 24 horas del día en vivo. Si estás enfermo y no puedes desplazarte a una parroquia en la que se exponga el Santísimo, o simplemente quieres saludar al Señor en algunos momentos de la jornada, aquí le tienes para rezarle con devoción:

Visita al Santísimo Sacramento

Oración inicial

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Corazón de mi Jesús Sacramentado! Con mucha pena de no ser como Tú quieres que sea y con muchos deseos de ser como Tú quieres que sea, vengo a tener contigo este ratito de conversación afectuosa junto a Ti, a los pies de tu Sagrario, donde has querido quedarte por mí, para Tu mayor gloria, honor de mi Madre Inmaculada y provecho de mi alma. San José, enséñame a escuchar y a hablar a Jesús.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.

Sea por siempre bendito y alabado.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

(Se repite cinco veces en honor a las cinco llagas de Nuestro Señor)


Alabanzas al Santísimo Sacramento en reparación de las blasfemias

Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios, en sus Ángeles y en sus Santos.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte dentro de mi alma. Mas, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazón y como si ya hubiéseis venido, te abrazo y me uno a Ti. No permitas Jesús mío que jamás me aparte de Ti. Así sea.

Oración de Santo Tomás de Aquino

Te adoro con fervor, deidad oculta, que estás bajo de estas formas escondidas; a ti mi corazón se rinde entero, y desfallece todo si te mira. Se engaña en ti la vista, el tacto, el gusto. Mas tu palabra engendra fe rendida; cuanto el Hijo de Dios ha dicho, creo; pues no hay verdad cual la verdad divina. En la Cruz la deidad estaba oculta. aquí la humanidad yace escondida; y ambas cosas creyendo y confesando, imploro yo lo que imploraba el ladrón arrepentido. No veo, como vio Tomás, tus llagas, mas por su Dios te aclama el alma mía: haz que siempre, Señor, en ti yo crea, que espere en ti, que te ame sin medida. Oh memorial de la pasión de Cristo, oh pan vivo que al hombre das la vida: concede que de ti viva mi alma, y guste de tus célicas delicias. Jesús mío, pelícano piadoso, con tu sangre mi pecho impuro limpia, que de tal sangre una gotita puede todo el mundo salvar de su malicia. Jesús, a quien ahora miro oculto, cumple, Señor, lo que mi pecho ansía: que a cara descubierta contemplándote, por siempre goce de tu clara vista. Amén.


Oración a Jesús solitario en el Santísimo Sacramento

Oh Divino Jesús! que durante la noche estáis solitario en tantos tabernáculos del mundo, sin que ninguna de vuestras criaturas vaya a visitaros y adoraros. Yo os ofrezco mi pobre corazón, deseando que todos sus latidos sean otros tantos de amor y adoración. Vos, Señor, estáis siempre en vela bajo las especies Sacramentales, vuestro amor misericordioso nunca duerme ni se cansa de velar por los pecadores. ¡Oh Jesús amantísimo! ¡Oh Jesús solitario! haced mi corazón cual lámpara encendida; en caridad se inflame y arda siempre en vuestro amor. Vela ¡oh centinela Divino! vela por el mísero mundo, por los sacerdotes, por las almas consagradas, las extraviadas, por los pobres enfermos cuyas noches interminables necesitan tu fortaleza y tu consuelo, por los moribundos y por ésta tu humilde sierva que, para mejor servirte, descansa pero sin alejarse de Ti, de tu Sagrario… donde vives en la soledad y el silencio de la noche. Sea siempre bendito, alabado, adorado, amado y reverenciado el Corazón Sagrado de Jesús en todos los Sagrarios del mundo. Amén.

Oración final

Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me habéis recibido y permitido gozar de vuestra presencia y compañía amorosas.

Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda contigo. En mi trabajo y en mis descansos me acordaré de Ti, y procuraré vivir con la dignidad que merece vuestra amistad divina.

Dadme vuestra bendición y concededme todas las gracias, que necesito, para amaros y serviros con la mayor fidelidad.

Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa, vuestro Vicario en la tierra; ilumínale, santifícale y líbrale de todos sus enemigos.

Bendice a vuestra Iglesia Santa y haced que su luz brille en todas las naciones; y que los paganos conozcan y adoren al único verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo.

Bendice a vuestros sacerdotes, santifícalos y multiplícalos.

Bendice y protege a nuestra nación.

Bendice a todos los suscriptores de Web católico de Javier y concédeles la bienaventuranza eterna.

Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios.

Bendice a todos nuestros familiares y haced que vivan todos en vuestra gracia y amistad y que un día nos reunamos en la Gloria.

Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio.

Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos vuestro divino amor, para que la fe que nos impide ahora ver vuestro santísimo rostro se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.


PREGÓN DE SEMANA SANTA 2021

 






Día 37 | Solemnidad de la Anunciación | Peregrinos en la Fe | Magdala


miércoles, 24 de marzo de 2021

EL MANANTIAL DE LA VIDA. Evangelio de Hoy Jueves 25 de Marzo de 2021.JORNADA POR LA VIDA

«Alégrate, llena de gracia»

 Texto del Evangelio (Lc 1,26-38): Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».

María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.