miércoles, 31 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Jueves 1 de Agosto:Recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve

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1.- Introducción.
Señor, te pido que me ayudes a comprender este evangelio que me parece un poco difícil. Haz que tenga siempre presente la imagen de ese Padre Bueno que no se cansa de esperar, que sale al encuentro del hijo y, una vez que le ve de lejos, se lanza hacia él para abrazarle. A partir de ese texto quiero interpretar los pasajes más oscuros.
2.- Lectura sosegada del evangelio: Mateo 13, 47-53
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?». «Sí», le respondieron. Entonces agregó: «Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo». Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
La explicación a esta parábola de la red, la hice en el comentario del Domingo XVII del tiempo ordinario (13-julio-2017). Para no repetir, quiero poner aquí un comentario sugerente a este texto, de la “Lectio Divina” de los padres carmelitas. Dice así: En una ronda de amigos alguien mostró una foto, donde se veía a un hombre de rostro severo, con el dedo levantado, casi agrediendo al público. Todos quedaron con la idea de que se trataba de una persona inflexible, exigente, que no permitía intimidad. En ese momento, llega un joven, ve la foto y exclama: “¡Es mi padre!” Los demás miraron hacia él, y mirando la foto, comentan: ¡Vaya padre severo! Y el chico joven contesta: “¡No, en absoluto! Es muy cariñoso. Mi padre es abogado. Aquella foto fue sacada en el tribunal, en el momento en que denunciaba el crimen de un latifundista que quería desalojar a una familia pobre que moraba en un terreno baldío del ayuntamiento, desde hacía muchos años. ¡Mi padre ganó la causa! Los pobres pudieron quedarse allí donde estaban.” Todos le miraron de nuevo y dijeron: “¡Qué persona más simpática!” Como por un milagro, la fotografía se iluminó por dentro y tomó otro aspecto. Aquel rostro, tan severo adquirió rasgos de una ternura entrañable. Las palabras del hijo cambiaron todo, sin cambiar nada. Las palabras y los gestos de Jesús, nacidas de su experiencia de hijo, sin mudar una letra o una coma, (Mt 5,17-18) iluminaron el sentido del Antiguo Testamento desde dentro e iluminaron por dentro toda la sabiduría acumulada del doctor de la Ley. Dios mismo, que parecía tan distinto y severo, adquirió los rasgos de un Padre bondadoso de gran ternura.
Palabra del Papa
La parábola de la cizaña en medio del trigo y la de la red para pescar se refieren, sobre todo, a la presencia, ya operante, de la salvación de Dios. Pero, junto a los “hijos del reino”, se hallan también los “hijos del maligno”, los que realizan la iniquidad: sólo al final de la historia serán destruidas las potencias del mal, y quien haya acogido el reino estará para siempre con el Señor. (San Juan Pablo II, Audiencia, 18 de marzo de 1987).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)
5.- Propósito. Hoy, a las personas que mire, las miraré con la mirada del corazón.
6.- Dios me ha hablado hoy a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.Señor, te doy gracias porque cada día puedo ver nuevos aspectos de tu evangelio. Y, para no equivocarme, procuraré mirar el texto con una mirada limpia y profunda. Si Dios es amor, todo en la Biblia me tiene que hablar del amor. Si no saco amor es que no la he leído bien.

martes, 30 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Miércoles 31 de Julio, San Ignacio de Loyola:El Tesoro y la Perla


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1.- Introducción.
Señor, estas pequeñas parábolas siempre me han entusiasmado. Me han dado la clave para entender el evangelio. Es muy arriesgado vender nada sin antes haber encontrado el tesoro. Y encontrar el tesoro es encontrar la ilusión, la alegría, las ganas de trabajar, las ganas de vivir. Yo no puedo entender el cristianismo como un peso, una obligación o una ascética. Quiero vivirlo como una “mística”, como una atracción, como una seducción.
2.- Lectura reposada del evangelio: Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
No es fácil, ni tiene aliciente para nosotros, salir a buscar tesoros materiales escondidos en alguna parte del mundo. Pero todos somos testigos de haber encontrado personas que han sido y son “verdaderos tesoros”. Una buena familia es un tesoro; un buen amigo es un tesoro; una pareja de enamorados es un tesoro; un matrimonio ilusionado es un tesoro. Estas personas nos ayudan a crecer, a ver la vida de otra manera, a saber disfrutar de esta vida. Y, como cristiano, me pregunto. ¿Ha sido Jesucristo para mí un verdadero tesoro? ¿Lo es hoy día? Jesucristo, ¿me ha ayudado a cambiar? ¿He pasado horas felices con Él? El evangelio dice que, una vez descubierto el tesoro, por el gozo que siente, vende todo. Mi pertenencia a Jesús, ¿está motivada por el gozo? ¿Me siento feliz por la alegría de haberle conocido? ¿Me cuesta vender mi dinero, mi comodidad, mi prestigio, mi instalación? ¿De verdad que le creo a Jesucristo capaz de hacerme plenamente feliz? O, de otra manera, ¿Qué pasaría en mi vida si me quitaran a Jesucristo? ¿Sería un verdadero trauma? ¿O seguiría mi vida sin más?
Palabra del Papa
Es importante que se creen en la Iglesia las condiciones favorables para que puedan aflorar tantos «sí», en respuesta generosa a la llamada del amor de Dios. Será tarea de la pastoral vocacional ofrecer puntos de orientación para un camino fructífero. Un elemento central debe ser el amor a la Palabra de Dios, a través de una creciente familiaridad con la Sagrada Escritura y una oración personal y comunitaria atenta y constante, para ser capaces de sentir la llamada divina en medio de tantas voces que llenan la vida diaria. Pero, sobre todo, que la Eucaristía sea el «centro vital» de todo camino vocacional: es aquí donde el amor de Dios nos toca en el sacrificio de Cristo, expresión perfecta del amor, y es aquí donde aprendemos una y otra vez a vivir la “gran medida” del amor de Dios. Palabra, oración y Eucaristía son el tesoro precioso para comprender la belleza de una vida totalmente gastada por el Reino. Benedicto XVI, 13 de febrero de 2012.
4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado.
5.- Propósito. Hoy voy a estar contento pensando en que Jesús es mi amigo, me quiere y se fía de mí.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor-Jesús, te quiero agradecer estas parábolas que son auténticas perlas que me lleva a descubrir mis motivaciones más profundas a la hora de decirte que sí. Creo que soy sincero al decirte que, a pesar de mis muchas limitaciones y pecados, he podido mantener a lo largo de mi ya larga vida, un amor apasionado a tu persona. He sido muy feliz contigo y, cuando me he apartado de ti, me he sentido muy triste y solo; la vida se me hacía insoportable. Gracias, Señor. Porque he experimentado una bonita manera de decirte que sí: el no poder ya decirte que no.

Gracias Luis Lleyda por tu labor en Cáritas La Rioja

La imagen puede contener: una persona, sentada
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Gracias  Luis Lleyda, director de Cáritas  La Rioja desde 2011, ha presentado su renuncia tras ocho años de intensa y fructífera dedicación tanto en la entidad como en la Fundación Cáritas Chavicar y  en el ProyectoHombre La Rioja.

En septiembre, cogerá su relevo Fernando Beltrán.

Día Mundial contra la Trata



El vídeo “Muévete #contralatrata” se ha elaborado para la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, en el marco de la Estrategia Madrileña contra la Trata de Mujeres con Fines de Explotación Sexual. Esta pieza audiovisual de 2 minutos es una herramienta de difusión y sensibilización contra la trata de seres humanos y se dirige a un público no especializado para concienciar contra la trata de mujeres. Optamos por una creatividad que huya del sensacionalismo pero que refleje la profunda violación de derechos humanos que supone la trata.

lunes, 29 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Martes 30 de Julio:"Señor, acláranos la parábola de la cizaña en el campo”



1.-Oración Introductoria.
Señor, en este rato de oración sobre el trigo y la cizaña quiero que me hagas comprender que las dos hierbas crecen en el mismo campo y este campo es mi propio corazón. Te confieso, Señor, que yo “no soy trigo limpio” que dentro de mí también hay cizaña y que, por tanto, yo no soy quién para juzgar a los demás. Te dejo a ti el juicio, Señor.
2.- Lectura atenta de la palabra. Mateo 13, 36-43.
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: Acláranos la parábola de la cizaña en el campo. Él les contestó: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
3.- Qué dice el texto
Meditación- reflexión
En esta parábola quedan muy bien definidos los autores del bien y del mal. “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre”. ¿Y el sembrador de la mala semilla? “El enemigo que la siembra es el Diablo”. Que queden las cosas claras desde el principio: no hay dos campos distintos: uno para el trigo y otro para la cizaña. El trigo y la cizaña crecen juntos en el campo de mi propio corazón. ¿Quién es capaz de decir que él es trigo puro sin mezcla de cizaña? Sólo aquel fariseo engreído que se puso de pie en el templo a dirigirle a Dios la oración más estúpida de toda la biblia: “gracias, Señor, porque yo no soy como los demás”. ¿Habrá cosa más bella en este mundo que considerarse igual que los demás? Sin complejos de superioridad, porque “nadie es más que nadie”, pero también sin complejos de “inferioridad”, nadie es menos que nadie. Debemos aceptarnos todos como “hermanos”; con nuestro trigo y nuestra cizaña a cuestas, pero hermanos; con nuestra enorme capacidad de bien y también de mal, pero hermanos; con nuestro realismo, pero también con nuestras utopías, pero hermanos. Ningún instrumento de mal, por refinado que sea, podrá matar nuestros sueños. El autor del mal está ahí, es el Maligno. El autor del bien también está ahí, es Jesucristo. Y por mucha fuerza que tenga el Maligno para el mal, tiene mucha más Jesús para el bien. “Donde abundó el delito, sobreabundó la gracia” (Ro. 5,20).
Palabra del Papa
La enseñanza de la parábola es doble. En primer lugar dice que el mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, este va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión, donde no hay luz pero va él y siembra la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, así es imposible separar claramente a los hombres; pero Dios, al final, podrá hacerlo. Y aquí llegamos al segundo tema: la contraposición entre la impaciencia de los siervos y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros a veces tenemos mucha prisa en juzgar, clasificar, poner aquí a los buenos, allí a los malos… Recordad, la oración de ese hombre soberbio, ‘te doy gracias Dios porque yo soy bueno y no soy como ese otro que es malo’. Recordad esto. Dios sin embargo sabe esperar. Él mira en el «campo» de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también las semillas del bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Qué bonito es esto. Nuestro Dios es un Padre paciente que siempre nos espera y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos, siempre nos perdona si vamos donde Él (Papa Francisco).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Guardo silencio).
5.-Propósito. Vencer el mal de este día. ¿Cómo? A fuerza de bien.
6.- Dios me ha hablado hoy a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, al acabar hoy mi oración, me siento bien. Es verdad que hay mucha cizaña en el mundo, pero hay mucho más trigo. Lo que pasa es que el mal hace mucho ruido y el bien es silencioso. La semilla del bien crece sola en el silencio del corazón. Y esa buena semilla está oculta a los ojos de los hombres, pero no ante el Padre Dios “que ve en lo escondido”.

domingo, 28 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Lunes 29 de Julio, Santa Marta::"Señor, si hubieras estado aquí"





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Del santo Evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas».
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Ya sé que resucitará en la resurrección del último día». Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y crea en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?». Ella contestó: «Sí, Señor. Creo firmemente que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

Oración introductoria
Señor Jesús, tu resurrección es la prueba más grande de que el amor puede triunfar en el mundo y en mi vida. Tú me enseñas que el amor es más fuerte y que contigo es siempre posible volver a empezar y trabajar por un mundo basado en la caridad. Ilumina mi oración para vivir este día, y toda mi vida, de cara a la eternidad.

Petición
Señor, ven a mi corazón para que nazca en mí la vida nueva que me has ganado por tu cruz y resurrección.

Meditación del Papa Francisco
Toda la revelación divina es fruto del diálogo entre Dios y su pueblo, y también la fe en la Resurrección está unida a este diálogo, que acompaña el camino del Pueblo de Dios en la historia. No hay que maravillarse de que un misterio tan grande, tan decisivo, tan sobrehumano como el de la Resurrección haya requerido todo el recorrido, todo el tiempo necesario hasta Jesucristo. Él puede decir: 'Yo soy la resurrección y la vida' porque en él ese misterio no sólo se revela plenamente, sino que se cumple, sucede, por primera y definitiva vez se convierte en realidad.
Estamos llamados a estar primero ante la cruz de Jesús, pero también a escuchar su último grito y su último suspiro, así como el silencio que se prolonga durante todo el Sábado Santo. Y después estamos llamados a ir a la tumba, para ver que la gran piedra se ha abierto, para escuchar el anuncio: 'Ha resucitado, no está aquí'. Allí está la respuesta. Allí está el fundamento, la roca. No en 'discursos persuasores de sabiduría, sino en la palabra viva de la cruz y la resurrección de Jesús. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 3 de noviembre de 2014, en Santa Marta).


Reflexión
Decía santo Tomás de Aquino: "Tan sólo un necio trata de consolar a una madre ante su hijo muerto". Estas palabras surgen como fruto directo de la contemplación de este pasaje en el que Jesús, frente al sepulcro de su amigo Lázaro, derrama unas de las pocas lágrimas que aparecen expresamente en el evangelio.

Jesús es consciente del valor de la vida frente a la eternidad y la muerte. Sabe que el alma de Lázaro reposa esperando, como la del resto de los hombres, el momento sublime de la redención. Sin embargo, Jesús también es un hombre. Lo que en un primer momento no le cuesta aplazar cuatro días, más tarde se transformará en lágrimas y llanto: la contemplación del sepulcro de su amigo.
más queridos, volverán a la vida ante el asombro de sus enemigos y las miradas
El regreso a la vida de Lázaro es un anticipo, una profecía, de lo que será en el futuro la resurrección de los muertos. Los amigos de Jesús, sus íntimos, sus más queridos, volverán a la vida ante el asombro de sus enemigos y las miradas mezquinas de los que en vida no acogieron a Jesús en su corazón.

Pidamos a Cristo en este día que guarde un puesto para nosotros en su corazón. Digámosle con todo nuestro ánimo que queremos ser sus amigos y sus íntimos.

Diálogo con Cristo
Jesús, Tú me amas tanto que, con tal de salvarme, venciste el miedo al sufrimiento y a la muerte. Yo también, Jesús, quiero vivir así, sin temer a la renuncia o el desprendimiento, con tal de vivir en tu gracia y así poder acercar a otros a tu amor, especialmente a aquellos miembros de mi familia que se encuentran alejados de tu amor.

Propósito
Visitar a esa persona enferma o solitaria que sé que nadie visita, para darle ánimo.

sábado, 27 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Domingo 28 de Julio:ENSÉÑANOS A ORAR



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Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos»
Él les dijo:
«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación"».
Y les dijo:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
"Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle"; y, desde dentro, aquel le responde:
"No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos"; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».
Palabra del Señor  sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.

Oración introductoria
Señor, creo y confío plenamente en tu misericordia ante mis debilidades. Permite que este momento de intimidad contigo sea el medio por el cual aprenda a orar, como Tú quieres que lo haga. Dame el don de tu Espíritu Santo, e inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir y cómo debo actuar para que Tú reines en mi corazón.

Petición
Padre nuestro, que estás en el cielo, te pido que vengas a mi corazón.

Meditación del Papa Francisco
Para rezar no hay necesidad de hacer ruido ni creer que es mejor derrochar muchas palabras. No podemos confiarnos al ruido, al alboroto de la mundanidad, que Jesús identifica con “tocar la tromba” o “hacerse ver el día de ayuno”. Para rezar no es necesario el ruido de la vanidad: Jesús dijo que esto es un comportamiento propio de los paganos. La oración no es algo mágico; no se hace magia con la oración; esto es pagano.



Entonces, ¿cómo se debe orar? Jesús nos lo enseñó: Dice que el Padre que está en el Cielo “sabe lo que necesitáis, antes incluso de que se lo pidáis”. Por lo tanto, la primera palabra debe ser “Padre”. Esta es la clave de la oración. ¿Es un padre solamente mío? No, es el Padre nuestro, porque yo no soy hijo único. Ninguno de nosotros lo es. Y si no puedo ser hermano, difícilmente puedo llegar a ser hijo de este Padre, porque es un Padre, con certeza, mío, pero también de los demás, de mis hermanos. (Cf. S.S. Francisco, de 2013, homilía en Santa Marta)
Reflexión
En el mundo del deporte, además de las habilidades personales, un excelente entrenador juega un papel decisivo. Es parte de nuestra naturaleza el tener que aprender y recibir de otros. Puede parecer una limitación pero es, al mismo tiempo, un signo de la grandeza y de la maravilla del hombre.

En el Evangelio del día, los discípulos le piden a Jesús: Señor, enséñanos a orar.... La oración es el gran deporte, la gran disciplina del cristiano. Y lo diría el mismo Jesús en el huerto de Getsemaní: Vigilad y orad para que no caigáis en tentación. Él es nuestro mejor entrenador. Hoy, nos ofrece la oración más perfecta, la más antigua y la mejor: el Padre Nuestro. En ella, encontramos los elementos que deben caracterizar toda oración de una auténtico cristiano. Se trata de una oración dirigida a una persona: Padre; en ella, alabamos a Dios y anhelamos la llegada de su Reino; pedimos por nuestras necesidades espirituales y temporales; pedimos perdón por nuestros pecados y ofrecemos el nuestro a quienes nos han ofendido; y, finalmente, pedimos las gracias necesarias para permanecer fieles a su voluntad. Todo ello, rezado con humildad y con un profundo espíritu de gratitud.

Ojalá que sea, el Padre Nuestro, la oración de todas nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas como cristianos y discípulos de Jesucristo.

Propósito
Ofrecer a Dios cumplir su voluntad con el rezo meditado del Padre nuestro.

Diálogo con Cristo
Señor, te pido que me ayudes a vivir siempre unido a Ti en mi oración, sabiendo que no es lo que diga sino cómo lo diga, lo que importa. Que mi relación contigo no se limite al tiempo que dedico a mi meditación o la celebración de la Eucaristía. Te necesito permanentemente cerca de mí, para no caer en la tentación, para poder vivir auténticamente el amor, para ser un incansable y eficaz discípulo y misionero.

¡Ánimo! Después de la tormenta viene la Calma



Jesús dijo que en la vida tendremos dificultades, pero que debemos confiar, porque así como él venció cada una de ellas, así mismo nosotros con su ayuda y sabiduría sabremos salir de cada problema que enfrentemos en nuestra vida.

Las Tormentas de la vida, no duran para siempre, Dios siempre nos da una salida.

El Manantial de la Vida. Sábado 27 de Julio:¡Dejad que ambos crezcan juntos!

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1.- Oración preparatoria.
Señor, hoy vengo a pedirte paciencia, esa paciencia que Tú siempre has tenido conmigo. Tú nunca te has cansado de llamarme, de esperarme, de perdonarme. Y lo que más me admira es que, después de mi pecado, jamás me has echado nada en cara, jamás has dejado de quererme. Me has perdonado sin exigirme nada a cambio. Haz que ese comportamiento tan fino, tan elegante que Tú has tenido conmigo, sea yo capaz de tenerlo con mis hermanos.
2.- Lectura reposada del evangelio: Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» Él les contestó: «Algún enemigo ha hecho esto.» Le dijeron los siervos: «¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?» Jesús le dijo: «No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.
3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación
Nosotros los hombres, enseguida dividimos, separamos, acusamos a los demás. Y no caemos en la cuenta de que en el campo de nuestro corazón no todo es trigo limpio. Hay trigo y también cizaña. No podemos presumir de nada. También me llama la atención la poca paciencia de aquellos siervos, es decir, de los humanos. ¿Quieres que arranquemos? La respuesta de Jesús es rotunda, contundente: ¡NO! Hay que tener paciencia y dejar que crezcan juntos. Juntos el bueno y el malo. Juntos el justo y el injusto. Juntos el inocente y el perverso. ¿No está anunciado por el profeta que, en los tiempos mesiánicos, “pacerán juntos el lobo y el cordero; el novillo y el león”? (Is. 11,6-7). ¿Siempre ha de vencer el mal? ¿O llegará un día en que el mal será vencido a fuerza de bien? (Ro. 12,21). Lo más importante es el argumento de Jesús: “No sea que al arrancar la cizaña, te lleves también el trigo”. Y lo más importante de la persona siempre es el trigo, ese haz de bondad que llevamos dentro. Conozco personas que, en un afán de celo por corregir a una persona, se la han cargado como persona. Los cristianos debemos tener “corrección fraterna”. Si se corrige sin fraternidad, sin delicadeza, sin amor, no hay corrección cristiana sino despellejamiento de las personas. Eso, ciertamente, no lo quiere Dios.
Palabra del Papa
Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse. A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad divina. Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, «mientras todos dormían», aparece «su enemigo», que siembra la cizaña. Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces. San Agustín, comentando esta parábola, observa que «primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno». Y agrega: «si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio». Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.
4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya reflexionada. (Guardo silencio)
5.- Propósito: Antes de intentar sacar la mota del ojo de mi hermano, debo fijarme si hay una viga en el mío. Y si tengo que corregir, corregiré con amor.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, ¡qué bien nos conoces! Conoces la cizaña que hay en el corazón de cada uno, pero también conoces el trigo, las buenas intenciones, los buenos deseos, los propósitos sinceros. Lo más maravilloso es que, conociéndonos tan bien, nos sigues amando tal y como somos. Tienes una paciencia infinita y jamás te cansas de esperar. Haz, Señor, que no nos fijemos tanto en la cizaña que hay en nosotros, sino que miremos lo positivo: lo bueno, lo noble, lo sensato, es decir, el trigo que está ahí oculto en nuestro corazón.

jueves, 25 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Viernes 26 de Julio: lo que significa la parábola del sembrador...

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1.-Introducción.
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Señor, al leer el evangelio de hoy me da la impresión de que está escrito para nuestros días. Las dificultades que tenemos hoy son muy parecidas a las que tuvieron los primeros discípulos. Pero ellos tenían fe y, como tenían fe, tenían también esperanza en que, al final, habría cosecha. Esa fe y esa esperanza es la que necesitamos los cristianos de nuestro tiempo. Creemos, Señor, pero ayuda a nuestra incredulidad.
2.- Lectura reposada del Evangelio. Mateo, 13, 18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.
3.- Qué dice la Palabra del evangelio.
Meditación-reflexión.
Me impresiona el coraje y valentía de estos primeros discípulos que, teniendo parecidas dificultades que nosotros, hicieron posible que el Proyecto de Jesús fuera adelante. Se perdía la semilla que caía en el camino. Lo mismo que ahora. Da la sensación que el mensaje del evangelio no interesa al mundo de hoy. Se perdía la semilla que caía en terreno pedregoso y sin raíces. Lo mismo que ahora. En Europa se han perdido las raíces cristianas. Las madres ya no son las catequistas de sus hijos; en las familias ya no se reza ni siquiera por sus difuntos. El agobio de la vida moderna, el afán de tener, la ansiedad por el placer inmediato, sin importar para nada “el más allá” asfixian la palabra. Hoy más que nunca, nos interesa mirar al evangelio y descubrir que aquellos discípulos, rodeados de fracasos por todas partes, nunca  se sintieron fracasados. Y siguieron esperando que, al final, habría cosecha. Tal vez ellos no perdieron de vista que eso mismo le había sucedido al Maestro. Al final Él se sembró en la tierra y, al tercer día, el Padre le concedió una espléndida cosecha. ¿No es hora de que miremos un poco más a Jesús y nos fiemos de Él?
Palabra del Papa.
El Evangelio nos presenta a Jesús predicando a orillas del lago de Galilea, y dado que lo rodeaba una gran multitud, subió a una barca, se alejó un poco de la orilla y predicaba desde allí. Cuando habla al pueblo, Jesús usa muchas parábolas: un lenguaje comprensible a todos, con imágenes tomadas de la naturaleza y de las situaciones de la vida cotidiana. La primera que relata es una introducción a todas las parábolas: es la parábola del sembrador, que sin guardarse nada arroja su semilla en todo tipo de terreno. Y la verdadera protagonista de esta parábola es precisamente la semilla, que produce mayor o menor fruto según el terreno donde cae. Los primeros tres terrenos son improductivos: a lo largo del camino los pájaros se comen la semilla; en el terreno pedregoso los brotes se secan rápidamente porque no tienen raíz; en medio de las zarzas las espinas ahogan la semilla. El cuarto terreno es el terreno bueno, y sólo allí la semilla prende y da fruto.  (Homilía de S.S. Francisco, 13 de julio de 2014).
4.- Qué me dice este texto hoy a mí. (Guardo silencio)
5.-Propósito. Pensar en esta frase de Pablo: “Dios hace que todo contribuya al bien de los que aman al Señor”.
6.- Dios me ha hablado hoy a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, normalmente todo lo que se siembra crece primero hacia abajo y después hacia arriba. Haz que crezca en humildad, haz que no me considere importante, haz que sea siempre un buen sembrador, aunque sea un mal cosechador. Haz que lo más importante de mi vida sea precisamente aquello que no se ve, es decir, aquello que está oculto a todos, excepto al Padre “que ve en lo escondido”.


NO HAY FUTURO SIN DIOS



¿Cómo podemos garantizar nuestro futuro, si confiamos en nosotros mismo?
No hay futuro sin Dios, pero si lo hay a lado de Él.

El Manantial de la Vida. Jueves 25 de Julio: Santiago Apóstol, Patrono de España

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1.- Oración introductoria.
Señor, hoy vengo a la oración, como todos los días, y escucho de tus labios unas palabras difíciles de entender: “No sabéis pedir”. ¿Es posible que haciendo oración todos los días, me digas que no sé pedir? Con humildad, debo confesar que es así.  Ni la madre de los zebedeos, ni sus hijos, ni los demás apóstoles sabían pedir. Y yo tampoco. Reconozco que es egoísta mi oración. Dime Tú cómo tengo que pedir. Haz que yo esté dispuesto a beber la copa que Tú ya has bebido.
2.-Lectura reposada del evangelio Mateo 20, 20-28
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?» Ella le dice: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Le dicen: «Sí, podemos». Les dijo Jesús: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
3.-Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Jesús nos dijo: “No será así entre vosotros”. Pero la historia es tozuda y nos dice; “Ha sido y sigue siendo así entre nosotros”. Creo que seguimos con la misma dinámica de los dos hermanos. Y para confirmar lo que digo no necesito ir a Roma. El escándalo lo llevo dentro de mi propio corazón. Me gusta ser importante, me gusta que me sirvan, me gustan los primeros puestos, me gusta todo lo que se opone al proyecto de Jesús. Estamos aquí para servir, para lavar los pies, para dar de comer al hambriento, para hacer la vida más agradable a la gente que lo pasa mal, aunque esto suponga que yo debo sacrificarme. Que quede claro que Santiago no mató ni a moros ni a nadie. Santiago se dejó matar por dar testimonio del Evangelio de Jesús. Ese Santiago que pedía los primeros puestos, fue trabajado por Jesús y fue capaz de “beber la copa del dolor” para parecerse más a él. Ojalá que en la España actual desaparezcan los “Santiagos-mata-moros”, los intolerantes, los que quieren imponer el evangelio por la fuerza de la espada. Y aparezca el verdadero Apóstol, el que quiere convencer con la fuerza de la verdad, la humildad y la bondad. El que rubrica con su propia sangre la verdad que predica.
Palabra del Papa.
Existe el riesgo de no entender la verdadera misión del Señor: esto sucede cuando se aprovecha de Jesús, pensando en ‘el poder’. Esta actitud se repite en los evangelios. Muchos siguen a Jesús por interés. Incluso entre sus apóstoles: los hijos de Zebedeo querían ser, uno, primer ministro y el otro, ministro de economía, querían el poder. Esa gracia de llevar la buena noticia a los pobres, la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia, se vuelve oscura, se pierde y se convierte en querer algo del poder. Siempre existió esa tentación del poder y de la hipocresía, de pasar del estupor religioso que Jesús nos da cuando nos encuentra, a querer sacar una ventaja personal. Cf S.S. Francisco, 20 de abril de 2015, Santa Marta).
4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio que acabo de meditar. (Silencio)
5.- Propósito: Dar gracias a Dios por aquellas personas que me ayudaron a tener fe en Jesucristo
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te doy gracias por mi fe y también por aquellos apóstoles que me la transmitieron sin faltar a la verdad. Podían haber ocultado sus defectos y debilidades personales; pero no quisieron. Esto me anima a seguir a Jesús a pesar de mis retrocesos, mis deficiencias, mis miserias. Con la gracia de Dios, yo también hoy, como el apóstol Santiago, quiero beber en la copa del Señor.

martes, 23 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Miércoles 24 de Julio:«El sembrador salió a sembrar»

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1.- Introducción.
Señor, yo necesito una siembra de tu palabra. Y necesito que la siembres Tú, el mejor sembrador. Necesito que la semilla de tu palabra caiga sobre mí “como lluvia que empapa la tierra” y la hace fructificar. No me interesa, de momento, la cosecha. Eso es cosa tuya. Me interesa la siembra, el quedar sembrado de verdad, de bondad, de dulzura, de misericordia.
2.- Lectura reposada del evangelio: Mateo 13,1-9
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces Él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!».
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión.
Lo más importante de la parábola tal y como fue pronunciada por Jesús está condensado en tres verbos: “salir”, “sembrar”, “cosechar”.
  1. Salir. “Salió el sembrador”. ¡Salió! No se quedó en casa guardando la semilla en el granero, conservándola. Salió a pesar del riesgo. Salió convencido de que no podía quedarse con la semilla sin sembrarla. Y salió con gozo, con ilusión, con esperanza. Saliendo puede ocurrir que haya o no haya cosecha. Pero sin salir, es seguro que nunca habrá cosecha. El fracaso no consiste en no obtener cosecha; el fracaso está en “no haber sembrado”.
  2. Sembrar. Lo sembró todo: No sólo la buena tierra, sino los caminos, las piedras, los espinos. Derrochó la semilla. No se cansó de sembrar. Para indicarnos que lo nuestro es “sembrar”, sembrarlo todo, gastar la vida sembrando. Nunca hay que cansarse de sembrar el bien. Lo nuestro es sembrar. La cosecha es cosa de Dios.
  3. Al final, un cosechón. En Israel una cosecha se consideraba normal si daba el siete por uno. Nunca se pensaba en un 30, 60, o 100. Pero la cosecha es de Dios. Lo que vamos a cosechar es mucho más de lo que hemos sembrado. Nosotros sembramos en mezquindad. Dios fructifica en generosidad. El derroche, la sin medida, la abundancia es lo propio de Dios.
Palabra del Papa.
Yo estoy seguro de que la simiente puede caer en buena tierra… «No padre, yo no soy buena tierra, soy una calamidad, estoy lleno de piedras, de espinas, y de todo». Si puede que eso hay arriba, pero hacé un pedacito, hacé un cachito de buena tierra y dejá que caiga allí, ¡y vas a ver cómo germina! […] Todos en silencio, miremos al corazón y cada uno dígale a Jesús que quiere recibir la semilla. Dígale a Jesús: mirá Jesús las piedras que hay, mirá las espina, mirá los yuyos, pero mirá este cachito de tierra que te ofrezco, para que entre la semilla. En silencio dejamos entrar la semilla de Jesús… Acuérdense de este momento, cada uno sabe el nombre de la semilla que entró. ¡Déjenla crecer y Dios la va a cuidar! (Discurso en la Vigilia con los Jóvenes, JMJ Río, 27 de julio de 2013).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto del evangelio que acabo de meditar. (Silencio)
5.- Propósito. Hacer un esfuerzo por descubrir que este mundo está sembrado “de las semillas del Verbo” y mirar la vida con optimismo.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, al terminar esta oración te quiero agradecer las luces que me has dado a través de tu palabra. He aprendido a no cansarme nunca de sembrar, a no dar nunca nada por perdido, a confiar en la fuerza que encierra tu palabra y, sobre todo, a saber esperar en Ti que pasaste la vida sembrando el bien. Al final, Tú mismo te sembraste en la tierra muriendo por nosotros en la Cruz. La gran cosecha fue tu gloriosa Resurrección. Como Tú mismo dijiste: El grano de trigo, cuando cae en tierra y muere, da mucho fruto.

Adoración al Santísimo en directo



Jesús vive, Jesús te ama, Jesús te escucha

lunes, 22 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Martes 23 de Julio:"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador"


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1.- Oración introductoria.
Hoy, Señor, quiero aprender la gran lección de mi vida: Lo poco que yo puedo hacer sin ti: “no puedo hacer nada”. Y lo mucho que puedo hacer contigo: “puedo dar mucho fruto”. Siendo esto así, ¿A qué espero? ¿Cuándo voy a desconfiar de mí mismo y a confiar plenamente en Ti? ¿Cuándo te voy a tomar en serio? Yo no quiero ser un sarmiento seco, no quiero llevar una vida estéril. Quiero ser un sarmiento bien injertado en Ti. Quiero vivir una vida en plenitud.
2.- Lectura reposada del evangelio: Juan 15, 1-8
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».
3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Está claro que unos sarmientos separados de la vid no pueden dar ningún fruto. Es la palabra explícita de Jesús. Pero ¿Hemos pensado en el fruto que puede dar una vid sin sarmientos? Implícitamente, Jesús nos quiere decir que, por voluntad suya, quiere nuestra colaboración. Y aquí radica nuestra gran responsabilidad. La savia, es decir, la vida, el amor, que viene de la Vid, ha de pasar por nosotros, sus sarmientos, para que llegue a todos los que todavía no conocen a Cristo. Somos la prolongación de Cristo en el mundo. Naturalmente que esto supone vivir en una intimidad, en una unidad con Jesús. Y esta unidad con Cristo es tan maravillosa que le hace exclamar a Jesús: “La gloria del Padre, el orgullo del Padre, la alegría del Padre es vernos unidos”. Cuando el Padre Dios nos ve unidos a su Hijo, compartiendo con Él la misma mesa, el mismo pan, y la misma misión, se emociona y nos dice: ¡Pedid lo que queráis! El Padre está tan contento que está dispuesto a entregarnos sus tesoros, su inmensa riqueza. Y me pregunto: ¿Puede haber mayor riqueza para nosotros que el ver a nuestro Padre Dios tan contento y tan feliz?
Palabra del Papa
Para realizar esto, debéis permanecer unidos a Cristo. Sus palabras son la base de vuestra eficacia: «Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos… porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Él os llama también hoy a un mayor amor, porque os invita a una permanente conversión del corazón. Os llama a una mayor unión con El en su Iglesia, pues es allí donde le encontráis. Y la unión con Cristo en su Iglesia es la condición esencial de toda vuestra eficacia apostólica. Es Cristo quien os confía vuestra misión, una misión que, sin embargo, está coordinada dentro de la unidad de su Cuerpo mediante los Pastores de la Iglesia. Esto explica el gran valor que tiene una amorosa comunión de fe y disciplina con vuestros obispos quienes, como dice la Carta a los Hebreos, «velan sobre vuestras almas, como quien ha de dar cuenta de ellas» (He 13,17). (Discurso en Filipinas de Juan Pablo II el 20 de febrero de 1981)
“Jesús es la vid y a través de Él –como la linfa en el árbol– hace llegar a los sarmientos el amor mismo de Dios, el Espíritu Santo. Es así: nosotros somos los sarmientos, y a través de esta parábola, Jesús nos quiere hacer entender la importancia de estar unidos con Él. Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, en la cual se encuentra el manantial de la vida de ellos. Así es para nosotros los cristianos. Insertados con el bautismo en Cristo, hemos recibido de Él gratuitamente el don de la vida nueva y podemos quedarnos en comunión vital con Cristo. (Homilía de S.S. Francisco, 3 de mayo de 2015).
4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio).
5.- Propósito: Intentaré llevarme bien con mis hermanos con el fin de complacer a Dios.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, quiero agradecerte hoy especialmente tu palabra. Me has revelado los mismos sentimientos del Padre. Gracias porque ya sé lo que al Padre le agrada: que nos llevemos bien, que estemos unidos, que nos mantengamos bien injertados en la Vid, es decir, en tu hijo Jesús. Gracias porque has querido unirnos a tu Hijo para vernos a nosotros con la misma mirada y amarnos a nosotros con el mismo amor que le amas a Él.

domingo, 21 de julio de 2019

El Manantial de la Vida. Lunes 22 de Julio: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?"

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Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18
Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.

Oración introductoria
Señor, cuánta ofuscación, cuántos miedos, cuántas tentaciones me alejan fácilmente de mi camino a la santidad. Me cuesta rezar, me cuesta guardar silencio, me cuesta no percibir, no sentir que me estés escuchando… Pero creo y confío en que, a pesar de mi debilidad, Tú siempre estés a mi lado. ¡Ven e ilumina mi oración!

Petición
Señor, permite reconocerte en tu Palabra y en esta meditación, así como le sucedió a María Magdalena.

Meditación del Papa Francisco
A veces la oscuridad  de la noche parece penetrar en el alma; a veces pensamos: “ya no hay nada que hacer”, y el corazón no encuentra la fuerza para amar.
Pero precisamente en esa oscuridad Cristo enciende el fuego del amor de Dios: un resplandor rompe la oscuridad y anuncia un nuevo inicio. Algo comienza. En la oscuridad más profunda. Sabemos que la noche es más noche, y es más oscura poco antes de que empiece el día. Pero precisamente en esa oscuridad es Cristo quien vence y quien enciende el fuego del amor.  La piedra del dolor se ha volcado dejando espacio a la esperanza. ¡Este es el gran misterio de la Pascua! En esta noche santa la Iglesia nos entrega la luz del Resucitado, para que en nosotros no haya el arrepentimiento de quien dice “vaya...”, sino la esperanza de quien se abre a un presente lleno de futuro: Cristo ha vencido y nosotros con Él. Nuestra vida no termina delante de la piedra de un sepulcro. Nuestra vida va más allá, con la esperanza de Cristo que ha resucitado, precisamente en ese sepulcro. Como cristianos somos llamados a ser centinelas de la mañana, que saben ver los signos del Resucitado, como han hecho las mujeres y los discípulos que acudieron al sepulcro al alba del primer día de la semana. (Homilía de S.S. Francisco, 1 de abril de 2015).
Reflexión
Es justo para María Magdalena que, en su infinita ternura y misericordia, Jesús Renacido prefiera mostrarse por primera vez a ella con su cuerpo transfigurado. La compasión que Jesús siempre ha demostrado respecto a las almas en pena lo ha llevado a mostrar mayor atención hacia ellas. María Magdalena siguió durante años a Cristo en sus recorridos por las calles de Israel compartiendo alegrías y esperanzas con los otros discípulos, y ahora recibe el consuelo de ser la primera en ver a su Maestro vivo.

¿Cuántas veces también nosotros nos sentimos deprimidos, trastornados, embrujados por los hechos que se arremolinan violentamente en nuestra vida? Es precisamente en estos momentos cuando Dios está más cercano a nosotros, ansioso de donarnos el consuelo de su abrazo y su Resurrección, si logramos renunciar a nuestra autocompasión y dejamos de hurgar, orgullosos, en nuestro corazón herido buscando sólo el bien propio. Si nos esforzamos por volver a la luz, entonces secaremos de nuestros ojos las lágrimas de la desesperación. Entonces veremos la esperanza de Cristo, el Hijo de Dios que ha triunfado sobre el dolor, el pecado y la muerte.

Propósito
Ante las dificultades y frustraciones de este día, ejercitar mi fe y mi confianza en Cristo.

Diálogo con Cristo
Jesús, el conocer el amor que María Magdalena experimentó, me llena de consuelo. Ella te amó y fue fiel en el Calvario. Se mantuvo firme en su misión de propagar con energía y convicción el anuncio de tu resurrección. Y fue capaz de amar así porque se sintió amada, acogida, protegida por Ti, que ves más allá de la debilidad. Gracias, Señor, por tu amor, sé que me amas de la misma forma y espero corresponder a tan inmenso amor, ¡ayúdame a crecer en el amor!

El Manantial de la Vida. Domingo 21 de Julio:"Te preocupas por muchas cosas y solo una es necesaria"

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Del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42
 
Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada».

Oración introductoria
Señor, a imitación de María, escojo la mejor parte. Concedeme la gracia de estar contigo en esta oración. A menudo nos sentimos metidos entre mil urgencias y contingencias, creemos no tener tiempo que dedicar a la oración. Dame tu gracias para estar en este momento cerca de Ti.

Petición
Señor, ayudame a escoger la mejor parte en estos momentos de reflexión donde escucho Tu Palabra y quieres dejar tu mensaje en mi.

Meditación del Papa Francisco
¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es esa cosa sola que necesitamos? Ante todo es importante comprender que no se trata de la contraposición entre dos actitudes: la escucha de la Palabra del Señor, la contemplación, y el servicio concreto al prójimo. No son dos actitudes contrapuestas, sino, al contrario, son dos aspectos, ambos esenciales para nuestra vida cristiana; aspectos que nunca se han de separar, sino vivir en profunda unidad y armonía. Pero entonces, ¿por qué Marta recibe la reprensión, si bien hecha con dulzura? Porque consideró esencial sólo lo que estaba haciendo, es decir, estaba demasiado absorbida y preocupada por las cosas que había que “hacer”. En un cristiano, las obras de servicio y de caridad nunca están separadas de la fuente principal de cada acción nuestra: es decir, la escucha de la Palabra del Señor, el estar —como María— a los pies de Jesús, con la actitud del discípulo. Y por esto es que se reprende a Marta. (S.S. Francisco, 21 de julio 2013).

Reflexión
Jesús iba con placer a Betania, y se sentía como en su casa. Marta, que se dedica con empeño a las faenas de casa, está tan absorta en servirlo atentamente que no encuentra el tiempo de gozar su compañía. En cambio, María prefirió sentarse junto a él para escuchar sus enseñanzas. Jesús no quiere ser juez entre Marta y María: no manda a la primera que se siente a escucharle, ni a la segunda que se levante a ayudar a su hermana. Él les es amisto, pero aprovecha la ocasión para ofrecer un consejo siempre válido: en nuestra peregrinación terrenal conviene sólo preocuparse de escuchar la palabra del Dios, y respetar sus enseñanzas con nuestras obras.

¿Qué cuenta más, escuchar a Dios o trabajar por Él? ¿La vida activa o la vida contemplativa? "Una sola es la cosa de que hay necesidad." Vida activa y contemplativa no están en contraposición así como Marta y Maria, son" hermanas." Cada fiel cristiano, en el estado de vida que le es justo, tiene que aprender a ser contemplativo en el actuar y activo en la contemplación. El Maestro nos enseña que no es necesario preocuparse excesivamente por las "obras de Dios", si nos llevan a no tener tiempo para estar y para dialogar con el "Dios de las obras." Si primera no hablamos con Dios, ¿cómo podremos hablar luego de él a los otros? A menudo nos sentimos metidos en este conflicto: entre mil urgencias y contingencias, creemos no tener tiempo que dedicar a la oración, para hablar con nuestro Padre bueno.

Propósito
Volvamos a atribuir el justo valor y el justo tiempo a la vida interior. Que ninguna actividad nos impida no dedicar un momento a la oración.

sábado, 20 de julio de 2019

Dios no llega Tarde - Reflexión



Dios nunca llega tarde, una reflexión sobre el amor y misericordia de Dios, que a pesar de que algunas veces no vemos su respuesta, Dios esta ahí obrando en silencio.