miércoles, 27 de marzo de 2024

VIACRUCIS ECOLÓGICO, VIERNES SANTO

 PARROQUIA SAN PÍO X,  LOGROÑO

12:00 H.

Primera Estación: Jesús, el Pueblo es condenado a muerte.

Como es condenada hoy la Madre Tierra, la Casa Común.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Decimos:

 Madre Tierra que hemos hecho de ti.


Lector: 


El Papa Francisco dice: “Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. Se necesitan los talentos y la implicación de todos y todas para poder reparar el daño causado por el abuso humano a la Creación de Dios. (Ls 14).


Todos(as):


Perdón, Señor por el daño causado a la Creación,
Perdón por condenar la Casa Común, la Madre Tierra a la muerte.

Perdónanos por no cuidar la Casa Común, La Madre Tierra.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Segunda Estación: Jesús y los pobres cargan con su Cruz.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Decimos:

Jesús mira que la Madre Tierra carga nuestras irresponsabilidades.


Lector:


Nos matan con la contaminación que afecta a todos y todas, la contaminación del transporte, del humo de las Industrias, de los depósitos de sustancias que dañan el suelo y el agua, de los fertilizantes, los insecticidas, fungicidas y toda clase de tóxicos. (Ls 20).

Todos(as). 

DECIMOS: Fuera, fuera, fuera.
a los residuos domiciliarios
a los residuos de clínicas “ Fuera, fuera, fuera.
a los residuos industriales “ Fuera, fuera, fuera.
a los residuos tóxicos “ Fuera, fuera, fuera.
a los residuos radioactivos “ Fuera, fuera, fuera.

Oración:

Perdónanos Padre porque hemos hecho de la Madre Tierra, nuestra casa común, un inmenso depósito de basura.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Tercera Estación: Jesús encuentra a su madre.


El Pueblo encuentra la madre Tierra, la casa común devastada.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

Decimos:

Cristo libertador NO encontramos agua de calidad. 

Lector:


La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo para poder seguir viviendo en el planeta tierra. (Ls 23). El cambio climático es un problema que nos afecta a todos/as. Este es el más grande desafío que tenemos. Hemos explotado el planeta, sin resolver el problema de la pobreza. 


Todos(as). 


Encontremos al ser humano.
Encontremos el perdón. 
Encontremos a Jesús. 
Encontremos un mundo mejor.
Encontremos la felicidad.
Encontremos la política como servicio.
Encontremos comida para todos/as.
Encontremos una mejor educación. 
Encontremos una mejor tierra.
Encontremos un mejor País.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Cuarta Estación: El Cirineo ayuda a Jesús.


Los pobres ayudan la Madre Tierra

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Decimos:

Jesús la Madre Tierra encuentra ayuda en los cristianos. 


Lector:


Si verdaderamente queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces debemos trabajar unidos/as para que entre todos/as busquemos caminos de liberación. El solo hecho de ser seres humanos (de ser personas) nos tiene que mover a cuidar el ambiente del cual somos partes. (LS 64).
No estamos llamados a dominar, sino a cuidar. No queremos destrucción, sino construcción. 


Todos(as). 


Hoy queremos vivir una estrecha relación con Dios, con el prójimo. Con la tierra.
Hoy no queremos ocupar de Dios. 
Hoy no queremos Dominar, sino ayudar.
Hoy queremos: laborar, cuidar, construir, guardar, vigilar.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Quinta Estación: Jesús encuentra a su Madre.


El pueblo pobre encuentra esperanza en la Madre Tierra.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Decimos:

Jesús la Madre Tierra sufre, llora, se cae a pedazos.


Lector:


Jesús encontraste a tu Madre, pero los pobres hoy no encuentran agua. Un problema serio hoy es el agua disponible para los pobres. Están privatizando este recurso y en realidad el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas.
Este mundo tiene una grande deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable. El problema del agua es parte de una cuestión educativa y cultural, porque no hay conciencia. 


Todos(as). 


A la privatización del agua.
A la pérdida del agua.
A la escases del agua.
Al desperdicio del agua.
Al control del agua por las grandes empresas.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Sesta Estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús.


Los pobres, los humildes cuidan, defienden la casa común: La Madre Tierra.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Decimos:

Jesús quiso cuidar la Tierra a los pobres. 


Lector:


La humanidad tiene la posibilidad de un nuevo comienzo. Basta un ser humano, bueno para que haya esperanza (Ls 71). Hay que recobrar la fortaleza en los momentos difíciles. Dios ha escrito un libro precioso, cuyas letras son los hombres y mujeres presentes en el universo.

Todos(as). 


Alabado seas, mi Señor.
Con todas tus creaturas, especialmente por el hermoso Sol, que nos ilumina.
Te lavamos por la hermana luna.
Te alabamos por las estrellas.
Por los pobres, por los jóvenes. Gracias por la Madre Tierra.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.


Séptima Estación: Jesús cae por primera vez.


La Madre Tierra cae en manos de los poderosos.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Decimos:

Jesús que la tierra caiga en manos de los campesinos y pobres para la cuiden. 

Lector:


La Tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos/as. Por lo tanto, todo planeta ecológico debe hacerse teniendo en cuenta los derechos fundamentales de los más pobres (Ls 93). Todo campesino tiene el derecho natural de poseer un lote racional de tierra, donde pueda tener su hogar y poder trabajar.

Libéranos Jesús:
De la Tecnología mal usada.
Del engaño al más débil.
Del poder mal usado.
Del crecimiento tecnológico mal usado.
De la mala intervención del hombre en la naturaleza. 
De una mala economía.
De una mala relación con la naturaleza.
De no cuidar la Casa común.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Octava Estación: Jesús encuentra a las mujeres.


Los pobres encuentran la casa común en mal Estado. 

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

Decimos:

 Jesús encontramos la casa común destruida.

Lector:


No es posible frenar la creatividad humana. Cuando se interviene en la naturaleza debe ser para ayudarla a desarrollarse (Ls 132).


Hoy el análisis de los problemas ambientales es inseparable de los problemas humanos, familiares, laborales, urbanos. Hoy encontramos de todo: mujeres maltratadas, tierra que ya no aguanta más. Hay que pensar en las condiciones de vida de la sociedad. Una sociedad que agoniza. 


¿Qué encontramos?.
> Mujeres maltratadas.
> Tierra en manos de pocos y pocas.
> Destrucción del ambiente.
> Un Papa preocupado por el mundo.
> Unas autoridades que no se respetan.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Novena Estación: Jesús sigue cayendo. Cae y Cae.


Jesús mira que la Tierra cae en manos de pocos.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Todos(as):

Jesús libera a la Madre Tierra. Escúchanos Dios de la Liberación.


Lector:


No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola crisis, la crisis soco-ambiental y esto se soluciona combatiendo la pobreza, devolviendo la dignidad a cada ser humano cuidando la Casa Común. De esta manera la protección del Ambiente deberá ser parte integrante del proceso de desarrollo. (LS 141). Hoy el análisis de los problemas ambientales es inseparable del análisis de los contextos humanos, familiares, laborales.


Todos y todas: 


Padre Nuestro de la Ecología
Santifica el aire de nuestras montañas,
Hágase tu voluntad del cuidado de la Casa Común;
Danos hoy alimentos,
De los que se cultivan en el campo.
Perdonadnos porque no hemos cuidado la Creación.
Líbranos de formar parte de los depredadores, 
Y recuerda que te necesitamos en cada montaña,
En cada fuente de agua, en cada hombre, en cada mujer. Amén.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Decima Estación: A Jesús le quitan su ropa.


A los Pobres les quitan su Tierra.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Jesús estamos sin tierra……….. Danos esperanza.


Lector:


La Ecología supone el cuidado de las riquezas culturales de la humanidad, hay que prestar atención a las culturas locales, poniendo en dialogo el lenguaje de los científicos (de los que saben) y el lenguaje del pueblo (LS 143).


Hay que respeta r el derecho de los pueblos.
Hay que respetar el derecho de las culturas.
Hay que respetar el desarrollo social.
Hay que luchar por una mejor calidad de vida.
Hay que luchar por tener una mejor agua.
Hay que luchar porque los ríos corran otra vez.
Hay que luchar para que no sigan cortando arboles.
Hay que luchar por una mejor ecología.
Hay que luchar para que no exploten a Miranda.
Hay que luchar para que no conviertan a Constanza en un desierto.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Décimo Primera Estación: A Jesús lo clavan en la Cruz.


A los Pobres le quitan sus Montañas y sus fuentes de agua.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Jesús Nuestro hoy queremos desclavarte………… Te desclavamos Jesús.


Lector:


¿Qué tipo de Mundo queremos dejar a los que nos sucederán, a los niños (as) que están creciendo?.

¿Que mundo queremos dejar a los que vienen detrás de nosotros (as)?.

¿Para qué pasamos por este mundo?.

¿Para qué vinimos a esta vida?.

¿Para qué trabamos y luchamos?

¿para qué nos necesita esta Tierra?.


Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros o más interesados en dejar un planeta habitable para la generación que nos sucederá. (LS 160).

Reflexiona:

Oye los Martillos………. TUM< TUM< TUM.

Oye los equipos derrumbando, tumbando nuestras montaña, tumbando árboles centenarios.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Décimo segunda estación: Jesús Muere en a Cruz.


Los pobres mueren con Jesús

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Jesús es duro morir sin un propósito…….. Gracias por tu muerte en la Cruz.

Lector:


Es necesario un consenso mundial que lleve a programar: 
Una agricultura sostenible y diversificada. Para que el pueblo no muera.
Desarrollar formas renovables y poco contaminada de energía de energía. Para que el pueblo tenga Luz.

Fomentar una mejor eficiente energética. Para quela luz no sea tan cara. 
Promover una gestión más adecuada de los recursos forestales y marinos. Para que se respete la Vida.

Asegurar a Todos (as) el acceso al Agua Potable. Para que a los pobres no les falte agua.

Todos y Todas:

Jesús muere Hoy:
En las montañas desforestadas.
En los hospitales sin medicina.

En los enfermos

En los sin techos
En los Ríos secos.

En el fuegos forestales


Siempre que tiramos basura a la Madre Tierra.
En ti en mi cuando nos quedamos de brazos cruzados.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Décimo Tercera Estación: Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre.

La hermana tierra,  se une al gemido de los abandonados

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lector: 

 María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido. Así como lloró con el corazón traspasado la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y de las criaturas de este mundo arrasadas por el poder humano. Ella vive con Jesús completamente transfigurada, y todas las criaturas cantan su belleza. Es la Mujer « vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza » (Ap 12,1). Elevada al cielo, es Madre y Reina de todo lo creado. En su cuerpo glorificado, junto con Cristo resucitado, parte de la creación alcanzó toda la plenitud de su hermosura. Ella no sólo guarda en su corazón toda la vida de Jesús, que «conservaba» cuidadosamente (cf Lc 2,19.51), sino que también comprende ahora el sentido de todas las cosas. Por eso podemos pedirle que nos ayude a mirar este mundo con ojos más sabios. (Ls 241)

Todos y Todas:

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Décimo Cuarta Estación: Suputan a Jesús.


Sepultan la cultura, la vida de nuestros Pueblos.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

Jesús Nuestro estamos esperando que no te quedes ahí…… Gracias por no quedarte en el sepulcro.

Lector: 


Estamos llamados a realizar una sincera Educación en la responsabilidad ambiental, la cual tiene que llevarnos al cuidado del Ambiente, la cual realizamos:

Evitando el uso de material plástico.
Reduciendo el consumo de agua.
Separando los residuos.
Cocinando lo que vamos a comer.
Cuidando todos los seres vivos.
Utilizando transporte público.
Plantando, sembrando arboles.
Apagando las luces innecesarias. (LS 211).

Estos esfuerzos son los que van a cambiar el mundo y así evitamos sepultar nuestra civilización.

Todos(as).

Oración cristiana con la creación

Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa. Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura. Alabado seas.
Hijo de Dios, Jesús, por ti fueron creadas todas las cosas.
Te formaste en el seno materno de María, te hiciste parte de esta tierra, y miraste este mundo con ojos humanos.

Hoy estás vivo en cada criatura con tu gloria de resucitado. Alabado seas.

Espíritu Santo, que con tu luz orientas este mundo hacia el amor del Padre y acompañas el gemido de la creación, tú vives también en nuestros corazones para impulsarnos al bien.
Alabado seas.

Señor Uno y Trino, comunidad preciosa de amor infinito, enséñanos a contemplarte en la belleza del universo, donde todo nos habla de ti.

Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud por cada ser que has creado.
Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos con todo lo que existe. Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de tu cariño por todos los seres de esta tierra, porque ninguno de ellos está olvidado ante ti. Ilumina a los dueños del poder y del dinero para que se guarden del pecado de la indiferencia, amen el bien común, promuevan a los débiles, y cuiden este mundo que habitamos. Los pobres y la tierra están clamando: Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura. Alabado seas. Amén

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Décimo Quinta Estación: Jesús está vivo.


El Mundo, La Creación, La Madre Tierra VIVEN.

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.


Jesús, gracias no tu Resurrección, Gracias por tu vida Nueva…… Resucitamos contigo.


Lector: 


La gravedad de la Crisis Ecológica nos exige a todos y todas pensar en el Bien Común y avanzar en un camino de diálogo que requiere paciencia, dedicación, generosidad y entrega (201). La Crisis Ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. Aunque algunos Cristianos(as) se burlan de las preocupaciones eclógicas (LS 217). A esos es hace falta una conversión ecológica. 

Vivir la vocación de protectores de la Obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa. Conversión en término de reconciliación con la Creación. La conversión Ecológica que se requiere para crear un dinamismo de cambios duraderos es también una conversión comunitaria.

Cuando alguien reconoce el llamado de Dios a intervenir junto con los demás en esta dinámicas sociales, debe recordar que eso es parte de su espiritualidad, que es ejercicio de la caridad y que de ese modo madura y se santifica (LS 231).

Todos(as)

 Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, 
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor; 
tan sólo tú eres digno de toda bendición, 
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor, 
y en especial loado por el hermano sol, 
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor, 
y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor, 
y las estrellas claras, que tu poder creó, 
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son, 
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana agua, preciosa en su candor, 
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! 
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol, 
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición, 
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión 
las hierbas y los frutos y flores de color, 
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
Y por los que perdonan y aguantan por tu amor 
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor, 
porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor! 
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación! 
Servidle con ternura y humilde corazón. 
Agradeced sus dones, cantad su creación. 
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

HORA SANTA. JUEVES SANTO

 PARROQUIA SAN PÍO X, LOGROÑO


22:00 H.

A SOLAS CON EL SEÑOR

Canto   Junto a Ti, al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el trabajo, el descanso y el amor. Con la noche las sombras nos cercan, y regresa la alondra a su hogar; nuestro hogar son tus manos, Oh Padre, y tu amor nuestro nido será.

ORACIÓN AL SEÑOR 

Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a ti. Quizá no se nos ocurran muchas cosas, pero queremos estar, queremos sentir tu amor, como cuando nos acercamos a una hoguera, queremos amarte, queremos aprender a amar. Lo importante es estar abiertos a tu presencia. Y agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar, no decir nada, simplemente estar. Acógenos como discípulos que quieren escuchar tus palabras, aprender de ti, seguirte siempre. Acógenos como amigos. Y haz de nosotros también tus testigos, testigos del amor. Señor Jesús, toca esta noche nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida que sólo tú puedes dar

Noche santa ésta de Jueves Santo. Jesús se da por mí, y, también por ti, por cada uno, sufre hasta el punto de derramar gotas de sangre. Horas decisivas de nuestra Redención. Por eso no queremos dejarle solo. En esta historia de amor, junto a Jesús, el actor principal, estamos también cada uno de nosotros. Penetremos en este amor hasta abismarnos en él, contemplemos el rostro de Cristo y adentrémonos en el misterio de abandono y lucha interior que culmina en una entrega confiada y pura fe a la voluntad del Padre. Acojamos su don, su ofrenda, su despojamiento y acompañémosle en silencio, uniéndonos a su sacrificio redentor y dejándonos quemar por el fuego de su Corazón en amor al Padre y a los hombres.

 Me amó y se entregó a la muerte por mí” 

El amor de Dios se ha manifestado en la persona de Cristo y por Él en todos los que lo acogen en sus vidas. Amor que nos lleva a aceptar trabajos y cruces en compañía del que lo sufrió todo por nosotros.

 Lectura Rom. 8,28‐39 

Hermanos, sabemos que a los que aman a Dios les sirve para el bien, a los que ha llamado confirma a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que Él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó, a los que llamó, los justificó, los glorificó. ¿Cabe decir más? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con Él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

 ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?, ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: “Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza”. Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos de la amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

 Para los que aman a Dios, todo les sirve para el bien. Dolores, sufrimientos, alegrías, entregas, éxitos, fracasos.

 Dos escenas en un solo acto, el del Jueves Santo:

Uno en el tabernáculo 

Momento de intimidad, de confidencias, de consejos, del don de Sí mismo, de la promesa del Espíritu Santo. El Corazón de Cristo goza con los suyos.  

Oración en el huerto de los olivos en Getsemaní

El segundo momento, de oración angustiada, de soledad profunda, de abandono, de hastío, de lucha terrible, de abandono de todo consuelo, de sufrimiento atroz… Y todo vivido en rendimiento total a la Voluntad del Padre. Sigamos a Cristo. Acompañémosle esta noche Santa


Institución de la Eucaristía

“Ardientemente he deseado celebrar esta Pascua con vosotros”

 La inmolación del cordero pascual alcanza su significado pleno y definitivo con la ofrenda que Cristo hace de Sí al padre. La Víctima perfecta se entrega al Padre y se hace alimento. Pan, cumpliendo su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

 La Palabra hecha carne  ‐Jesucristo‐  está presente hoy en la Eucaristía. Podemos contactar de un modo misterioso, pero real, con su persona. Este es el “sacramento de la presencia de Cristo que se nos da porque nos ama. Él nos ama a cada uno de nosotros de un modo personal y único en la vida concreta de cada día” 

“Señor,  ‐repetimos con San Pablo, ¿a quién iremos?, Tú tienes Palabras de vida eterna”.

 Que Él nos revele esta noche que “celebrar la Eucaristía significa aceptar la lógica de la cruz y del servicio; ofrecer la propia disponibilidad para sacrificarse por los otros, como hizo Él” (Juan Pablo II, Roma 2000). Dejemos que la Eucaristía modele nuestra vida y oriente todas nuestras opciones de vida (cfr. Roma); que nos haga sembrar comunión y vida de familia en nuestros ambientes. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. 

Momento de silencio

ACCIÓN DE GRACIAS AL SEÑOR 

Gracias, Señor por la Eucaristía. Gracias Señor, porque deseabas ardientemente celebrar la Pascua con nosotros. 

Gracias, Señor, porque en la última cena partiste tu pan y tu vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed. Gracias, Señor, porque en el pan y en el vino nos entregaste tu vida y nos llenas de tu presencia.

 Gracias, Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro. 

Gracias, Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor contigo.

 Gracias, Señor, porque nos dijiste que celebrásemos la Eucaristía en memoria tuya.

 Gracias, Señor, porque podemos celebrar la Eucaristía todos los días.

 Gracias, Señor, porque cada día puede volver a empezar y continuar con tu ayuda, mi camino de fraternidad con mis hermanos y mi camino de transformación en Tí

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En la Eucaristía hallamos la fuente de felicidad que estamos buscando sin cesar. Juan Pablo II nos decía en Roma: “En realidad, es a Jesús a quien buscáis cuando soñáis la felicidad; es Él quien os espera cuando no os satisface nada de lo que encontráis; es Él la belleza que tanto os atrae; es Él quien os provoca con esa sed de radicalidad que no os permite dejaros llevar del conformismo; es Él quien os lee en el corazón las decisiones más auténticas que otros querrían sofocar” (Roma JMJ, 2000)

“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como Yo os he amado”, dice el Señor"

Este amor ha de ser universal y abierto a todos, superando simpatías o antipatías. Así lo entendió Santa Teresa del Niño Jesús: “Cuando Jesús da sus apóstoles un nuevo mandamiento, su mandamiento particular, no pide tan solo que amemos al prójimo como a nosotros mismos, sino que le ama Él   mismo, como le amará hasta la consumación de los siglos. Meditando estas divinas palabras, vi cuán imperfecto era mi amor a mis hermanas, comprendí que no las amaba como Jesús las ama. ¡Ah! Ahora adivino que la verdadera caridad consiste en soportar todos los defectos del prójimo, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse con sus menos virtudes. (Historia de un alma, IX).

Momento de silencio 

ORACIÓN

¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina. 

Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu acatamiento, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna. 

Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que os miraba tu Madre: con aquella devoción con que os seguían tus discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu ardiente Corazón.

 Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar todos los momentos de esta Hora Santa para hacerte compañía, que tu presencia nos hace tan agradable. Concédenos, oh Jesús, no dormirnos, como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima de tu agonía en el Huerto de los Olivos.

 Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas veces habéis alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre.

 ¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón. 

Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras del Real Profeta: "es mejor una hora en tu Casa, que mil años en compañía de los pecadores"

Canción

 Cristo te necesita para amar, para amar.

 Cristo te necesita para amar. (bis) 

No te importen las razas ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien. (bis) 

Al que sufre y al triste, dale amor, dale amor; 

al humilde y al pobre, dale amor.

 Al que vive a tu lado, dale amor, dale amor, al que viene de lejos dale amor

Getsemaní

Jesús nos ha prometido la asistencia del Espíritu y se nos ha dado Él mismo con su cuerpo y su sangre. Esta Pascua ha sido el último momento gozoso de su vida. Ahora empieza la hora de las tinieblas. “No es el siervo más que su señor. Si a mí me persiguieron, también a vosotros os perseguirán” 

“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos"

Acabada la cena, Jesús se dirigió con sus apóstoles, que tantas confidencias habían recibido de Él, al huerto de Getsemaní. Con ellos vamos también nosotros. Era de noche, Jesús acostumbraba a ir a rezar allí. Era un lugar familiar. A Jesús le gustaba rezar de noche. La noche tiene sabor a misterio, intimidad, cercanía. 

Getsemaní es cita obligada para el que quiere el encuentro en profundidad con Cristo. Getsemaní es la oración de “nuestras horas bajas”. Orar en Getsemaní es humillarse ante Dios y solamente repetir con Jesús. “Abba”. Getsemaní significa “lagar” lugar de trituración. Aquí Jesús se dejó triturar, pisotear, para convertirse en aceite derramado que cura las heridas, en vino dulce que alegra el corazón del hombre. 

Llega con los suyos. Llega hecho pan partido y sangre derramada. Acaba de darles todo. Y, sin embargo, ellos están cansados y se quedan dormidos. Su alma se muere de tristeza. Ahora su misión llega al final. Hoy se presiente en el Corazón de Cristo sabor a amargura, a fracaso, a abandono. ¿Dónde están mis amigos? “Busqué quien se consolara y no lo hallé”

 Ha dejado a los apóstoles dormidos y se ha retirado un poco de ellos,  a lo mejor para no despertarlos. Y comienza la oración de Jesús. Su agonía hecha oración, su oración hecha agonía. 

“Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz” 

Y Jesús ora. Repite una y otra vez su oración al Padre. ¿Qué pasaría en aquellos momentos por el Corazón de Cristo? ¡Qué misterio de amor para ser contemplado, para ser rezado! No se entiende, pero se adora. Dios mendigo, Dios acusado, Dios pobre pidiendo, Dios corazón deprimido, Dios‐Hombre necesitado de cariño. En silencio escucha lo que te dice en esa noche Santa, late al unísono con su Corazón amante y dale una respuesta de amor.

Y Cristo sigue en agonía. Toda su vida ha sido agradar al Padre. Se ha hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Ahora, le gustaría recoger todo el fruto del amor de los hombres, sus hermanos, y presentárselos, con sus manos limpias, al Padre. “Mira, Padre, esta es la humildad. Los hombres, a quienes quieres locamente y por cuya salvación tu amor te llevó a entregarme a mí a la cruz”. Por los ojos limpios de Jesús han pasado todas las miradas pecadoras de todos los tiempos, de todos los hombres; la sed de odio y rencor de tantos maltratados por la vida. Los que falsifican continuamente el amor y llaman amor al egoísmo desmentido. La mirada de tantos que ten han vuelto la espalda y viven haciéndose daño a ellos y a otros. Padre, perdónalos, ha musitado Jesús. Y Jesús experimentó en su propia carne el pecado. “El que no había cometido pecado, se hizo pecado por nosotros”. Jesús se abajó, pasó en Getsemaní como un esclavo, esclavo de nuestros pecado.

“Padre, si es posible aparta de mí este cáliz. Pero no se haga mi voluntad sino la tuya”

Únete a la Pasión del corazón de Cristo que sufre por ti, por cada uno de nosotros. Él ama hasta dar la vida a cambio, y ve cuántos le volverán la espalda, cuántos no agradecerán su sangre derramada, cuántas almas le abandonarán después de conocerle íntimamente, cuántos querrán salvarse a sí mismos sin aceptar con amor la cruz preparada por Dios desde siempre. Y Jesús sufre. 

“Triste está mi alma hasta la muerte”

Espera de ti esta noche cercanía, consuelo, amor, reparación por tantos olvidos y pecados. Contemplándole orando en agonía se nos infundirá fuerza para unirnos a la voluntad del Padre siempre, aun cuando exija de nosotros renuncias. 

“He aquí que vengo, oh Dios, a hacer tu voluntad”

Abre la puerta a Cristo y entrará. Échate en brazos de aquel a quien buscas.; acércate a Él y serás iluminado; no le dejes marchar: ruégale que no se vaya. Que tu alma viva pendiente su palabra. Sé constante en encontrar las huellas de su voz celestial, pues pasa velozmente. (San Ambrosio). Adoremos a nuestro Salvador, que en la última Cena, la noche misma en que iba a ser entregado, confió a su Iglesia la celebración perenne del memorial de su muerte y resurrección: oremos diciendo: 

 Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Redentor nuestro, concédenos que, por la penitencia, nos unamos más plenamente a tu pasión, para que consigamos la gloria de la resurrección. 

 Santifica, Señor al pueblo que redimiste con tu sangre. Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, para que podamos confortar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que Tú nos confortas.

 Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida parque se manifiesten en ellos los frutos de tu salvación. 

 Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz, enseña a tus fieles a ser obedientes y a tener paciencia.

 Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso y a nosotros danos un día parte en su felicidad.

 Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre.

Padre nuestro… 

Oración final Señor 

Dios Todopoderoso, que para gloria tuya y salvación de los hombres constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo cristiano, adquirido para Ti por la sangre preciosa de Tu Hijo, recibir en la Eucaristía, memorial del Señor, el fruto de la pasión y resurrección de Cristo. Él, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén

Canción final

¡Oh Buen Jesús! Yo creo firmemente que por mi bien estás en el altar, que das tu cuerpo y sangre juntamente Al ama fiel en celestial manjar. (bis)

 Indigno soy, confieso avergonzado, de recibir la Santa Comunión. Jesús, que ves mi nada y mi pecado prepara Tú mi pobre corazón. (bis

JUEVES SANTO EN LA CENA DEL SEÑOR

 PARROQUIA SAN PÍO X, LOGROÑO

18:00h.


MONICIÓN DE ENTRADA

Con la celebración de la Cena del Señor damos inicio al Triduo Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, corazón del Año Litúrgico. Hoy vivimos un hermoso prólogo que nos prepara para celebrar estos días santos. En esta Liturgia recordamos y celebramos la Última Cena, durante la cual Jesús instituyó el sacrificio nuevo y eterno, el banquete nupcial de su amor, y por tanto también el sacerdocio ministerial, para poder realizar su mandato de perpetuar la ofrenda de la víctima de salvación en su memoria. En esta celebración reviviremos, además, el signo del lavatorio de los pies, memoria viva del mandamiento que el Señor Jesús nos ha dejado sobre el amor fraterno y sobre el servicio. Nuestra celebración se verá prolongada cuando Jesús Eucaristía será llevado al lugar preparado para la reserva solemne y se nos invitará a adorarlo. Acogemos, además, en esta tarde los Santos Óleos que el obispo ha bendecido en la Misa Crismal, como signo de Cristo que consagra, cura y salva. Recordando, pues, tantos dones que el Señor nos ofrece en este día, dejemos espacio en nuestro corazón para celebrar, con fe profunda y sincera, los Misterios de nuestra salvación.

ALREDEDOR DE TU MESA

ACTO PENITENCIAL 

 — Tú, que has puesto la salvación del género humano en el árbol de la Cruz: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.

 — Tú, que padeciste por nosotros para darnos ejemplo de humildad: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.

 — Tú, que, cargado con nuestros pecados, subiste al leño para que nosotros, muertos al pecado, vivamos en la santidad: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad

SEÑOR, TEN PIEDAD

GLORIA

MONICIÓN A LAS LECTURAS 

A su Iglesia, llamada a ser, como Él, servidora, Jesús entrega el signo de su presencia: el alimento que la incorpora a Él, que nos llena de su Espíritu de amor y nos da la fuerza para ofrecer nuestra vida por el bien de todos. Como Dios ha pasado por Egipto para liberar a su pueblo convirtiéndolo de ser un pueblo esclavo a ser un pueblo de siervos, así Jesús pasa esta tarde en medio de nosotros: nos lava, nos nutre y nos envía al mundo para servir. He aquí el paso, la Pascua del Señor.

SALMO 115 

+

 MONICIÓN ANTES DEL LAVATORIO DE LOS PIES (Si se realiza)

 La liturgia invita ahora al celebrante a revivir el gesto del lavatorio de los pies realizado por Jesús con sus discípulos. El rito quiere recordarnos que para ser en verdad discípulos del Señor, que se ha entregado por nosotros, es necesario seguir el camino del servicio hasta el final.

LAVA MIS PIES

BENDITO SEAS SEÑOR

ORACIÓN DE LOS FIELES 

 Hermanos: en esta hora de la gran intercesión de Jesús por los discípulos y los creyentes de todos los tiempos, sabiendo que Dios Padre ha puesto todo en sus manos, elevemos plegarias y súplicas por la Iglesia, por los cristianos, por todos los hombres de la tierra. Oremos unidos, diciendo: Escúchanos, Señor, y ten piedad

Lector:

 • Por todas las Iglesias de Oriente y de Occidente, para que, testigos de la plegaria de Jesús por la unidad, encuentren vías de encuentro y reconciliación recíproca, y lleguen a la comunión visible para que el mundo crea. Oremos.

 • Por los sacerdotes, para que anuncien fielmente el Evangelio a los hombres, edifiquen la comunidad cristiana como templo santo del Espíritu y den testimonio sin doblez alguna del amor de Cristo, Señor y Maestro. Oremos.

 • Por los que tienen responsabilidades en gobierno de las naciones y los pueblos, para que mirando a Jesús, Maestro y Señor, que se inclina para salvar los pies a sus discípulos, ejerzan su tarea como servicio, teniendo especialmente presente a los más débiles y a los pobres. Oremos.

 • Por todos los hombres, sobre todo por aquellos que sufren, los que han perdido su trabajo, los perseguidos, las víctimas de las calamidades naturales: para que, mirando al Siervo que carga sobre sí nuestras enfermedades y nuestros sufrimientos, conozcan la compasión y la cercanía de Dios y sepan hacer de su prueba un camino de amor. Oremos. 

 • Por nosotros, aquí reunidos para la Cena del Señor: para que, al comulgar el pan partido y el cáliz de la bendición, lleguemos a participar de la Alianza nueva y definitiva. 

Oremos. Sacerdote:

 Padre santo y fiel, acoge las oraciones de tu Iglesia, que se unen a la intercesión de tu Hijo, y danos tu Espíritu Santo, para que podamos seguir al Cordero Pascual en el camino que lleva a ti en el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

SANTO

MONICIÓN AL PADRENUESTRO 

Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos a nuestro Padre común, diciendo: Padre nuestro…

ACERQUÉMONOS  TODOS AL ALTAR

MONICIÓN A LA RESERVA SOLEMNE DEL SANTÍSIMO 

 La Eucaristía es ahora llevada al lugar preparado para la reserva, donde somos invitados a vivir un tiempo de adoración y de contemplación ante el don de un Dios que por nosotros se entrega y se nos da como alimento de vida eterna. El don recibido es demasiado grande: dejemos que el corazón exprese el agradecimiento. Pidamos al Señor que la Palabra que hemos escuchado y los gestos de esta Liturgia dejen en nosotros un signo indeleble de que transforme eficazmente nuestra vida. Esta noche tendremos una Hora Santa de adoración y oración comunitaria a las 22:00 Mañana, Viernes Santo de la Pasión del Señor, nos reuniremos a las 18:00 para celebrar la Pasión del Señor.

CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES