martes, 29 de noviembre de 2022

Evangelio del día 30 noviembre 2022 (San Andrés, apóstol)

 

Lectio Divina: 30 de noviembre de 2022

 Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.

San Andrés



1.-Oración introductoria.      

Señor, quiero introducirme hoy en la oración con las mismas palabras del evangelio:“paseando Jesús por la ribera del lago, vio a dos hermanos”. Señor, me encanta ese paseo tuyo  por el lago, contemplando las maravillas de la naturaleza: respirando el perfume de las flores, contemplando la belleza de los lirios en primavera, escuchando el canto de los pajarillos. Sólo desde esa sintonía con la naturaleza, puedes mirar con cariño a las personas a las que vas a llamar. Ellas son la cumbre y cima de toda la creación. Señor, llámame hoy también a mí.

2.- Lectura reposada del evangelio: Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres. Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.

3.- Qué dice el texto

Meditación-reflexión.

En este relato de vocación nos debemos fijar en cuatro verbos: VER, LLAMAR, SEGUIR, ENVIAR. Comenzamos por el ver.

“Jesús vio a dos hermanos” (v.18). Según San Juan de la Cruz, el “mirar de Dios es amar”. Jesús, antes de llamar, ha mirado a las personas, es decir, las ha amado.

“Los llamó” (v.21).  La llamada es precedida por la mirada. La llamada es un regalo de su amor. Toda vocación es un don que hay que aceptar de buena gana y hay que celebrarlo durante toda la vida.  “Me ha tocado un lote hermoso y me encanta mi heredad” (Salmo 16).

“Y ellos, dejando la barca y a su padre, le siguieron” (v.22). El seguimiento de Jesús lleva consigo unas exigencias: hay que dejarlo todo. Como dos jóvenes que se enamoran ven lo más normal dejar a sus padres  por vivir juntos una nueva vida. Lo que motiva el abandono de personas y cosas es la alegría de haber encontrado la persona que me puede hacer feliz. Aquí la persona con la que uno se encuentra es Jesucristo, el Hijo de Dios.  

“Os haré pescadores de hombres”. Toda vocación es para cumplir una misión. Y la misión es hermosa: pescar personas. Ir a la búsqueda de hombres y mujeres que se realicen plenamente. Hombres y mujeres que encuentren el verdadero sentido de sus vidas, que no queden con una vida a medias.

Palabra del Papa

“Recordemos cuando Andrés y Juan encontraron al Señor, y después hablaron con Él aquella tarde y aquella noche. Estaban entusiasmados. Lo primero que hicieron Andrés y Juan fue ser misioneros. Fueron a ver a hermanos y amigos: “¡Hemos encontrado al Señor, hemos encontrado al Mesías!”. Esto sucede inmediatamente, después del encuentro con el Señor: esto viene enseguida. En la exhortación apostólica Evangelii  gaudium  hablé de “Iglesia en salida”. Una Iglesia misionera no puede dejar de “salir”, no tiene miedo de encontrar, de descubrir las novedades, de hablar de la alegría del Evangelio. A todos, sin distinción. No para ganar prosélitos, sino para decir lo que tenemos y queremos compartir con todos, sin forzar, sin distinción. Las diversas realidades que representan a la Iglesia italiana indican que el espíritu de la missio ad gentes debe llegar a ser el espíritu de la misión de la Iglesia en el mundo: salir, escuchar el clamor de los pobres y de los lejanos, encontrarse con todos y anunciar la alegría del Evangelio (Discurso de S.S. Francisco, 27 de noviembre de 2014).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Silencio)

5.- Propósito: Dedicar un tiempo de este día a dar gracias a Dios por la vocación a la que Dios me ha llamado.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, en el día de San Andrés,  quiero escuchar el canto de acción de gracias de tantas personas consagradas que han  sabido decir Sí a tu llamada y están contentas con su vocación. Ellas, libremente, han renunciado a formar un hogar porque hay miles y miles de hogares que les necesitan. No han renunciado al amor humano sino que lo han desviado hacia tantos hermanos pobres y abandonados que no son amados por nadie.   

Maranatha | Cristóbal Fones, SJ (canción de Adviento)

 

Evangelio del día 29 noviembre 2022 (Se llenó Jesús de alegría en el Espíritu Santo)


lunes, 28 de noviembre de 2022

Lectio Divina: 29 de noviembre de 2022

 «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra”

1.- Oración introductoria.

Señor Jesús, permite que hoy una mi oración a la tuya y diga contigo al Padre: ¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento que me concedes para dialogar contigo! ¡Gracias, porque me revelas los misterios de tu Reino! Gracias porque te manifiestas a los pobres y sencillos.  Te amo, Señor. Ayúdame a ser hoy sencillo, manso y humilde de corazón.

2.- Lectura del evangelio. Lucas 10, 21-24

         En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».

3.- Qué dice el texto.

Meditación-Reflexión

Nuestros ojos se van detrás de las personas importantes, de los que cada día salen en los medios, de los famosos de turno. Pero la mirada de Dios es distinta. Y eso lo ha mantenido a lo largo de 4000 años de historia Sagrada. Ha mirado a la viuda de Sarepta  que sólo tenía “un poco de leña, un poco de harina, un poco de aceite”. Y, a la hora de buscar rey para su pueblo, Dios se acuerda de David el hermano más pequeño, el que está cuidando el rebaño, David. Y a la hora de elegir a su madre no va a buscarla ni a la sabia Grecia ni a la poderosa Roma sino a Nazaret un pueblo insignificante, sin historia “Y es que la mirada de Dios no es como la mirada de los hombres”. Los poderosos, sabios y entendidos, están demasiado ocupados en sus cosas como para abrir espacios que no sean de su interés. La sencillez conquista y «subyuga» a Dios. Él se enamora de quien es pobre, pequeño y humilde.

Palabra autorizada del Papa

“Dios ha escondido todo a aquellos que están demasiado llenos de sí mismo y pretenden saberlo ya todo. Están cegados por su propia presunción y no dejan espacio a Dios. Uno puede pensar fácilmente en algunos de los contemporáneos de Jesús, que Él mismo amonestó en varias ocasiones, pero se trata de un peligro que siempre ha existido, y que nos afecta también a nosotros. En cambio, los “pequeños” son los humildes, los sencillos, los pobres, los marginados, los sin voz, los que están cansados y oprimidos, a los que Jesús ha llamado “benditos”. Se puede pensar fácilmente en María, en José, en los pescadores de Galilea, y en los discípulos llamados a lo largo del camino, en el curso de su predicación.» (Papa Francisco, Mensaje del santo padre Francisco para la 88ª Jornada Mundial de las Misiones 2014)

4.- Qué me dice ahora a mí este texto que acabo de meditar. (Silencio)

5.-Propósito. Disfrutaré con las pequeñas cosas de este día.

Según Santa Teresa, la humildad es la verdad. Voy a ser humilde siendo sincero conmigo mismo, sin aparentar lo que no soy.


6.- Dos me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

                  Señor, la auténtica vida de oración es aquella que me lleva a conocerte, amarte, seguirte e imitarte. ¡Qué gran privilegio! ¡Qué inmensa alegría! No te pido una gran sapiencia, ayúdame a aceptar, con la sencillez de un niño, lo que quieres de mí. Sólo quiero crecer en mi amistad contigo y eso significa que necesito una confianza inquebrantable en tu infinito amor.

Conéctate a la ORACIÓN DE LOS JUEVES (¡1 diciembre!)

 

ORACIÓN DE LOS JUEVES Un espacio compartido para el encuentro personal con Jesús, ofrecido por SerCreyente.com Conéctate aquí: https://youtube.com/live/JdFTn1-PDNA 1 de diciembre de 2022 "Venid y veréis" (Juan 1, 37-39) Hora: 14:00 - Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua... 15:00 - Colombia, Ecuador, México, Panamá, Perú... 16:00 - EEUU (Miami), Puerto Rico, Rep. Dominicana, Venezuela... 17:00 - Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay... 22:00 - España

Lectio Divina: 28 de noviembre de 2022

 “Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo”



1.-Oración introductoria.

         Señor, con el Centurión del Evangelio, yo también te digo: no soy digno de que entres en mi casa. Mi casa sin Ti está sola, vacía, y necesito que Tú la habites. Voy a limpiarla, a adornarla, para que Tú te encuentres a gusto en ella. Si Tú estás contento en ella, yo también. Más que tener una casa para mí, lo que me importa es tener una casa para ti. En realidad, Tú eres mi casa y mi alegría y mi felicidad. Sin ti no tengo nada; pero contigo lo tengo todo. Ésta es mi experiencia personal. Esto no se razona. No se discute, se vive y nada más.

2.- Lectura reposada del evangelio. Mateo 8, 5-11

Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: «Vete», y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

En el evangelio hay muchas personas que se admiran de la actuación de Jesús. Sus palabras, su vida, sus  milagros provocaban estupor y sorpresa. Pero en este evangelio es el propio Jesús el que se admira de la fe del Centurión. Es un pagano que se fía de la palabra de Jesús y cree que puede sanar a su criado desde la distancia. Esta fe no la ha encontrado en Israel. A sus paisanos todos los días les habla, con sus paisanos todos los días hace cosas maravillosas y algunos llegan a la fe a través de sus milagros. Y el Centurión, un pagano, uno que nunca ha estado en contacto con los libros sagrados, ha logrado una fe profunda. De alguna manera Jesús nos está diciendo que el mundo “está sembrado de las semillas del Verbo”. De alguna manera Jesús nos está diciendo que “también de las piedras pueden surgir hijos de Abrahán” Y, de alguna manera, Jesús nos está echando en cara a todos los que escuchamos cada día la palabra de Dios, que no somos capaces de “sorprenderle”  de ofrecerle algo nuevo, algo distinto, algo que rompa nuestra rutina  y  aburrimiento. Dios es sorpresa y novedad. Jesús ha venido a ofrecernos un “vino nuevo”. Quiere que lo  bebamos, que nos embriaguemos con él, Y nosotros nos empeñamos en mantener los “odres viejos”.

Palabra autorizada del Papa

“El Señor, en la palabra que hemos escuchado, se maravilló de este centurión: se maravilló de la fe que él tenía. Él había hecho un camino para encontrarse con el Señor, pero lo había hecho con fe. Por eso no sólo él se ha encontrado con el Señor, sino que ha sentido la alegría de ser encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos: ¡el encuentro de la fe! Pero más allá de ser nosotros los que encontremos al Señor, es importante dejarnos encontrar por Él”. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 2 de diciembre de 2013)

4.- Qué me dice ahora a mí este texto que acabo de meditar. Guardo silencio y, con la ayuda del Espíritu, trato de descubrir el significado profundo que tiene para mí hoy.

5.-Propósito: Que la Misa de hoy me sepa a nueva.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Gracias, Señor, por este tiempo privilegiado para prepararnos a celebrar el acontecimiento que marcó la Historia… y mi historia. Dios mismo se encarna en su Hijo Jesús para curar nuestra herida original: esa desobediencia, esa soberbia que me  aparta del verdadero  amor. Que este Adviento sea mi  gran oportunidad para encontrarme con Cristo en la fe desnuda, sin necesidad de milagros.

sábado, 26 de noviembre de 2022

ADVIENTO: DESPIÉRTATE, CONVIÉRTETE, ALÉGRATE Y ACOGE

 

VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA

 




Rueda de prensa final de la Asamblea Plenaria de la CEE - Noviembre 2022

 

Domingo 1º de adviento: 27 de noviembre de 2022

 “Estad preparados…”

LECTURAS DEL DÍA

1ª lectura: Is. 2, 1-5.        2ª lectura: Ro. 13,11-14.

EVANGELIO

Mateo 24,37-44

Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.  De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada. Estad prevenidos, porque no sabéis qué día vendrá su Señor. Entendedlo bien si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

REFLEXIÓN

1.- Adviento es tiempo de despertar.  El adviento nos urge a tomar en serio la vida, la urgencia de caminar, de no quedarse dormido, de no atender a lo que no tiene valor. Un día “el sol, la luna y las estrellas temblarán”. Es decir, todo aquello en que creíamos poder confiar, para siempre se hundirá. Nuestras ideas de poder, de tener, de seguridad, deben desaparecer para siempre. Es curioso que el evangelio de hoy nos hable de Noé y del diluvio. Hubo un diluvio en donde muere una humanidad gastada, pecadora y con Noé surge una humanidad nueva, la salvada del diluvio. Jesús es ese Nuevo Noé que quiere destruir un viejo mundo de egoísmos, pasiones, avaricias, envidias… y quiere construir un Nuevo Mundo.  En el siglo IV un famoso profesor de literatura que llevaba una vida muy libertina, quería cambiar, convertirse, pero le daba miedo. Podían más en él “sus viejas amigas” es decir, sus pasiones. Un día estando en el jardín oyó una voz de un niño que le mostraba la Biblia y le decía: Toma y lee. Y leyó el texto de la carta a los romanos que nosotros también hemos proclamado en la segunda lectura: “Basta ya de comilonas y borracheras; basta ya de lujuria y desenfreno, revestíos de nuestro Señor Jesucristo”. Entró en su alma una luz que le inundó y desaparecieron las tinieblas. Se hizo cristiano, después sacerdote y llegó a ser Obispo. Fue San Agustín, obispo de Hipona.

2.- Adviento es tiempo de soñar. Los profetas son tipos geniales. Son poetas, artistas, soñadores. Saben levantar al pueblo cuando éste está hundido. ¿Qué sueñan los profetas? Sigamos a Isaías en la primera lectura de este domingo:“De las espadas se forjarán arados y de las lanzas podaderas”. Frase que está inscrita en la ONU.  Y esto quiere decir que los instrumentos de guerra se transformarán en instrumentos de paz. Esto significa que los soldados no se entrenarán ya para un servicio militar sino para un servicio social. Qué hermoso espectáculo el ver a soldados acudir a ayudar en una catástrofe llevando víveres en vez de fusiles y medicinas en vez de bombas. Un mundo de paz. Esto es lo que sueñan los profetas con la venida de Jesús.

         Todavía los sueños de los profetas son más ambiciosos: “Hacia el monte de Jerusalén confluirán pueblos numerosos” El espectáculo es impresionante: el poeta se imagina ríos de gentes subiendo hacia arriba, hacia Jerusalén. Y sabemos que los ríos van hacia abajo. Se imagina gente que lucha contra corriente siguiendo el modelo de las bienaventuranzas: no por la cuesta abajo de la riqueza y el despilfarro sino por la cuesta arriba de la austeridad; gente que no baja por la corriente del río despeñado del placer inmediato y a cualquier precio, sino que sube por la cuesta del amor sacrificado y puesta a prueba. Gente que no se engancha al carro fácil de los triunfadores sino al carro de los pobres, de los débiles, de los marginados, en definitiva, al carro de los perdedores. Y esto lo viven sin traumas, sin sobresaltos, sin violencia sino con un amor lleno de esperanza. ¡Qué bonitos sueños! Todos esos sueños pueden cumplirse con Jesús, el Mesías que esperamos.

3.- Adviento es tiempo de vigilar. Nos lo dice el evangelio:¡Estad preparados!

Velar, vigilar, es escuchar el latido de la vida, trabajar, día a día, para que la obra que Jesús comenzó llegue a su cumplimiento. Darle a conocer con nuestra vida, estando atentos a los anhelos de paz, de justicia, de solidaridad. Sabiendo siempre que en la alegría, en el dolor, en todas las circunstancias y en todos los acontecimientos, Jesús está con nosotros. La Palabra de Jesús, lejos de provocar miedo o angustia, es fuente de confianza, paz y alegría interior. Es anuncio de su presencia y de su salvación. El Dios que viene es el que esperamos, el que anhelamos, en quien confiamos, el que sale a nuestro encuentro, el que nos busca, nos comprende, nos libera, nos acoge, nos cura, nos quiere, nos llena de vida, de alegría, de luz y de paz.

Cuidar la vida.

Tu vida es demasiado preciosa para malgastarla. Vive en la solidaridad, en la justicia, y alivia el dolor del mundo, en lo que puedas. Te sentirás feliz y realizado. Los que te conozcan te bendecirán. Si eres cristiano, ahí tienes a Jesús de Nazaret, como modelo de plenitud humana, comprometido con el hombre hasta la muerte. Lo importante para Jesús es la vida digna y dichosa de las personas. Por eso si nuestro “cristianismo” no sirve para hacer vivir y crecer, estamos defraudando a Jesús que siempre tiene sueños fantásticos sobre cada uno de nosotros. ¿No vemos que la Iglesia necesita un corazón nuevo?

PREGUNTAS

1.- ¿Estoy tomando mi vida en serio? ¿Estoy satisfecho con lo que hago? ¿En qué me gustaría cambiar?

2.- Dios ha tenido, desde siempre, un bonito sueño sobre mí. ¿Me preocupa el defraudar a Dios?

3.- ¿Alguna vez he tenido miedo a Dios?  ¿Me creo que Dios me ama y que me creó para ser feliz?  Razona.

Lectio Divina: 26 de noviembre de 2022

 Estad en vela, pues, orando en todo tiempo

1.- Oración introductoria.

Señor, hoy vengo a la oración y lo primero que quiero pedirte es que me enseñes a orar. Los judíos rezan mirando a Jerusalén; los musulmanes, mirando a la Meca. Y nosotros, los cristianos, ¿hacia dónde tenemos que mirar? Tú, Señor, mirabas al cielo, donde estaba tu Padre Dios. El Padre era tu comida, tu bebida, tu obsesión. No le llamabas Yavé  sino Abbá-Papá. El día en que nos enseñaste a orar de esa manera fue el día más bonito de nuestra historia humana. Se acabó para siempre el Dios del miedo y apareció entre nosotros el Dios de la ternura.    

2.- Lectura reposada del evangelio: Lucas 21, 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.


3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Dos cosas nos piden el Señor en este evangelio: “Tened cuidado» y “orad en todo tiempo”. ¿Qué debemos cuidar? En primer lugar la Naturaleza que Él nos ha regalado. Cuidar la tierra, los ríos, los montes, los mares… Cuidar los animales… y sobre todo, cuidar a las personas.  Cuidar significa “mimar”, mirar todo con ojos de admiración. Jesús se queda extasiado ante un atardecer “cuando el cielo se arrebola” (Mt. 16,2). “Y ante la belleza y hermosura de los lirios en primavera” (Mt. 6,28). “Y ante el vuelo de los pajaritos a quienes su Padre les alimenta” (Mt. 6,26). Pero la auténtica mirada de Jesús es ante las personas: “Llora al ver llorar a María, hermana de Lázaro” (Juan 11,33);  mira  con  mirada  de  cariño  a  un joven ( Mc. 10,21); mira con infinita  ternura a una  mujer pecadora que le ha besado sus pies, se los ha perfumado y los ha secado con sus cabellos” (Lc. 7,44-46). Y queda horrorizado porque unos viejos verdes quieren apedrear a una mujer sorprendida en adulterio. Yo no te condeno. “Vete en paz y no peques más” (Jn.8,11).  También Jesús nos pide que recemos. Pero que lo hagamos como Él, sin muchas palabras. Que lo hagamos diciendo sólo una palabra Abbá-Papá. Y que nos quedemos estremecidos, sobrecogidos, al sentirnos como niños pequeños, queridos tiernamente por Él. 

Palabra del Papa

“Una pregunta está presente en el corazón de muchos: ¿por qué hoy un Jubileo de la Misericordia? Simplemente porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y de la cercanía de Dios. Éste no es un tiempo para estar distraídos, sino al contrario para permanecer alerta y despertar en nosotros la capacidad de ver lo esencial. Es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre. Por eso en el Año Santo tiene que mantener vivo el deseo de saber descubrir los muchos signos de la ternura que Dios ofrece al mundo entero y sobre todo a cuantos sufren, se encuentran solos y abandonados, y también sin esperanza de ser perdonados y sentirse amados por el Padre. Un Año Santo para sentir intensamente dentro de nosotros la alegría de haber sido encontrados por Jesús, que, como Buen Pastor, ha venido a buscarnos porque estábamos perdidos”. (Homilía de S.S. Francisco, 11 de abril de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio)

5.-Propósito. Tener en este día un cuidado especial con las personas con quienes me voy a relacionar.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, hoy te doy gracias porque tienes una mirada penetrante, que contempla, cuida, mima, acaricia. Dame la fuerza de esa mirada para que sepa contemplar la naturaleza, los animales y, sobre todo a  las personas, como las miras Tú. Que todo lo que voy a realizar en este día quede envuelto con el calor de una mirada.  ¡Gracias, Señor!

 



jueves, 24 de noviembre de 2022

Evangelio del día 25 noviembre 2022 (Fijaos en la higuera y en los demás árboles)

 

Lectio Divina: 25 de noviembre de 2022

 “Sabed que el Reino de Dios está cerca”



1.- Oración introductoria.

Señor, hoy mi oración debe ser distinta. Me hablas en el evangelio de invierno y verano; de muerte y de vida; de higueras secas e higueras con brotes. Lo importante es que tu reino ya ha llegado y ha llegado a todas las estaciones del año. Tú siempre estás cerca de nosotros. Haz que te sepamos descubrir en todos los acontecimientos de la vida.

2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 21, 29-33

Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión.

Me parece que lo más importante que hay que resaltar en este texto de Lucas es: “sabed que el reino de Dios está cerca». Dios está cerca, mucho más cerca de lo que nosotros pensamos. Y la irrupción de Dios en el mundo y en nuestras vidas es algo tan maravilloso como el paso del invierno a la primavera.  En el invierno  hay frío, mucho frío; noche, largas noches; muerte, mucha muerte  en la naturaleza. No hay flores ni frutos en los árboles; no hay cantos de pájaros.  Y esto lo describe muy bien el Cantar de los Cantares para describir el paso del invierno, es decir, de la soledad y ausencia del amado, a la primavera de su presencia.  “Pues mira, ha pasado el invierno,  ha cesado la lluvia y se ha ido. Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda,   y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra. La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido su fragancia.   Levántate amada mía, hermosa mía y ven conmigo” (Cant. 2,11-13). Y puede servir para describir el paso del invierno de este mundo de egoísmos, de violencias, de frialdad, para dar paso a la bella imagen de la higuera que, con sus hojas tiernas, anuncian el estallido del Reino de Dios, como la llegada de una hermosa primavera. 

Palabra del Papa.

“Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: «Con su perseverancia salvarán sus almas». ¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son un llamamiento a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia: las pruebas y las dificultades forman parte de un designio más grande; el Señor, dueño de la historia, lleva todo a su cumplimiento. ¡A pesar de los desórdenes y de los desastres que turban al mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá! Y esta es nuestra esperanza. Ir así, por este camino, en el designio de Dios que se cumplirá. Es nuestra esperanza. Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con coraje y esperanza, en compañía de la Virgen, que camina siempre con nosotros”. (S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio que acabo de meditar. (Guardo silencio).

5.-Propósito. En este día voy a ver el lado bueno de las cosas. No hay invierno que pueda frenar la primavera.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, déjame darte gracias por ser como eres. Estás siempre “más allá”. Más allá de nuestros pecados, de nuestras miserias, de nuestros problemas, de nuestras dificultades. Para ti siempre hay una aurora después de la noche; un sol después de la lluvia; una primavera después del invierno;  una Resurrección después de la muerte. Nosotros pasamos, pero Tú siempre estás.   ¡Gracias, Señor!

JUEVES DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

 



ADORACIÓN EN DIRECTO


Señor Dios, Tú llamas a todas las personas a la fe,
y por ella,
a vivir formando parte de tu Pueblo.
Esta llamada es una llamada a la comunión
y a la participación en la misión y vida de la Iglesia
y, por tanto, en la evangelización del mundo.
Además, has querido que cada uno
responda a esta llamada
viviendo una vocación específica: a la vida laical,
a la vida religiosa o a la vida sacerdotal.
Te agradecemos, Señor,
la vida de los que te han respondido "sí"
y hoy son tus testigos en nuestro mundo.
Te pedimos, que sigas llamando a muchos jóvenes
para que con libertad y fidelidad
respondan a tu llamada
y así, todos juntos,
anunciemos tu Reino aquí en la tierra.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


'MADRE VEN', una peregrinación inédita y una película milagrosa ¡que no te puedes perder!

 

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Evangelio del día 24 noviembre 2022 (Alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación)

 

Lectio Divina: 24 de noviembre de 2022

 “Cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

1.- Oración introductoria.

Señor, tengo necesidad de luz para entender el significado profundo del evangelio de este día. Leído superficialmente produce miedo, temblor, espanto. Pero leído con la luz de la pascua es maravilloso: me habla de un nuevo mundo, de una nueva creación, de un nuevo modo de ser persona. Dame tu luz para que aprenda en profundidad tus bellas enseñanzas.

2.- Lectura reposada del evangelio: Lucas 21, 20-28

«Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! «Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y Cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

 
3.-Qué dice el texto

Meditación-reflexión

Nunca podremos imaginar lo que supuso para los judíos del siglo primero la caída del Templo de Jerusalén por los romanos. Algunos lo interpretaron como “un anuncio del fin del mundo”. Sin embargo, los cristianos que estaban iluminados por la luz de Cristo Resucitado interpretaron que aquella ruina apuntaba a un mundo nuevo. Es como cuando la cáscara del huevo empieza a rasgarse; no es señal de muerte sino todo lo contrario: está apareciendo una nueva vida. Es muy evocadora la imagen del Hijo del Hombre. Está tomada del libro de Daniel en el capítulo 7. Allí aparecen cuatro bestias que salen del mar (lugar del mal) y saltan a la arena de la historia. Una bestia se come a otra, y esa otra es cada vez más feroz. Significan los imperios: el babilónico, el medo, el persa y el de Alejandro Magno. El anciano, con los libros en la mano es Dios en figura de anciano, que quiere dar una solución. Las cosas no pueden seguir así. Y la figura del Hijo del Hombre es la figura del Mesías que va a venir a dar rostro humano a una historia deshumanizada. Bella e impresionante imagen de Jesús que dice a Pedro: “Mete la espada en la vaina porque el que a hierro mata a hierro muere” (Mt. 26,52). El reino de Jesús es un reino humano y quiere construir una nueva sociedad de personas que no se dejan llevar por sus instintos bestiales, sino que crean en este mundo una nueva humanidad de hermanos bajo la mirada del mismo Padre. Esto es tan hermoso que hace decir al evangelista: “Levantad la cabeza, cobrad ánimo, se acerca vuestra liberación”. Jesús ponía una tarea a sus discípulos: “Desde ahora vais a ser pescadores de hombres”. Hermosa misión para todos los cristianos: hacer de cada ser humano no un poco hombre, ni un medio hombre, sino un hombre cabal, un hombre pleno y realizado, un hombre con rostro humano, siguiendo el ejemplo de Jesús.

Palabra del Papa

“Pensamos en el regreso de Cristo y en su juicio final, que manifestará, hasta sus últimas consecuencias, el bien que cada uno habrá realizado o habrá dejado de realizar durante su vida terrena, percibimos que nos encontramos ante un misterio que nos supera, que no conseguimos ni siquiera imaginar. Un misterio que casi instintivamente suscita en nosotros una sensación de miedo, y quizás también de trepidación. Pero si reflexionamos bien sobre esta realidad, esta sólo puede agrandar el corazón de un cristiano y ser un gran motivo de consuelo y confianza. A este propósito, el testimonio de las primeras comunidades cristianas resuena muy sugerente. Estas solían acompañar las celebraciones y las oraciones con la aclamación Maranathá, una expresión constituida por dos palabras arameas que, según cómo sean pronunciadas, se pueden entender como una súplica: “¡Ven, Señor!”, o como una certeza alimentada por la fe: “Sí, el Señor viene, el Señor está cerca”. Es la exclamación con la que culmina toda la Revelación cristiana, al final de la maravillosa contemplación que se nos ofrece en el Apocalipsis de Juan. En ese caso, es la Iglesia-esposa que, en nombre de la humanidad, de toda la humanidad, y en cuanto su primicia, se dirige a Cristo, su esposo, deseando ser envuelta por su abrazo; un abrazo, el abrazo de Jesús, que es plenitud de vida y de amor”. (Catequesis de S.S. Francisco, 11 de diciembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito. Controlar bien en este día todos los instintos bestiales que hay en mí y dar rostro humano a todas mis acciones.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, he comenzado esta oración con miedo, con tristeza, con agobio. Pero salgo de ella con un corazón gozoso y esperanzado. El campesino que tira la semilla en la tierra, sabe que se va a pudrir; con todo vuelve contento a su casa porque sabe que de aquel grano podrido y muerto va a surgir una preciosa y granada espiga. Dame fe y esperanza para comprender que ese grano que se va a enterrar voy a ser yo, pero que  esa espiga maravillosa que va a  nacer voy a ser también yo. Gracias por las maravillas que Tú, Señor, haces con nosotros.

 


Evangelio del día 23 noviembre 2022 (Os echarán mano, os perseguirán)

 

martes, 22 de noviembre de 2022

Lectio Divina: 23 de noviembre de 2022

 No perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.

1.-Oración introductoria.

Señor, hoy me acerco con cierto miedo a leer tu evangelio. Nos habla de cárceles, de odios, de muertes. Pero hay una palabra tuya que me da mucha paz. “No perecerá ni un cabello de vuestra cabeza”. Detrás de todos males, de todos los atropellos, de toda muerte, hay un Dios Padre que cuida con amor no sólo a sus criaturas sino a lo más pequeño de ellas: sus cabellos. Me emociona un Dios tan grande, creador de todas las galaxias, cuidando un cabello de mi cabeza. Señor, que siempre confíe en Ti.

2.- Lectura reposada del evangelio. Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Las palabras de este evangelio nos asustan a los cristianos:“seréis odiados por causa de mi nombre”. No somos odiados por el hecho de ser hombres, sino por el hecho de ser cristianos. Nos preguntamos:   ¿Qué hace mal un cristiano para ser odiado? El cristiano es un seguidor de Jesús que “pasó por la vida haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo” (Hech. 10,38). Un  cristiano es una persona que se levanta por la mañana con este programa: hacer todo el  bien que pueda a la gente. Levantaré al que está caído;  alegraré la vida del que está triste; acompañaré al que se siente solo; incentivaré al que está a punto de perder la esperanza. Y todo esto que yo lo he recibido gratis de mi Señor Jesucristo, lo daré también gratis. Si el cristiano hace todo esto, ¿por qué es perseguido? Porque, lamentablemente, también hay personas que, haciendo mal uso de su libertad,  obran lo contrario: se levantan pensando a quién  pueden hacer el mayor daño posible; a quién  pueden destrozar la vida; a quién  pueden dar mayor sufrimiento…Y esto sin importarles nada si ese mal se lo hacen a mayores o a niños; a jóvenes o ancianos. Todo ese inmenso mal que se produce en el mundo cada día, ¿Quién lo puede salvar? ¿Quién lo puede redimir?  ¿Quién lo puede reciclar? ¡Sólo el amor! En la Cruz, Jesús aparece como una inmensa hoguera que arde en llamaradas de amor. Bella y hermosa la tarea de los cristianos, seguidores de Jesús: “Vencer el mal a fuerza de bien” (Ro. 12,21).

Palabra del Papa

“El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia: Jesús preanuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán padecer, por su causa. Sin embargo asegura: “Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza”. ¡Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios! Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia. En este momento pienso y pensamos todos, hagámoslo juntos, pensemos en tantos hermanos cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe. ¡Hay tantos! Quizá más que en los primeros siglos. Jesús está con ellos. También nosotros estamos unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto. También sentimos admiración por su coraje y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas que en tantas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo”. Los saludamos de corazón y con afecto (S.S. Francisco,  Ángelus del 17 de noviembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este evangelio ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito. Todo lo que ocurra en este día, aunque me haga sufrir, lo venceré con amor.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, yo no me puedo conformar con ser uno más, uno del montón, uno que gasta su vida sin hacer nada de provecho para los demás. Tal vez así, sin  complicarme la vida, podría vivir sin ser perseguido; pero yo quiero vivir como cristiano, No quiero limitarme a no hacer el mal, quiero implicarme en hacer el bien. Así tendré ocasión de dar  testimonio de Ti ante el mundo. Y, sobre todo, quiero vivir cobijado bajo la bondad de un Dios que está tan pendiente de mí que es capaz de contar hasta el último de mis cabellos. ¡Gracias, Dios mío!

Apertura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española

¿Quién fue Santa Cecilia?

 

Oración de la Mañana de hoy Martes 22 Noviembre 2022 l Laudes l

 

lunes, 21 de noviembre de 2022

Evangelio del día 22 noviembre 2022 (Muchos dirán: 'Yo soy'. No vayáis tras ellos)

 

Lectio Divina: 22 de noviembre de 2022

 Es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.

1.- Oración introductoria.

Con el evangelista Juan quiero hacer una distinción entre “este mundo y “el mundo éste”. Este mundo que nos has regalado es maravilloso y quiero disfrutarlo y agradecerlo. Pero hay otro mundo “el mundo éste” que ha rechazado a Jesús, que se ha encerrado en sí mismo, que sólo busca las cosas superfluas y materiales, que olvida a los demás… Ese mundo quiero que desaparezca cuanto antes. Que se establezca el Reino de Dios que es  libertad, amor, esperanza, y deseos inmensos de fraternidad.

2.- Lectura reposada del evangelio: Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo algunos ponderaban la belleza del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas. Jesús les dijo: Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida. Le preguntaron: Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir? Él dijo: Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy» y «el tiempo está cerca». No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Algo debe ser destruidoEn la Iglesia soñada por Jesús siempre debe existir un “fin del mundo éste”. Esa Iglesia de grandeza, de poder, de grandes joyas, de riqueza acumulada y no compartida, debe desaparecer. De esa Iglesia no debe quedar piedra sobre piedra. Esa Iglesia de miedos y amenazas, de “profetas de calamidades”, “de fundamentalismos  apocalípticos” que ven ruina y devastación en todo lo que no cuadra con su miope y personal visión de las cosas, debe desaparecer; no debe quedar piedra sobre piedra. Eso no es evangelio, eso es fanatismo intolerante. También deben desaparecer los que pronostican ya el fin de este  mundo. Según nos dice el propio evangelio “el fin del mundo no es inmediato”. Que el fin del mundo ya estaba cerca, es lo que creía la primitiva Iglesia. Y fue precisamente el evangelista Lucas el que abre un nuevo horizonte al escribir una obra en dos partes: evangelio y hechos de los apóstoles. Ha terminado la etapa de Jesús en la tierra, pero ahora comienza una nueva etapa: la etapa de la Iglesia que, por la acción del Espíritu Santo, está llamada a reproducir y llevar adelante  la obra de Jesús. Los cristianos de todos los tiempos no podemos perder el tiempo preguntando: ¿Cuándo va a suceder esto? Es tanta y tan bonita la tarea que debemos hacer que no nos es permitido, como a la esposa de  Lot, mirar atrás, si no nos queremos convertir en estatuas de sal, es decir, en personas estáticas que frenan el curso de la historia. Lo nuestro es mirar adelante y entusiasmarnos con la bella tarea de construir un “nuevo mundo” una nueva Iglesia en la que Jesús sea el único fundamento.

Palabra del Papa

Jesús dijo: “Esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida”. Naturalmente le preguntan: ¿cuándo sucederá esto?, ¿cuáles serán los signos? Pero Jesús dirige la atención de estos aspectos secundarios – ¿cuándo será?, ¿cómo será? – la dirige a las verdaderas cuestiones. Y son dos: Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor. Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: “Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre”. Es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: “¡No los sigan!”. “¡No los sigan!” (S.S. Francisco,  Ángelus del 17 de noviembre de 2013).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)

5.- Propósito. Amar apasionadamente este tiempo que nos toca vivir porque no tenemos otro. Y Dios ama y quiere salvar a esta generación

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, quiero ser una persona de mi tiempo y no quiero, de ninguna manera, hablar mal de esta época que nos toca vivir. Como el Evangelista Lucas, quiero mirar adelante, abrir un horizonte de esperanza, dar ilusión a gente que va de vuelta de todo, y decir que para los cristianos, “cualquier tiempo pasado fue peor”. Es mucho mejor lo que nos queda que lo que ya hemos vivido. De Dios nos queda casi todo por descubrir. Él siempre nos sorprende. ¡Gracias, Señor!