jueves, 28 de febrero de 2019

Evangelio del Día 1 de Marzo: Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”





1.-Oración preparatoria.     
Señor, yo quiero entender bien lo que Tú piensas de la vida, de nuestros problemas, de nuestros intereses. En el caso de hoy, lo que piensas sobre el amor de los esposos. Dame la fuerza del Espíritu para penetrar en tus sabias palabras ya que éstas y no las palabras humanas van a ser las que orienten nuestra vida.

2.- Lectura sosegada del evangelio. Del santo Evangelio según san Mc. 10, 1-12
En aquel tiempo Jesús se marchó a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?» Él les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?» Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla» Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre» Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro.

3.-Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión
Los dos serán una sola carne. El plan de Dios sobre el matrimonio está claro: que fueran felices, plenamente felices. Dios, antes de entregar a Eva por esposa, somete a Adán a “una experiencia de soledad”. En medio de un jardín maravilloso, se encontraba solo. La belleza de la creación con sus ríos, árboles, flores, pájaros…, no le arrancaba de su soledad. Y esta situación le dio pena a Dios. “No es bueno que el hombre esté solo”. Y, después de un profundo sueño, para que jamás el hombre se creyera que la mujer era obra suya y no regalo de Dios, le entregó a Eva, salida del mismo corazón de Adán. Y, al verla, vino la admiración, la sorpresa, el entusiasmo. ¡Esto sí que es carne de mi carne! En la unión de ambos está la felicidad y en la ruptura, la desgracia. Este era el plan de Dios. ¿Y cuando ese plan no se cumple por el egoísmo de las personas? Moisés había permitido el divorcio como “mal menor”. Ahora bien, lo que no podía tolerar Jesús era la hipocresía. Mientras el hombre podía separarse de la mujer, “porque había encontrado en ella algo vergonzoso” la mujer nunca podía separarse del hombre. San Marcos interpreta muy bien el pensamiento de Jesús cuando, hablando a gente no judía, dice:” y si ella repudia a su marido”. Admite que ella tiene el mismo derecho otorgado por Moisés. Naturalmente que el ideal siempre será “volver al amor primero” donde el amor se vive con ilusión, y con una inmensa alegría. Si, a pesar de todo, los corazones se endurecen a causa del egoísmo, habrá que tratarlos con el bálsamo de la misericordia.

Palabra del Papa
Esta Exhortación de la “Alegría del amor” adquirió un sentido especial en el Año Jubilar de la Misericordia. En primer lugar, porque la entiendo como una propuesta para las familias cristianas, que las estimule a valorar los dones del matrimonio y de la familia, y a sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el compromiso, la fidelidad o la paciencia. En segundo lugar, porque procura alentar a todos para que sean signos de misericordia y cercanía allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo. (S.S. Francisco, La alegría de amor, exhortación apostólica post sinodal, n. 5).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.- Propósito. Rezaré para que se cumplan los sueños de Dios sobre el matrimonio.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, yo quiero darte gracias por lo maravilloso que eres, por los sueños tan bonitos que has tenido sobre cada uno de nosotros. Nos has hecho libres para elegir vivir la vocación cristiana en una vida de pareja o vivir la vocación a la vida célibe. Pero en ambos casos siempre has pensado en una vida con amor. Ni quieres matrimonios sin amor, ni quieres curas o monjas sin amor, sin ilusión. Tú eres Amor. Si nos salimos de ti estamos perdidos.
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miércoles, 27 de febrero de 2019

Evangelio del Día 28 de Febrero:" Os digo que no se quedará sin recompensa"





1.-Oración introductoria.
Señor, las personas somos capaces de todo: de lo mejor y de lo peor. Podemos ser altruistas, generosos, desinteresados hasta ir entregando la vida por los más pobres y desgraciados, como nuestra santa moderna, Santa Teresa de Calcuta. Pero también podemos manchar el alma limpia y pura de los niños. Dame, Señor, la gracia de vivir siempre siendo sal, que no estropee su efecto de conservar y dar sabor a este mundo tan triste y tan soso.

2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 9, 41-50


Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
 
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
 
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
 
Porque cada uno será salado por el fuego.La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros.»
 
3.- Qué dice este texto del evangelio.
Meditación-reflexión.
Las palabras del evangelio de hoy son muy duras. Si tu mano, si tu pie, son ocasión de escándalo, ¡Córtalos! La dureza de sus palabras está en consonancia con la gravedad del pecado. Jesús defiende a todos, pero especialmente a “sus pequeñitos”. El Papa Francisco es un luchador contra aquellos que abusan de los niños. Para prevenir, ahí están las palabras del Señor a todos los cristianos: Si alguna vez pasa por vuestra mente alguna idea de este tipo, hay que pedirle al Señor antes de cometer tal crimen, ¡Que me corten las venas! ¡Que me mutilen! ¡Que me maten!, Incluso aquí se habla de la Gehena, del infierno. El infierno comienza ya aquí. Y la mejor manera de ir al cielo es ser ya desde aquí un cielo para los demás. La sal es buena, sirve para evitar la corrupción y dar sabor a la vida. Pero si se vuelve insípida, ¿Para qué sirve? Cuando los cristianos perdemos el sabor a evangelio, ya no servimos para nada. Sólo para ser despreciados por la gente. Hay que recuperar “las manos”, “los ojos” y “ los pies” para poner nuestras acciones al servicio del evangelio.
Palabra del Papa.
“Sabemos que [a la Iglesia] no le faltan hijos reacios e incluso rebeldes, pero es en los santos donde la Iglesia reconoce sus propios rasgos característicos y, precisamente en ellos, saborea su alegría más profunda. Todos tienen en común el deseo de encarnar el Evangelio en su existencia, bajo el impulso del eterno animador del Pueblo de Dios, que es el Espíritu Santo. Al fijar la mirada sobre sus propios santos, esta Iglesia particular ha llegado a la conclusión de que la prioridad pastoral de hoy es hacer de cada hombre y mujer cristianos una presencia radiante de la perspectiva evangélica en medio del mundo, en la familia, la cultura, la economía y la política. Con frecuencia nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que hay fe, lo cual, lamentablemente, es cada vez menos realista. Se ha puesto una confianza tal vez excesiva en las estructuras y en los programas eclesiales, en la distribución de poderes y funciones, pero ¿qué pasaría si la sal se volviera insípida?” (Benedicto XVI, Homilía, Terreiro do Paço de Lisboa, 11 de mayo de 2010).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio)

5.-Propósito. Me comprometo a luchar junto al Papa Francisco, para erradicar de la Iglesia y del mundo este horrible pecado de los abusos a los niños.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, hoy me has hablado de un tema muy actual, de un pecado muy horrible: el hacer daño a los niños, “tus predilectos”. Quiero unirme al Papa Francisco para que en la Iglesia de Jesús no se den ya más este tipo de pecados, especialmente entre los clérigos. Limpia, purifica, a tu Iglesia. Que brille el rostro bello de una Iglesia, esposa de Cristo, “sin mancha, sin arrugas”.
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martes, 26 de febrero de 2019

Evangelio del Día 27 de Febrero:“Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor”


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1.- Oración introductoria.
Señor, al escuchar hoy tu evangelio, caigo en la cuenta de lo estrechos y miopes que son los pensamientos de los hombres comparados con los tuyos. A ti no te importa saber quién   es esa persona que hace el bien, sino saber que el bien se hace. A los hombres les interesa mucho el protagonismo tanto a nivel personal como de grupo. A ti, Señor, te interesan “las personas”. Que éstas no sufran, que sean libres, que sean felices. El bien siempre hay que hacerlo sin mirar a quien. 

2.- Lectura reposada del evangelio: Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: “Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos”. Pero Jesús le respondió: “No se lo prohíban, porque no. hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor”.

3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
En estos últimos tiempos se habla mucho de ecumenismo, de tender puentes, de abrir puertas, pero sólo se habla y poco se practica. Todo grupo tiende a “encerrarse”, también los grupos religiosos. En tiempo de Jesús, hasta los mismos discípulos:” Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y se lo hemos impedido porque no es de los nuestros”. “Echaba demonios” ¿Habrá algo más bonito que echar demonios? Es liberar a la gente de algún mal, no dejar que la gente sufra, hacerle la vida más agradable. Y dan una razón muy poderosa: “No es de los nuestros”. Con el evangelio en la mano, ¿se puede decir de alguien que no es de los nuestros? Jesús aparece como el verdadero “dialogante”. Como el mejor “ecumenista de todos los tiempos”. ¡No se lo impidáis! Jesús está en un diálogo constante con Dios, su Padre y conoce muy bien sus intenciones. Quiere ser Padre de todos y sueña con hacer de la humanidad, una gran familia. Al Dios revelado por Jesús, no le estorba nadie. Genial la respuesta de Jesús: “El que no está contra vosotros está a vuestro favor”. Hay mucha gente buena que no son católicos ni cristianos, pero trabajan por la paz, por la justicia, por construir un mundo mejor que el que tenemos. Todo el que trabaja por hacer el bien, por evitar el mal, ése “es de los nuestros”.

Palabra del Papa.
“Uno de los títulos del Obispo de Roma es «Pontífice», es decir, el que construye puentes, con Dios y entre los hombres. Quisiera pre­cisamente que el diálogo entre nosotros ayude a construir puentes entre todos los hombres, de modo que cada uno pueda encontrar en el otro no un enemigo, no un contendiente, sino un hermano para acoger­lo y abrazarlo. Además, mis propios orígenes me impulsan a trabajar para construir puentes. En efecto, como sabéis, mi familia es de origen italiano; y por eso está siempre vivo en mí este diálogo entre lugares y culturas distantes entre sí, entre un extremo del mundo y el otro, hoy cada vez más cercanos, interdependientes, necesitados de encontrarse y de crear ámbitos reales de auténtica fraternidad. (Encuentro con los Embajadores. 22-03-13).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Silencio)

5.- Propósito. Intentaré dialogar con alguien que no es de mi grupo, ni de mis ideas, y descubriré lo bueno y positivo que hay en él.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora y le respondo con mi oración.
Señor Jesús, te mire por donde te mire, siempre me sorprendes, siempre me ensanchas el corazón. Te agradezco esa amplitud de miras, ese buscar siempre lo bueno, lo positivo que hay en el corazón de cada uno, ese ir siempre por delante poniendo la semilla del bien. Es verdad que en el mundo no todo es trigo limpio, hay también cizaña. Pero cuando quiere crecer la cizaña, el campo está sembrado de trigo. Y tú esperas que el trigo se apodere de la cizaña y que el bien se imponga sobre el mal. En este mundo nunca es tiempo de arrancar; siempre es tiempo de sembrar.
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lunes, 25 de febrero de 2019

Solo Dios Sabe lo que Sientes y te Comprende


Una Reflexión motivadora, para esos momentos donde nos sentimos poco valorados.
Dios nos conoce y sabe lo que sentimos y lo mas hermoso es que nos Comprende.

Evangelio del Día 26 de Febrero:«¿De qué estaban discutiendo por el camino?»

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1.- Oración preparatoria.
Señor, hoy vengo a decirte que te necesito más que nunca. Me sorprende la postura de tus discípulos que, a pesar de estar tan cerca de ti, no se enteran de tus planes, de tus proyectos. Ellos van “a lo suyo”. No quieren ni oír hablar de sufrimiento ni de cruz. Más bien buscan los primeros puestos. Yo quiero seguirte. Quiero poner mis pies en las huellas que Tú has dejado en el camino. Haz, Señor, que yo deje también huellas de bondad, de paz, de austeridad, y de servicio desinteresado por donde yo pase.

2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará» Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué estaban discutiendo por el camino?» Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado»

3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
El cristiano de todos los tiempos sólo debe tener una preocupación: despreocuparse de sí mismo para dedicar todo su tiempo en preocuparse de los demás. De Jesús se dijo: “Pasó por la vida haciendo siempre el bien”. Y ¿por qué hacía siempre el bien? Porque Él siempre estaba bien por dentro. Él era feliz viendo a la gente feliz. La suprema felicidad consiste en ser feliz viendo felices a los demás. Pero cuando sólo pensamos en nosotros mismos, en nuestros intereses, nuestros problemas, nuestras miras cortas, nuestro afán de vanidad y ser más que los demás ocupando “los primeros puestos” vamos enterrando, poco a poco, el pozo interior de la auténtica felicidad. Jesús, en esta ocasión, se sienta como Maestro, para dar la gran lección: “el que quiera ser primero que sea el último de todos”. El Maestro que se sienta a dar esta lección no tendrá ningún inconveniente en “arrodillarse” ante los discípulos y lavarles los pies. Jesús es el Maestro que enseña con su vida. Los discípulos no tienen que obedecer lo que dice, sino imitar lo que hace. Jesús siempre pone la vida por delante.

Palabra del Papa
Leyendo esta parte del relato de Marcos, está claro que entre Jesús y los discípulos hay una profunda distancia interior; están, por así decirlo, en dos longitudes de onda diferentes, por lo que los discursos del Maestro no son comprendidos, o lo son solo de modo superficial. El apóstol Pedro, inmediatamente después de haber manifestado su fe en Jesús, se permite regañarlo porque predijo que deberá ser rechazado y asesinado. Después del segundo anuncio de la pasión, los discípulos discutían sobre quién era el más grande entre ellos; y después, en el tercero, Santiago y Juan le piden a Jesús, el poder sentarse a su derecha y a su izquierda, cuando esté en la gloria. Pero hay otras diversas señales de esta distancia: por ejemplo, los discípulos no logran curar a un muchacho epiléptico, que después Jesús sana con el poder de la oración; o cuando le presentan los niños a Jesús, los discípulos le reprochan, y al contrario Jesús, indignado, les hace quedarse, y afirma que solo los que son como ellos pueden entrar en el Reino de Dios. (Benedicto XVI, 23 de septiembre de 2012).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito. Buscaré yo hoy ese niño que fui: humilde, sencillo, sin prejuicios del pasado, siempre con ganas de crecer.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí por medio de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, te confieso que humanamente me siento ridículo haciendo lo que Tú nos dices. Es justamente lo contrario de lo que hace todo el mundo. ¿Por qué tengo que ser distinto? Pero soy sincero cuando te digo que, en el fondo, descubro que tienes razón. Nunca he sido feliz con mi egoísmo, ni haciendo lo que hacen todos, sino cuando he sido capaz de hacer algo distinto, cuando he ayudado a los demás. Gracias, Señor, porque en la satisfacción que siento al hacer el bien, encuentro mi recompensa.
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domingo, 24 de febrero de 2019

Evangelio del Día 25 de Febrero: Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta

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Del santo Evangelio según san Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo. Él les preguntó: “¿De qué están discutiendo?” De entre la gente, uno le contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido”. Jesús les contestó: “¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho”. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: “Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Contestó el padre: “Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos”. Jesús le replicó: “¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posible para el que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: “Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta”. Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él”. Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie. Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?” Él les respondió: “Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno”.



Oración introductoria
Una vez más, Señor, me acerco a Ti en esta oración. Aunque no te puedo ver, confío en que estás presente y quieres sanarme de mi debilidad. Aquí estoy para escucharte. Alimenta mi espíritu de fe, de confianza, de atención, para responderte con amor, eficacia y prontitud.

Petición
Señor, como el hombre del Evangelio te repito: ten compasión de mí y ayúdame.

Meditación del Papa Francisco
La confianza de Dios en el hombre y en la mujer, a los cuáles confía la Tierra, es generosa, directa, plena. Pero es aquí donde el maligno introduce en su mente la sospecha, la incredulidad, la desconfianza. Y finalmente, llega la desobediencia al mandamiento que les protegía. Caen en ese delirio de omnipotencia que contamina todo y destruye la armonía. También nosotros lo sentimos dentro de nosotros, tantas veces, todos. (Homilía de S.S. Francisco, 22 de abril de 2015).

Reflexión
En estos tiempos donde la ciencia es la primera en levantar la voz altanera, donde la misma razón quiere solucionarlo todo, tratando de imponerse a Dios; se desata la tormenta que golpea contra nuestra barca. Se podría exclamar como el Evangelio: ¡oh generación sin fe!

Este pasaje del evangelio nos recuerda la siguiente historia. En alta mar se desató una tormenta, el vendaval golpeaba contra la pobre embarcación y las olas la movían con ferocidad. Pero un niño que se encontraba en la proa jugando no parecía enterarse del problema. Un marinero sorprendido por su actitud corre hacia él cuando la tormenta ha pasado y le pregunta: -¿no tenias miedo? "No"-, responde con voz aguda, "porque mi papá era el timonel"

Es en los momentos difíciles de la vida, en la tormenta, en un dolor grade, como el del evangelio cuando desde la niñez ha sufrido. Cristo sólo pide un poco de fe, basta un poco de fe para obrar el milagro. "Todo es posible para el que tiene fe". La fe es capaz de mover montañas, las montañas del dolor, es capaz de arrebatar el milagro a Cristo, como la hemorroisa, la fe es el faro que nos muestra el camino. Por eso debemos pedir siempre, "Señor, creo pero suple mi falta de fe". ¿Cuando venga el hijo del hombre encontrará fe en el mundo?

Diálogo con Cristo
Gracias, Jesús, por recordarme tan claramente que hay una clase de demonios que no salen sino a fuerza de oración y de ayuno. Sin vida espiritual es inútil cualquier esfuerzo evangelizador, por eso te ofrezco alimentar mi trabajo con la fuerza de la oración. Convénceme que sólo podré ser instrumento de salvación para mis hermanos en la medida en que esté unido a Ti.

Propósito
Hacer una comunión espiritual durante el día para unirme constantemente a Jesús en la oración.
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Últimas Preguntas - Mons. Luis Argüello

Testimonio- ¡Feliz Cumpleaños, Manos Unidas!

El Día del Señor - Catedral de Siguenza

Documental Pueblo de Dios: Hermanos sin fronteras

Labor social de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios en el cetro de Ciempozuelos en Madrid.

El Papa lanza una estrategia en 8 puntos para acabar con los abusos




Exige a los obispos que cumplan las normas: No son orientaciones. Prioridad a las víctimas, ningún abuso puede ser cubierto, mejor selección de seminaristas.
El Papa ha concluido la Cumbre del Vaticano contra los abusos llamando a una movilización de la Iglesia católica para acabar con esta cuestión.

sábado, 23 de febrero de 2019

Evangelio del día 24 de Febrero:" Amad a vuestros enemigos"


DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO

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A este trozo del evangelio de hoy se le ha denominado “evangelio de la extravagancia”. ¿Quién puede perdonar al enemigo? ¿Quién puede poner la otra mejilla? Jesús no tomó esto al pie de la letra. De hecho, cuando le pegan, él mismo dice: ¿Por qué me pegas? (Jn.18,23).  Jesús, con esta manera de hablar quiere desconcertar, provocar, para cambiar nuestra manera de pensar tan distinta a la suya. “Si te piden el manto, da también la túnica”. Y esto significa: “si te piden la ropa exterior, da también la interior”. !Y me quedo desnudo!. Así, desnudo de prejuicios, de pensamientos humanos, de tradiciones pasadas, hay que abordar el evangelio. Al evangelio, acércate con tus preguntas, con tus preguntas existenciales, pero nunca con tus respuestas. La respuestas  hay que dejárselas sólo a Jesús.

EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 6, 27 - 38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros».
 Palabra del Señor

 COMENTARIO-REFLEXIÓN
         No debemos olvidar que este texto del Evagelio de Lucas es continuación del Sermón de la “llanura” donde Jesús ha hablado de las Bienaventuranzas. Y nos preguntamos: ¿Cómo se puede ser feliz  “perdonando a los enemigos”;  “bendiciendo a los que nos maldicen”; “haciendo el bien a los que nos odian”;  “Y si nos pegan en una mejilla, poniendo la otra?

1.– Las heridas del corazón sólo pueden ser curadas con amor. Todos hemos sufrido “heridas morales” que nos han hecho sufrir: el odio, la calumnia, la envidia, la violencia, la humillación. Estas heridas han dejado huellas tan profundas que nosotros no podemos curar. No tenemos un amor tan grande que pueda olvidar. Pero Dios sí. El salmo 103 nos habla del amor perdonador de Dios y pone estas frases: “perdona todas tus culpas” y “cura todas tus enfermedades”.  Nuestras culpas, por numerosas que sean, son como gotas de agua que caen en el mar infinito de su  amor misericordioso. Nuestras enfermedades, en este contexto, son las secuelas del pecado, las huellas que han marcado nuestra carne y han dejado unas profundas cicatrices. De todas esas enfermedades nos libra el Señor. Dirá muy bien San Agustín: “Para un médico tan poderoso no hay enfermedad que se le resista”. Ahora bien si nosotros, no con nuestro pequeño amor, sino con el amor grande que Dios nos da, somos capaces de curar esas heridas humanamente incurables,  somos conscientes del gran milagro que se ha obrado en nuestro corazón, y entonces saltamos de gozo, y lo celebramos con gran júbilo.

2.– El que ama sin esperar nada a cambio, está capacitado para entender el verdadero amor.  Ya los griegos solían hablar de dos tipos de amores: el “erótico” que es un amor interesado. Y el “ágape”  que es amor desinteresado. Normalmente nosotros amamos con amor interesado: Amo porque me aman; amo porque así me amarán a mí; doy para poder recibir; o amo porque me caen bien las personas o por las cualidades que tienen. Los que nos movemos en este tipo de amores, nunca podremos disfrutar del verdadero amor. Jesús, en su evangelio, nos hace una propuesta:” cuando hagas una comida o una cena, invita a los que no pueden pagarte”. (Lc. 14,13).  Así descubrirán el gozo de dar a fondo perdido, de  servir a cambio de nada, Experimentarás que “hay mayor alegría en el dar que en el recibir”. (Hechos 20,25).  “El auténtico amor no exige paga; le basta con existir para estar pagado”. El que tiene este amor tiene un verdadero tesoro. Y ese tesoro es Dios, “el mejor pagador”.   Decía Santa Teresita: “Amar es darse sin medida/ pues el amor salario no reclama/ Yo te doy, sin contar,  toda mi vida/, pues no sabe de cuentas el que ama”.

3.– Sólo los limpios de corazón, pueden ver la  grandeza y hermosura de Dios.   El evangelio de hoy termina hablando de una medida “ generosa, colmada, remecida, rebosante”.  Esa es la medida que debemos usar para dar la talla en la vida, para realizarnos plenamente como personas, para disfrutar de todo lo que Dios nos ha dado. En el evangelio se habla de “tinajas que rebosan” ( Jn. 2,8);  de perfume que se derrama ( Lc. 7,38): de “doce cestos de panes sobrantes”  (Jn.6,13);  “de barcas que se hunden por la cantidad de peces” (Lc.5,6). Todo ese derroche, esa sin medida,  no es sino un signo del derroche de amor que Dios ha tenido con nosotros. Los tacaños, los mediocres, los que le dan a Dios “lo justito”, nunca podrán conocer a Dios. En cambio los limpios de corazón, los que no tienen apegos a las cosas materiales, los que le han dado a Dios no sólo el corazón sino “todo el corazón” esos son los que conocen a Dios. Dice San Francisco de Sales:  “No es el amor como el oro, que el que más vale es el que más pesa, sino como la llama, que la más pura, es la que más dista de la materia”. Dejemos que la “llama de amor viva”  purifique nuestro corazón.
 .
PREGUNTAS.
Estoy convencido de que yo no puedo amar como me pide el evangelio. Pero ¿Estoy dispuesto a dejarme amar por Dios  para poder cumplirlo?  ¿Qué medios voy a poner?
2ª ¿Tengo alguna experiencia de amar por el gozo de amar, por el gozo de hacer feliz a la persona que amo? En caso positivo, ¿Cómo me he sentido?
¿Qué medida estoy usando para el amor?  pequeña,  mezquina.…. ¿o generosa, rebosante, colmada?….La que use con los demás la usarán conmigo.

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ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Señor Jesús, que me conozca a mí
y que te conozca a Ti,
Que no desee otra cosa sino a Ti.
Que me odie a mí y te ame a Ti.
Y que todo lo haga siempre por Ti.
Que me humille y que te exalte a Ti.
Que no piense nada más que en Ti.
Que me mortifique, para vivir en Ti.
Y que acepte todo como venido de Ti.
Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti.
Que siempre escoja seguirte a Ti.
Que huya de mí y me refugie en Ti.
Y que merezca ser protegido por Ti.
Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti.
Que sea contado entre los elegidos por Ti.
Que desconfíe de mí
y ponga toda

mi confianza en Ti.
Y que obedezca a otros por amor a Ti.
Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti.
Que quiera ser pobre por amor a Ti.
Mírame, para que sólo te ame a Ti.
Llámame, para que sólo te busque a Ti.
Y concédeme la gracia



viernes, 22 de febrero de 2019

Evangelio del Día 23 de Febrero:“Subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia”


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1.- Oración introductoria.
Este relato de la transfiguración está puesto después del anuncio de la Pasión. Los apóstoles han quedado desconcertados con el anuncio de un Mesías sufriente. Y sienten miedo a seguirte. Como todos nosotros, que también tenemos miedo al sufrimiento. Pero Tú, Señor, adelantando tu propia Resurrección, quieres quitarnos todos los miedos y todas las dudas. Nunca nos hablas de tu muerte sin añadir que vas a resucitar. Morir sólo es morir. Y dura un instante. Resucitar es vivir para siempre.

2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 9, 2-10
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: «Este es mi Hijo amado; escúchenlo». En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de “resucitar de entre los muertos”.

3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión.
Notemos que Jesús se lleva a Pedro, Santiago y Juan. No porque sean sus predilectos sino porque tienen que cambiar de postura. Santiago y Juan, ante los samaritanos que no han querido recibir a Jesús, han pedido que cayera sobre ellos “fuego del cielo”. Son violentos. Tampoco han estado tan finos cuando seguían a Jesús por el Camino hacia Jerusalén y pensaban en los primeros puestos. Pedro rechaza abiertamente a un Mesías sufriente. Y cuando están en el Monte quieren permanecer allí. Ya no quieren bajar. Han de subir a la montaña de Dios para cambiar de actitudes. La oración nos hace ver las cosas de distinta manera. La oración nos permite no confundir al Mesías con uno más de los personajes famosos del antiguo testamento, aunque se trate de  Moisés (ley) o Elías (profetas). El resultado de este encuentro fue que, al final, ya no vieron a  nadie más que “sólo a Jesús”. No podemos tener a Jesús como un hombre, por famoso que sea, sino como EL HOMBRE DIOS:

Palabra del Papa
Es el cumplimiento de la revelación; por esto a su lado aparecen transfigurados Moisés y Elías, que representan la Ley de los profetas, significando que todo termina y comienza en Jesús, en su pasión y su gloria. La voz de orden para los discípulos y para nosotros es esta: ‘Escuchadlo’. Escuchen a Jesús. Es él el Salvador: seguidlo. Escuchar a Cristo, de hecho comporta asumir la lógica de su ministerio pascual, ponerse en camino con él, para hacer de la propia existencia un don de amor a los otros, en dócil obediencia con la voluntad de Dios, con una actitud de separación de las cosas mundanas y de libertad interior. Es necesario, en otras palabras, estar prontos a ‘perder la propia vida’, donándola para que todos los hombres sean salvados, y para que nos reencontremos en la felicidad eterna. El camino de Jesús siempre nos lleva a la felicidad. No nos olvidemos: el camino de Jesús siempre nos lleva a la felicidad, habrá en medio una cruz o las pruebas, pero al final nos lleva siempre a la felicidad. Jesús no nos engaña. Nos prometió la felicidad y nos la dará si seguimos su camino.  (S.S. Francisco, Ángelus 1 de marzo de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio).

5.-Propósito: Ir hoy a la oración con la idea de subir al monte a respirar el aire puro de Dios. Y cambiar mi vida,

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Señor, por este rato de oración. También yo he dicho con Pedro: !Qué bien se está aquí!  Y te agradezco, de corazón, los buenos ratos que paso contigo.  Pero hay que bajar de la montaña a la vida, al trabajo, al esfuerzo y, en ocasiones, al sufrimiento. Que la luz de la transfiguración  ilumine la silueta de la Cruz.
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Familia en Misión, Familia en Oración

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Este viernes, 22 de febrero, a las 21:00h. oremos en familia por la Misión Diocesana. El Secretariado Diocesano de Familia y Vida nos propone un momento de oración familiar el próximo 22 de febrero, viernes, a las 21:00h. de la noche. Va dirigida a tu familia y a todas las familias cristianas de la Diócesis proponiendo que cada familia, en torno a una mesa con una vela encendida y con los Evangelios, o la Biblia, abiertos por Jn 13, 34-35: El Mandamiento del Amor, tengamos este momento de oración.


Del santo Evangelio según san Juan 13, 31-33ª, 34-35
Cuando salió, dice Jesús: Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.

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jueves, 21 de febrero de 2019

Evangelio del Día 22 de Febrero:“A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos”

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1.- Oración introductoria
Señor, hoy  siento una alegría grande en mi corazón al llegar a la oración y leer tu Palabra. Como a Pedro, también me haces a mí la entrega “de las llaves”. No las llaves de la Iglesia, pues soy pequeño y no pretendo dirigir nada. Me das las llaves de tu “propio corazón”. Con esas llaves puedo abrir y asomarme  al misterio de tu amor. Y, al mismo tiempo, yo también te entrego las llaves de mi corazón para que puedas invitar a entrar en él a los pobres, tus preferidos.





2.- Qué dice el texto.  Mateo 16, 13-19
Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Cielo no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

3.- Qué dice el texto.
Meditación-Reflexión
Mateo coloca la escena en territorio gentil, fuera de una concepción del Mesías demasiado nacionalista, para dar a entender que estamos en una apertura a los gentiles. Jesús, antes de entregar a Pedro las “llaves de la Iglesia”, le entrega “las llaves de su corazón”. Y ese corazón es tan grande que caben todos los pueblos. Jesús nos habla de un Padre Bueno que “hace salir el sol y manda la lluvia” para todos. En verdad, Pedro ha de ser “la roca” donde Jesús edifique su Iglesia. Pero no será una roca construida a base de  “leyes y de dogmas”. Será una “roca” construida sobre el amor. De hecho, lo único que el Señor le exige después de la Resurrección, es que le ame. ¿Me amas?…Apacienta mis ovejas. El alimento que deben dar los pastores en la Iglesia es el alimento del amor. No un amor cualquiera, sino  el amor recibido de Jesús. “Sólo el que sirve por amor sabe custodiar la Iglesia de Jesús” (Papa Francisco). Y es hermosa la misión de todo cristiano: abrir la puerta, dejar entrar, acoger, escuchar, comunicar.





Palabra del Papa.
Pedro responde: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Acto seguido, Jesús pronuncia la declaración solemne que define, de una vez por todas, el papel de Pedro en la Iglesia: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (…). A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de Pedro. Así queda descrito con imágenes muy plásticas lo que la reflexión sucesiva calificará con el término: “primado de jurisdicción”. Benedicto XVI, 7 de junio de 2006.





4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)





5.- Propósito. Dedicaré un tiempo para visitar algún enfermo o alguna persona que vive sola y necesita comunicarse con alguien.





6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, después de este rato de oración, me voy contento. Contento de conocerte un poco más, y contento de pertenecer a una Iglesia fundada por ti. Una Iglesia de “puertas abiertas”, dando acogida a tantas personas que están fuera, a la intemperie, sin recibir el cariño de nadie. En esta Iglesia, como Santa Teresita, yo quiero ser “corazón”. Y enviar amor a todos los miembros de  este Cuerpo Místico.
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miércoles, 20 de febrero de 2019

Evangelio del Día 21 de Febrero:«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

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1.- Oración introductoria.
Señor, hoy vengo a rezar como a Ti te gusta: con la Biblia en la mano. Necesito que en este momento me envíes tu Santo Espíritu para perforar la corteza de la letra y saborear el significado profundo de tus palabras. Necesito que tu palabra me toque por dentro y me haga cambiar. Señor, quiero parecerme cada día un poquito más a ti.

2.- Lectura reposada del evangelio. Mc. 8,27-33
Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas» Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo» Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó a parte y trataba de disuadirlo. Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole:¡Quítate de mi vista, Satanás!, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».

3.- Qué dice la Palabra de Dios.
Meditación-reflexión.
En este evangelio hay que distinguir entre la opinión de la gente y la opinión de los discípulos. La gente puede opinar de Jesús lo que quiera. A Jesucristo le interesa mucho  más la opinión de sus discípulos. Y quiere que le manifiesten no sólo lo que es Jesús sino el significado de Jesús para ellos. Jesús no puede ser una doctrina o una teoría. Jesús es aquel que es capaz que dar pleno sentido a nuestras vidas. Aparentemente San Pedro da una respuesta correcta: Tú eres el Mesías. Es lo que pretende probar San Marcos desde el principio del Evangelio: “Jesús-Mesías-Hijo de Dios”. Justamente, en la mitad del Evangelio, Pedro, en nombre del grupo, afirma que Jesús es el Mesías. Y, al final, el Centurión, después de ver morir a Jesús, dirá que es “el Hijo de Dios”. Con todo, la respuesta de Pedro es insuficiente porque la noción que tiene del Mesías no coincide con la de Jesús. De hecho, San Pedro no acepta un Mesías que termine en una Cruz. Jesús le llega a decir a Pedro: ¡Satanás!  porque le quiere desviar del camino señalado por el Padre. Tú, Pedro, ponte detrás de mí. El camino lo marco yo y no tú. Se equivocaba Pedro y nos equivocamos también nosotros, los  cristianos que queremos un cristianismo sin Cruz.


Palabra del Papa.                                                             
Ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy?
En el evangelio que hemos escuchado, vemos representados como dos modos distintos de conocer a Cristo. El primero consistiría en un conocimiento externo, caracterizado por la opinión corriente. A la pregunta de Jesús: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”, los discípulos responden: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”. Es decir, se considera a Cristo como un personaje religioso más de los ya conocidos. Después, dirigiéndose personalmente a los discípulos, Jesús les pregunta: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Pedro responde con lo que es la primera confesión de fe: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. La fe va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad. (Benedicto XVI, 21 de agosto de 2011).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito: Aceptaré la cruz de este día, todo aquello que me desagrada, y se lo ofreceré a Jesús.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Te doy gracias, Señor, porque hoy he aprendido a valorar mi cristianismo, a ser discípulo tuyo,  no de palabra, sino de verdad. Yo no puedo pedirte que me quites los sufrimientos, los malos ratos, las incomprensiones y todo lo que esta vida lleva de carga y de peso. Lo que te pido es que no me dejes solo, que me eches una mano, que me des tu gracia para que yo pueda cargar con la cruz de cada día.


EL MANANTIAL DE LA VIDA
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martes, 19 de febrero de 2019

Evangelio del Día 20 de Febrero:" Le presentan un ciego y le suplican que le toque”



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1.- Oración preparatoria.
Ven Espíritu Santo hoy a mí y haz que vea, que vea las cosas como las ves Tú, que cambie mi mirada, que vea a las personas con la mirada del corazón, que sepa descubrir los dones, los valores, la riqueza interior que hay en cada una de las personas. Tú, Señor,  no quieres que haya ciegos; no quieres que haya personas que se van de este mundo sin ver y menos quieres que se vayan sin haber sido  vistas por nadie.  Haz, Señor, que vea.

2.- Lectura reposada del Evangelio. Marcos 8, 22-26
Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque. Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?» Él, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan» Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas. Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo».

3.- Qué dice el texto bíblico.
Meditación-reflexión.
Es una suerte para nosotros que este ciego no tenga nombre. Tiene valor simbólico y ese ciego puedes ser tú, puedo ser yo.  Y resulta curioso el cuidado de Jesús que, lleno de paciencia, pone las manos, pregunta, escucha, y vuelve a utilizar de nuevo sus poderes curativos hasta que el ciego ya puede ver las cosas con perfección. Es todo un proceso en el camino de la fe. Y esa paciencia que tuvo Jesús con sus discípulos la tiene también el Señor hoy conmigo. Me impresiona la visión de este ciego: “Veo a los hombres como árboles que andan”. Ni siquiera ve a los hombres como animales que “sienten” sino como “árboles que andan”. El hombre, rey y señor de toda la creación, se ha deteriorado tanto que se ha convertido en un “vegetal”. No puede caer más bajo. Hace falta que Jesús, “tomando barro como una nueva creación” nos restituya la dignidad primera de estar hechos a “imagen y semejanza de Dios”.

Palabra  del Papa
Inmediatamente pasa a la acción: con un poco de tierra y de saliva hace barro y lo unta en los ojos del ciego. Este gesto alude a la creación del hombre, que la Biblia narra con el símbolo de la tierra modelada y animada por el soplo de Dios. De hecho, “Adán” significa “suelo”, y el cuerpo humano está efectivamente compuesto por elementos de la tierra. Al curar al hombre, Jesús realiza una nueva creación. […]En el hombre es fuerte la tentación de construirse un sistema de seguridad ideológico: incluso la religión puede convertirse en un elemento de este sistema, como el ateísmo o el laicismo, pero de este modo uno queda cegado por su propio egoísmo. Queridos hermanos, dejémonos curar por Jesús, que puede y quiere darnos la luz de Dios. Confesemos nuestra ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, lo que la Biblia llama el “gran pecado”: el orgullo. Que nos ayude en esto María santísima, la cual, al engendrar a Cristo en la carne, dio al mundo la verdadera luz. (Benedicto XVI, 2 de marzo de 2008).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito:

Haré un esfuerzo en este día por mirar a las personas con una mirada de profundidad. Cada hombre, cada mujer es un hijo,  una hija de Dios.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Ahora yo le respondo con mi   oración.
Quisiera acabar mi oración dando gracias al Padre, fuente de todo bien, por habernos hecho el más precioso regalo: el regalazo de su propio Hijo Jesucristo. Sus manos “creadoras” restituyen a este mundo toda su belleza y toda su grandeza. ¿Qué sería de este mundo sin Ti? Y ¿qué sería de cada uno de nosotros sin la fe? ¡Gracias, Señor!
EL MANANTIAL DE LA VIDA
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lunes, 18 de febrero de 2019

El Manantial de la Vida. Reflexión del Evangelio del día 19 de Febrero:¿Para qué tenéis los ojos, si no veis, y los oídos, si no escucháis?

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1.- Oración introductoria.
Señor, esta escena del evangelio me habla de la terquedad de los apóstoles. Han sido testigos del milagro de la multiplicación de los panes y sólo se preocupan de un olvido: se han olvidado de coger pan. Están ahí contigo y sólo se preocupan de comer. Ayúdame, Señor, a no imitar a esos apóstoles que dan más importancia a las cosas materiales que a tu persona. Haz que yo sepa olvidarme de todo cuando estoy contigo, cuando te tengo a Ti.

2.- Lectura reposada del evangelio: Marcos, 8,14-21
En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”. Entonces ellos comentaban entre sí: “Es que no tenemos panes”. Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?” Ellos le contestaron: “Doce”. Y añadió: “¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?” Le respondieron: “Siete”. Entonces Él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?” Palabra del Señor.

3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión.
La levadura  era signo y causa de corrupción. Jesús quiere que nos liberemos de la levadura de los fariseos. ¿De qué levadura se trata? Los fariseos están anclados en la Ley, en las Instituciones, es decir, en lo viejo.   Ya todo está dicho y no cabe esperar nada mejor. La Pascua era la fiesta de la novedad, de la renuncia a lo viejo, de la búsqueda de un Dios que se revela en lo nuevo. Según San Pablo,  Jesús será el pan ázimo, el hombre nuevo. (I Cor. 5,6-8). San Juan nos presenta a Jesús como “nuevo vino” que revienta los odres viejos; como nuevo Templo, donde hay que adorar al Padre en Espíritu y en verdad; como nueva Luz, que ilumina la ceguera del mundo; como nueva vida, que nos saca del sepulcro. Jesús trae un nuevo y maravilloso rostro de Dios. No es un Dios vengativo ni castigador; es un Dios Padre, lleno de bondad y de ternura, que siempre nos perdona y goza cuando volvemos a la casa y caemos en sus brazos.

Palabra del Papa.
“Porque el Señor hará derivar hacia la santa Ciudad y sus habitantes un “torrente” de consolación, un “to­rrente” de consolación, tan lleno de consuelo, un torrente de ternura materna: “Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las aca­riciarán”. Como la mamá pone al niño sobre sus rodillas y lo acaricia, así hará el Señor con nosotros y hace con nosotros. Éste es el torrente de ternura que nos da tanto consuelo. “Como a un niño a quien su madre consuela, así los consolaré yo” (v. 12-13) (Homilía del 7-7-13).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio)

5.-Propósito. Vivir todo el día en el amor y así “todo me parecerá nuevo”.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Dios mío, de nuevo doblo mis rodillas ante Ti para adorarte y darte gracias por el don infinito de la persona de Jesús.  En Él soy capaz de renovarme cada día. Desde que me levanto, voy estrenando la vida, voy aprendiendo a vivir. Lo vivido sin Ti es lo viejo, lo gastado, lo caduco. Lo vivido contigo siempre suena a nuevo. Contigo, Señor, es imposible envejecer.
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