martes, 30 de abril de 2019

Reflexión del Evangelio del Día 30 de Abril:“Tienes que nacer de lo alto”

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1.- Oración introductoria.
Hoy, Señor, vengo a Ti con una sola intención: que me des el don del Espíritu Santo. Es el supremo bien. Si lo tengo a Él, lo tengo todo. Si no lo tengo, pronto se nota: me aburre la oración, me cuesta aceptar a ciertas personas, hago las cosas sin interés y sin ilusión, me quejo de todo, incluso yo soy una carga para mí mismo. Pero si tu Espíritu Santo me acompaña, el desierto de este mundo se convierte en jardín. Y la vida se convierte en “carga ligera” que se acepta con gusto.

2.- Lectura reposada del evangelio. Juan 3, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «No te asombres de que te haya dicho: Tienes que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu». Respondió Nicodemo: «¿Cómo puede ser eso?» Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen al decirles cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les digo cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna».

3.- Qué dice el texto
Meditación-reflexión
Jesús compara al Espíritu Santo con el viento. Por definición, el viento es el aire en “movimiento”. El Espíritu Santo tiene una misión: mover nuestros corazones hacia el bien. En esta tarea no tiene descanso ni de día ni de noche. Al viento no lo ves, pero lo sientes cuando roza tu cuerpo. En la montaña, en días de bochorno, aparece como “una suave brisa que refresca y acaricia”. Y es hermoso dejarse acariciar por Dios. San Juan de la Cruz lo definirá como “el soplo de los aires amoroso”. Jesús, con cierta ironía, dice a Nicodemo: Y tú, maestro de Israel, ¿no sabes estas cosas? Nicodemo sólo sabe las cosas que se enseñan acá abajo, en las escuelas rabínicas. Ese saber es intelectual, propio para las discusiones. Pero los que tienen el Espíritu que viene de arriba, tienen un saber experimental: gustan, saborean, se deleitan con las cosas de Dios. Ese Espíritu nos lo ha entregado Jesús, el que bajó del cielo, y con Él nos trajo una experiencia inefable. Desde ahora la credibilidad no la tendrán los que “quieren subir” para ser más que los demás, sino los que “quieren bajar” para ser como los demás y vivir en una sana y gozosa fraternidad.

Palabra del Papa
No se comprende bien si no entendemos lo que Jesús nos dice en el Evangelio. Jesús dice a los judíos: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces conoceréis que soy yo». En el desierto ha sido por tanto elevado el pecado, pero es un pecado que busca la salvación, porque se cura allí. El que es elevado es el Hijo del hombre, el verdadero Salvador, Jesucristo. El cristianismo no es una doctrina filosófica, no es un programa de vida para sobrevivir, para ser educados, para hacer las paces. Estas son las consecuencias. El cristianismo es una persona, una persona elevada en la Cruz, una persona que se aniquiló a sí misma para salvarnos; se ha hecho pecado. Y así como en el desierto ha sido elevado el pecado, aquí que se ha elevado Dios, hecho hombre y hecho pecado por nosotros. Y todos nuestros pecados estaban allí. No se entiende el cristianismo sin comprender esta profunda humillación del Hijo de Dios, que se humilló a sí mismo convirtiéndose en siervo hasta la muerte y muerte de cruz, para servir. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 8 de abril de 2014, en Santa Marta).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra. (Silencio).

5.- Propósito: Hoy me comprometo a no poner ningún obstáculo al Espíritu Santo. Que haga en mí lo que quiera.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te quiero agradecer el supremo don del Espíritu Santo. Está siempre al acecho: me sigue, me persigue, me acosa. Sólo quiere que le dé entrada en mi corazón. Y, cuando Él está dentro, yo soy otro. Yo nazco de nuevo. Me encanta hacer oración por la mañana y después hacer el bien a todos durante todo el día. Me encanta la Naturaleza, me encanta el encuentro con las personas; me encanta el poder quitar dolor y sufrimiento en este mundo y hacer la vida más agradable a las personas. Todo es obra del Espíritu.
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domingo, 28 de abril de 2019

Reflexión del Evangelio del Día 29 de Abril: "Tienes que nacer de nuevo"

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Del santo Evangelio según san Juan 3, 1-8
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.» Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»

Oración introductoria
Dame, Señor, esa sana inquietud de Nicodemo de buscar comprender siempre la verdad. Permite que esta oración ilumine mi entendimiento y fortalezca mi voluntad, para dejarme llevar por el camino de la santificación. Confío plenamente en Ti, Tú sabes lo que necesito.

Petición
Espíritu Santo, Tú eres mi luz, ilumíname.

Meditación del Papa Francisco
El 'renacer de lo Alto', renacer del Espíritu que dio vida al primer núcleo de los primeros cristianos, cuando 'aún no se llamaban así'. Tenían un solo corazón y una sola alma.
Una comunidad en paz. Esto significa que en esa comunidad no había lugar para el chismorreo, para las envidias, para las calumnias, para las difamaciones.
El amor cubría todo. Para calificar una comunidad cristiana sobre esto, debemos preguntarnos cómo es la actitud de los cristianos. ¿Son mansos, humildes? ¿En esa comunidad hay disputas entre ellos por el poder? ¿Disputas de envidia? ¿Hay chismorreo? No están en el camino de Jesucristo. Esta peculiaridad es muy importante, muy importante, porque el demonio busca separarnos siempre. Es el padre de la división […]
Y esto es lo que explicaba Jesús a Nicodemo: este nacer de lo Alto. Porque el único que puede hacer esto es el Espíritu. Esta es obra del Espíritu. La Iglesia la hace el Espíritu. El Espíritu hace unidad. El Espíritu nos empuja hacia el testimonio. El Espíritu te hace pobre, porque Él es la riqueza y hace que tú cuides de los pobres. Que el Espíritu Santo nos ayude a caminar en este camino de renacidos por la fuerza del Bautismo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de abril de 2014, en Santa Marta).

Reflexión
¿Nacer de lo alto? Pero, ¿Qué significa esta pregunta y afirmación de Cristo? ¿Acaso un espíritu puede engendrar algo? Efectivamente. Da a luz a un nuevo ser pero como hijo de Dios. Como dice el Catecismo en el número 782 "nacer de lo alto significa ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el "nacimiento de arriba, del agua y del Espíritu", es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo.

En qué conflictos doctrinales se metería Cristo con lo judíos de ese tiempo pues decir que era necesario nacer de lo alto significaba introducir nuevas doctrinas difíciles de interpretar y que además venían dichas por el "hijo del carpintero". Qué gran ejemplo de Cristo en enseñarnos cómo se transmite su palabra dada por su Padre. Deja de lado los conocimientos eruditos de los judíos y les predica la verdadera doctrina de la salvación. El bautismo que les abrirá las puertas del Reino de Cristo y les hará verdaderos hijos de Dios.

Nosotros como bautizados hemos recibido esta gracia de Dios. Ya somos sus hijos merecedores de su herencia, del cielo y sobre todo de su amor. Ahora como hijo de Dios debemos hacer honor a nuestro nombre cuidando el gran tesoro de la gracia. No podemos derrochar la magnífica herencia que se nos tiene preparada por un placer terrenal pasajero. Podemos conservar el nombre de hijos de Dios manteniendo limpia nuestra vida de gracia, que significa amistad con Cristo. ¿Cómo trataríamos a un amigo que tanto queremos y estimamos? De la misma forma hay que tratar a Cristo, como un amigo que quiere corresponder a su amistad.

Propósito
Al iniciar el día, pedir al Espíritu Santo que sea mí guía.

Diálogo con Cristo
Gracias, Espíritu Santo, por darme tu gracia para poder escuchar tus inspiraciones y la fuerza para poder seguirlas; porque bien sabes que a veces las escucho pero no las sigo. Perdona mi pasividad y ayúdame a caminar siempre por el sendero de la voluntad del Padre, y a obedecerte con la misma docilidad de Jesucristo. Permite que sepa colaborar siempre y dócilmente contigo, para que puedas moldear mi vida.
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sábado, 27 de abril de 2019

Reflexión del Evangelio del Día 28 de Abril,II Domingo de Pascua:«Señor mío y Dios mío».






Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.



Oración introductoria
¡Señor mío y Dios mío! Ten compasión de mí porque, como Tomás, hay ocasiones en que dudo de mi fe. En este domingo que me invitas a contemplar tu inmensa misericordia, que me muestras tu costado y tus llagas, y me invitas a experimentar tu cercanía por medio de la oración, no puedo más que decir: ¡Tú, Señor, eres mi Dios!

Petición
Jesús, sana mi incredulidad y dame la fe para saber apreciar siempre tu Divina Misericordia.

Meditación del Papa
Esta misión de Cristo, este dinamismo suyo continúa en el espacio y en el tiempo, atraviesa los siglos y los continentes. Es un movimiento que parte del Padre y, con la fuerza del Espíritu, lleva la buena noticia a los pobres en sentido material y espiritual. La Iglesia es el instrumento principal y necesario de esta obra de Cristo, porque está unida a Él como el cuerpo a la cabeza. "Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo". Así dice el Resucitado a los discípulos, y soplando sobre ellos, añade: "Recibid el Espíritu Santo". Dios por medio de Jesucristo es el principal artífice de la evangelización del mundo; pero Cristo mismo ha querido transmitir a la Iglesia su misión, y lo ha hecho y lo sigue haciendo hasta el final de los tiempos infundiendo el Espíritu Santo en los discípulos, aquel mismo Espíritu que se posó sobre él y permaneció en él durante toda su vida terrena, dándole la fuerza de "proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista"; de "poner en libertad a los oprimidos" y de "proclamar el año de gracia del Señor". (Benedicto XVI, 11 de octubre de 2012).

Reflexión
¡¡Jesús ha resucitado!! Ésta es la noticia más importante de todo el Evangelio. Debería haber ocupado, con enormes titulares, la primera página de todos los periódicos del país y de todo el mundo conocido de la época... Y, sin embargo, como siempre, Dios nos confunde. Sucedió de noche, sin que nadie apenas se enterara. Sí, de noche. Así son todos los grandes acontecimientos de Dios... Este Dios nuestro tiene un sentido del humor bastante fino y ocurrente. Parece que Dios se divierte gastándoles bromas a los hombres para jugar luego con ellos a las "escondidas". Y mientras se esconde, se sigue riendo traviesamente -como hace el papá con su hijo pequeño- a ver si nosotros somos capaces de descubrirlo y de encontrarlo en medio del bosque o del jardín....

Pero Dios, con este modo de actuar, nos está revelando su infinita humildad, bondad y condescendencia. Sólo un Dios puede ser tan humilde. Como nuestras alabanzas no lo engrandecen, se puede dar el lujo de esconderse y de pasar desapercibido...

Tampoco así se nos impone a fuerza de evidencias, sino que respeta nuestra libre elección. Porque nos ama como un auténtico Padre. Sólo los seres verdaderamente grandes son también profundamente humildes. Muy al contrario de nosotros, a quienes tanto nos fascina el ruido, la vanidad y el "cacareo" en todo lo que hacemos; nos encanta que el mundo entero se dé cuenta de nuestras "hazañas" y nos alabe por las "bobadas" que realizamos como si fueran el heroísmo más espectacular de la historia... ¡Qué pequeños y ridículos somos tantas veces! Y Dios se debe de seguir riendo de nosotros... Al menos así se "divierte".

También a Jesús le gusta esconderse y pasar desapercibido. Porque es Dios. Su nacimiento en Belén ocurrió en medio de la noche. Pasó treinta largos años de su vida escondido en la aldea de Nazaret, "de noche". Como la primera Pascua de la historia, cuando Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. O al igual que la primera Pascua cristiana, la de aquel gran Jueves Santo... ¡De noche! De noche quiso morir -¡hasta el mismo sol se eclipsó en pleno mediodía!- y de noche quiso ser sepultado en la tierra.

Y ahora, su gran triunfo, su victoria definitiva, su resurrección, se realiza de noche y a la vista de casi nadie. ¿Por qué? Además de revelarnos su humildad divina, este modo de actuar es una fuerte llamada a nuestra conciencia y a nuestro corazón para invitarnos a estar en vela, con los ojos del alma y del cuerpo bien atentos y despiertos. No nos vaya a ocurrir lo mismo que les pasó a los apóstoles la noche de aquel primer Jueves Santo, después de la Ultima Cena -que fue también la primera Cena de la nueva alianza-: ¡se quedaron dormidos en el huerto, mientras su Maestro allí, en Getsemaní, entraba en agonía!

Pero también actúa así para que nuestra respuesta a Él sea en la fe, en el amor auténtico, en la humildad y en la libertad. Nadie vio cómo resucitó el Señor, ni a qué hora sucedió aquel portento... ¡y es el evento más grandioso de nuestra fe y el más decisivo de todo el cristianismo!... Sí. La resurrección de Jesús es la “Buena Nueva” por antonomasia, anunciada por Jesús mismo durante su vida pública y proclamada por la Iglesia de todos los tiempos. Si su nacimiento en Belén fue un hecho que llenó de inmensa alegría el orbe entero -y todos los años lo celebramos con desbordante júbilo en la Navidad- su resurrección lo es aún más. Los ángeles cantaron a coro el "Gloria in excelsis Deo" la noche santa de Belén, y también ellos fueron los únicos testigos -además de aquellos soldados romanos que estaban de guardia, ¡tan cobardes!, que no fueron capaces de convertirse luego en pregoneros del hecho más portentoso de la historia-. Y si el nacimiento de Jesús es un motivo de dicha para el mundo entero, su resurrección es la máxima coronación de toda su vida y su plan redentor.

El misterio del Dios hecho Hombre, que se encarnó por amor a nosotros y nació para salvarnos, encuentra su pleno cumplimiento en el triunfo glorioso y definitivo de su resurrección. Si todo hubiera acabado con su muerte, Cristo no sería sino sólo un gran hombre, como cualquiera de nosotros, y su vida habría sido la de un profeta excepcional, y nada más. Pero si Cristo ha resucitado y ha salido de la tumba con su propio poder, es la señal más clara de que es verdaderamente Dios, todopoderoso, el Señor absoluto de la vida y de la muerte. Y entonces todo lo anterior recibe su explicación y máxima justificación.

Pero, además, sus apariciones después de su resurrección... ¡muchas de ellas serán también de noche o casi a escondidas, con la presencia de unos cuantos, sus amigos predilectos! También aquí nos vuelve a sorprender el Señor: "Al anochecer de aquel día, el primero de la semana... entró Jesús y se puso en medio de ellos" -nos dice el Evangelio de hoy.

¡El Señor ha resucitado! Sí, pero lo ha hecho "como callandito" -según la dulce expresión de santa Teresa- y en silencio. No con trompetas y espectacularidades. Nunca ha actuado así el Señor. También en su gloriosa resurrección sabe ser humilde... ¡Qué impresionante es el modo de actuar de Dios! Cualquiera de nosotros hubiéramos preferido "restregarles" en la cara a los fariseos y a los sumos sacerdotes esta victoria para que se dieran cuenta con quién se estaban metiendo y para humillarlos en su derrota. Cristo no. Nunca ha actuado así. Y tampoco en su resurrección.

Propósito
Celebrar hoy con alegría la Divina Misericordia, aprendiendo de Jesús a ser misericordioso con lo sdemás.

Diálogo con Cristo
Jesús, también en la victoria tenemos que ser humildes, sencillos y discretos como Tú. Ése será un gran testimonio de nuestra fe ante todo el mundo, como lo fue en los primeros siglos de la Iglesia.
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Reflexión del Evangelio del Día 27 de Abril:“Les echó en cara su incredulidad”



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1.-Oración introductoria.
Señor, hoy te pido que me ayudes a creer en tu Resurrección. No nos cuesta nada creer en tu dolor, en tu sufrimiento, en tu muerte. Nos cuesta más creer en tu triunfo definitivo, que es también el nuestro. Y es que esta vida nos dá más malos ratos que buenos. Es un valle de lágrimas. Nos cuesta creer que Tú, Señor, nos creaste para que fuéramos felices, plenamente felices. Haz que todo lo que me pase en este día y en todos los días de mi vida lo viva a la luz de la pascua.

2.- Lectura reposada del evangelio. Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; Pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creatura».

3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
Todos los estudiosos del evangelio están de acuerdo en aceptar que el Evangelio de Marcos termina en Mc. 18,8. Todo lo que viene detrás, incluidos los versículos de hoy Mc. 16,9-15 es un añadido posterior. De hecho son resúmenes de otras apariciones: la de la Magdalena, la de los discípulos de Emaús, y la de los Once. Lo que llama la atención es aquello en que las tres apariciones coinciden: NO CREYERON. ¿Por qué? Normalmente nos creemos antes las malas noticias que las buenas. Parece que en nuestro mundo “nos hemos acostumbrado a los palos”, a recibir malas noticias o las esperamos. Por otra parte, no se trataba de creer que un muerto había vuelto a la vida, como en el caso de Lázaro a quien podían ver, ni de la inmortalidad, ni de la prolongación de esta vida nuestra en la otra. Se trataba de la Resurrección, de la entrada de Jesús definitivamente en el mundo de Dios para no volver ya ni a sufrir, ni a morir. Se trataba de la entrada de Jesús en la plenitud: la plenitud de la vida, la plenitud de la verdad, la plenitud del amor, la plenitud de la felicidad. A esa vida plena en Dios nos llama Jesús a todos en la Resurrección. Es verdad que no la merecemos, pero no es cuestión de méritos sino de “gracia”, de don, de regalo. Y esta plenitud ya tiene que comenzar en este mundo. Cristo Resucitado quiere que ya en esta vida “pregustemos” las alegrías de la futura felicidad. Cuando estos discípulos pasaron del no-creer al creer, se quedan “asombrados”.

Palabra del Papa
Los discípulos a su vez han recibido la llamada a estar con Jesús y a ser enviados por Él para predicar el Evangelio, y así? se ven colmados de alegría. ¿Por qué? no entramos también nosotros en este torrente de alegría? “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada”… Los discípulos son los que se dejan aferrar cada vez más por el amor de Jesús y marcar por el fuego de la pasión por el Reino de Dios, para ser portadores de la alegría del Evangelio. Todos los discípulos del Señor están llamados a cultivar la alegría de la evangelización. […] En muchas regiones escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. A menudo esto se debe a que en las comunidades no hay un fervor apostólico contagioso, por lo que les falta entusiasmo y no despiertan ningún atractivo. La alegría del Evangelio nace del encuentro con Cristo y del compartir con los pobres… Donde hay alegría, fervor, deseo de llevar a Cristo a los demás, surgen las verdaderas vocaciones. (S.S. Francisco, Mensaje para la 88ª Jornada Mundial de las Misiones, 14 de junio de 2014).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Guardo silencio).

5.- Propósito: En algún momento del día me retiro para “quedar sobrecogido” por el acontecimiento de la Pascua de Resurrección.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de la Palabra. Y yo ahora le respondo con mi oración.
Señor, sería una inmensa ingratitud por mi parte si hoy no cayera de rodillas y, con el corazón conmovido, no te diera inmensas gracias por el acontecimiento de la Resurrección. Tu amor es tan enorme que no te has limitado a salvarnos y llevarnos al cielo, sino que quieres darnos tu misma felicidad, esa que tenías en la mañana de Pascua y que no quisiste guardarla para ti solo, sino que la quisiste compartir con nosotros. ¡Gracias, Señor!
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viernes, 26 de abril de 2019

Reflexión del Evangelio del Día 26 de Abril:La pesca con los discípulos en Tiberiades

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1.-Oración introductoria.
Señor, esta narración tan viva, tan sugerente, del encuentro de los discípulos contigo en el Lago, me ha entusiasmado desde niño. Y he sentido envidia de no haber podido asistir a un almuerzo tan divino y tan humano, donde tú ponías todo: los peces, la leña, el fuego y, sobre todo, tu persona encantadora. Cuando yo estuve en Tierra Santa celebrando , me pasé toda la noche en el lago y tu ausencia sentida, añorada, emotivamente recordada, fue la más bonita y gratificante experiencia de esa visita.

2.- Lectura reposada del evangelio Juan 21, 1-14
Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberiades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar». Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo». Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No». Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido – pues estaba desnudo – y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar». Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Venid y comed». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

3.- Qué dice el texto.
Meditación-reflexión
En este bello relato, escrito tan al vivo que, al leerlo, da la impresión de que la tinta está todavía sin secarse, el Evangelista Juan, testigo de los hechos, nos presenta una aparición distinta. Aquí no se trata de encontrarse con Jesús en situaciones límite o extraordinarias como puede ser la de la Magdalena llorando la muerte, o Emaús con discípulos de vuelta de todo, o en el Cenáculo con las puertas bien cerradas por miedo a los judíos. Aquí todo es fácil, sencillo, normal. Dice Pedro: “Voy a pescar”. Es lo normal en un pescador de oficio. Lo mismo que cada mañana el labrador dice: voy a sembrar, y la ama de casa: voy a comprar; y el hombre de negocios: voy a la oficina. Lo importante en esta aparición es que el Resucitado se hace presente en la vida ordinaria, en la sencillez de lo cotidiano. ¿Y qué sucedió? Pues que aquel almuerzo después de pescar que hubiera sido normal, ordinario, rutinario, se convirtió con Jesús en una auténtica fiesta. ¡Qué almuerzo tan sabroso!. Y este es el mensaje: con Jesús Resucitado la vida tiene otro color y otro sabor. No hay que esperar al viernes por la tarde para pasarlo bien. Con Jesús todos los días son bonitos, aunque sean lunes. Jesús es la alegría de la vida.


Palabra del Papa
Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios. Me viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras. Predicar con la vida: el testimonio. La incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, mina la credibilidad de la Iglesia ..-El evangelista subraya que “ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor”. Y esto es un punto importante para nosotros: vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida, de tal manera que lo reconozcamos como “el Señor”. ¡Adorarlo!» (Homilía de S.S. Francisco, 14 de abril de 2013).

4.- Qué me dice este texto hoy a mí. (Guardo silencio)

5.- Propósito. Haré hoy todas las cosas pensando que es el mismo Jesús el que me acompaña.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra y ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Señor, por este encuentro que tuviste con tus discípulos en el lago. En aquel almuerzo de trabajo estábamos todos contigo. En el hombre de campo, en el niño que va a la escuela, en el joven que acude a la Universidad, en la mujer que trabaja en una oficina y en la que se queda en su domicilio haciendo sus “labores de casa”    estás Tú, como Resucitado, poniendo ilusión, alegría, y ganas de hacer bien las cosas. Y así, de un modo tan sencillo, podemos construir entre todos un mundo más humano, más fraternal. No te vemos, pero estás. No te vemos pero te sentimos cerca. ¡Gracias, Señor!
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jueves, 25 de abril de 2019

+ María Cabezón Sáenz


Doña María Cabezón Sáenz

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2-5 DE MAYO: JORNADAS DE PRESENTACIÓN CENTRO DE ESCUCHA


CENTRO DE ESCUCHA




En este tiempo pascual os anunciamos una buena noticia. Desde la Diócesis vamos a impulsar un nuevo proyecto social, insertado dentro del COF (Centro de Orientación Familiar), para atender a las personas que viven en soledad, depresión, proceso de duelo o cualquier tipo de sufrimiento, con la puesta en marcha del Centro de Escucha. Para comenzar a dar los primeros pasos de su instauración hemos organizado unas Jornadas que tendrán lugar del 2 al 5 de mayo, dirigidas a profesionales y estudiantes del área sociosanitaria, trabajadores sociales y a todos aquellos que estén interesados en formarse para acompañar a personas en situación de dificultad en su propio entorno, en el centro de escucha o en un grupo de duelo, etc.
 

MISIÓN DIOCESANA





Presentación de la Unidad Móvil de Intervención
en Crisis y Duelo (UMI)



La Unidad Móvil se concibe como una extensión del Centro de Escucha. Se trata de un servicio gratuito y externo del Centro. Por medio de la unidad el Centro de Escucha se acerca adonde se está produciendo una situación de crisis para ofrecer el servicio de la escucha activa, la relación de ayuda, el counselling y la atención especializada en un Centro móvil acondicionado para dicha atención.

El servicio se presta en un vehículo adaptado y personalizado que constituye, por un lado, un modo de intervención psicosocial directa para situaciones de crisis producidas por el hombre o por la naturaleza y para personas en duelo y otras problemáticas, con vocación de hacerse presente allá donde se está dando la necesidad.

La Unidad Móvil, tanto en tránsito como estacionada, hace presente el mensaje de disponibilidad, acogida y profesionalidad que tiene el Centro:

  • Consta de dos espacios de intervención en los que se puede acoger simultáneamente a varias personas. Se ha acondicionado el espacio para poder atender un grupo de seis personas y otro de cinco o un par de intervenciones individuales al tiempo.
  • El toldo exterior permite habilitar un espacio para la información sobre la intervención o para lo que sea preciso.
  • Los espacios de almacenamiento del interior permiten alojar libros sobre la intervención y otros así como materiales de apoyo.
  • El vehículo consta de cuatro plazas de cama para cuando sea preciso que el equipo pernocte en casos de desplazamiento fuera de la Comunidad de Madrid. Del mismo modo, una cocina sencilla y nevera para poder organizar la alimentación del equipo cuando sea preciso.
    Destinatarios

  • Personas en crisis provocadas por un trauma.
  • Personas en duelo que viven en ámbitos poco accesibles o con dificultades de movilidad o derivados desde otros Centros de Escucha o que no conocen los recursos existentes.
  • Instituciones con necesidades de atención: funerarias, tanatorios, cementerios, anatómico forense, policía, SAMUR, SAMUR social, servicios de Trabajo Social, parroquias, colegios, universidades.
  • Instituciones susceptibles de acoger campañas de sensibilización.
    Actividades y servicios:

  • Atención individual o grupal a duelos complejos, traumáticos dentro de la Unidad Móvil en un entorno privado y adecuado.
  • Atención individual o grupal a personas con crisis traumáticas y postraumáticas por desastres naturales o por obra del hombre, víctimas de violencia o accidentes.
  • Atención espiritual a personas en situaciones de crisis que así lo requieran.
  • Campañas de sensibilización sobre la escucha, estrategias de abordaje o acompañamiento en crisis, relación de ayuda, el counselling y otras a petición de instituciones sociales que lo requieran o en coordinación con ellas.
  • Campañas e intervención en lugares donde se esté impartiendo una conferencia sobre el duelo.
  • Campañas en campus universitario en los momentos oportunos.
  • Presencia en Jornadas organizadas por los diversos Centros de intervención o por los Centros de Escucha que lo requieran.

miércoles, 24 de abril de 2019

Reflexión del Evangelio del Día 25 de Abril:"Les abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras”

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1.-Oración introductoria.
Al principio de esta oración te pido, Señor, que me abras mi inteligencia para entender tu palabra y así descubrir el significado profundo de la Resurrección como fuente inagotable de gracia y salvación que no cesa de manar. Hoy quiero beber del agua cristalina de esa fuente.

2.- Lectura reposada de la Palabra (Lc.24, 35-48).
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de éstas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos. Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: “Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.”» Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.

3.- Qué dice el texto.
Meditación-Reflexión
Jesús Resucitado se puso en medio de ellos. Él es el vencedor de la muerte, El Viviente, el Cristo, el Señor. Y esto tiene unas consecuencias para todos los cristianos. Él es el Señor de mi vida y a él le entregó las riendas de mi existencia. Y así lo entendieron los primeros mártires de los tres primeros siglos. En Roma se les obligaba a reconocer a los Emperadores como dioses a quienes tenían que ofrecer incienso y sacrificios. Y ellos se negaron porque sólo reconocían como Señor al que había muerto en la Cruz.
Cristo se puso en medio. Es su puesto, en su sitio. Y si Cristo no está en el centro no está en ninguna parte. Cristo no es un simple paralelo en nuestra vida sino un meridiano que atraviesa todos los paralelos de nuestra existencia. Este cambio esencial no lo podemos hacer nosotros por nuestra cuenta. Por eso necesitamos que Cristo Resucitado nos “abra la inteligencia” como se les abrió a sus primeros discípulos. De este modo ejercerá su soberano señorío sobre los cristianos de todos los tiempos.

Palabra del Papa
Él, la tarde de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: “Ustedes son testigos de todo esto”. Los Apóstoles, que vieron con los propios ojos a Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo. El contenido del testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un acontecimiento concreto, es más, una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por quienes han hecho una experiencia personal de Él, en la oración y en la Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el Bautismo, su alimento en la Eucaristía, su sello en la Confirmación, su continúa conversión en la Penitencia. (Homilía de S.S. Francisco, 19 de abril de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto meditado. (Guardo silencio)

5.- Propósito: En todo lo que haga en este día, observaré dónde Jesús no es el centro.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Gracias, Señor, por las luces que me has dado en esta oración. He descubierto la fuerza de la Resurrección en tu Palabra y en mi vida.  Yo no soy seguidor de un Cristo muerto sino de un Cristo vivo, presente y operante dentro de mi corazón. Quiero que resucites dentro de mí lo que ha muerto o está a punto de fenecer. Dame alegría, ilusión, esperanza, ganas de vivir y de trasmitir esta vida a los demás.
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AÑO JUBILAR CALCEATENSE


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En este año de 2019 se cumple el milenario del nacimiento de Santo Domingo de la Calzada. Mil años después de su nacimiento su herencia sigue viva entre nosotros: en la ciudad calceatense que lleva el nombre de su fundador, en nuestra diócesis, en La Rioja y en toda España, fruto de la importancia que tiene su obra en la consolidación del Camino de Santiago y en la trasmisión de la fe en Jesucristo resucitado, a través de la práctica de las obras de misericordia. Mil años han trascurrido desde entonces, pero este testigo de Jesucristo sigue iluminando nuestro presente y puede ayudarnos a construir el futuro diocesano. Es por ello que recogiendo la propuesta del Cabildo Catedral de Santo Domingo de la Calzada y en continuidad con la celebración Jubilar del 900 aniversario de su muerte, promovida por mi antecesor el Cardenal Juan José Omella Omella, he creído oportuno con este motivo, declarar Año Jubilar Calceatense, que se celebrará entre el 25 de Abril de 2019 y el 12 de Enero de 2020. Esta iniciativa ha sido bien acogida y aprobada por la Santa Sede, que, a través de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido las indulgencias acostumbradas para los años santos.

Estoy convencido de que la figura de Santo Domingo de la Calzada, nos puede ayudar a percibir como creyentes la importancia de la santidad en la vida cristiana, a la que nos llama con tanta insistencia el Papa Francisco en todo su Magisterio y, singularmente,  en su Exhortación Apostólica “Gaudete et Exultate”. La santidad de Domingo se puede convertir en un magnífico estímulo para el presente de nuestra diócesis, ayudándonos a fortalecer el desarrollo de la Pastoral de la Santidad en la que estamos trabajando como objetivo fundamental en nuestra Misión Diocesana EUNTES, que dio comienzo el pasado 17 noviembre en Logroño. Siguiendo las huellas del Santo calceatense, me gustaría que la alegría de nuestra salvación en Cristo nos empujase, en este año jubilar, a la proclamación gozosa de nuestra identidad cristiana que, a través de la historia, hunde sus raíces en el fundamento de Cristo. Una identidad forjada a través de los siglos y encarnada de forma privilegiada en tantos cristianos que optaron por seguir a Jesús con exclusividad y radicalidad: los santos. El ejemplo de Santo Domingo de la Calzada seguro que nos ayuda en ese reto de descubrir plenamente nuestra vocación bautismal, con el deseo de hacer realidad la propuesta de Jesús: que tengamos vida y vida en abundancia (Cfr.Jn. 10, 10).
La celebración de un año Jubilar, que en esta ocasión de nuevo  nos congrega en torno al sepulcro de Santo Domingo de la Calzada, ha de ser momento y motivo de reencuentro con nuestra fe, que es la misma que impulsó al Santo a su entrega caritativa a los más necesitados de su tiempo. Este tiempo jubilar, nos recuerda que la Iglesia es el lugar por excelencia de la misericordia de Dios. El Jubileo es una ocasión privilegiada de revisión y perdón, de reconciliación ante Cristo, con nosotros mismos y con los demás, para recomenzar el camino en la búsqueda de una vida más justa y plena.

El próximo jueves, 25 de Abril, daremos comienzo a nuestro Jubileo calceatense. Me gustaría que este Año Jubilar fuese plenamente diocesano y nos ayudase, por la intercesión de Santo Domingo, a vivir con más intensidad la espiritualidad de comunión, como el mejor cimiento que nos conduzca a la misión. Por eso animo a las parroquias, comunidades religiosas, familias cristianas, colegios, delegaciones y secretariados diocesanos, a los movimientos, cofradías y asociaciones de la diócesis a vivir este momento de gracia como un don y a peregrinar a la catedral de Santo Domingo de la Calzada y visitar la tumba de nuestro Santo patrono. La peregrinación a la tumba del Santo nos ayuda a salir de nosotros mismos, de nuestras rutinas, a desinstalarnos y a caminar juntos hacia un lugar santo, signo de la Jerusalén celeste, en el que veneramos los retos de un auténtico testigo de Jesús.

Os aliento, pues, a peregrinar a la capital calceatense con devoción y con gratitud y a elevar nuestra plegaria confiada al Señor, por intercesión del Santo, pidiendo por tantas necesidades personales, familiares, sociales y diocesanas; teniendo especialmente presentes a los pobres y a los enfermos. Que Santo Domingo las presente ante el Padre y nos ayude también a llevar adelante nuestra misión diocesana EUNTES.
 
+ Carlos Escribano Subías
Obispo de Calahorra y La Calzada – Logroño
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Reflexíón del Evangelio del Día 24 de Abril:“ENCUENTRO CON LOS DISCIPULOS DE EMAÚS”


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1.-Oración introductoria. 
Señor, en esta oración quiero que me enseñes una cosa: la diferencia de una comunidad que todavía no se ha encontrado con el Resucitado y la comunidad que ha tenido la suerte de encontrase con El. Te pido que esta experiencia de Jesús con los de Emaús sea modelo de mi experiencia personal contigo hoy.

2.- Lectura reposada del evangelio.
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron». Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

3.- Qué dice el texto.
Meditación-Reflexión
         San Lucas, en una espléndida catequesis, nos hace ver la situación de una comunidad que no se ha encontrado vitalmente con Jesucristo y otra que ha experimentado la fuerza y el poder del Señor Resucitado. Y nos habla de cuatro presencias del Resucitado.
  1. En el diálogo. Aquellos discípulos iban caminando y, como dice el texto original, “iban buscando juntos”. Si de corazón buscamos la verdad y no “mi verdad”; si acepto que la Verdad Absoluta sólo la tiene Dios y nosotros estamos sembrados de verdades; si estamos dispuestos a aceptar la verdad del otro hasta el punto de decir: estaba equivocado; si acepto democráticamente la opinión de la mayoría, en ese diálogo sincero está presente el Señor.
  2. En la Palabra de Dios. Una palabra que está en la Biblia y a través de la oración pedimos que el Espíritu Santo nos ayude a profundizar en ella y abrirnos a su profundo significado. Si nos dejamos interpelar por ella, sentiremos, como los discípulos de Emaús, que “nuestro corazón arde por dentro”. Y en ese fuego interior descubriremos que está presente el Señor.
  3. En la “fracción del pan”. Si acudimos a la Eucaristía, no a recitar de rutina credos ya sabidos, sino a hacer presente el gesto de Jesús de “partir el pan” y nos comprometemos a darnos, a entregarnos, a vivir desviviéndonos por nuestros hermanos, especialmente por los más débiles y necesitados, podemos estar seguros que está presente el Señor.
  4. En la Comunidad. Con la muerte de Cristo viene la dispersión del grupo y los discípulos de Emaús van huyendo del grupo porque allí sólo se habla de muerte y de fracasos. Si somos capaces de desandar el camino de desesperación y decepción, por una experiencia de encuentro gozoso con el Señor, es claro que en esa comunidad alegre, hermanada, con ganas de salir a contar lo que hemos vivido, está presente el Señor.
Palabra del Papa.
El encuentro con Dios en la oración, mediante la lectura de la Biblia y en la vida fraterna les ayudará a conocer mejor al Señor y a ustedes mismos. Como les sucedió a los discípulos de Emaús, la voz de Jesús hará arder su corazón y les abrirá los ojos para reconocer su presencia en la historia personal de cada uno de ustedes, descubriendo así el proyecto de amor que tiene para sus vidas. Algunos de ustedes sienten o sentirán la llamada del Señor al matrimonio, a formar una familia. Hoy muchos piensan que esta vocación está “pasada de moda”, pero no es verdad. Precisamente por eso, toda la Comunidad eclesial está viviendo un período especial de reflexión sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Además, les invito a considerar la llamada a la vida consagrada y al sacerdocio. Qué maravilla ver jóvenes que abrazan la vocación de entregarse plenamente a Cristo y al servicio de su Iglesia. Háganse la pregunta con corazón limpio y no tengan miedo a lo que Dios les pida. A partir de su “sí” a la llamada del Señor se convertirán en nuevas semillas de esperanza en la Iglesia y en la sociedad. No lo olviden: La voluntad de Dios es nuestra felicidad (S.S. Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.- Propósito: Que en este día se note que estamos en Pascua: procuraré sonreír y poner buena cara

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.
Señor, te doy gracias por este rato de oración contigo. Te diré que eres fantástico. Me encanta esa manera tan humana de presentarte a los amigos que dejaste tan tristes y desconcertados con tu reciente muerte. Ahora estás lleno de vida, de ilusión, de alegría. Y hasta de buen humor. ¡Gracias Señor!
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