sábado, 31 de diciembre de 2022

EL MANANTIAL DE LA VIDA

 


Vivimos tiempo de incertidumbre. La pandemia, las guerras, las crisis (medioambiental, humanitaria, económica) han traído consigo una sensación de inseguridad personal, de titubeo emocional. No sabemos qué nos puede deparar el futuro y nos cuesta planificar las actividades a medio y largo plazo. La incertidumbre nos incomoda, nos hace sentir vulnerables, nos desafía a vivir más el presente, a recordar que no tenemos en nuestra  mano todas las soluciones, todas las respuestas, que no lo controlamos todo.

Vivimos tiempos de incertidumbre. Pero la otra cara de la incertidumbre no es la ansiedad, sino la posibilidad de disfrutar el momento, de romper con la rutina, de provocar el pensamiento, de lanzarnos a la acción en aquí-ahora. Es tiempo para despertar el ingenio, ser creativos y desarrollar la mentalidad crítica. Gracias a Dios no hay manual de instrucciones, pero los creyentes contamos con una brújula que nunca pierde el norte: la Palabra de Dios. La Buena Noticia de cada día.

La incertidumbre no puede detener nuestra vida como humanos ni como discípulos misioneros. Sigamos al servicio de los hombres y mujeres de hoy, especialmente de aquellos a quienes esta situación les ha hecho más vulnerables. La Palabra de Dios nos empuja a ello, nos da herramientas y Espíritu para trabajar con más creatividad y alegría. Y, al final, el gozo de haber amado y servido al mundo en este Cuerpo que es la Iglesia.

Se nos invita  a ser << IGLESIA EN SALIDA>>, Iglesia evangelizadora, Iglesia misionera. Teniendo a Jesucristo como modelo y centro.

¡FELIZ AÑO NUEVO 2023!



FALLECE EL PAPA EMÉRITO BENEDICTO XVI

 


El Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido esta mañana en Roma, a las 9.34 h. después de unos días de agravamiento de su estado de salud. El cuerpo del Papa emérito Benedicto XVI será trasladado a la basílica de S. Pedro el próximo lunes, 2 de enero para el saludo de los fieles.

Benedicto XVI nació en Alemania el 16 de abril de 1927. Su pontificado se desarrolló del 19 de abril de 2005 hasta el 28 de febrero de 2013, fecha en la que renunció al papado asumiendo el título de Papa emérito, con la intención de dedicarse a la oración y al retiro espiritual.​ Su renuncia fue anunciada por él mismo días antes, el 11 de febrero, en una decisión excepcional en la Historia de la Iglesia. A partir de ese momento vivió como papa emérito al lado de su sucesor, el papa Francisco, en el monasterio “Mater ecclesiae” del Vaticano.  

El papa Benedicto XVI dejó una profunda huella en los corazones de los católicos de toda España. Durante sus ocho años de pontificado, reconoció la labor de la Iglesia española y la alentó en su fe en numerosas ocasiones, con sus gestos, discursos, actos y visitas a nuestro país.

Proclamó santos y beatos españoles, reconociendo así, la vida y obra de sacerdotes, religiosos y laicos que defendieron su fe hasta las últimas consecuencias. Elevó a los altares a cinco santos españoles, además de aprobar las beatificaciones de más de medio millar, incluyendo a los 498 españoles mártires del siglo XX, y proclamar a san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia universal. Además, creó seis cardenales españoles en los cinco consistorios convocados en su mandato.

Asimismo, pisó suelo español en tres ocasiones: Valencia, Santiago y Barcelona, y Madrid. En estas visitas pudo encontrarse con los obispos españoles y una gran cantidad de fieles que le acompañaron en todos los recorridos, celebraciones y eucaristías, mostrándole una inmensa gratitud y afecto.

Los prelados españoles, después del viaje apostólico a Santiago y Barcelona, le mostraron su agradecimiento por su presencia entre nosotros con estas palabras: “ha sido un especial momento de gracia, del que esperamos frutos abundantes para la nueva evangelización”.

“La calurosa acogida –continuaban los obispos- que tantas personas ofrecieron al Papa en las calles y en los lugares habilitados para las celebraciones es una muestra del cariño que nuestro pueblo profesa a su persona, así como del aprecio por la luminosa y alentadora enseñanza con la que el Vicario de Cristo confirma en la fe a sus hermanos”.

Los tres viajes de Benedicto XVI a España

El papa Benedicto XVI acudió por vez primera a España con ocasión del  Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró  en Valencia. El Papa participó en los actos finales, los días 8 y 9 de julio de 2005. Numerosas familias ofrecieron su testimonio de fe y el Santo Padre clausuró el encuentro con una eucaristía multitudinaria, en la explanada de la “Ciudad de las Artes y las Ciencias” de la ciudad del Turia.

Cinco años más tarde, los días 6 y 7 de noviembre de 2010, el Santo Padre regresó a nuestro país, en esta ocasión para visitar Santiago de Compostela, con motivo del año Jacobeo, así como Barcelona, para la consagración del templo de la Sagrada Familia, que a partir de ese momento se abrió al culto.

La vigilia de Cuatro vientos, en la JMJ Madrid 2011

Del 18 al 21 de agosto de 2011, Benedicto XVI visitó Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ-2011). Muchos fueron los momentos inolvidables: el encuentro con jóvenes religiosas, que le aclamaban con una alegría desbordante, en El Escorial, tuvo lugar el 19 de agosto.

Asimismo, el 20 de agosto de 2011 quedó marcado también en el recuerdo de numerosos católicos españoles. Más de un millón de jóvenes acompañaban a Benedicto XVI en la vigilia de la JMJ de Madriden el aeródromo de Cuatro Vientos.

Benedicto XVI, soportando una fuerte lluvia y tras rechazar el consejo de sus colaboradores que lo instaban a retirarse, se quedó en el altar, con una gran sonrisa en el rostro.

Después de un silencio atronador, agradeció a los allí presentes “por esa alegría y resistencia. Vuestra fuerza es mayor que la lluvia”.

“Queridos jóvenes hemos vivido una aventura juntos. Han resistido firmes en la lluvia”. “Igual que esta noche, con Cristo podréis afrontar las pruebas de la vida, no lo olvidéis”, afirmó Benedicto XVI en su discurso de despedida.

La mayor beatificación en la historia de la Iglesia: 498 españoles «mártires del siglo XX«

En 2007, concretamente el 28 de octubre, Benedicto XVI aprobó la mayor beatificación que ha tenido lugar en la historia de la Iglesia.

En ella, 498 españoles fueron proclamados beatos al ser considerados «mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX».

Un tapiz de gran tamaño con la foto de todos los beatos fue descubierto en el balcón de la logia central de la basílica vaticana. Las beatificaciones se celebraron en la plaza de San Pedro en una ceremonia presidida por el cardenal el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del papa Benedicto XVI.

San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia

Otros de los hitos de su pontificado para la Iglesia española fue la proclamación de san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia universal, el 7 de octubre de 2012. La solemne ceremonia fue presidida por Benedicto XVI y se celebró también en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

Benedicto XVI realizó este importante anuncio en la JMJ de Madrid 2011, durante la eucaristía con los seminaristas en la catedral de la Almudena.

¡Gracias, Santo Padre!

Por todo ello, en momentos dolorosos pero con la esperanza en la Resurrección, volvemos a recordar las palabras de los obispos españoles, quienes afirmaron que “las luminosas y alentadoras enseñanzas del Papa Benedicto XVI” confirman en la fe a sus hermanos. Nos unimos en oración a toda la Iglesia universal.

FELIZ AÑO NUEVO 2023 - LA PAZ ‐

 

Santa María, Madre de Dios: 1 de enero de 2023

 María, por su parte, conservaba todas estas cosas en su corazón

INTRODUCCIÓN

Varios temas se concentran en este día: La fiesta de Santa María, madre de Dios, el tema de la paz y el estreno del Año Nuevo. María, al estar limpia de todo pecado, vive en un eterno Paraíso. María es el verdadero paraíso de Dios.  La única que puede estrenar un calendario siempre nuevo y sin posibilidad de mancharlo. La única que puede darnos una “paz paradisiaca”. La única que puede decir: Este Niño que llevo en mis brazos, a quien acuno con infinita ternura, es Dios. ¡Adoradlo!…

LECTURAS

1ª lectura: Num. 6,22-27.    2ª lectura: Gal. 4,4-7;

EVANGELIO

Lc.2,16-21

Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.  Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores.  María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

1.- El tema de la paz (Primera lectura).  Aquí, en el libro de Números, se nos habla de una de las más bellas bendiciones del A.T. “El Señor te bendiga, ilumine su rostro sobre ti, se fije en ti y te conceda la paz”. María recoge todas las bendiciones importantes del A.T. Las de los patriarcas, profetas, reyes… Y las mujeres más relevantes como Sara, Rebeca, Judit, Ester, tienen sentido profético. Son importantes porque ellas remitían a María, la madre de Jesús. María, al estar llena de Dios, está llena de paz… No olvidemos que María, al no tener pecado original, nunca ha sido expulsada del paraíso. Es más, Ella es un “verdadero paraíso” Ella es personalmente la que encarna el verdadero sueño de Dios sobre la humanidad. En ella encontramos el verdadero proyecto de Dios sobre el mundo. Ella es lo que todos estábamos llamados a ser. Y como no tuvo pecado, puede pasear por el paraíso con Dios “a la brisa de la tarde”. La paz que nos da María es nada menos que la “paz paradisíaca” donde “el lobo habitará con el cordero y pastarán juntos el becerro y el león”. (Is. 11,6s) . La bestialidad del hombre debe desaparecer e implantarse en el mundo la auténtica convivencia humana.

2.– La plenitud del tiempo (Segunda lectura). Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, en la plenitud del tiempo. Un tema muy aparente para pensar hoy. Con Jesús comienza el verdadero tiempo. No el tiempo cronológico sino el tiempo en plenitud, el tiempo con sentido. Con la venida de Cristo se nos da la oportunidad de dejar el tiempo viejo, el del egoísmo, de las envidias, rivalidades, injusticias…y estrenar un nuevo tiempo, un Año Nuevo. A todos los que iniciamos algo nuevo nos gusta entrar “con buen pie”. Y también “con buena mano”. Y María es para nosotros hoy, al comienzo del Nuevo Año, una mano cercana, cariñosa, maternal.  María también nos enseña a no ser superficiales, mediocres. Ella nos abre la puerta al asombro, a la sorpresa, a la admiración.  Ella es “La llena de gracia”. Y, desde su plenitud, nos llama a una vida plena, rebosante de alegría. María es la única criatura que jamás ha defraudado a Dios. La única que puede decir realmente a Dios con la esposa de los Cantares: “Entra, Amor mío, en tu jardín y come de sus frutos exquisitos”. Y estos frutos exquisitos nos los ofrece también a nosotros, que somos sus hijos.

3.– Evangelio. María “guardaba todo esto en su corazón”. ¿Qué es esto que guardaba María? El misterio de Dios hecho hombre en sus entrañas. Hace unos años tuve la suerte de visitar Éfeso. En una de las Basílicas, actualmente en ruinas, tuvo lugar el tercer Concilio Ecuménico en el 431. Allí se proclamó a María, Madre de Dios. Las crónicas nos dicen que, mientras los padres conciliares deliberaban dentro del Templo, el pueblo estaba fuera “rezando”. Al conocer la definición… sacaron a hombros a los padres conciliares y con antorchas encendidas iniciaron una procesión llena de aclamaciones a ¡Santa María, Madre de Dios! El Concilio, de ninguna manera, quiso decirnos que María fuera la “engendradora de Dios” en el sentido de que sin ella Dios no hubiera existido. Esto sería una gran herejía.   Pero sucede que, si el hijo de una pobre mujer llega a ser ministro, presidente, o Papa, esa mujer es la madre del ministro, del presidente o del Papa. Como María dio a luz a Jesús -que era Dios- se le llama la madre de Dios. Y esa misma madre nos la entregó Jesús a todos nosotros en la Cruz para que también fuese madre nuestra. Por eso cada uno de nosotros puede decir con admiración y gozo: ¡LA MADRE DE DIOS ES MI MADRE!

PREGUNTAS

1.- ¿Sé que no puedo vivir en paz sin contar con Dios? ¿Me preocupa el estar yo en paz para poder dar paz a los demás?

2.- ¿Caigo en la cuenta de la cantidad de tiempo que he perdido en este año pasado? ¿Cómo lo voy a recuperar en este Año Nuevo?

3.- ¿Suelo dar gracias a Jesús por el regalo que nos hizo al darnos por madre a su propia madre? 

Oración de Fin de Año.

 

Evangelio del día 31 diciembre 2022 (En Él está la Vida)

 

"¡¡Esto es imposible!!"

 


Hay momentos en los que todo se nos hace cuesta arriba y nos gustaría tirar la toalla. A veces sentimos que lo hemos intentado mil veces, pero que siempre volvemos a lo mismo. Quejas, quejas y más quejas. Si estás en un momento así, este vídeo es para ti. Después de verlo ya no podrás decir "es imposible".

Lectio Divina: 31 de diciembre de 2022

 “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”

1.-Oración introductoria.

Gracias, Señor, por la Navidad. Creo que te hiciste niño para redimirnos y mostrarnos el amor de Dios Padre. Hoy, como lo hiciste un día a los pastores de Belén, nos anuncias la gran noticia: «Os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor». Haz que ni la rutina, ni la indiferencia, ni el paso del tiempo, logren desdibujar este maravilloso misterio de amor. Haz que tu Palabra siga viva y eficaz entre nosotros.

2.- Lectura reposada del Evangelio. Juan 1, 1-18

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.» Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

“En el principio existía la Palabra”. Y esa Palabra era Dios. Un Dios que se comunicaba internamente a través de tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se trata de un diálogo eterno, inefable y maravilloso. Un “éxtasis de amor”. Para explicar esta realidad los griegos acuden a una palabra muy sugestiva. “perijoresis”, que significa “danza”. Hay un libro que yo me lo compré sin ojearlo, sólo por el título: “DIOS ES MUSICA” En definitiva, quiere decir lo mismo: Dios es música, danza, gozo, fiesta. Y este Dios tan bueno y tan alegre quiso un día compartir esta fiesta con nosotros, pobres hombres perdidos en un pequeño e insignificante planeta. Y esto lo realizó a través de su Palabra. Y desde entonces este mundo se convirtió en un Paraíso. Después vino la insensatez humana al decir NO a este Proyecto maravilloso. Pero Dios, terco en su comunicación de amor, llevó adelante su plan de salvación. Y reanudó su diálogo roto por el pecado, a través de su Palabra. Esta maravilla de amor lo expresó bellísimamente el Concilio Vaticano II. “En los libros sagrados, el Padre que está en los cielos, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos” (D.V. 21).Esa misma Palabra que existía desde el principio, se hace presente hoy en nuestras vidas para entablar con nosotros un “diálogo de amor.

Palabra autorizada por el Papa

“La Palabra de Dios, precede y excede a la Biblia. Es por ello que nuestra fe no tiene en el centro sólo un libro, sino una historia de salvación y sobre todo a una Per­sona, Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne. Precisamente porque el horizonte de la Palabra divina abraza y se extiende más allá de la Escri­tura, para comprenderla adecuadamente es necesaria la constante presencia del Espíritu Santo que nos «guiará hasta la verdad plena» (Jn 16, 13). (Pontificia Comisión Bíblica. 12-4-13).

4.- Qué me dice a mí este texto ya meditado.  (Guardo silencio)

5.- Propósito: En un momento del día o de la noche, tomo este texto del prólogo de Juan y, en silencio, me dejo desbordar por el Misterio de la Encarnación.

5.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Jesús, contemplando el misterio de la Navidad caigo en la cuenta del gran amor que tienes a cada uno de nosotros. Has dejado el trono del cielo y has bajado hasta las chozas de la tierra. Y lo único que explica todo es el inmenso amor que nos has tenido. Te pido que nos empapes de ese mismo amor y lo derrames entre tantas personas que viven solas y lo necesitan.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Evangelio del día 30 diciembre 2022 (Sagrada Familia)

 

Respetos Humanos: El MIEDO de los Cristianos

 


¿Estás harto de tener miedo a decir públicamente que crees en Dios? ¿Quieres tener personalidad propia? ¡¡Pues déjate de miedos y mira este vídeo!! En él descubrirás cuánto daño pueden hacer los respetos humanos a tu vida espiritual y de qué medios dispones para defenderte. A partir de ahora, basta de complejos y empieza a dar testimonio público de tu fe: ¡¡¡jamás nos quitarán la libertad!!!

Lectio Divina: 30 de diciembre de 2022

 Fiesta de la sagrada familia

ORACIÓN PREPARATORIA

“Los esposos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con Él, es animarse a construir con El, es animarse a jugarse con Él esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo”. Papa Francisco. (A,L . Nº  321).  

LECTURAS DEL DÍA

1ª lectura: Eclesiástico: 3,2-6.12-14.     2ª lectura: Colosenses 3,12-21

EVANGELIO

Mt 2,13-15.19-23

Apenas se marcharon, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: -Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta nuevo aviso, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. José se levantó, cogió al niño y a su madre de noche, se fue a Egipto y se quedó allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto (Os 11,1).Apenas murió Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: -Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que intentaban acabar con el niño.Se levantó, cogió al niño y a su madre y entró en Israel. Al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá. Entonces, avisado en sueños, se retiró a Galilea y fue a establecerse a un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas: que se llamaría Nazoreo.

EXPLICACIÓN-REFLEXIÓN

Se trata de una familia oriental donde conviven los esposos, los hijos y los abuelos. Y todos caben; con sus problemas y dificultades. 

1.- Los esposos (2ª Lectura. Col. 3,12,21). Hay que ir al matrimonio equipados. Lo mismo que uno que va a esquiar o a escalar una montaña… ¿Qué traje deben ponerse?  “la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura”. La misericordia es una palabra compuesta que significa: poner el corazón sobre nuestra miseria. Todos somos limitados, somos pecadores. Y a veces, aún con la mejor intención, nos hacemos daño. La única solución es pedirnos perdón de todo corazón. Sin capacidad de perdón, nuestra convivencia siempre estará amenazada. El sol que sale con fuerza no tiene miedo a la escarcha de las frías mañanas de invierno. La humildad, dice Santa Teresa, es la verdad. La verdad de saber que en el matrimonio nadie es más que nadie ni menos que nadie. Los dos son hijos de Dios a quienes ama de la misma manera. La dulzura es el amor de excelencia, amor cariñoso, el amor de detalles. Es lo mismo que el aceite para los coches. Si falta, se enciende una lucecita roja que manda pararte. De lo contrario, te cargas el motor. Con la dulzura se suavizan las relaciones, se eliminan las tensiones y hace que la convivencia vaya sobre ruedas. 

2.- Los abuelos (1ª lectura. Eclo. 3,2-6.12-14). En la primera lectura se nos habla de abuelos y se nos dice cosas tan bellas como éstas:” el que respeta a sus padres ancianos acumula tesoros; cuando rece será escuchado. Hijo mío, no los abandones cuando sean mayores, aunque ya digan bobadas, ten indulgencia, no los abochornes”.   Acumula tesoros. Los hijos no obedecen, los hijos imitan. Lo que tú hagas con los abuelos harán tus hijos contigo. “Cuando reces serás escuchado” A veces decimos que Dios no nos escucha. ¿No será porque no tratamos bien a los mayores? “¡Hijo mío!, no los abandones” Da la impresión de que el mismo Dios se pone de rodillas para suplicarnos que no abandonemos a los abuelos. “Ten indulgencia, aunque digan bobadas”.  Ya sabemos que repiten las cosas y que son raros. Es lo normal. Lo mismo que los niños hacen gracias, los mayores tienen rarezas…  ¿Has pensado en lo que serás tú cuando tengas sus años?  ¡No los abochornes!  Un hijo nunca debe avergonzarse de sus padres. Tal vez no hayan tenido medios para adquirir cultura porque necesitaron trabajar para que tú pudieras estudiar.  Un hijo siempre se siente orgulloso de sus padres.

3.- Una familia con problemas. A los pocos días del nacimiento del Niño, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al Niño y a su madre, y huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.Qué duro, o como se dice ahora, qué fuerteel que quieran matar al Niño apenas ha pisado este mundo. Si este Niño sólo viene a salvar…a hacer el bien…María y José, sin protestar, sin pedir explicaciones abandonan su país, su pueblo, su casa, su familia…y marchan a Egipto, un país tan distinto y tan desconocido. Y allí, sin conocer a nadie, tienen que buscar un trabajo, una vivienda. Ellos eran pobres y es posible que los primeros días estuvieran sin trabajo, viviendo de limosnas, pasando por la humillación de tener que pedir…Pero esta es la situación que, a lo largo de tantos siglos, han vivido y están viviendo miles de personas que tienen que abandonarlo todo por buscar trabajo y un medio de vida.  Cualquier emigrante puede acudir a esta sagrada familia. Ella sabe por propia experiencia lo duro que es vivir en un país extranjero…Lo ha vivido. Ella está preparada para socorrer este tipo de situaciones, no desde fuera, dando una limosna, sino desde dentro, metiéndose en el pellejo de la gente.

PREGUNTAS

1.- Hoy que hay tantos fracasos en los matrimonios.  ¿Nos preocupa el equiparles mejor? ¿Todo se reduce a unos cursillos antes de la boda?

2.- Hoy en España los abuelos tienen abundante comida, calefacción y medicinas. Y, sin embargo, se sienten solos. ¿A quién corresponde    dar esa medicina que cure su amarga soledad?

3.- Hay muchas familias en el mundo que tienen necesidad de salir de su país con todo lo que esto conlleva de desarraigo y de sufrimiento. ¿Cuál es nuestra postura ante los inmigrantes?  Como cristianos, ¿no podemos hacer más por ellos?

ORACIÓN DE LOS JUEVES (Nº 3) - 29 de diciembre de 2022

 

Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2023

 


«Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde
el COVID-19 para trazar juntos caminos de paz«

«Hermanos, en cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba. Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche» (Primera carta de san Pablo a los Tesalonicenses 5,1-2). 

1. Con estas palabras, el apóstol Pablo invitaba a la comunidad de Tesalónica, que esperaba el encuentro con el Señor, a permanecer firme, con los pies y el corazón bien plantados en la tierra, capaz de una mirada atenta a la realidad y a las vicisitudes de la historia. Por eso, aunque los acontecimientos de nuestra existencia parezcan tan trágicos y nos sintamos empujados al túnel oscuro y difícil de la injusticia y el sufrimiento, estamos llamados a mantener el corazón abierto a la esperanza, confiando en Dios que se hace presente, nos acompaña con ternura, nos sostiene en la fatiga y, sobre todo, guía nuestro camino. Con este ánimo san Pablo exhorta constantemente a la comunidad a estar vigilante, buscando el bien, la justicia y la verdad: «No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios» (5,6). Es una invitación a mantenerse alerta, a no encerrarnos en el miedo, el dolor o la resignación, a no ceder a la distracción, a no desanimarnos, sino a ser como centinelas capaces de velar y distinguir las primeras luces del alba, especialmente en las horas más oscuras.  

2.  El COVID-19 nos sumió en medio de la noche, desestabilizando nuestra vida ordinaria, trastornando nuestros planes y costumbres, perturbando la aparente tranquilidad incluso de las sociedades más privilegiadas, generando desorientación y sufrimiento, y causando la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros.

Empujado dentro de una vorágine de desafíos inesperados y en una situación que no estaba del todo clara ni siquiera desde el punto de vista científico, el mundo sanitario se movilizó para aliviar el dolor de tantos y tratar de ponerle remedio; del mismo modo, las autoridades políticas tuvieron que tomar medidas drásticas en materia de organización y gestión de la emergencia.

Junto con las manifestaciones físicas, el COVID-19 provocó —también con efectos a largo plazo— un malestar generalizado que caló en los corazones de muchas personas y familias, con secuelas a tener en cuenta, alimentadas por largos períodos de aislamiento y diversas restricciones de la libertad.

Además, no podemos olvidar cómo la pandemia tocó la fibra sensible del tejido social y económico, sacando a relucir contradicciones y desigualdades. Amenazó la seguridad laboral de muchos y agravó la soledad cada vez más extendida en nuestras sociedades, sobre todo la de los más débiles y la de los pobres. Pensemos, por ejemplo, en los millones de trabajadores informales de muchas partes del mundo, a los que se dejó sin empleo y sin ningún apoyo durante todo el confinamiento.

Rara vez los individuos y la sociedad avanzan en situaciones que generan tal sentimiento de derrota y amargura; pues esto debilita los esfuerzos dedicados a la paz y provoca conflictos sociales, frustración y violencia de todo tipo. En este sentido, la pandemia parece haber sacudido incluso las zonas más pacíficas de nuestro mundo, haciendo aflorar innumerables carencias.

3. Transcurridos tres años, ha llegado el momento de tomarnos un tiempo para cuestionarnos, aprender, crecer y dejarnos transformar —de forma personal y comunitaria—; un tiempo privilegiado para prepararnos al “día del Señor”. Ya he dicho varias veces que de los momentos de crisis nunca se sale igual: de ellos salimos mejores o peores. Hoy estamos llamados a preguntarnos: ¿qué hemos aprendido de esta situación pandémica? ¿Qué nuevos caminos debemos emprender para liberarnos de las cadenas de nuestros viejos hábitos, para estar mejor preparados, para atrevernos con lo nuevo? ¿Qué señales de vida y esperanza podemos aprovechar para seguir adelante e intentar hacer de nuestro mundo un lugar mejor?   

Seguramente, después de haber palpado la fragilidad que caracteriza la realidad humana y nuestra existencia personal, podemos decir que la mayor lección que nos deja en herencia el COVID-19 es la conciencia de que todos nos necesitamos; de que nuestro mayor tesoro, aunque también el más frágil, es la fraternidad humana, fundada en nuestra filiación divina común, y de que nadie puede salvarse solo. Por tanto, es urgente que busquemos y promovamos juntos los valores universales que trazan el camino de esta fraternidad humana. También hemos aprendido que la fe depositada en el progreso, la tecnología y los efectos de la globalización no sólo ha sido excesiva, sino que se ha convertido en una intoxicación individualista e idolátrica, comprometiendo la deseada garantía de justicia, armonía y paz. En nuestro acelerado mundo, muy a menudo los problemas generalizados de desequilibrio, injusticia, pobreza y marginación alimentan el malestar y los conflictos, y generan violencia e incluso guerras.

Si, por un lado, la pandemia sacó a relucir todo esto, por otro, hemos logrado hacer descubrimientos positivos: un beneficioso retorno a la humildad; una reducción de ciertas pretensiones consumistas; un renovado sentido de la solidaridad que nos anima a salir de nuestro egoísmo para abrirnos al sufrimiento de los demás y a sus necesidades; así como un compromiso, en algunos casos verdaderamente heroico, de tantas personas que no escatimaron esfuerzos para que todos pudieran superar mejor el drama de la emergencia.

De esta experiencia ha surgido una conciencia más fuerte que invita a todos, pueblos y naciones, a volver a poner la palabra “juntos” en el centro. En efecto, es juntos, en la fraternidad y la  solidaridad, que podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos. De hecho, las respuestas más eficaces a la pandemia han sido aquellas en las que grupos sociales, instituciones públicas y privadas y organizaciones internacionales se unieron para hacer frente al desafío, dejando de lado intereses particulares. Sólo la paz que nace del amor fraterno y desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y mundiales.

4. Al mismo tiempo, en el momento en que nos atrevimos a esperar que lo peor de la noche de la pandemia del COVID-19 había pasado, un nuevo y terrible desastre se abatió sobre la humanidad. Fuimos testigos del inicio de otro azote: una nueva guerra, en parte comparable a la del COVID-19, pero impulsada por decisiones humanas reprobables. La guerra en Ucrania se cobra víctimas inocentes y propaga la inseguridad, no sólo entre los directamente afectados, sino de forma generalizada e indiscriminada en todo el mundo; también afecta a quienes, incluso a miles de kilómetros de distancia, sufren sus efectos colaterales —basta pensar en la escasez de trigo y los precios del combustible—.

Ciertamente, esta no es la era post-COVID que esperábamos o preveíamos. De hecho, esta guerrajunto con los demás conflictos en todo el planeta, representa una derrota para la humanidad en su conjunto y no sólo para las partes directamente implicadas. Aunque se ha encontrado una vacuna contra el COVID-19, aún no se han hallado soluciones eficaces para poner fin a la guerra. En efecto, el virus de la guerra es más difícil de vencer que los que afectan al organismo, porque no procede del exterior, sino del interior del corazón humano, corrompido por el pecado (cf. Evangelio según san Marcos 7,17-23).

5. ¿Qué se nos pide, entonces, que hagamos? En primer lugar, dejarnos cambiar el corazón por la emergencia que hemos vivido, es decir, permitir que Dios transforme nuestros criterios habituales de interpretación del mundo y de la realidad a través de este momento histórico. Ya no podemos pensar sólo en preservar el espacio de nuestros intereses personales o nacionales, sino que debemos concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un “nosotros” abierto a la fraternidad universal. No podemos buscar sólo protegernos a nosotros mismos; es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común.

Para lograr esto y vivir mejor después de la emergencia del COVID-19, no podemos ignorar un hecho fundamental: las diversas crisis morales, sociales, políticas y económicas que padecemos están todas interconectadas, y lo que consideramos como problemas autónomos son en realidad uno la causa o consecuencia de los otros. Así pues, estamos llamados a afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión. Debemos retomar la cuestión de garantizar la sanidad pública para todos; promover acciones de paz para poner fin a los conflictos y guerras que siguen generando víctimas y pobreza; cuidar de forma conjunta nuestra casa común y aplicar medidas claras y eficaces para hacer frente al cambio climáticoluchar contra el virus de la desigualdad y garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos, apoyando a quienes ni siquiera tienen un salario mínimo y atraviesan grandes dificultades. El escándalo de los pueblos hambrientos nos duele. Hemos de desarrollar, con políticas adecuadas, la acogida y la integración, especialmente de los migrantes y de los que viven como descartados en nuestras sociedades. Sólo invirtiendo en estas situaciones, con un deseo altruista inspirado por el amor infinito y misericordioso de Dios, podremos construir un mundo nuevo y ayudar a edificar el Reino de Dios, que es un Reino de amor, de justicia y de paz.

Al compartir estas reflexiones, espero que en el nuevo año podamos caminar juntos, aprovechando lo que la historia puede enseñarnos. Expreso mis mejores votos a los jefes de Estado y de gobierno, a los directores de las organizaciones internacionales y a los líderes de las diferentes religiones. A todos los hombres y mujeres de buena voluntad, les deseo un feliz año, en el que puedan construir, día a día, como artesanos, la paz. Que María Inmaculada, Madre de Jesús y Reina de la Paz, interceda por nosotros y por el mundo entero.  

Vaticano, 8 de diciembre de 2022 

Lectio Divina: 29 de diciembre de 2022

 Una espada te atravesará el alma

1.-Oración introductoria.

Hoy quiero hacer mi oración muy cerca de María. Me impresionan mucho las palabras que le dijo Simeón: “Una espada atravesará tu alma”. María vivió siempre con el “alma atravesada”. Es la espada cruel de la “sospecha”. Sabe que su Hijo no va a terminar bien y sospecha que la muerte le puede venir en cualquier momento. Señor, hoy te pido por tantas madres que sufren en silencio los fines de semana, cuando los hijos están por la noche fuera de casa. Siempre sospechan lo peor. ¿Vendrá o no vendrá?  Acuértate, Señor, del sufrimiento de tantas madres.

2.- Lectura reposada del Evangelio. Lucas 2, 22-35

Cuando se cumplieron los días de la purificación de María, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, y una espada te atravesará el alma a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.

3.- Lo que dice la Palabra.

Meditación-reflexión.

Una de las mejores alabanzas que le dice la Biblia a Simeón es que “En él estaba el Espíritu Santo”. Como estaba también en María, la madre de Jesús. Al Espíritu Santo se le compara con el viento.  Y el viento es “aire en movimiento”. El Espíritu no está parado, está siempre moviéndose, inspirando, sugiriendo, elevándonos hacia lo alto, lo bello, lo auténtico, lo maravilloso. Me imagino que el Niño Jesús pasaría por las manos de los sacerdotes y encargados del templo “como un niño más”. Pero al llegar a las manos de Simeón, este ancianito se estremece, se llena de gozo y hasta llega a perder el miedo a morir. “Ahora ya puedo morir tranquilo”. Todos los días Jesús en la Eucaristía pasa por nuestras manos, por nuestra garganta, y llega a nuestro corazón. ¡Y no pasa nada!…  Situviéramos la fe de Simeón nos llenaríamos de asombro, caeríamos de bruces ante esa “enormidad”. Y nos quedaríamos un buen rato “adorando” “amando” “alabando” “agradeciendo”.

Palabra autorizada del Papa Francisco

“El Pueblo de Dios es invitado en cada época histórica a contemplar esta luz. Luz que quiere iluminar a las naciones. Así, lleno de júbilo, lo expresaba el anciano Simeón. Luz que quiere llegar a cada rincón de esta ciudad, a nuestros conciudadanos, a cada espacio de nuestra vida. “El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”. Una de las particularidades del pueblo creyente pasa por su capacidad de ver, de contemplar en medio de sus “oscuridades” la luz que Cristo viene a traer. Ese pueblo creyente que sabe mirar, que sabe discernir, que sabe contemplar la presencia viva de Dios en medio de su vida, en medio de su ciudad. Con el profeta hoy podemos decir: el pueblo que camina, respira, vive entre el “smog”, ha visto una gran luz, ha experimentado un aire de vida. […] ¿Cómo es esta luz que transita nuestras calles? ¿Cómo encontrar a Dios que vive con nosotros en medio del “smog” de nuestras ciudades? ¿Cómo encontrarnos con Jesús vivo y actuante en el hoy de nuestras ciudades pluriculturales?” (Homilía de S.S. Francisco, 26 de septiembre de 2015).

4.- Qué me dice a mí este texto. (Silencio).

5.-Propósito. Celebrar hoy la Eucaristía como si fuera la última de mi vida.

 6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, Simeón y Ana esperaron toda la vida para verte y yo tengo la suerte de tenerte presente cada día por la gracia y de una manera especial en la celebración de la Eucaristía.  Ayúdame a valorar esta presencia tuya de modo que cada mañana mi corazón quede estremecido y esta presencia tuya me acompañe a lo largo de todo el día.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

El papa Francisco pide rezar por Benedicto XVI

 


La Santa sede ha confirmado por mefio de un comunicado oficial, que su Santidad el Papa Enerito Benedicto XVI, se encuentra en grave estado de salud.

Por lo que piden al pueblo de Dios elevar oraciones por el Santo Padre, en este momento difivil y crucial de su vida.
«Pronto me encontraré frente al último juez de mi vida. Aunque al mirar hacia atrás en mi larga vida pueda tener tantos motivos para temer y temer, no obstante estoy con un corazón feliz porque confío firmemente en que el Señor no es solo el juez justo, sino al mismo tiempo el amigo y hermano que ya ha sufrido él mismo mis defectos y por lo tanto, como juez, es al mismo tiempo mi abogado (Paráclito). En vista de la hora del juicio, se me hace clara la gracia de ser cristiano. Ser cristiano me da conocimiento, además, amistad con el juez de mi vida y me permite cruzar con confianza la puerta oscura de la muerte. A este respecto, me viene constantemente a la mente lo que Juan me dice al comienzo del Apocalipsis: ve al Hijo del hombre en toda su grandeza y cae a sus pies como muerto. Pero él, poniendo su mano derecha sobre él, le dice: “¡No temas! Soy yo..."". (Benedicto XVI)

Evangelio del día 28 diciembre 2022 (Santos Inocentes)

 

Lectio Divina: 28 de diciembre de 2022

Santos inocentes

1.- Oración introductoria.

Dios mío, la lectura de este evangelio me horroriza. Y más todavía al constatar que Herodes sigue vivo y que siguen muriendo millones de niños inocentes en pleno siglo XXI. Haz que, en este día, los cristianos del mundo entero reaccionemos contra la cultura de la muerte y con Jesús, que es la Vida, luchemos por conseguir el sueño de Dios al enviar su Hijo al mundo: “que todos sus hijos tengamos vida y la tengamos en abundancia”. ¡Ayúdanos, Señor!

2.- Lectura reposada del Texto. Mateo 2, 13-18

Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme  a la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.


3.- Qué dice el texto.


Meditación-reflexión

La escena de los niños inocentes nos hace pensar en la cantidad de niños que viven hoy totalmente desprotegidos, siendo víctimas de personas mayores sin escrúpulo, niños en la calle, etc. Su situación familiar es tan dramática que prefieren estar en la calle, esperando que alguien se compadezca de ellos y les ofrezca techo y comida.

En pleno siglo XXI, la UNICEF nos aporta estos datos escalofriantes:

15 millones de niños están atrapados por las guerras.

10 millones  han sido secuestrados para luchar como soldados.

30.000 mueren cada día, víctimas del hambre.

Millones de abortos…

Parece que toda la barbarie se ha cebado en miles de niños inocentes. Hoy Herodes sigue vivo y sigue asesinando a niños. Mientras tanto  nuestra preocupación está en que no entren inmigrantes que nos quiten nuestro estado de bienestar. Mientras hay millones de personas que no tienen lo estrictamente necesario, ¿cómo podemos nosotros disfrutar de lo superfluo?

Palabra autorizada del Papa

“En los relatos evangélicos de la infancia, es emblemático en este sentido el rey Herodes, que viendo amenazada su autoridad por el Niño Jesús, hizo matar a todos los niños de Belén. La mente vuela enseguida a Pakistán, donde hace un mes fueron asesinados cien niños con una crueldad inaudita. Deseo expresar de nuevo mi pésame a sus familias y asegurarles mi oración por los muchos inocentes que han perdido la vida… Constatamos con dolor las dramáticas consecuencias de esta mentalidad de rechazo y de la “cultura de la esclavitud” en la constante proliferación de conflictos. (Discurso de S.S. Francisco, 12 de enero de 2015).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada.  (Silencio).

5.-Propósito.

Enrolarme en alguna institución que promueva la cultura de la vida, especialmente de la vida recién estrenada de los niños.

6.- Dios me ha hablado hoy por medio de la Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración. Jesús mío, a muchos escandaliza la reacción de Herodes al matar a tantos inocentes. Tristemente hoy, en nuestra sociedad marcada por la cultura de la muerte, ocurre lo mismo. Pocos reaccionan ante la  precaria situación de tantos niños inocentes,  de tantos que mueren de hambre, de tantos millones  de niños que encuentran la muerte en la misma  cuna de la vida,  en el vientre de sus propias madres. Señor, en el día de los inocentes haz que cese tanto atropello, tanta violencia, tanta muerte inocente.

martes, 27 de diciembre de 2022

BELÉN EN LA PLZA DEL AYUNTAMIENTO DE LOGROÑO

 

30 de diciembre, Jornada de la Sagrada Familia: “La familia, cuna de la vocación al amor”

 


La Iglesia celebra el viernes 30 de diciembre la Jornada de la Sagrada Familia este año con el lema“La familia, cuna de la vocación al amor”. 

Los obispos sitúan a la familia como lugar privilegiado de acogida y discernimiento de la vocación al amor “en estos momentos en los que atravesamos un invierno vocacional” al sacerdocio, a la vida consagrada y al matrimonio cristiano. Ante esta situación, “no queremos instalarnos en una queja estéril que contempla pasivamente este ocaso de las vocaciones” porque “estamos convencidos de que la felicidad de cada persona pasa por el descubrimiento y vivencia en plenitud de la vocación que Dios ha soñado para ella desde toda la eternidad”.

Para descubrir esa vocación, entienden que es fundamental el papel de la familia en la formación de sus hijos y señalan que ninguna institución puede suplir su labor en la educación, «especialmente en lo que se refiere a la formación de la conciencia. Cualquier intromisión en este ámbito sagrado debe ser denunciada porque vulnera el derecho que tienen los padres de trasmitir a sus hijos una educación conforme a sus valores y creencias”.

Diez pautas a la luz de la exhortación Christus vivit

Así, y cogiendo como base la exhortación del papa Francisco Christus vivit, ofrecen diez pautas “para el discernimiento de la vocación y reflexionar sobre la educación en familia para facilitar a los hijos el proceso de discernimiento de la vocación”.

  • La familia es el ámbito privilegiado para escuchar la llamada del Señor y para aprender a responderle con generosidad, porque –explican- “es el ámbito en que uno es amado por sí mismo, no por lo que produce o por lo que tiene”.
  • Señalan como “un aspecto esencial“ la educación en la fe. En familia es donde mejor se aprende la relación con Jesucristo vivo, “el miembro más importante de la familia, a quien se consultan los temas importantes, se le confían todas las situaciones, a quien se le pide perdón cuando hemos fallado”. Por eso animan a rezar en familia y a participar en los sacramentos.
  • Invitan a cuidar la formación en las virtudes “para que los llamados puedan dar su sí generoso al Señor y mantenerse fieles a este sí”. Entre estas virtudes, destacan la fortaleza, “para poder ir contracorriente frente a la sociedad del bienestar”. En esta formación se incluye “la afectividad y la sexualidad en el ámbito más amplio del amor verdadero”.
  • Frente al zapping constante, navegar en dos o tres pantallas simultáneamente e interactuar al mismo tiempo en diferentes escenarios virtuales, exhortan a vivir la experiencia de encuentro con Cristo, “escuchar su Palabra y a reconocer su voz por medio del discernimiento”, abierto a la posibilidad de consagrarse a Dios en el sacerdocio o en la vida consagrada.
  • También aconsejan a los padres tener muy presente en la formación de sus hijos que “no somos dueños del don sino sus administradores cuidadosos”.
  • Los padres deben enseñar a sus hijos, precisan, “a reconocerse como don” y acompañarlos en el discernimiento, “pero no tomar las decisiones por ellos”.
  • Una clave muy importante que debe tenerse presente es considerar la vida como ofrenda. Inculcar que “yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo”.
  • Forjar a los hijos en la caridad es otra de las pautas que señalan los obispos porque “la familia no es una célula aislada en sí misma, a la que no importa lo que sucede alrededor. Esta dimensión caritativa empieza en la familia ampliada, cuidando especialmente a los abuelos y a los mayores, pero debe estar abierta a las necesidades de los demás”.
  • Como no se puede amar lo que no se conoce, otra propuesta es fomentar el conocimiento de las diversas vocaciones e instaurar una cultura vocacional. Lamentan que familias cristianas “se opongan a la vocación de sus hijos al sacerdocio o a la vida consagrada o que les pidan que prioricen su futuro profesional, postergando la llamada del Señor”. En cuanto a la vocación al matrimonio, “no hay nada más estimulante para los hijos que ver a los propios padres vivir el matrimonio y la familia como una misión, con felicidad y paciencia, a pesar de las dificultades, los momentos tristes y las pruebas».
  • Además, indican, como Iglesia, “tenemos la misión de acompañar a las familias que viven en nuestras comunidades”. Acercarse “a las familias que viven la marginación y la pobreza; tener muy presentes a las familias migrantes; no dejar a un lado a las familias que han sufrido la separación y el divorcio”.