sábado, 27 de abril de 2024

Domingo 5º de Pascua: 28 de abril de 2024

 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos

INTRODUCCIÓN

Hay una estrecha vinculación entre la primavera y la Pascua. La primavera es como el “estallido de la vida”. Una vida que se derrama en miles de árboles y arbustos; en millones de capullos y flores. El que despertó esta vida no era un espíritu tacaño sino derrochador. Y de ese derroche, de esa sin medida, de ese despilfarro brota la belleza de la nueva vida. La Resurrección de Cristo es el estallido de la Vida. Una vida que estaba concentrada, aprisionada en el cuerpo de Cristo según la carne y que, en la Resurrección estalla y lo invade todo.  Cristo es “el que vive”. Alejarse de Él es alejarse de la vida, como el sarmiento que se separa de la vid.    

TEXTOS BÍBLICOS

1ª lectura: Hech. 9,26-31.                   2ª lectura: 1Jn. 3,18-24

EVANGELIO

Juan 15,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

REFLEXIÓN

 1.– YO SOY LA VERDADERA VID.  Si dice Jesús que Él es la vid “verdadera” es que ha habido antes otra vid que no era la auténtica. En efecto, ya Isaías nos habla de un canto de amor de Dios a su pueblo. Y ese pueblo estaba significado por la viña (Is. 5,1-7). En el frontispicio del Templo de Jerusalén había una hermosa vid para significar a Israel. Este canto de gozo y de esperanza por parte de Dios, pronto se convirtió en canto de decepción. “esperó uvas y le dio agrazones” (v.2). Es la trágica historia de un pueblo elegido y mimado por Dios y sin embargo, no supo responder con amor sino con ingratitud.  Ese pueblo no era la vid verdadera.  Ahora la vid no va a ser un pueblo sino una persona: la persona de Jesús, la verdadera Vid.  Y esta nueva Vid dará el fruto que al Padre le agrada. Ahora este Viñador sí que puede soñar y cantar y danzar. “Jesús es el Hijo en quien el Padre ha puesto todas sus complacencias” (Mt. 3,17). 

2.– SIN MI NO PODÉIS HACER NADA. Jesús es tajante. No dice: sin mí podéis hacer poco. Sin Jesús no podemos hacer nada. A veces los cristianos hemos convertido el evangelio en un compromiso ético. Hemos puesto la esencia de la vida cristiana en el trabajo, el esfuerzo, el mérito.  Los cristianos nos hemos atrevido a todo: hasta hacer un cristianismo sin Cristo. Es verdad que podemos sembrar, labrar, regar, recoger. Pero nunca debemos olvidar que las plantas crecen con la caricia del sol, de la lluvia, del aire. Es decir, con la caricia de Dios. Lo importante es estar unidos a Cristo como los sarmientos a la vid. Que corra por nuestras venas la savia divina y así podemos esperar frutos.  La gloria, el orgullo del Padre es que demos frutos, frutos de caridad. Cuando estamos unidos unos con otros y todos con la vid, que es Jesús, el mismo Padre se emociona y dice: ¡Pedid lo que queráis!

3.- UNIDOS A CRISTO, NUESTRA VERDADERA VID, CANTEMOS EL CANTO QUE AGRADA AL PADRE. Voy a cantar” (Is. 5,1). Estamos acostumbrados a ver a un Dios hablando, predicando, caminando, llorando. Pero no nos imaginamos a un Dios “cantando”. Nos preguntamos: ¿quién canta? Es el mismo Dios. ¿Qué canta? Dios sólo sabe cantar un tipo de canciones: las canciones del amor. ¿A quien canta? A su pueblo. En el A.T. al pueblo de Israel. Ahora su pueblo es Jesús y los que están unidos a Él. ¿En qué tono canta? En tono mayor y en tono menor. En tono mayor cuando “permanecemos en Él” y estamos todos unidos como los sarmientos con la vid. Pero también canta en tono menor, cuando en vez de uvas damos agrazones. El agrazón es la uva que no ha madurado. Le duele a Dios que nos quedemos a la mitad del camino, que no lleguemos a la plenitud, que no cumplamos los sueños que, desde toda la eternidad, Él tenía sobre cada uno de nosotros.

PREGUNTAS

1.– Somos sarmientos. Pero, ¿en qué vid estamos implantados? ¿En la vid verdadera o en la falsa? ¿Permanezco fiel a Jesús?

2.- ¿Me creo que yo, sin Jesús, no soy nada? ¿Qué tengo que no haya recibido? ¿Entiendo la vida como un regalo? ¿Soy un don para los demás?

3.- ¿Vivo la vida como un bonito canto? ¿En qué tono estoy cantando? ¿Alabo a Dios en todo? ¿O me quejo de todo?

Lectio Divina: 27 de abril de 2024

 “Muéstranos al Padre y nos basta”

1.- Oración introductoria.

Señor, necesito un mayor y mejor conocimiento del Padre. Él es el principio de todo bien y será el término final de todo. Él es la causa y origen de nuestra felicidad y también la meta final hacia la cual nos dirigimos. Pero este origen y esta meta necesitan un camino. Y ese camino eres Tú, Señor, el hijo amado del Padre. Enséñanos a amar al Padre, a descansar en el Padre, a poner también, como Tú, nuestra alma en sus manos antes de morir.

2.- Lectura reposada del evangelio. Juan 14, 7-14

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulosSi me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. 

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Me entusiasman las palabras sencillas e ingenuas de Felipe: “Muéstranos al Padre y nos basta”. Para decir esto de una manera tan espontanea es que la palabra Padre no caía de los labios de Jesús. La gran lección que Jesús daba cada día a sus discípulos era sobre el Padre: El Padre-Dios es bondadoso, cercano, amigo de la vida, derrochador de amor. Con un Padre así, ya no cabe desear nada mejor.  Jesús acepta esta respuesta de Felipe. Lo que le reprocha es que no haya entendido que Jesús es Revelador del Padre. Le reprocha que, en los ojos de Jesús, no haya visto la mirada del Padre; que, en las manos de Jesús, no haya sentido la caricia del Padre; que, en el trato exquisito de Jesús con los enfermos y los pecadores, no haya intuido el amor desbordante del corazón del Padre. Ver a Jesús es ver al Padre. Escuchar a Jesús es escuchar al Padre. Palpar a Jesús es palpar al Padre. Se trata de que Dios, el Invisible (Jn, 1,18), se ha hecho “visible” en Jesús. Y esto es sufriente para llenar una vida de felicidad plena, rebosante, y contagiosa. Para disfrutar de esta experiencia hay que conocer a Jesús. Y en la biblia el verbo conocer es algo más que saber cosas. Es hacer experiencia de relación, de amistad, de intimidad. El que escribe estas cosas es el discípulo amado que ha descansado su cabeza sobre el pecho de Jesús.   

Palabra del Papa

«Felipe, casi ingenuamente, le pide: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». (…) Mientras que el Prólogo del evangelio de san Juan habla de una intervención explicativa de Jesús a través de las palabras de su enseñanza, en la respuesta a Felipe, Jesús hace referencia a su propia persona como tal, dando a entender que no sólo se le puede comprender a través de lo que dice, sino sobre todo a través de lo que él es. Para explicarlo desde la perspectiva de la paradoja de la Encarnación, podemos decir que Dios asumió un rostro humano, el de Jesús, y por consiguiente de ahora en adelante, si queremos conocer realmente el rostro de Dios, nos basta contemplar el rostro de Jesús. En su rostro vemos realmente quién es Dios y cómo es Dios. Benedicto XVI, 6 de septiembre de 2006


5.- Propósito.  Disfrutar en este día viviendo bajo la mirada cariñosa de Dios, mi Padre.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, sabía que me querías, pero no tanto. Nunca creía que tu amor me llevaba hasta el mismo corazón del Padre; que la felicidad que Tú has tenido junto al Padre me la hayas querido comunicar. Por eso me siento desbordado y ya no quiero seguir. Caigo de rodillas y ADORO.

viernes, 26 de abril de 2024

Lectio Divina: 26 de abril de 2024

 “Vosotros sois la sal…vosotros sois la luz”



1.- Oración introductoria.

Señor, el evangelio de hoy se presta para hacer una bonita oración con las dos imágenes tan bellas que pones en la vida de un buen cristiano: Ha de ser sal y ha de ser luz. No dices que los cristianos debemos tener sal y luz. Debemos “ser” sal y luz. La sal y la luz no es un añadido a nuestra vida cristiana sino su esencia. Cristianos apagados hay muchos. Cristianos sosos todavía más. Haz, Señor, que yo sea un cristiano “luminoso” y un cristiano “saleroso”.   

2.- Lectura reposada del evangelio. Mateo 5, 13-16

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Aunque la sal y la luz no tienen nada en común, hay un aspecto en el que coinciden. Ninguna de las dos es provechosa por sí misma. La sal sola no sirve de nada para la salud, solo es útil cuando acompaña a los alimentos. La luz no se puede ver, es absolutamente oscura hasta que tropieza con un objeto. ¡Qué interesante! Resulta que cada uno de nosotros separados de los demás, no somos absolutamente nada. Mi existencia solo tendrá sentido en la medida que pase a formar parte de los demás disolviéndome en ellos. ¡Bonita tarea la de los cristianos! Existimos no para nosotros mismos sino para los demás. Lo nuestro es iluminar un mundo envuelto en tinieblas, totalmente desorientado,  sin saber adónde va. Un mundo que ha perdido el norte y el sentido de la vida. Lo nuestro es sazonar un mundo demasiado soso, demasiado cansado y aburrido.  Lo nuestro no es ser fuegos artificiales que deslumbran un momento y se apagan. Lo nuestro tampoco es decir cuatro chistes para entretener a los demás. Lo nuestro es descubrir en Jesús la belleza y el sentido profundo de la vida. Lo nuestro es reivindicar para los hombres y mujeres de este mundo el derecho a ser felices.

Palabra del Papa.

¿Quiénes eran aquellos discípulos? Eran pescadores, gente sencilla… Pero Jesús los mira con los ojos de Dios, y su afirmación se entiende precisamente como consecuencia de las Bienaventuranzas. Él quiere decir: si seréis pobres de espíritu, si seréis mansos, si seréis puros de corazón, si seréis misericordiosos… ¡Ustedes serán la sal de la tierra y la luz del mundo! Para comprender mejor estas imágenes, tengamos en cuenta que la ley judía prescribía poner un poco de sal sobre cada oferta presentada a Dios, como un signo de alianza. La luz, entonces, para Israel era el símbolo de la revelación mesiánica que triunfa sobre las tinieblas del paganismo. Los cristianos, el nuevo Israel, reciben, entonces, una misión para con todos los hombres: con la fe y la caridad pueden orientar, consagrar, hacer fecunda la humanidad. Todos los bautizados somos discípulos misioneros y estamos llamados a convertirnos en un Evangelio vivo en el mundo: con una vida santa daremos «sabor» a los diferentes ambientes y los defenderemos de la corrupción, como hace la sal; y llevaremos la luz de Cristo a través del testimonio de una caridad genuina. Pero si los cristianos perdemos sabor y apagamos nuestra presencia de sal y de luz, perdemos la efectividad.» (Ángelus de S.S. Francisco, 9 de febrero de 2014).

4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Silencio)

5.-Propósito: Hoy me comprometo a no pensar en mí mismo sino a pensar sólo en los demás.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración. Señor, cada vez que estoy contigo me doy cuenta  de que la vida es breve y la debo aprovechar al máximo. No me puedo permitir una vida mediocre, vulgar, vacía. Estando contigo y escuchando el evangelio descubro lo maravilloso que debe ser vivir como Tú has vivido. Tú sí que has sido LUZ Y SAL. Luz para alumbrar a las naciones y sal para dar sabor y alegría a todo el mundo. Haz que yo sea una pequeña lamparita encendida y un granito de sal bien sazonada.

jueves, 25 de abril de 2024

RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA , 26 DE ABRIL DE 2024, EN LA PARROQUIA SAN PÍO X, LOGROÑO (19,30 h.)

                                          


VEN ES HORA DE ADORARLE

TÚ ME HAS VESTIDO

ACLAMAD AL SEÑOR

TÚ FIDELIDAD

VEN , ESPÍRITU VEN Y LLÉNAME SEÑOR CON TU PRECIOSA UNCIÓN

CANTAD AL SEÑOR

Lectio Divina: 25 de abril de 2024

 “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio”

San Marcos




1.- Ambientación.

Señor, en esta fiesta de San Marcos, me llamas a dedicarme a predicar tu Evangelio. ¡Qué privilegio el poder contribuir en la extensión de tu Reino! Para lograrlo, necesito aumentar mi fe y mi caridad; por ello te pido que esta oración sea el medio más eficaz para fortalecer mi convicción de ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor.

2.- Lectura reposada de la Palabra de Dios. Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo se apareció Jesús y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien. Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.


3.- Qué dice la Palabra de Dios en este evangelio.


Meditación-Reflexión

El evangelio de Marcos se abre con una pregunta sumamente interesante: ¿Quién es éste? ¿Y esta doctrina nueva? ¿Qué está pasando aquí? La pregunta es provocada por la persona de Jesús. Lo que hace y lo que dice, en perfecta armonía, cautiva, sorprende. Nada que ver con la doctrina gastada, repetida, de los fariseos. Lo peor que nos puede pasar a los viejos cristianos es que la rutina, la incoherencia, la falta de testimonio personal, ha hecho que mueran las preguntas. Y si no hay preguntas no puede haber respuestas. Nos sucede aquello que nos advirtió el poeta Antonio Machado: “Bueno es saber que los vasos nos sirven para beber. Lo peor es que no sabemos para qué sirve la sed”. Esa sed de infinito, de trascendencia, de ir “más allá” de la mundanidad, se ha acabado. Estamos bien en este mundo, en esta tierra, en nuestras pequeñas satisfacciones humanas, y ya no necesitamos más. Ni estamos dispuestos a escuchar otras voces distintas, ni aceptar otras alternativas. Ese hombre del Génesis, hecho a “imagen y semejanza de Dios” ha convertido a Dios en “imagen y semejanza del hombre”, es decir, en un ídolo de barro. ¿Qué hacer? Tratar de “mostrar” con nuestro testimonio que este barro del cual está hecho el hombre, tiene un “soplo divino” que nadie le podrá arrebatar porque es su íntimo y profundo A.D.N. Sólo aquel que viva el estilo de vida de Jesús, puede levantar preguntas. Y las preguntas que interesan al mundo de hoy no son de carácter teórico: “dinos lo tú sabes de Dios”. Eso no interesa. Pero pueden interesar las de tipo práctico: “dinos a qué sabe Dios”. Dinos qué sucede cuando Dios irrumpe en tu vida. Dinos por qué estás siempre alegre; por qué no te hundes ante el sufrimiento; por qué avanzas sereno y tranquilo hacia la muerte.

Palabra autorizada del Papa.

«Todos estamos llamados a ser escritores vivos del Evangelio, portadores de la Buena Noticia a todo hombre y mujer de hoy. Lo podemos hacer realizando las obras de misericordia corporales y espirituales, que son el estilo de vida del cristiano. Por medio de estos gestos sencillos y fuertes, a veces hasta invisibles, podemos visitar a los necesitados, llevándoles la ternura y el consuelo de Dios. Se sigue así aquello que cumplió Jesús en el día de Pascua, cuando derramó en los corazones de los discípulos temerosos la misericordia del Padre, exhaló sobre ellos el Espíritu Santo que perdona los pecados y da la alegría.» (S.S. Francisco, 3 de abril del 2016).


4.- Qué me dice hoy a mí esta Palabra. Silencio.

5.-Propósito. Que yo sea hoy un evangelio vivo para mis hermanos.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y yo le respondo con mi oración.

Señor, en este día de San Marcos, yo quiero darte gracias por ser el primer evangelista que puso por escrito tus palabras y tus hechos. Gracias al Evangelio nosotros podemos estar en constante diálogo contigo, podemos por medio del Espíritu, actualizar tus gestos, tus signos, tu presencia. Gracias al Evangelio podemos beber tus palabras en el mismo manantial.

martes, 23 de abril de 2024

Lectio Divina: 24 de abril de 2024

 No he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo



1.- Introducción.

Señor, hoy vengo a rezar con el evangelio de tu discípulo Juan, el discípulo amado, el que quiere que vayamos a ti por el camino del amor. Ya desde el principio te pido que me des un corazón grande para poder entender sus palabras que son tuyas. Dame la fuerza de tu Espíritu para poder llegar a la verdad plena. 

2.- Lectura reposada de tu evangelio. Juan 12, 44-50

En aquel tiempo Jesús exclamó: El que cree en mí, no cree en Mí sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

“El que me ve a mí ve al Padre”. Jesús es la cara de Dios vuelta al hombre, manifestación de Dos, espejo de Dios, epifanía de Dios. Toda la vida de Jesús sólo tuvo una intención: revelarnos el rostro del Padre. Si acaricia a los niños, es para decirnos: así de cariñoso es el Padre. Si mira a los jóvenes con amor, es para indicarnos: así de bondadoso es el Padre. Si cura a un enfermo, si perdona a un pecador, si resucita a un muerto, siempre es para gritarnos: Así de bueno, así de cariñoso, así de derrochador de amor es el Padre. Jesús no ha venido a este mundo para juzgarnos, ni menos para condenarnos, sino para enseñarnos el verdadero rostro del Padre que nosotros, los hombres, teníamos desdibujado. Y esa hermosa tarea de Jesús, debemos continuar hoy nosotros, los cristianos. A través de nuestras palabras, nuestros gestos, nuestros silencios, debemos trasparentar el rostro maravilloso del Padre, tal y como lo hizo Jesús. Por eso cabe preguntarnos: Nosotros, con nuestras palabras y acciones, ¿“revelamos” o más bien “velamos” “ocultamos”  “estropeamos” el rostro de Dios?  Bellas las palabras de los cristianos de Ginebra cuando estaba de Obispo San Francisco de Sales: ¡Qué bueno debe ser Dios que ha creado a hombres tan buenos como nuestro Obispo!

Palabra del Papa

“Caminad cada día en la luz de Cristo mediante la fidelidad a la oración personal y litúrgica, alimentados por la meditación de la Palabra inspirada por Dios. […] Que la plegaria y la meditación de la Palabra de Dios sean lámpara que ilumina, purifica y guía vuestros pasos en el camino que os ha indicado el Señor. Haced de la celebración diaria de la Eucaristía el centro de vuestra vida. En cada Misa, cuando el Cuerpo y la Sangre del Señor sean alzados al final de la liturgia eucarística, elevad vuestro corazón y vuestra vida por Cristo, con Él y en Él, en la unidad del Espíritu Santo, como sacrificio amoroso a Dios nuestro Padre. (Benedicto XVI, 19 de julio de 2008).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto. (Guardo silencio)

5.-Propósito. Durante todo este día me estaré preguntando: esto que estoy haciendo, ¿“revela” o “vela” el rostro de Dios?

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, quiero agradecerte, un día más, la luz que siempre me arroja tu evangelio. Procuraré durante este día y durante toda la vida, manifestar lo mejor que pueda, el rostro del Padre. Te pido, Señor, para ello, que me envíes la fuerza de tu Espíritu para que haga de mí otro Cristo.

lunes, 22 de abril de 2024

EVANGELIO DEL DÍA. 23 DE ABRIL

 ¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo?

1.- Introducción.

Señor, hoy quiero acercarme al evangelio con un corazón “ensanchado” porque eres Tú mismo  el que me invitas a pedir no sólo vida, sino “vida eterna”. Yo pequeño, yo frágil, yo caduco, yo mortal, puedo atreverme a pedirte “vida eterna”. Si lo hago es porque Tú, Señor, me invitas a hacerlo. Gracias, Señor, por esta gran oferta que me haces: vivir para siempre, amar para siempre, gozar para siempre, ser feliz para siempre.

2.- Lectura reposada del evangelio Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30

Se celebraba por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-Reflexión.

¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Es una bonita definición de Jesús la que hoy nos ofrece el evangelio: Jesús es aquel que es capaz de mantenernos en vilo. Jesús no pasa nunca indiferente ante nosotros. Él mantiene un interés, una búsqueda, una inquietud. Su misma vida nos invita a preguntarnos: ¿Quién es éste? El mismo evangelio de hoy nos da la respuesta: Es aquel que es capaz de ofrecer a los mortales una “vida eterna”. En realidad la vida siempre es una vida en relación. Uno está muerto cuando sólo vive para sí mismo. Y tratándose de Jesús es relación con quien es “la fuente de la vida”. Por eso los místicos que se habían acercado de un modo especial a esa fuente, sentían sed insaciable. “Del agua de la vida mi alma tiene sed insaciable…desea la salida de este cuerpo para beber del agua perdurable” (Juan de la Cruz) La vida, la vida auténtica, la vida en plenitud, la vida eterna, sólo la tenemos a través de Jesús. Él nos pone en relación con el Padre y con nuestros hermanos. Pero Jesús no tiene la vida para Él solo, sino para entregarla a los demás. Y esta es la verdadera vida: vida en relación:  con Dios y los hermanos. Con relación a Dios, Él es mi fuente; con relación a los demás yo hago de “canal”.

Palabra del Papa.

“Estoy delante de la Puerta Santa y pido: «Señor, ¡ayúdame a abrir la puerta de mi corazón!». No tendría mucha eficacia el Año Santo si la puerta de nuestro corazón no dejara pasar a Cristo que nos empuja a ir hacia los demás, para llevarlo a Él y su amor. Por lo tanto, igual que la Puerta santa permanece abierta, porque es el signo de la acogida que Dios mismo nos reserva, así también nuestra puerta, la del corazón, ha de estar siempre abierta para no excluir a ninguno. Ni siquiera al que o a la que me molesta: a ninguno. (Homilía de S.S. Francisco, 16 de diciembre de 2015).

4.- Qué nos dice hoy a nosotros este texto que hemos meditado. (Guardo silencio).

5.- Propósito. Tener una mirada de observación y caer en la cuenta de la estrechez de vida de tantas personas.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración.

Señor, Tú eres para nosotros como un “sol mañanero”. Nace y se va extendiendo más y más. Cada día me ofreces nuevas perspectivas, nuevos horizontes. Ayer me hablabas de plenitud de vida y hoy me hablas de “vida eterna”. No te satisface que vivamos bien sino que te preocupas de que nadie nos quite este bienestar, ni en esta vida ni en la otra.  Gracias, Dios mío.

EVANGELIO DEL DÍA.22 DE ABRIL

 Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.



1.-Oración introductoria.

Señor, este primer momento de mi oración tiene para mí mucha importancia. Crea dentro de mí un ambiente, un espacio vital, y me predispone para el diálogo, la comunicación, el abrazo contigo. Gracias por esta preparación, por esta predisposición, por este interés que Tú pones en mí para avivar en lo más íntimo de mi corazón el deseo ardiente de un encuentro.

2.- Lectura reposada del evangelio Jn 10, 1-10

En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. Pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero y las ovejas atienden a su voz, llama a sus propias ovejas por su nombre y las conduce fuera. Cuando las ha sacado todas, va delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz. Pero a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños. Jesús les propuso esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Entonces volvió a decir Jesús: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos cuantos han venido antes que yo son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará; y entrará y saldrá y encontrará pastos. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

3.- Qué dice el texto.

Meditación-reflexión

Si Dios es Amor, necesariamente la puerta del aprisco es el amor. Ésta es la puerta principal. Pretender entrar en el aprisco de otra manera, es intentar entrar por la puerta falsa. Por esa puerta falsa pretendían entrar los fariseos de entonces y los fariseos de ahora. Y cuando uno entra por la puerta verdadera se encuentra con el verdadero Pastor. Éste le abre con gozo, le llama por su propio nombre, y va delante de él. Pensemos un poco: Para Jesús, mi Pastor, yo soy importante, tengo un nombre, y entre Él y yo se establece un maravilloso diálogo de amor. Me conoce, es decir, tiene conmigo una relación de intimidad. Este Pastor va por delante de las ovejas. Él marca el camino, me defiende de los posibles enemigos, y me invita a seguir por un camino que Él ya conoce porque ya lo ha experimentado. Jesús obraba y después hablaba de lo que ya había practicado. Lo contrario de los fariseos que “decían, pero no hacían”. El resultado de este seguimiento a este buen Pastor es “una vida en abundancia”. No una vida raquítica, mediocre, a medias, sino una vida de plena realización.

Palabra del Papa

“La puerta es siempre el paso de un lugar a otro. Ingresar por una puerta significa dejar una estancia y entrar a otra totalmente diversa. Pasar una puerta implica un movimiento, un cambio de visión. Una puerta nunca te obliga a entrar o a salir. La puerta siempre está allí, esperando que la abras, que ingreses o que salgas por ella. ¡Qué maravilloso es contemplar a Cristo como la puerta que nos permitirá salir de “nuestra vida” y entrar a otra vida nueva, diversa! Pasar por Cristo no significa que todo el día tenemos que estar rezando sin parar, o que tenemos que estar pensando hora tras hora en Dios. El Señor nos lo dice con tanta sencillez: “quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos”. Es como si Cristo nos quisiera expresar: “Mira, cuando necesites mi gracia: aquí estoy; cuando estés cansado de tu fracasos, de tus dificultades: ven a mí; cuando tu alma tenga hambre de Dios: aquí está el mejor pasto que soy Yo -¡la Eucaristía! Cristo es la puerta que nos hace entrar a la felicidad verdadera, nunca violenta nuestra libertad, pues quiere que nosotros lo elijamos a Él por un acto consciente y libre de amor”. (…)”. (Benedicto XVI, 7 de mayo de 2006).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto que acabo de meditar. (Silencio)

5.- Propósito: Llenar bien este día. No malograrlo dejando las cosas a medias.

6.- Dios me ha hablado hoy a mí por medio de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración´

Señor, qué a gusto he estado contigo. Me emociona eso de que yo, que soy tan poca cosa, sea importante para ti, me llames por mi nombre, me brindes tu intimidad y llenes mi vida de sentido.  Contigo me siento satisfecho, contento, feliz. ¡Qué maravilloso eres, Señor!

viernes, 19 de abril de 2024

Lectio Divina: 20 de abril de 2024

 ¿También vosotros queréis marcharos?

1. Oración introductoria.

Señor, esa pregunta tuya tan directa, tan provocadora, lanzada de corazón a corazón, no puede pasar desapercibida en mi vida de fe. Haz que te conteste hoy no con respuestas teóricas ni evasivas, sino con la verdad de mi vida. Quiero contestar con toda verdad, con toda sinceridad. Y ya, de entrada, te digo que me falta mucho para un auténtico seguimiento, pero soy sincero cuando afirmo que, en mi intención quiero seguirte de corazón y decirte: ¿Adónde voy a ir yo sin Ti?

2.- Lectura reposada del evangelio Juan 6, 60-69

En aquel tiempo muchos discípulos de Jesús al oírle, dijeron: Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo? Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? ¿Y cuándo veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?… El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: ¿También vosotros queréis marcharos? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.


3.- Qué dice el texto

Meditación-Reflexión

Siento la pregunta de Jesús hoy sobre mí: ¿También tú te quieres marchar? Y siento que me sale de mi corazón la misma respuesta de Pedro: Señor, ¿adónde voy a ir yo sin Ti? Tengo ya muchos años viviendo contigo, muchos años juntos en un mismo camino. Yo sí que te he defraudado, no he respondido a lo que Tú, desde siempre, has esperado de mí. Y lo siento de todo corazón. Pero Tú, Señor, siempre has sido fiel conmigo, nunca me has dejado, nunca te has cansado de mí. Por eso creo que soy sincero cuando te digo: ¿Adónde voy a ir yo sin Ti? De verdad que me siento perdido. Si Tú desapareces de mi vida es como si me faltara el aire, como si me faltara el pan y el agua, como si mis pies no encontraran firmeza en el suelo. Sin Ti, vendría el derrumbamiento total de mi vida. Creo que hay un modo de decirte que sí: es el no poder ya decirte que no.

Palabra del Papa

«¿También vosotros queréis marcharos?» Esta pregunta provocadora no se dirige sólo a los que entonces escuchaban, sino que alcanza a los creyentes y a los hombres de todas las épocas. También hoy muchos se escandalizan ante la paradoja de la fe cristiana. La enseñanza de Jesús parece «dura», demasiado difícil de acoger y de practicar. Entonces hay quien rechaza y abandona a Cristo; hay quien trata de adaptar su palabra a las modas desvirtuando su sentido y valor. «¿También vosotros queréis marcharos?» Esta inquietante provocación resuena en el corazón y espera de cada uno una respuesta personal. Jesús, de hecho, no se contenta con una pertenencia superficial y formal, no le basta una primera adhesión entusiasta; es necesario, por el contrario, participar durante toda la vida en su pensar y querer. Seguirle llena el corazón de alegría y da sentido pleno a nuestra existencia, pero comporta dificultades y renuncias, pues con mucha frecuencia hay que ir contra corriente”. (Benedicto XVI, 23 de agosto de 2009).

4.- Qué me dice hoy a mí este texto ya meditado. (Silencio)

5.-Propósito: Ofrecerle hoy a Dios, de todo corazón, alguna alegría, aunque sea pequeña.

6.- Dios me ha hablado hoy a través de su Palabra. Y ahora yo le respondo con mi oración

Señor, gracias porque tu palabra hoy ha revuelto algo profundo de mi vida, me ha cuestionado, me ha inquietado, me ha hecho pensar. Y he llegado a esta bonita conclusión: Sin Ti yo no puedo vivir. Eres lo mejor de mí mismo. Haz conmigo lo que quieras, pero no te separes nunca de mí. Yo quiero seguir viviendo y mi vida sin ti no merece llamarse vida sino muerte.

Domingo 4º, tiempo pascual: 21 de abril de 2024

 Yo soy el buen Pastor



INTRODUCCIÓN

“En tiempo de Jesús, los pastores tenían mala fama. El oficio de pastor estaba en las listas de “oficios despreciados”. Porque tenían fama de tramposos y ladrones (J. Jeremías). El contraste es Jesús, quien considera a las ovejas como algo tan suyo que por ellas se deja la vida. Es más, también siente como suyas las “otras ovejas” que llenan el ancho mundo”. (P. Castillo)

TEXTOS BÍBLICOS

1ª lectura: Hech. 3,13-15.17-19.                  2ª lectura: 1Jn. 2,1-5ª

EVANGELIO

Jn. 10,11-18

«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

REFLEXIÓN

Tal vez la mejor explicación al evangelio de hoy sea el salmo 23: El Señor es mi Pastor. De él se ha dicho: “Es el ruiseñor de los salmos: pequeño y con un plumaje ordinario; que canta tímidamente en la sombra, pero su canto ha llenado el mundo entero con una preciosa melodía; más bella no se puede concebir. Bendito el día en que nació este salmo, pues ha calmado él solo, más dolor que toda la filosofía del mundo” (H.W. Becher). En realidad, nos habla de Yavé bajo dos imágenes: Dios como Pastor y Dios como Anfitrión. Dos imágenes que recorren la experiencia del Pueblo. El Señor guía al pueblo por el desierto como un rebaño, dándole agua, comida y reposo.  (Vida nómada). Al llegar a la tierra prometida (vida sedentaria) le recibe como Anfitrión en su tierra.  Veamos la primera parte. Especiales sensaciones que despierta:

1.– NADA ME FALTA. Sensación de plenitud.  Frente a nuestras constantes experiencias de que, en esta vida, todo se nos queda corto, nada nos llena, nada nos satisface, la experiencia del salmista es que Dios le llena del todo. Es lo que sentía Teresa de Jesús: SOLO DIOS BASTA. Y esta frase en Teresa no quiere decir que se pasa todo el día rezando y no le interesan ya las demás cosas. Su vida concreta lo desmiente.  Quiere decir: que cuando Dios no está en nuestra vida, todo suena a vacío; en cambio cuando está, todo se llena de sentido.

2.– EN VERDES TRADERAS ME HACE RECOSTAR.  Sensación de bienestar. Sabemos por experiencia que un campo de hierba verde relaja nuestra vista. Y nada más gratificante que descansar en la hierba después de una caminata en un día de bochorno. La tierra, la madre tierra, me acoge, me abraza, me acaricia. Y esa tierra maternal es Dios para el salmista. Entonces, ¿qué es orar? Descansar en Dios.  Y ¿dónde descansa mejor un niño? En los brazos de su mamá. Lo decía muy bien San Agustín: «Nos has hecho, Señor, para Ti y nuestro corazón va de tumbo en tumbo mientras no descansa en Ti”.

3.– AUNQUE PASE POR CAÑADAS OSCURAS NADA TEMO. Sensación de seguridad. Hay en el rebaño un momento de inquietud. Las ovejas, al llegar la noche, les llega el miedo y el azoramiento.  Pierden el sentido de orientación y no saben dónde están. ¿Quién les quita el miedo? El golpe seco del cayado del Pastor. ¡Ahí está! Estamos en los domingos de Pascua.  ¿Quién será capaz de quitar nuestros miedos?  ¿Y cuando tengamos que atravesar esa “cañada oscura de la muerte”?  Es el Buen Pastor que, dando un golpe seco a la muerte, va delante de nosotros a prepararnos sitio.  Porque donde Él está, quiere que estemos también nosotros (Jn. 14,1-3). 

4.– PORQUE TÚ VAS CONMIGO. Es muy interesante este quiebro literario del salmista. Hasta ahora siempre ha hablado en tercera persona: en forma narrativa: Me conduce, me hace recostar… Y, de repente, pasa a la segunda persona en forma exclamativa: ¡Tú vas conmigo! Es una exclamación jubilosa. Ese Dios sobre el que ha ido reflexionando, ahora lo siente vivo, cercano, íntimo. Una cosa es hablar de Dios y otra sentirlo dentro, gustarle, saborearlo, disfrutarlo. Hay que saber pasar de la tercera persona a la segunda.

PREGUNTAS

1.– Cuando hablo de Dios, ¿De qué Dios estoy hablando?  ¿Del Dios aprendido en libros o del Dios experimentado en la vida?  

2.– Creo en Cristo Resucitado. ¿Y todavía sigo teniendo miedo a la muerte?

3.- ¿Soy agua para tanta gente sedienta? ¿Soy seguridad para tanta gente insegura? ¿Soy alegría para tanta gente triste?  Y si no soy eso ¿qué soy?

TIEMPO PASCUAL VIERNES DE SEMANA III. 19 de abril




(Oración de la mañana)

INVITATORIO

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno: TU CUERPO ES LAZO DE AMORES

Tu cuerpo es lazo de amores,
de Dios y el hombre atadura;
amor que a tu cuerpo acude
como tu cuerpo perdura.

Tu cuerpo, surco de penas,
hoy es de luz y rocío;
que lo vean los que lloran
con ojos enrojecidos.

Tu cuerpo espiritual
es la Iglesia congregada;
tan fuerte como tu cruz,
tan bella como tu Pascua.

Tu cuerpo sacramental
es de tu carne y tu sangre,
y la Iglesia, que es tu Esposa,
se acerca para abrazarte. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Aleluya.

Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Aleluya.

Ant 2. Cristo, cargado con nuestros pecados, subió al leño. Aleluya.

Cántico: LAMENTACIÓN DEL PUEBLO EN TIEMPO DE HAMBRE Y DE GUERRA - Jr 14,17-21

Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.

Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.

¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por que nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.

Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.

No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Cristo, cargado con nuestros pecados, subió al leño. Aleluya.

Ant 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones. Aleluya.

Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones. Aleluya.

LECTURA BREVE   Hch 5, 30-32

El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.

RESPONSORIO BREVE

V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.

V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya. Aleluya.

V. Gloria al Padre,y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. Aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. Aleluya.

PRECES

Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por la resurrección de Jesucristo nos ha dado vida nueva, y digámosle:

Ilumínanos, Señor, con la claridad de Jesucristo.

Señor, Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación, proyectado desde antes de la creación del mundo y eres fiel en todas tus promesas,
escucha con amor nuestras plegarias.

Purifícanos con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la santidad,
para que hagamos siempre el bien según tu agrado.

Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros,
para que, libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa.

Tú que por Cristo nos reconciliaste contigo,
danos la paz a nosotros y a todos los hombres del mundo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros:

Padre nuestro...

ORACION

Señor, ya que nos has dado a conocer los dones que nos trae la resurrección de tu Hijo, concédenos también que el Espíritu Santo, el Amor increado, nos haga resucitar a una nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

El Papa Francisco rinde homenaje a Pío X, el Papa que lloró por la Primera Guerra Mundial

 


El Papa ha rendido homenaje a Pío X, el Pontífice que lloró al ver la magnitud devastadora de la Primera Guerra Mundial, en el prólogo de un libro que escarba en los documentos históricos y saca a la luz los retratos pictóricos o escultóricos inéditos que tanto artistas humildes o famosos realizaron sobre él.

Homenaje a Pío X. Retratos contemporáneos de Ediciones Kappadue, del sacerdote Lucio Bonora, funcionario de la Secretaría de Estado, es un compendio de las imágenes que se fueron recopilando a lo largo de la vida de Giuseppe Melchiorre Sarto de sacerdote a Papa, fruto de varios años de investigación.

Fue un Papa «amado y deseado durante su vida, y luego invocado como santo, incluso antes de su beatificación, por la gente sencilla, por los fieles, por los sacerdotes, por las parroquias, por los estudiantes de las escuelas católicas de todo el mundo con muchos religiosos dedicados a ellos, pero también por intelectuales y hombres de Estado», escribe el Pontífice.

«Yo también amo a Pío X por otra razón. Porque, como jesuita, le debemos a Pío X el haber propiciado el nacimiento del Instituto Bíblico aquí en Roma, con beneficios teológicos y espirituales que pronto se extendieron por toda la Iglesia. Pío X fue también un Papa que lloró ante la guerra mundial, de la que fue considerado la primera víctima, rogando a los poderosos que depusieran las armas. Cómo lo siento cercano en este trágico momento del mundo actual…», añade.

Francisco revela su devoción por este Papa que falleció el 20 de agosto de 1914: «Cuando estaba en Buenos Aires, el día de su fiesta, el 21 de agosto, solía reunir a los catequistas de la archidiócesis. Mis pensamientos y mis recuerdos se remontan a esa cita, porque era un encuentro que anhelaba y buscaba. Me gustaba pasarlo con quienes hacen todo lo posible por instruir a niños y adultos en las verdades de la fe, y Pío X siempre ha sido conocido como el Papa de la catequesis».

En el prólogo, lo describe como un Papa «dócil y fuerte», pero también «humilde y claro». «Un Papa que hizo comprender a toda la Iglesia que sin la Eucaristía y sin la asimilación de las verdades reveladas, la fe personal se debilita y muere».

Asimismo destaca que Pío X siempre deseaba estar «con los pequeños, los pobres, los necesitados, las víctimas de los terremotos, los desfavorecidos, y con los que sufrían a causa de las catástrofes naturales o de las dificultades de la vida».

Pío X fue beatificado el 3 de junio de 1951 y canonizado el 3 de septiembre de 1954.

El Papa concedió a las Iglesias de Treviso, Padua y Venecia la peregrinación de las reliquias de san Pío X. Así asegura que la veneración de los fieles demostró con sus oraciones y con su participación, que Pío X «no está confinado a épocas pasadas de la historia ni monopolizado por grupos particulares, sino que pertenece a la Iglesia de hoy, al pueblo de la Iglesia, es decir, a los bautizados de todas las edades, que quieren ser fieles al Evangelio y a sus Pastores, y que ven en los santos verdaderos modelos de vida y sus sinceros compañeros de camino tras Jesús y el Evangelio, inspirándose en los ejemplos y opciones de sus vidas».