miércoles, 3 de abril de 2024

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO, 5 DE ABRIL A LAS 19:00

                                     

«La vida, buena noticia» es el lema que se propone para la Jornada por la Vida 2024. Una Jornada que la Iglesia celebra el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, pero que este año, al coincidir con el lunes Santo, se traslada al 8 de abril. 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. 
R. Amén. 
El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros. R. Y con tu espíritu

En esta Jornada, bajo el lema «La vida, buena noticia», recordamos que cada vida humana es un don sagrado de Dios. Hoy, más que nunca, somos llamados a ser testigos del Evangelio de la vida, a proteger y valorar cada vida desde su concepción hasta su muerte natural. En especial, debemos cuidar de aquellos en situaciones de vulnerabilidad, acompañándolos con amor y compasión.


Elevemos nuestras oraciones al Señor de la vida, pidiendo la gracia de ser fieles testigos del valor y la dignidad de cada persona. Que nuestra fe se refleje en acciones concretas de solidaridad y amor hacia todos, especialmente hacia aquellos que más necesitan nuestra protección y apoyo. Que María, la madre de nuestro Señor Jesucristo, nos guíe en este camino de amor y servicio, y que su ejemplo de entrega total nos inspire a seguir adelante con valentía y compasión.

PETICIONES.
Dirijamos nuestra oración al Padre de la misericordia, de quien procede todo bien. 

 1. Por la Iglesia, para que continúe siendo un faro de esperanza y amor, promoviendo con valentía el Evangelio de la vida en un mundo que muchas veces desecha este don divino. Roguemos al Señor. 

2. Por aquellos que tienen autoridad en la sociedad para que promuevan leyes que respeten y protejan la dignidad y el valor de cada vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural. Roguemos al Señor.

 3. Por las mujeres que enfrentan dificultades durante el embarazo, para que encuentren comprensión, apoyo y recursos necesarios para acoger y cuidar la vida que llevan dentro. Roguemos al Señor. 

4. Por aquellos que son explotados y sufren violencia, especialmente los más vulnerables como los niños, las mujeres y los trabajadores precarios, para que encuentren liberación, justicia y la protección necesaria para vivir con dignidad. Roguemos al Señor. 

5. Por los enfermos terminales, para que en medio de su sufrimiento encuentren consuelo en el amor de Dios, y sean acompañados con compasión y cuidado en sus últimos momentos, para que experimenten la paz y la esperanza que solo Dios puede dar. Roguemos al Señor.

6. Por todos nosotros, reunidos en Adoración al Santísimo, para que seamos dóciles a la llamada de Dios y estemos siempre dispuestos a seguir su voluntad, siendo testigos vivos del Evangelio de la vida en nuestra vida cotidiana. Roguemos al Señor.

 Dios, fuente y sostén de toda vida, te pedimos que nos concedas la fuerza y la sabiduría para cuidar con diligencia el inestimable don de la vida humana, reflejo sublime de tu amor sin límites. Junta las manos. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.

ORACIÓN DE LA JORNADA POR LA VIDA 
Dios compasivo y misericordioso, elevamos nuestras voces y nuestros corazones para celebrar la vida como buena noticia que nos has donado. Reconocemos en cada momento y en cada ser humano una manifestación de tu amor incondicional. Ayúdanos a valorar y proteger la vida en todas sus etapas, recordándonos constantemente nuestro deber de promover la dignidad y el respeto hacia cada persona, especialmente hacia las más vulnerables. Que nuestras acciones y nuestras palabras sean testimonios vivientes de tu amor y de nuestra responsabilidad como custodios de la vida. Te lo pedimos por intercesión de santa María, Madre de la Vida. Amén




La vida es un don 
Una primera consideración, que tiene importantes consecuencias, es que la vida es un don de Dios, no un derecho absoluto a la libre disposición del criterio humano. Precisamente, el motivo más profundo por el cual la vida debe ser considerada una buena noticia es que es un don de Dios. La diferencia entre don y derecho está en que el don es algo que acogemos porque se nos entrega, mientras que el derecho es algo que nosotros podemos exigir, con sus límites en el caso de la vida. Otra diferencia que tener en cuenta es la existente entre regalo y don, porque el regalo es algo que se me da para que disponga de ello como quiera, mientras que el don implica una tarea, una responsabilidad.

Al inicio de la vida
 El hecho de que la vida sea un don y una buena noticia nos invita a acogerla siempre, incondicionalmente. Por eso hay que ayudar a las madres que reciben esta noticia de manera esperada o inesperada para que puedan descubrir que la vida que llevan en su seno realmente es una buena nueva. «El valorar positivamente la maternidad es aún más importante en este momento, pues la liberación de la mujer, para algunas corrientes del feminismo, pasa por la liberación de la maternidad». La valoración positiva de la maternidad y de la vida humana naciente debe implicar ayudas efectivas integrales (no solo económicas) para que, por una parte, las madres que afrontan un embarazo inesperado puedan seguir gestando a su hijo sin apuros y, por otra, para que las familias puedan plantearse libre y responsablemente la posibilidad de concebir un nuevo hijo (más aún en la situación de invierno demográfico que padecemos)

Siendo una buena noticia no debemos olvidar que la vida es un don. Esto implica que la vida solo puede ser acogida, pero no hay un derecho absoluto a tener un hijo. Es cierto que hay que acompañar a las parejas que tienen un fuerte deseo de ser padres, pero experimentan dificultades para concebir. Serán buenos los avances médicos que ayuden a detectar las causas de la esterilidad, intentando remediarlas, pero no se deberá emplear la técnica para producir de manera artificial la fecundación. Esto se agrava cuando, para obtener un bebé, se acude a un vientre de alquiler. El pasado día 8 de enero, en su discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el papa Francisco abordó, entre otros temas, la deplorable práctica de la maternidad subrogada, recordando que «ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño», y «se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre». Asimismo, subrayó que «un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato». El santo padre, pidiendo a la comunidad internacional que se comprometa a prohibir universalmente la práctica de la maternidad subrogada, y nos unimos a esta petición.

En el transcurso de la vida
Reconocer que cada vida y toda vida es una buena noticia implica el cuidado de cada vida humana especialmente en las situaciones de fragilidad. Al considerar la vida de cada ser humano, no podemos hacerlo de manera aislada, como si fuéramos individuos independientes; «Estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos» . Denunciamos la trata de personas y la esclavitud moderna porque son claras violaciones de la dignidad humana, ya que reducen a las personas a meros objetos de explotación económica y física; hay que paliar las situaciones de pobreza extrema, porque son muchos los que no tienen acceso a recursos básicos como alimentos, agua potable, atención médica y vivienda digna; debemos revisar nuestras actitudes hacia las personas migrantes, evitando el desinterés y los prejuicios; hay que evitar que haya personas en condiciones de trabajo inhumanas, con salarios injustos y falta de derechos laborales básicos, lo que priva a los trabajadores de su dignidad al tratarlos como meros instrumentos de producción en lugar de seres humanos con necesidades y aspiraciones legítimas. En definitiva, es necesario fomentar la coherencia en nuestro planteamiento de concebir la vida como buena noticia, porque esto no se refiere solo a algunas realidades

Al final de la vida
También en la ancianidad y la enfermedad terminal la vida sigue siendo una buena noticia. Debemos tener cuidado para no actuar según el criterio de que en esos momentos la vida ya es una carga pesada que debe eliminarse. No olvidemos que el poder total sobre la propia vida nunca ha sido un bien absoluto. Hay amplias zonas de nuestra vida en que no ejercemos ese control, sino que dependemos de otros, todos somos dependientes y algunos muy dependientes. Vincularnos es siempre darnos. No podemos dominarlo todo y siempre, pero sí amar siempre […]. Donde más se manifiesta el don humano es en quienes no tienen el poder sobre sí mismos y necesitan radicalmente de los demás.

Este cuidado debe darse principalmente en el contexto de la familia. Hay que apoyar efectivamente a las familias para que puedan atender a sus mayores.

Levantemos la mirada a la vida eterna porque nuestra existencia trasciende los límites temporales de este mundo. A través de la encarnación de Jesucristo, Dios se hizo hombre para redimirnos y abrirnos las puertas del cielo. Esta maravillosa verdad revela que no estamos destinados a una vida limitada por el tiempo y las circunstancias terrenales, sino que somos llamados a una comunión eterna con nuestro creador. La encarnación no solo nos revela el amor infinito de Dios por cada uno de nosotros, sino que también nos ofrece la esperanza y la promesa de la vida eterna, donde encontraremos plenitud y felicidad junto a él para siempre. Que santa María, Madre de la Vida, interceda para que seamos constructores de la cultura de la vida

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