sábado, 2 de marzo de 2024

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO, 5 DE MARZO A LAS 19:00


ADORACIÓN AL SANTÍSIMO POR LAS VOCACIONES
Exposición del Santísimo

Lector: Creemos, Señor, que estás aquí realmente presente en este sacramento admirable en que Tú, Creador del universo, vienes a nosotros como pan que nos fortalece en el camino. Creemos, Señor. Pero, aumenta nuestra fe, creemos que estás aquí con nosotros, que nos escuchas, que nos hablas interiormente sin ruido de palabras y que, indefenso desde el altar, eres un signo elocuente de amor, de donación, de entrega sin límites. A ti aquí presente queremos alabarte y acogiendo tu palabra que nos dice “Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 38), agradecer las diversas vocaciones que regalas a la iglesia y pedirte por ellas 

Momento de oración personal

 

Lectura de la Palabra de Dios. La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos (Mt 9,35-38)

(Momento de oración personal)


Oración por las vocaciones sacerdotales, consagradas y misioneras

Guía: Señor Jesús, humildemente postrados ante Ti que, movido por tu inmenso amor, estás presente entre nosotros oculto bajo las especies del pan eucarístico, queremos poner en tus manos todo lo que somos y tenemos. En unión con tu Madre, venimos aquí para acompañarte y encontrarte como Amigo y Luz de nuestras vidas.

Venimos a pedirte, en espíritu de profunda súplica, por el mundo, por todas las vocaciones: por tus sacerdotes, por los hombres y mujeres de vida consagrada, por los misioneros y laicos. De manera muy especial, te imploramos que Tú, oh Señor y dueño de la mies, envíes obreros para que cosechen lo que Tú mismo has sembrado en el corazón de las personas

Todos: Envía, Señor, obreros a tu mies

G.: Necesitamos hombres que presten sus labios para hablarnos de Ti, sus pies para recorrer todo el mundo predicando tu Evangelio, sus manos para bendecirnos, sus ojos para ver en ellos reflejada tu mirada de Padre amoroso. Te necesitamos, Señor. Te necesita el mundo y la Iglesia. Por eso, te pedimos envíanos sacerdotes, depositarios de tu poder salvador; envíanos misioneros, hombres y mujeres consagradas que sean luz y sal del mundo.                          T.: Envía, Señor, obreros a tu mies.

 G.: Los hombres y mujeres consagrados dejan todo para seguirte, viviendo los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, siendo así testimonio de tu presencia sanadora y liberadora en medio del mundo. Por eso te pedimos sigas suscitando estas vocaciones en el seno de tu iglesia                                                                             T.: Envía, Señor, obreros a tu mies

G.: Los misioneros y misioneras, en los lugares más remotos de la tierra, a veces en medio de la persecución y con riesgo de sus vidas, predican tu Evangelio a quienes todavía no han oído hablar de ti. Fortalécelos en su misión, sostenlos en las dificultades para que sigan siendo alegres testigos de tu Resurrección en todos los rincones de la tierra donde sean enviados                                          T.: Envía, Señor, obreros a tu mies.

G.: Inspira y ayuda, Señor, a los sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que trabajan en los seminarios y en las casas de formación para que colaboren en la formación de los nuevos sacerdotes, consagradas y consagrados que la iglesia necesita para que con nuevo ardor misionero se anuncie la Buena Noticia en una misión permanente. 
T.: Envía, Señor, obreros a tu mies,

G.: Te pedimos, Señor, por todos aquellos que consagran sus vidas a la pastoral vocacional para que en nombre de Cristo no dejen de lanzar las redes para dar a la Iglesia las vocaciones que necesita para cumplir con su misión.                                                                        T.: Envía, Señor, obreros a tu mies

G.: La mies es mucha. Los obreros pocos. 
T: Envía, Señor, obreros a tu mies.
G.: Tú que te compadeciste de las multitudes que carecían de Pastor. 
T.: Envía, Señor, obreros a tu mies.
G.: A los jóvenes que sienten tu llamada dales generosidad para responderte. 
T.: Envía, Señor, obreros a tu mies

Oración final:
 Oh, Jesús eterno Sacerdote, no dejes de enviar nuevos sacerdotes, y hombres y mujeres consagrados a tu Iglesia, pastores según tu corazón. Necesitamos tus ministros. Necesitamos tus enviados. Ellos son los instrumentos de tu gracia y de tu amor. Ellos nos consuelan en tu nombre, alimentan nuestra esperanza, robustecen nuestra fe, fortalecen nuestro amor. Los necesitamos, Señor, porque te necesitamos a Ti, porque necesitamos tu amor. No nos dejes solos, Señor. Envía obreros a la mies del mundo. Envía pescadores de hombres que nos atrapen con las redes de tu misericordia. Envía, te lo rogamos con humildad y confianza, pastores según tu corazón. La mies es mucha. Los obreros, pocos. Envía, Señor, obreros a tu mies. Te lo pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
VINE A ADORAR A DIOS
Bendición con el Santísimo



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